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martes, 24 de junio de 2014

Moniciones para la Solemnidad de San Pedro y San Pablo

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Moniciones Solemnidad de San Pedro y San Pablo. Ciclo A.






  • Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 12,1-11
  • Salmo 33
  • Segunda lectura: 2Tm 4,6-8.17-18
  • Evangelio: Mt 16,13-19

    Buenas noches, días, tardes, sean todos bienvenidos a esta celebración:
    Celebramos hoy la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Los textos de la liturgia de hoy recogen los buenos momentos de la actividad de estas dos grandes columnas de la Iglesia que se entregaron de manera incondicional para dar a conocer la verdad, incluso hasta llegar a morir por ella.  Son dos gigantes en la fe que se complementan mutuamente y le dan forma a la misión de la Iglesia.  Nosotros necesitamos saber, conocer, en cierto modo experimentar, en la vida de los santos, lo que experimentamos en nuestra vida: nuestra contradicción y la constante compasión del Dios que nos levanta.  Les que se pongan de pie, para dar inicio a la Eucaristía de hoy y lo hacemos cantando con alegría.


    Primera lectura: Hc 12, 1-11

    El texto que a continuación escucharemos nos sitúa al comienzo de la persecución del rey Agripa primero contra la comunidad cristiana.  Pedro ha sido liberado de las maquinaciones del rey, gracias a una intervención directa de Dios a favor del apóstol.  Pedro actúa como un autómata ante los mandatos del ángel, que siempre lleva la iniciativa.  Escuchemos atentos este interesante relato.

    Segunda lectura: II Tim 4,6-8.17-18

    Escucharemos un párrafo de la segunda carta de San Pablo a Timoteo.  El apóstol repasa su vida y nos deja su testimonio: el esfuerzo y entrega de alguien apasionado que se ha entregado sin reserva a la causa del Evangelio.  Las imágenes deportivas que usa (combates, carrera) ayudan a acentuar el gozo por la cercanía de la meta final, pero el premio o la corona los da el Señor, fiel a su palabra y a los dones que ha querido dar a sus criaturas.  Escuchemos atentamente.

    Tercera lectura: San Mateo 16, 13-19

    En el Evangelio de hoy se le da a Pedro "oficialmente" el título de piedra, roca en la que Jesús va a edificar su Iglesia, aunque ésta tiene un cimiento frágil no se hundirá.  El misterio de la Iglesia, con Pedro a la cabeza, es un misterio de fragilidad sostenido por la mano de Jesús que la cuida y la mantiene en pie.  Por otro lado, Pedro recibe el poder de atar y desatar.  "Tu eres Pedro y te daré las llaves del reino de los cielos.  Nos ponemos de pie y entonamos el aleluya para escuchar la proclamación del Evangelio.

    Oración Universal

    A cada petición contestaremos: "Bendice, Señor, a tu Iglesia".

    1.     Tú que rogaste por Pedro para que no se apagara su fe, da firmeza a la fe de tu Iglesia, roguemos al Señor...
    2.     Tú que, después de la resurrección, te apareciste a Simón Pedro y te revelaste a Saulo, ilumina nuestras mentes para que confesemos tu resurrección, roguemos al Señor...
    3.     Tú que elegiste al apóstol Pablo para que anunciara tu nombre a los paganos, haz de nosotros verdaderos apóstoles de tu Evangelio, roguemos al Señor...
    4.     Tú  que misericordiosamente perdonaste las negaciones de Pedro, perdónanos también nuestras culpas y pecados, roguemos al Señor...

    Exhortación final:

    Bendito sea, Dios, Padre nuestro, Dios de los apóstoles,
    Por habernos llamado a la fe e tu pueblo la Iglesia,
    Que has cimentado sobre Cristo y sobre la palabra y el testimonnio
    De los apóstoles, a quienes él elegió como sucesores suyos.
    Te alabamos hoy con estos testigos cualificados del evangelio
    Y columnas de la Iglesia, que fueron los apóstoles Pedro y Pablo.
    Concédenos, Señor, responder a tu elección de amor
    Para colamar las esperanzas depositadas en esta hora del mundo,
    Para mostrar tu rostro auténtico a nuestros hermanos los hombres,
    Para irradiar la luz del evangelio de Cristo en torno nuestro.
    Para presentar ante el mundo el rostro joven de tu Iglesia.
    (Tomado de B. Caballero: La Palabra cada domingo, San Pablo, España, 1993, p. 621)

    Amén.
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