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miércoles, 29 de enero de 2014

Contra todo pronóstico

 

La madre biológica de Gianna Jeseen tenía diecisiete años y siete meses y medio de embarazo cuando tomó la decisión de poner fin a la vida de su bebé. Fue a una clínica de abortos en el condado de Los Ángeles donde se le aplicó una inyección salina en el vientre. Se le dijo que en 24 horas la bebé moriría; sin embargo, y ante la sorpresa de todos, la pequeña niña nació viva.
Gianna fue trasladada a un hospital donde estuvo tres meses en una incubadora y fue diagnosticada con parálisis cerebral como resultado de la falta de oxígeno en el útero. Los médicos no esperaban que viviera ni que pudiera sostener la cabeza, sentarse, gatear o caminar. Diecisiete meses después fue entregada a una madre adoptiva provisional con la que vivió hasta los 4 años cuando fue legalmente adoptada.
Su vida no fue fácil, recién pudo caminar a los tres años con la ayuda de aparatos ortopédicos pero desde que tenía 14 años, ella ha viajado alrededor del mundo hablando de su experiencia a legisladores y otros gobernantes, llevándolos a reconsiderar su posición sobre el aborto.
No es de sorprenderse que una persona con este testimonio sea admirada por su valor y sea repudiada y hasta odiada por quienes están a favor del aborto. Sin embargo, ella se ha propuesto ser una mensajera de la vida. Ha perdonado a su madre biológica y se ha embarcado en su propósito.
Ella no debería haber sobrevivido a la práctica que le realizaron pero Dios tenía un plan diferente y lo que Él decreta simplemente es.
“A eso se refieren las Escrituras cuando citan lo que Dios le dijo: «Te hice padre de muchas naciones». Eso sucedió porque Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y crea cosas nuevas de la nada. Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones. Pues Dios le había dicho: «Esa será la cantidad de descendientes que tendrás»” Romanos 4, 17-18
Tal vez han hecho cosas contra ti, han atentado en contra tu vida, familia, trabajo, etc. y Dios se ha parado delante de ti y te ha defendido. Si tienes cicatrices de tu batalla no te deprimas ni te sientes a contemplarlas, ellas son el recordatorio de que Dios está contigo y que cuando Él dice que algo es no hay nadie que pueda ir contra eso.
Gianna, contra los pronósticos médicos sobrevivió, sostiene la cabeza, camina, habla y, aunque tiene algunos rastros físicos de su batalla por la vida, ella es una persona capaz de valerse por sí misma, al punto de dar conferencias y ser un referente de la lucha en pro de la vida. Y todo esto no es casualidad, sino que creyendo en que Dios la ama y tiene un propósito para su vida puso toda su fe, su esperanza en el dador de la vida y hoy es la voz de aquellos que nunca podrían llegar a tenerla.
Ponte de pie, cumple la misión que te fue dada. No estás aquí por una simple casualidad ni te ha tocado vivir esas experiencias sólo porque sí, sino que Dios quiere usarte, Él tiene un plan maravilloso para tu vida.


No importa lo que estés atravesando, Dios puede cambiar cualquier circunstancia.


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