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lunes, 21 de julio de 2014

NARANJAS PARA EL PERSONAL




Naranjas para el personal


José trabajaba en una empresa desde hace dos años.

Siempre fue muy serio, dedicado y cumplidor de sus obligaciones.

Llegaba puntual y estaba orgulloso que en 2 años nunca recibió una
amonestación.

Cierto día buscó al Gerente para hacerle un reclamo:
-Señor, trabajo en la empresa hace dos años con bastante esmero y estoy  a gusto con mi puesto, pero siento que he sido postergado.

Mire; Fernando ingresó a un puesto igual al mío hace sólo 6 meses y ya  ha sido promovido a Supervisor.

-¡Uhmm!-mostrando preocupación- le dice el gerente. Mientras resolvemos esto, quisiera pedirte que me ayudes a resolver un problema.
Quiero dar fruta al personal para la sobremesa del almuerzo de hoy.
En la bodega de la esquina venden fruta. Por favor, averigua si tienen naranjas.

José se esmeró en cumplir con el encargo y en 5 minutos estaba de 
vuelta.

-Bueno José, ¿qué averiguaste? 

-Señor, tienen naranjas para la venta.

-¿Y cuánto cuestan?
-¡Ah!............... No pregunté por eso.

-Ok, ¿pero viste si tenían suficientes naranjas para todo el personal?
(preguntaba serio).

-Tampoco pregunté por eso señor.

-¿Hay alguna fruta que pueda sustituir la naranja?

-No sé señor, pero creo...

-Bueno, siéntate un momento.

El Gerente tomó el teléfono y mandó llamar a Fernando.

Cuando se presentó, le dio las mismas instrucciones que le diera a José  y en 10 minutos estaba de vuelta.

Cuando retornó el Gerente pregunta:

-Bien Fernando, qué noticias me tienes?

-Señor, tienen naranjas, lo suficiente para atender a todo el personal,  y si prefiere también tienen plátano, papaya, melón y mango.

La naranja está a 1,5 pesos el kilo, el plátano a 2,2, el mango a 0,9 
el kilo, la papaya y el melón a 2,8 pesos el kilo.

Me dicen que si la compra es por cantidad, nos darán un descuento del  8%.

He dejado separada la naranja pero si usted escoge otra fruta debo 
regresar para confirmar el pedido.

-Muchas gracias Fernando, pero espera un momento..

Se dirige a José, que aún seguía esperando estupefacto y le dice:

-José, qué me decías?

Nada señor, eso es todo, muchísimas gracias, con su permiso..

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