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miércoles, 24 de septiembre de 2014

El uso del incienso, según los libros litúrgicos vigentes

Incienso

Turiferario. Fotografía de Ghevond Vardapet
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Naturaleza

(Latínthusgriegothumiama). Sustancia aromática que se obtiene de ciertos árboles resinosos y empleado principalmente con fines de culto religioso. La palabra también se utiliza para señalar el humo o perfume que surge cuando se quema el incienso.
En tiempos antiguos el incienso se extraía de dos árboles, es decir, el Boswellia sacra de Arabia Felix, y el Boswellia papyrifera de la India, ambos pertenecientes a la familia de los terebintos. Se le menciona en Núm. 7,14; Deut. 33,10, etc. Se extraía de la corteza igual que se obtiene la goma al presente. Con el propósito de aumentar la fragancia y producir un humo más denso, se le añadían varios elementos extraños (cf. Josefo, "Bell. Jud.", V, 5). Estos ingredientes generalmente eran cuatro, pero algunas veces tantos como trece, y la tarea de mezclarlos en la debida proporción era asignada bajo las ordenanzas de la Ley antigua a ciertas familias. (Cant. 3,6).

Uso

El uso del incienso era muy común. Era utilizado con propósitos profanos como un antídoto contra el cansancio producido por el calor excesivo, tal como se utilizan los perfumes hoy día. Los escritores clásicos mencionan su introducción al culto pagano. (cf. Ovidio, "Metamorph.", VI, 14, Virgilio, "Eneida", I, 146). Herodoto atestigua de su uso entre los asirios ybabilonios, mientras que en las tabletas monumentalesegipcias se representa a los reyes balanceandoincensarios. Entró extensamente al ritual judío, en el cual se utilizaba especialmente en relación con lasofrendas eucarísticas de aceite, frutas y vino o lossacrificios incruentos ((Lev. 6,15). Por mandato deDiosMoisés construyó un altar del incienso (cf. Éx.30), sobre el cual se quemaban las especies y gomas más dulces, y la función de la renovación diaria se le encomendó a una rama especial de la tribu levítica (1Crón. 9,29).
No es fácil precisar cuándo exactamente se introdujo el incienso en los servicios religiosos de la Iglesia. No existe evidencia de su uso durante los primeros cuatro siglos. Sin embargo, su uso común en el Templo y las referencias a él en el Nuevo Testamento(Lc. 1,10; Apoc. 8,3-5) sugerirían una temprana familiaridad con él en el culto cristiano. La primera referencia auténtica de su uso en el servicio de la Iglesia se encuentra en Seudo-Dionisio ("De Hier. Ecc.", III, 2). Las liturgias de Santiago y Marcos ---que en su forma actual no son anteriores al siglo V--- se refieren a su uso en los Sagrados Misterios (cf. Brightman, "Liturgias Orientales"). Un ordo romano del siglo VII menciona que el incienso era utilizado en la procesión del obispo al altar y el Viernes Santo. cf. "Ordo Romanus VIII de San Amando; para el Ordo en Einsiedeln MS., cf. Duchesne, "Christian Worship", 481).
La peregrina Eteria lo vio empleado en la vigilia de los Oficios del domingo en Jerusalén (cf. Peregrinatio, II). Casi todas las liturgias orientales dan testimonio de su uso en la celebración de la Misa, especialmente en el ofertorio (cf. Goar, "Euchologium Grecorum", 73; Renaudot, "Coll. liturgiarum orient.", I, 200). En la Iglesia Romana la incensación en el Evangelio de la Misa aparece muy temprano ---en el ofertorio en el siglo XI, y en el introito en el siglo XII, en el Benedictus y en el Magníficat de las horas canónicas alrededor del siglo XIII, y en relación con la elevación y la bendición del Santísimo Sacramento, alrededor del siglo XIV. El “Ordo Romano VI” describe la incensación del celebrante, y en la época deDurando (Rat. Off. Div) se incensaba a los clérigos ayudantes. En la actual disciplina de la Iglesia Occidental se utiliza el incienso en las Misas solemnes, bendiciones solemnes, funciones y procesiones, oficios corales y en las absoluciones para los difuntos. En estas ocasiones se inciensa a las personas, lugares y cosas tales como las reliquias de Cristo y de los santos, el crucifijo, el altar, libro de losEvangelios, los féretros, los restos, la sepultura, etc. Cuando se usa el incienso, generalmente es quemado. Sin embargo, existen dos casos donde no se consume: (1) los granos colocados en el cirio pascual y (2) los granos colocados en el sepulcro de los altares consagrados. Durante la Misa, el incienso generalmente se bendice antes de ser utilizado.

Simbolismo y Manera de Incensar

El Incienso, con su dulce aroma de perfume y el humo que asciende es típico de las buenas oracionescristianas, las cuales, avivadas en el corazón por el fuego del amor de Dios y exhalando el olor de Cristo, eleva una ofrenda agradable a sus ojos (cf Amalario "De eccles. officiis" en P.L., CV). Incensar es el acto de impartir el olor del incienso. Se toma el incensario con la mano derecha a la altura del pecho, agarrado por una cadena cerca de la cubierta; la mano izquierda, que sostiene la parte superior de la cadena, se coloca en el pecho. Entonces se eleva el incensario hasta llegar a la altura de los ojos, y se le da un movimiento hacia afuera y ligeramente ascendente hacia el objeto a ser incensado, y de inmediato se lleva al punto de partida. Esto constituye una sola oscilación. Para una doble oscilación, se debe repetir el movimiento hacia afuera, haciendo más pronunciado el segundo movimiento que el primero. La dignidad de la persona o cosa determinará si la oscilación es sencilla o doble, y también si se oscilará una o más veces. La naveta es el recipiente que contiene el incienso para su uso inmediato, y se le llama así debido a su forma. Generalmente lo lleva un turiferario en la mano desocupada.


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Las normas litúrgicas del uso del incienso presentan no pocas dudas.
No se trata simplemente de "esparcir" humo por doquier. El actual Caeremoniale episcoporum, más explícito que la Institutio Generalis Missalis Romani, en los números relativos a la incensaciòn, especifica lo siguiente:

84. El rito de incensación expresa reverencia y oración, como se da a entender en el salmo 140,2 y en el Apocalipsis 8,3.
85. La materia que se coloca en el incensario, debe ser o sólo y puro incienso de olor agradable, o si se le agrega algo, procúrese que la cantidad de incienso sea mucho mayor.
86. En la Misa estacional del Obispo se usa el incienso:
       a) durante la procesión de entrada;
       b) al comienzo de la Misa, para incensar el altar;
       c) para la procesión y proclamación del Evangelio;
    d) en la preparación de los dones, para incensar las ofrendas, el altar, la cruz, al Obispo, a los concelebrantes y al pueblo;
       e) en el momento de mostrar la hostia y el cáliz, después de la consagración.

En otras Misas se puede emplear incienso, cuando se juzgue oportuno.(71)

87. También se usa incienso, como se describe en los libros litúrgicos:
       a) en la dedicación de una iglesia y de un altar;
       b) en la consagración del sagrado crisma, cuando se llevan los óleos benditos;
       c) en la exposición del Santísimo Sacramento con la custodia;
       d) en las exequias de los difuntos.

88. Además el incienso se emplea de ordinario, en las procesiones de la Presentación del Señor, del Domingo de Ramos, de la Misa en la Cena del Señor, de la Vigilia pascual, en la solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo; en la solemne traslación de las reliquias, y en general en las procesiones que se hacen con solemnidad.

89. En Laudes y Vísperas solemnes, se puede incensar el altar, al Obispo y al pueblo mientras se canta el cántico evangélico.

90. El Obispo, si está en la cátedra, o en otra sede, se sienta para poner incienso en el incensario, de no ser así, pone el incienso estando de pie; el diácono le presenta la naveta (72) y el Obispo bendice el incienso con el signo de la cruz, sin decir nada. (73)
Después el diácono recibe el incensario de manos del acólito y lo entrega al Obispo. (74)

91. Antes y después de incensar, se hace inclinación profunda a la persona u objeto que se inciensa; se exceptúan el altar y las ofrendas para el sacrificio de la Misa. (75)

92. Con tres movimientos dobles se inciensa: el Santísimo Sacramento, la reliquia de la Santa Cruz y las imágenes del Señor expuestas solemnemente, también las ofrendas, la cruz del altar, el libro de los Evangelios, el cirio pascual, el Obispo o el presbítero celebrante, la autoridad civil que por oficio está presente en la sagrada celebración, el coro y el pueblo, el cuerpo del difunto.
Con dos movimientos dobles se inciensan las reliquias e imágenes de los Santos expuestos para pública veneración.

93. El altar se inciensa con movimientos sencillos de la siguiente manera:
      a) Si el altar está separado de la pared, el Obispo lo inciensa pasando alrededor del mismo.
      b) Si el altar está unido a la pared, el Obispo, mientras va pasando, inciensa primero la parte derecha, luego la parte izquierda del altar.
Si la cruz está sobre el altar o cerca de él, se inciensa antes que el mismo altar, de no ser así, el Obispo la inciensa cuando pase ante ella .(76)
Las ofrendas se inciensan antes de la incensación del altar y de la cruz.

94. El Santísimo Sacramento se inciensa de rodillas.

95. Las reliquias y las imágenes sagradas expuestas a la veneración pública se inciensan después de la incensación del altar. En la Misa, sin embargo, únicamente al inicio de la celebración.

96. El Obispo, tanto en el altar como en la cátedra, recibe la incensación estando de pie, sin mitra, a no ser que ya la tenga.
El diácono inciensa a todos los concelebrantes al mismo tiempo.
Por último, el diácono inciensa al pueblo desde el sitio más conveniente.
Los canónigos que acaso no concelebran, o reunidos en coro, son incensados todos al mismo tiempo con el pueblo, a no ser que la disposición de los lugares aconseje otra cosa.
Lo anterior vale también para los Obispos que acaso estén presentes.

97. El Obispo que preside, sin que celebre la Misa, es incensado después del celebrante o de los concelebrantes.
El que Preside la Nación, y que viene por oficio a la sagrada celebración, donde existe la costumbre, es incensado después del Obispo.

98. Las moniciones o las oraciones que han de ser oídas por todos; no las diga el Obispo antes de que termine la incensación.

Notas:

71 Cf. Misal Romano Instrucción general, n. 235.
72 Dos acólitos pueden acercarse al Obispo: uno lleva el incensario y el otro la naveta, o también un solo acólito que lleva en la mano izquierda el incensario con carbones encendidos, y en la derecha la naveta con incienso y la cucharilla (cf. Ceremonial de los Obispos, ed. 1886, l, XXlll, 1).
73 Cf. Misal Romano, Instrucción general, n. 236.
El diácono recibe de la mano del acólito la naveta un poco abierta y la cucharilla que está en ella, y la presenta al Obispo. Este toma la cucharilla y saca tres veces incienso de la naveta y otras tantas veces lo echa en el incensario. Terminado esto, y devuelta al ministro la cucharilla, el Obispo hace con la mano el sigo de la cruz sobre el incienso que está en el incensario (cf. Ceremonial de los Obispos, ed. 1886, I, XXIII, 1-2).
74 El diácono "devuelve al acólito la naveta, y recibe de él el incensario, que le entrega al Obispo: la parte superior de las cadenas la coloca en la mano izquierda del Obispo, y el incensario en la derecha" (Ceremonial de los Obispos, ed. 1886, I, lX, 1).
75 El que inciensa "sostiene con la mano izquierda las cadenas por su parte superior, y con la derecha las mismas, juntas, cerca del incensario y lo sostiene de tal manera que pueda cómodamente moverlo y dejarlo que vuelva hacia él". Advierta que al incensar debe hacerlo con dignidad y decoro, sin mover el cuerpo o la cabeza. Tendrá la mano izquierda -que sostiene la parte superior de las cadenas- firme y estable sobre el pecho; la mano y el brazo derecho las moverá con el incensario en forma cómoda y continua" (cf. Ceremonial de los Obispos, ed. 1886. I, XXlIl. 4 y 8).
76 Cf. Misal Romano, Instrucción general, n. 236. 


Particularidades que se coligen de la normativa vigente:

-No existen los golpes triples de turíbulo. Siempre son dos o tres golpes dobles (se llaman técnicamente ductus); o bien, golpes simples, para el Altar (se llaman ictus).

-El incienso se puede usar en cualquier forma de Misa. Las ofrendas también pueden incensarse trazando con el turíbulo una cruz sobre ellas.

-El orden de los tres ductus siempre es centro, izquierda y derecha (del turiferario); y el de los dos ductus, izquierda y derecha (del turiferario).

-El único que coloca incienso en el turíbulo es el que preside la celebración, y nadie más -con la única excepción de que cuando hay varios diáconos, en el momento de la Consagración, de ser necesario, uno de ellos puede colocar incienso en el turíbulo, pues en ese momento le es imposible hacerlo a quien preside- (Cf. IGMR, 179). 
El que preside, ordinariamente en la sacristía coloca el incienso en el turíbulo por primera vez, o mejor, si hubiere, en el secretarium (que no es lo mismo que la sacristía). Como puede notarse, esto precede a la procesión de entrada. El antiguo Ceremonial sugería que se colocaran siempre tres cucharadas de incienso en el turíbulo, queriendo expresar que todo culto, en definitiva, está dirigido a la Trinidad. El nuevo Ceremonial , como puede apreciarse, conserva esta sugerencia en nota a pie de página. 

-En la procesión de entrada el turiferario debe ir con el turíbulo humeante, avanzando por el lado derecho de sí, ya que a su izquierda, debe ir otro ministro con la naveta; y en las liturgias episcopales, (la primera de las cuales es la papal), a veces se suma un tercer ministro, que se encargará de lo que se requiera, de acuerdo con la particularidad de los ritos. Los tres ministros (o los dos), deben ir unos pasos adelante del cruciferario, el cual debe ir siempre al centro. El turíbulo humeante se lleva con una sola mano, trazando líneas imaginarias, siempre en la misma dirección vertical. La otra mano va al pecho.




USANDO EL INCENSARIO.



Llamamos turífero al que lleva el incensario: (del latín turifer; de tus,turis (incienso) y -fer (portador), deferre (llevar); y llamamos turíbulo al pequeño incensario que generalmente usamos en nuestra liturgia.
El rito de incensación expresa ya desde la Biblia reverencia y oración. La materia que se coloca en el incensario debe ser incienso puro o en caso de agregarle alguna sustancia se debe procurar que la cantidad de incienso sea mucho mayor.
En cuanto a la forma de incensar, bebamos sana doctrina de las mismas fuentes que son la IGMR en el numeral 277 y el Ceremoniale Episcoporum (84-98) que nos dirán, palabras más, palabras menos:

“El sacerdote, cuando pone incienso en el turíbulo, lo bendice con el signo de cruz sin decir nada.

Antes y después de la incensación se hace inclinación profunda a la persona o al objeto que se inciensa, exceptuados el altar y las ofrendas para el sacrificio de la Misa.

Con tres movimientos dobles se inciensan el Santísimo Sacramento, las reliquias de la santa Cruz y las imágenes del Señor expuestas para pública veneración, las ofrendas para el sacrificio de la Misa, la cruz del altar, el Evangeliario, el cirio pascual, el sacerdote y el pueblo.

Con dos movimientos dobles se inciensan las reliquias y las imágenes de los Santos expuestas para pública veneración, y únicamente al inicio de la celebración, después de la incensación del altar.

El sacerdote inciensa las ofrendas con tres movimientos del turíbulo, antes de la incensación de la cruz y del altar, o trazando con el incensario el signo de la cruz sobre los dones”.

Además de esto, diremos que en la Misa se puede incensar durante la procesión de entrada; al comienzo de la Misa para incensar primero a la cruz si está sobre el altar y si no lo está cuando pase ante ella, después al altar; en la procesión y proclamación del Evangelio al Evangeliario; en la preparación de los dones, que se inciensan las ofrendas, el altar, la Cruz, al Obispo o presbítero, a los concelebrantes y al pueblo. También se inciensa, de rodillas, en el momento de mostrar la hostia y el cáliz, después de la consagración. En la bendición con el Santísimo Sacramento se le inciensa durante el momento mismo de la bendición, colocándose el turiferario ante el altar de rodillas como en la consagración. Las imágenes se inciensan sólo al comienzo de la celebración, no en la preparación de los dones.

Incensación
        
- El rito de incensación expresa reverencia y oración
- La materia que se coloca debe ser solo y puro incienso, si se agrega algo, hay que procurar que la cantidad de incienso sea de mucha mayor cantidad.
- Se usa el incienso:
         - Procesión de entrada
         - Comienzo de la Misa, para incensar el altar
         - Para la procesión y proclamación del Evangelio
- En la preparación de los dones, para incensar la ofrendas, el altar, la cruz, al Ministro Sagrado, a los concelebrantes y al pueblo de Dios
- En el momento de mostrar la hostia y el cáliz, después de la consagración.
- El Ministro Sagrado, si está en la sede, se sienta para poner incienso en el incensario, de no ser así, pone el incienso estando de pie; el diacono le presenta la naveta (dos acólitos pueden acercarse al Ministro Sagrado: uno lleva el incensario y el otro la naveta, o también un solo acolito que lleva en la mano izquierda el incensario con carbones encendidos, y en la derecha la naveta con incienso y la cucharilla), el Ministro Sagrado bendice el incienso con el signo de la cruz, sin decir nada. Después el diacono recibe el incensario de manos del acolito y lo entrega al Ministro Sagrado.
- Antes y después de incensar, se hace inclinación profunda a la persona u objeto que se iníciense; se exceptúa el altar y las ofrendas para el sacrificio de la Misa.
- Con tres movimientos dobles se inciensa:
         El Santísimo Sacramento
         La reliquia de la Santa Cruz
         Las imágenes del Señor expuesta
         Las ofrendas
         La cruz del altar
         El libro de los Evangelios
         El cirio Pascual
         El Ministro Sagrado
         El coro
         El pueblo
El diacono inciensa a todos los concelebrantes al mismo tiempo, y por último inciensa al pueblo desde el sitio más conveniente
- EL SANTISIMO SACRAMENTO SE INCIENSA DE RODILLAS, El que inciensa, sostiene con la mano izquierda las cadenas por su parte superior, y con la derecha las mismas, juntas, cerca del incensario y lo sostiene de tal manera que pueda moverlo cómodamente.

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