Padre, que mire al mundo
para verlo profundamente, al detalle...
que escuche y oiga las voces que me rodean,
hasta los susurros... que se ablande mi corazón
para que cale en mí tu Palabra,
que se abra mi alma
para que cada prójimo encuentre cobijo en ella...
Porque sólo escuchando, viendo, sintiendo...
seré tierra abonada para que germine tu fruto en mí.
Porque sólo contigo
seré fértil para el mundo que me rodea,
Porque sólo si tú yaces en mí
podré ver la luz pese a las zarzas que me amenazan...
Dios mío, que no me puedan la oscuridad,
ni los ruidos, ni la dureza del camino,
que no tema por la adversidad
de lo que me impide seguirte y contemplarte,
y ayúdame para que el abono de mi tierra,
la fuerza de mi fruto y lo que alimente mi búsqueda...
sea tu Palabra, a través de los miles de rostros de mi vida,
de las miles de formas de mi rutina,
de los retos de cada día, de las alegrías de cada jornada,
del peso de cada responsabilidad...
Que en todo ello yo te vea, te oiga, y te sienta...
para ser fruto en medio de cualquier parte,
en mitad de mi mundo,
en el centro de los que me miran para encontrarte.
*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
viernes, 14 de octubre de 2011
Oración a Dios Padre
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