El Señor permite que hasta los santos tengan que sufrir tan deshechas tempestades y temores. San Pablo tuvo que padecer en Asia tan grandes aflicciones y angustias, que llegó a decir : "los males eran tan excesivos y tan superiores a nuestra fuerza, que nos hacían pesada la misma vida". Al declararnos con esto el Apóstol hasta dónde llegaban sus propias fuerzas, nos insinuó de paso que Dios, a veces, nos deja caer en la desolación, a fin de que tanteemos nuestra natural flaqueza y, desconfiando de nuestras fuerzas acudamos con humildad a implorar la gracia y asistencia divinas para no sucumbir.
*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
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lunes, 3 de octubre de 2011
Jesucristo ,fundamento de nuestra esperanza por san Alfonso María de Ligorio
El Señor permite que hasta los santos tengan que sufrir tan deshechas tempestades y temores. San Pablo tuvo que padecer en Asia tan grandes aflicciones y angustias, que llegó a decir : "los males eran tan excesivos y tan superiores a nuestra fuerza, que nos hacían pesada la misma vida". Al declararnos con esto el Apóstol hasta dónde llegaban sus propias fuerzas, nos insinuó de paso que Dios, a veces, nos deja caer en la desolación, a fin de que tanteemos nuestra natural flaqueza y, desconfiando de nuestras fuerzas acudamos con humildad a implorar la gracia y asistencia divinas para no sucumbir.
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