Queridos amigos y hermanos del blog: el pontificado del papa Francisco fue consagrado ayer lunes a la protección a la Virgen María, en una misa que se realizó en el santuario de Fátima. La misma fue realizada por el cardenal patriarca de Lisboa, José Policarpo, unido a los 37 obispos presentes, a 290 sacerdotes y ante casi unas 300.000 personas presentes en la explanada del santuario.
La peregrinación internacional fue el domingo 12 y el lunes 13 de mayo, con motivo del 96 aniversario de la primera aparición mariana a los videntes, los tres pastorcitos: Lucía, Jacinta y Francisco.
Al concluir la eucaristía y después de la consagración del pontificado, el obispo de Leiria-Fátima, António Marto, leyó un mensaje que el papa Francisco envió para bendecir a los miles de peregrinos apiñados en la explanada, reportó el diario Jornal de Noticias.
"El santo padre -dijo el purpurado- manifestó su agrado por la iniciativa y su profundo reconocimiento porque se haya realizado su deseo, en unión de oración con todos los peregrinos de Fátima, a los cuales de corazón les concede la bendición apostólica".
El mensaje fue enviado por la Nunciatura apostólica en Portugal al cardenal José Policarpo, indica el diario portugués que además informa: “El cardenal patriarca de Lisboa le pidió a Nuestra Señora de Fátima, durante la consagración del pontificado, que le ayude a Francisco a renovar la Iglesia Católica”.
Cerca de 570.000 personas fueron al Santuario de Fátima, 300.000 el domingo y 270.000 el lunes. Entre los peregrinos que participaron del acontecimiento, más de 37.000 llegaron a pie, desde varios puntos del país. En los dos días se derritieron en el portavelas del santuario, más de 26 toneladas de velas, informó la agencia Lusitana.
El arzobispo de Río de Janeiro, Orani Tempesta, indicó: “La consagración que se realiza aquí en la Cova de Iría, como todos sabemos, es un acto de extrema importancia para la Santa Iglesia. Su Santidad el papa Francisco le pidió al señor cardenal patriarca de Lisboa, José Policarpo, que consagrara nuestra Señora de Fátima su pontificado, que se inició exactamente hace dos meses”.
Y añadió que el acto revela “el especial cariño del papa por Fátima” y reviste gran importancia para nosotros que estamos aquí presentes, “por sentirnos incluidos en esta consagración”. Nos alegra y conforta, añadió el purpurado, “la especial atención y solicitud que los Papas de los últimos 50 años han demostrado por este suelo bendecido, transformándose en peregrinos de la Cova de Iría, para venir a pedir aquí a la Señora del Rosario protección para la Iglesia y la paz para el mundo”. “Ahora -concluyó el purpurado- el papa Francisco, en continuidad con sus antecesores consagra el ministerio petrino a la Señora del Rosario de Fátima”.
Texto de consagración del pontificado del papa que fue leído por el cardenal patriarca de Lisboa, José Policarpo, al concluir la misa del 13 de mayo en el santuario de Fátima.
Consagración a Nuestra Señora de Fátima
del ministerio del Papa Francisco
Estamos a vuestros pies los obispos de Portugal y esta multitud de peregrinos, en el 96 aniversario de vuestra aparición a los pastorcitos en la Cova de Iría, para dar cumplimiento al deseo del papa Francisco claramente expresado, de que os consagremos, Virgen de Fátima, su ministerio como obispo de Roma y pastor universal.
Así os consagramos Señora, a Vos que sois Madre de la Iglesia, el ministerio del nuevo papa: llenad su corazón de la ternura de Dios, que habéis experimentado como nadie, de manera que él pueda abrazar a todos los hombres y mujeres de este tiempo con el amor de vuestro hijo Jesucristo. La humanidad contemporánea necesita sentirse amada, por Dios y por la Iglesia. Solamente sintiéndose amada vencerá la tentación de la violencia, del materialismo, del olvido de Dios, de la pérdida del rumbo. Y será conducida por Vos a un mundo nuevo en el que el amor reinará.
Dadle el don del discernimiento, para saber identificar los caminos de la renovación de la Iglesia. Dadle el coraje para no dudar en seguir los caminos sugeridos por el Espíritu Santo, amparadle en las horas duras del sufrimiento, a vencer en la caridad las probaciones que la renovación de la Iglesia le traerá. Estad siempre a su lado, pronunciando con él aquellas palabras que bien conocéis: “Yo soy la Sierva del Señor, hágase en mi según Tu palabra”.
Los caminos de renovación de la Iglesia nos llevan a redescubir la actualidad del mensaje que le habéis dejado a los pastorcillos: la exigencia de la conversión a Dios que ha sido tan ofendido, porque tan olvidado. La conversión es siempre un regreso al amor de Dios. Dios perdona porque nos ama. Es por esto que su amor se llama misericordia. La Iglesia protegida por Vuestra maternal solicitud y guiada por este pastor, tiene que afirmarse cada vez más como lugar de conversión y perdón, porque en en ella la verdad se expresa siempre en la caridad.
Vos indicasteis la oración como el camino decisivo de la conversión. Enseñad a la Iglesia que sois miembro y modelo, para que seamos cada vez más un pueblo orante, en comunión con el santo padre, el primero de los orantes de este pueblo y también en comunión silenciosa con el anterior papa, Su Santidad Benedicto XVI, que escogió el camino del orante silencioso, profundizando la Iglesia en los caminos de la oración.
En Vuestro mensaje a los pastorcitos, aquí en Cova de Iría, habéis puesto de relieve el ministerio del papa, “el hombre vestido de blanco”. Tres de los últimos papas fueron peregrinos de vuestro santuario. Solamente Vos Señora, en vuestro amor maternal a toda la Iglesia, podéis poner en el corazón del papa Francisco el deseo de ser peregrino de este santuario. No es algo que le podamos pedir por otras razones. Solamente la complicidad silenciosa entre Vos y él lo llevará a sentirse atraído por esta peregrinación, en la certeza de que será acompañado por millones de creyentes, dispuesto a oír de nuevo Vuestro mensaje.
Aquí en este altar del mundo, el podrá bendecir a la humanidad, hacer sentir al mundo de hoy que Dios ama a todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo, que la Iglesia les ama y que Vos, Madre del Redentor, los conducís con ternura por los caminos de la salvación.
+ JOSE, cardenal patriarca.
Presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa.
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