LA MATERNIDAD DIVINA
El dogma de la MATERNIDAD DIVINA consiste en que la Virgen María es verdadera Madre
de Dios, por haber engendrado por obra del Espíritu Santo y dado a la luz a Jesucristo, no
en cuanto a su Naturaleza Divina, sino en cuanto a la Naturaleza humana que había
asumido. La Iglesia afirma este Dogma desde siempre, y lo definió solemnemente en e
l Concilio de Efeso (siglo V). El Concilio Vaticano II menciona esta verdad con las
siguientes palabras:
"Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades"
IMMACULADA CONCEPCIÓN
El Dogma de la INMACULADA CONCEPCION consiste en que la Virgen fue preservada
inmune de la mancha del pecado original desde el primer instante de su Concepción, por
singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo,
Salvador del genero humano. Esta verdad fue proclamada como Dogma de Fe por el
Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus.
LA ASUNCION A LOS CIELOS
El Dogma de la ASUNCION A LOS CIELOS consiste en que la Inmaculada Madre de Dios,
siempre Virgen, cumplido el curso de su vida terrena fue subida en cuerpo y alma a la
gloria celestial. Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de
1950, en la Constitución Munificentisimus Deus.
LA PERPETUA VIRGINIDAD
Consiste en que la Madre de Dios conservó plena y perdurablemente su Virginidad. Es
decir, fue Virgen antes del parto, en el parto y perpetuamente, después del parto.
La Iglesia afirma este Dogma desde el Credo compuesto por los Apóstoles. El Concilio
Vaticano II dice: "Ella es aquella Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo, que se llamará
Emmanuel" (Const. Dogmática Lumen Gentium, n 55).
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