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lunes, 9 de diciembre de 2013

María Margarita de Youville, Santa


Primera santa canadiense, 23 Diciembre
 
María Margarita de Youville, Santa
María Margarita de Youville, Santa

Primera Santa Canadiense
Diciembre 23



María Margarita, viuda de Youville, es la primera santa canadiense. Nació el 15 de octubre de 1701 en Varennes (Quebec). Era la mayor de tres hermanas y tres hermanos. A los siete años quedó huérfana de padre y su familia atravesó un período de gran pobreza. Estudió dos años en las Ursulinas de Quebec. Cuando regresó a su hogar, ayudó a su madre en el cuidado de la casa y en la educación de sus hermanos. Más tarde siguió a Montreal a su madre, quien se casó nuevamente.

Allí conoció a François d´Youville, con el que contrajo matrimonio en el año 1722 y del que tuvo seis hijos, de los cuales sólo dos sobrevivieron.
Bien pronto comprendió que su marido no se interesaba por la familia y se ausentaba frecuentemente para el comercio del alcohol con los indios; a estas pruebas se añadía la convivencia con la suegra, que era muy exigente. Cuando su marido se enfermó de improviso, ella lo cuidó con gran ternura hasta que murió en el año 1730, dejándola encinta con el sexto hijo, que no sobrevivió. Fue entonces cuando comprendió mejor el amor solícito de Dios hacia todos los hombres.

Con gran confianza en la providencia de Dios Padre, emprendió muchas obras para responder a las necesidades de los demás. Siguió la educación de sus dos hijos, que se hicieron sacerdotes en 1737. Luego, con tres amigas, se consagró a Dios el 31 de diciembre de ese año, para servirlo en la persona de los más necesitados. Sin pretenderlo, Margarita se convirtió en la fundadora del instituto conocido más tarde con el nombre de Religiosas de la Caridad de Montreal, “Religiosas grises”.

Al ponerse al servicio de los pobres, Margarita revolucionó las costumbres sociales de su época, y fue objeto de maledicencias y calumnias por parte de los suyos y de su ambiente social. Sin embargo y a pesar de su delicada salud y de la muerte de una de las primeras que se le asociaron, perseveró en su proyecto. El 2 de febrero de 1745 ella y sus compañeras pusieron todo en común para ayudar a un número mayor de necesitados. Dos años más tarde asumió la dirección del Hospital de los Hermanos Charon, que había caído en ruina y lo convirtió en lugar de refugio para los desamparados.

En el año 1765 un incendio destruyó el hospital, pero no quebrantó la fe ni la valentía de esta mujer: exhortó a sus hermanas y a los pobres a reconocer la mano de la Providencia en esa prueba y a alabarla. A los 64 años emprendió la reconstrucción del hospital. Falleció el 23 de diciembre de 1771. Juan XXIII la proclamó beata el 3 de mayo de 1959. Juan Pablo II la canonizó el 9 de diciembre de 1990.


Santa María Margarita d’Youville, viuda y fundadora
fecha: 23 de diciembre
n.: 1701 - †: 1771 - país: Canadá
canonización: B: Juan XXIII 3 may 1959 - C: Juan Pablo II 9 dic 1990
hagiografía: Vaticano
En Montreal, en Canadá, santa María Margarita d'Youville, religiosa, que habiendo enviudado educó piadosamente a sus dos hijos, encauzándoles hacia el sacerdocio, y se entregó con todas sus fuerzas a la asistencia de los ancianos y pobres de todo género, para lo cual fundó la Congregación de Hermanas de la Caridad.

María Margarita d'Youville nació el 15 de octubre de 1701 en Varennes (Québec), primogénita de seis hijos de Cristóbal Dufrost de Lajemmerais y de María Renata Gaultier de Varennes. A la edad de siete años, la muerte de su padre deja a la familia en gran pobreza. Sin embargo ella, gracias a la colaboración de su bisabuelo Pedro Boucher, puede completar dos años de estudios con las Ursulinas de Québec, quienes revelan en ella un carácter ya bien templado y una temprana madurez. Vuelta a la familia, ayuda a la madre en las tareas de la casa y en la educación de sus hermanos menores.

Trasladada a Montreal por las segundas nupcias de su madre, conoce a Francisco d'Youville, con quien se casa en 1722. Comienza para ella, sin embargo, una etapa de grandes sufrimientos: el desinterés por laa familia de parte de su marido, dedicado al tráfico de alcohol con los indios, y sobre todo la muerte en tierna edad de cuatro de sus seis hijos. Asiste con dedicación a su marido, presa de una grave y súbita enfermedad, hasta la muerte, ocurrida en 1730.

La joven viuda, con inmensa fe en la paternidad de Dios, da comienzo a múltiples iniciativas de caridad, sin descuidar la educación de sus dos hijos, que llegarán a ser sacerdotes. El 21 de noviembre de 1737 acoge en su casa a una ciega. Desde ese moemnto, con tres compañeras que comparten sus ideales, el 31 de diciembre del mismo año se consagra a Dios para servirlo en las personas de los desheredados. Sin saberlo, Margarita llega a ser así fundadora del Instituto que se conocerá más tarde con el nombre de «Hermanas de la Caridad de Montreal», «Hermanas Grises».

Dispuesta del lado de lso más pobres, a pesar de su escasa salud, prosigue ardientemente en su obra asistencial, sin temor de los insultos y calumnias que provienen de su propio entorno familiar. Tampoco la muerte de una asociada y el incendio de su habitación disminuyen su ardor; son, por el contrario, estímulos para radicalizar aun más el empeño por los pobres. Con sus dos compañeras de la primera hora, el 2 de febrero de 1745 se empeña en poner todo en común para ayudar a un mayor número de personas necesitadas. Dos años más tarde, la «madre de los pobres», como comienza a ser llamada, asume la dirección del Hospital de los Hermanos Charon, caído en la ruina. Ella lo hace un refugio para acoger a todas las humanas miserias que tocan su ohjo perspicaz y su corazón de madre.

En 1756 un incendio devasta el Hospital, pero no disminuye la fe ni el coraje de la fundadora: invita a las hermanas y a los pobres a reconocer en ese hecho la voluntad de Dios, y a alabarlo. Y así, a los 64 años emprende la reconstrucción de aquella casa de acogida para todas las personas necesitadas y en dificultades. La muerte le llega el 23 de diciembre de 1771. El papa Juan XXIII la proclamó beata en 1959, y el papa Juan Pablo II la canonizó en 1990.

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