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viernes, 30 de mayo de 2014

LA SOMBRA DEL ASNO




La sombra del asno


Demóstenes echaba en cara los errores a los atenienses. Un día, que les estaba hablando en una  plaza pública, recibió un abucheo fenomenal. “¡Sólo dos palabras para contaros la historia de 
un asno”, gritó. Y la multitud le dejó hablar.

“Había una vez, prosiguió Demóstenes, un viajante que alquiló un asno para  ir de Atenas a Megara y el dueño del asno le acompañó en el viaje. A mediodía buscaron la sombra  de un árbol para sentarse a comer y como no había ninguno, el dueño del animal se sentó a la sombra  del asno.

-Te he alquilado el asno, pero no su sombra de modo que el asno sigue perteneciéndome –  explicó el propietario.

-De ninguna manera. Me has alquilado el burro entero con todas sus circunstancias, replicó el  viajante”.

Al llegar a este punto, Demóstenes se calló. Los asistentes gritaron : “¿Y qué ocurrió  después?” Y el orador preguntó: “¿Os interesa más oír hablar de la sombra de un asno que de 
vuestros propios intereses?

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