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martes, 19 de agosto de 2014

19 de agosto, día de San Ezequiel Moreno y Díaz


Hoy, 19 de agosto, conmemoramos a San EZEQUIEL MORENO y DÍAZ, Obispo.

SAN EZEQUIEL MORENO Y DÍAZ (1848-1906) nació en Alfaro, en La Rioja, España, en el seno de una familia devota.

A los 16 años de edad, Ezequiel Moreno ingresó al convento de los Agustinos Recoletos de Monteagudo, en Navarra, en 1864, pisando las huellas de su hermano Eustaquio, quien había seguido la misma vocación.

Una vez concluidos sus estudios de Teología, se sintió llamado a la vida misionera, y en 1869 fue enviado a las islas Filipinas. En 1871 fue ordenado sacerdote en Manila, y de inmediato se le asignó a la isla de Mindoro.

Durante su estancia en Filipinas, San Ezequiel Moreno fue párroco en distintas comunidades y vicario provincial. Su preocupación principal se centraba en llevar la religión a personas de comunidades donde nunca antes se había oído hablar de Dios.

Por su destacada labor y por sus virtudes., en 1885 su Orden lo nombró prior del convento de Monteagudo, donde se formaba a los misioneros que habrían de salir al extranjero a predicar. Nadie mejor que él, experimentado misionero con aura de santidad, para imprimir en los novicios la pasión apostólica.

Terminado el mandato, San Ezequiel Moreno y Díaz se ofreció como voluntario para las misiones que buscaban restaurar la Orden Agustina en Colombia, y partió para allá a finales de 1888, llegando a Santa Fe de Bogotá a comienzos del siguiente año.

En Colombia su labor fue muy activa. San Ezequiel creía que lo más importante era que antes que nada en las comunidades se observaran los preceptos de la religión, y se dio a esa tarea. Se afincó en la misión de Casanare, donde por mucho tiempo los Agustinos Recoletos habían predicado el Evangelio.

En 1893, San Ezequiel Moreno y Díaz fue nombrado vicario apostólico de Casanare, y dos años después, obispo de Pasto, al sur del país.

En su nueva sede, San Ezequiel padeció situaciones muy difíciles, fincadas en la calumnia, el escarnio, la humillación y la persecución. Por si fuera poco, sus superiores eclesiásticos se fueron olvidando paulatinamente de él.

A este panorama se sumaron eventualmente también los horrores de una cruenta guerra civil en Colombia, contra la cual él intentó oponerse con todos sus medios.

De manera inesperada, un violento cáncer en la nariz lo acometió en 1905, lo cual le provocaba un intenso e incesante dolor. Contra sus deseos, pero obligado por las circunstancias, San Ezequiel regresó a España para someterse a intervenciones quirúrgicas.

Rechazando las anestesias para ofrendar su dolor a Cristo, dejó sorprendidos a los médicos por su resistencia al suplicio. Sin embargo todo fue infructuoso. Sabiéndose morir, decidió pasar sus últimos días en el convento de Monteagudo, donde finalmente pasó a mejor vida.

Durante la estancia de Su Santidad Juan Pablo II en Santo Domingo, República Dominicana, San Ezequiel Moreno y Díaz fue canonizado en 1992, como ejemplo de pastor y misionero en el quinto centenario de la evangelización de América.

SAN EZEQUIEL MORENO Y DÍAZ nos enseña la importancia de anunciar el Evangelio en todos los rincones del mundo.

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