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martes, 22 de abril de 2014

Misa de la Cena del Señor del Papa Francisco I, Lavatorio de los pies: Crónica y homilía


papa lavatorio de pies

Misa de la Cena del Señor del Papa Francisco, Lavatorio de los pies: Crónica y homilía
Este jueves el Santo Padre Francisco celebró la Misa “in cena Domini”. La Misa de la Cena del Señor, que se caracteriza por el anuncio del mandamiento de la caridad y por el gesto de amor del Lavatorio de los pies.
En su ministerio como Arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Mario Bergoglio acostumbraba celebrar esta Misa en una cárcel, en un hospital o en un hospicio para pobres o personas marginadas. Y en este Jueves Santo Francisco ha querido seguir esta tradición visitando la Fundación Don Carlo Gnocchi: un lugar de sufrimiento pero también de esperanza en la periferia romana.
(RC-RV)
Homilia del Santo Padre ra icon Misa de la Cena del Señor del Papa Francisco, Lavatorio de los pies: Crónica y homilíamp3 icon Misa de la Cena del Señor del Papa Francisco, Lavatorio de los pies: Crónica y homilía 
Hemos sentido lo que Jesús hizo en la Última Cena. Es un gesto de despedida. Es la herencia que nos deja. 
Él es Dios y se hizo siervo, servidor nuestro, y ésta es la herencia. También ustedes deben ser servidores, uno de los otros. Él hizo este camino por amor. También ustedes tienen que amarse y ser servidores en el amor. Ésta es la herencia que nos deja Jesús. 
Y hace este gesto de lavar los pies porque es un gesto simbólico: lo hacían los esclavos, los siervos, a los comensales, a la gente que venía al almuerzo o a la cena porque en aquel tiempo las calles eran todas de tierra, y cuando entraban a casa, era necesario lavarse los pies. 
Jesús hace un gesto, un trabajo, un servicio de esclavo, de siervo, y esto lo deja como herencia entre nosotros. Nosotros tenemos que ser servidores unos de los otros, y por eso la Iglesia, en el día de hoy cuando se conmemora la Última Cena, cuando Jesús ha instituido la Eucaristía, también hace en la ceremonia este gesto de lavar los pies, que nos recuerda que nosotros debemos ser siervos unos de otros. 
Ahora yo haré este gesto, pero todos nosotros, en nuestro corazón, pensemos en los otros, y pensemos en el amor que Jesús nos dice que tenemos que tener con los otros; y pensemos también cómo podemos servirles mejor, a las otras personas, porque así Jesús lo quiso de nosotros.

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