¿Cuál será la huella
que me lleve hasta tu encuentro?
No quiero vivir errante y vacío
quedándome sólo en tus huellas.
¿Se llamará salud, o enfermedad?
¿Se presentará con el rostro del éxito
o con el cansancio golpeado del fracaso?
¿Será seca como el desierto
o rebosante de vida como el oasis?
¿Brillará con la transparencia del místico
o se apagará en el despojo del oprimido?
¿Caerá sobre mí como golpe de látigo
o se acercará como caricia de ternura?
¿Brotará en comunión con un pueblo festivo
o en mi indecible soledad original?
¿Será la historia brillante de los libros
o el revés oprimido de la trama?
No importa cuál sea el camino
que me conduzca hasta tu encuentro.
No quiero apoderarme de tus huellas
cuando son reflejo fascinante de tu gloria,
ni quiero evadirlas fugitivo
cuando son golpe y angustia.
No importa lo que tarde en abrirse
el misterio que te esconde,
y toda huella tuya me anuncia.
Todo mi viaje llega
al silencio y a la espera
de mi “no saber” más hondo.
Pero “yo sé” que ya estoy en ti
cuando aguardo ante tu puerta.
*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
jueves, 13 de octubre de 2011
La huella
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