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viernes, 6 de diciembre de 2013

Los auténticos discípulos de Jesús



San Mateo 7, 21-23

No son los que me dicen: "Señor, Señor", los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?".

Entonces yo les manifestaré: "Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal".


Meditar las siguientes preguntas:
Ø ¿Cómo es tu vida espiritual?
Ø ¿Qué sientes que te dice Jesús en este momento?
Ø ¿Consideras globalmente que tu espiritualidad tiene sentido y puede dar fruto?
Ø ¿Tu vida, como es hoy, le agrada a Dios?
Ø ¿Qué piensas que le agrada más y qué le agrada menos o le desagrada?

WAT


Alabanza a la madurez...


Un exhorto para disfrutar de los mejores años de nuestra existencia

¡Adiós a la Juventud!

Indudablemente la juventud es una edad dorada y recordada siempre con nostalgia. Es una breve época inolvidable, romántica, vibrante, emotiva y feliz.

Es una dichosa etapa creadora y vigorosa en la cual todo es fresco y novedoso, como una vaporosa nube en el firmamento con destellos de color de rosa.

PERO... hay que reconocer que esa misma juventud tan alabada, tan cantada y suspirada, es también una época llena de luchas, de preocupaciones, de negros nubarrones, muchas veces de privaciones y nunca exenta de incertidumbres, celos, zozobras, competencias, temores, rivalidades y ansiedades.


Es como una regata en la cual hay que estar compitiendo constantemente para lograr un ansiado trofeo.

= EL GRAN CAMBIO =

Afortunadamente tanto en la naturaleza como en los seres humanos, “después de la tempestad viene la calma.” Y quizá lo mejor de la juventud... es que ya pasó.

Lo cierto es que sin saber cuándo, ni poder definir con exactitud una edad determinada (para unos antes y para otros después), en cierto punto impreciso de la vida llega ese lapso en que todo aminora su marcha y se detiene, posándose suavemente, sin prisas, dentro de nosotros mismos.

Es como una hoja que lleva suavemente la corriente.

Esta etapa, queridos amigos, es la MADUREZ

¡Pues que sea bienvenida!

El cauce se transforma en una corriente de paz que se mueve lentamente, casi sin sentirlo, hacia esa infinita grandeza, profunda e inconmensurable, que es el final de todos los viajes y adonde van a parar todos los ríos: el mar.

Veamos: la madurez no es exactamente el mediodía de la vida, ni la tarde, ni la noche. Más bien yo diría que es ese impreciso momento que llega sigiloso con las primeras horas del día, abarcando esos instantes brumosos y volátiles que se disuelven poco a poco al ser tocados por los emergentes rayos del sol:

LA MADRUGADA

Y algo extraordinario: Ahora no nos inquietan las modas ni los cambios que experimentan las nuevas generaciones, ni nos mortifican ni afectan las nuevas corrientes o costumbres, pues nosotros no estamos obligados a cambiar ni a iniciar nuevas modalidades.

Nosotros, mal que bien, por lo menos llegamos a la recta final.

Y eso está como para celebrarlo.

Nuestra edad es ya suficiente justificación para mantenernos al margen, aunque sin desentendernos de lo básico y lo esencial.

¡Ya la hicimos!

Al llegar la madurez cesan las dudas y las incertidumbres. Ya no es necesario hacer tareas ni desvelarse estudiando, correr tras el autobús por las mañanas, presentar agobiantes exámenes, pasear a la novia o preocuparse por conseguir empleo.

Definitivamente lo que íbamos a ser, ya lo somos.

Y lo que no íbamos a ser, ya no lo fuimos… ni lo seremos. No a estas alturas. De eso no hay duda.

¿Entonces para qué preocuparnos?

La edad de los impulsos arrebatados, pues, ya ha terminado. Atrás quedaron angustias, zozobras, indecisiones y dudas. ¡Y qué bueno!

Si esta es la madurez... pues bienvenida madurez.

Para los que “cruzamos la frontera” y estamos al otro lado, colocados sobre esta amplia, tranquila y bien ventilada terraza, ya no hay carreras, nerviosismos, competencias, prisas, luchas ni duelos a muerte. Nuestro sitio está en el palco, no en el ruedo. O por lo menos, detrás de la barrera.

HOY es aquel futuro del cual estábamos tan temerosos AYER.

Y ya ven, todo salió bien.

Después de todo... ¡aquí estamos!

Ya no hay que seguir posponiendo más las cosas, ni hacer planes inalcanzables “para el futuro,” pues para nosotros, óiganlo bien... El futuro ya está aquí

La conclusión entonces es que, como en la madurez ya no hacemos planes a largo plazo (ni debemos), es necesario que se empiecen a ver YA los resultados de todo aquello para lo que antes trabajamos, planeamos, ahorramos y nos preparamos a lo largo de la vida.

¡El tiempo apremia!

De manera que ya no esperen más. Mientras gocen de relativa buena salud y puedan moverse fácilmente todavía; mientras puedan comer y beber de todo y disfrutar de los atractivos de la vida, aprovéchenlos. Abran ya sus botellas de coñac francés y usen sus vajillas de Bavaria y sus cubiertos de plata, pues ¿para cuándo los están guardando? Podría meterse un ladrón y vaciarles la casa, ¿y de qué les sirvió haber guardado todo por tanto tiempo?

Que no tengamos que decir después… “Qué temprano se nos hizo tarde”

Tampoco esperen ya ningún mañana brillante y glorioso, singular y perfecto. Si iban a comprarse “algún día” una lancha, una moto, un camper, una cámara digital, una computadora, y pueden hacerlo (y les gusta), ¡pues cómprensela ya!

Este es el momento preciso, no pierdan tiempo.

Y si estuvieron haciendo planes toda la vida para realizar algún viaje a Europa, a las Cataratas del Iguazú, a Hawaii, a Alaska, a China o a la Patagonia, pues antes de que otra cosa suceda, como una devaluación, una operación repentina o un infarto...

¡VÁYANSE YA!

¿Qué esperan?

En lo personal, y por lo que a mi respecta, ciertamente descubrir el arribo de la madurez me ha fascinado y me llena de gozo. Estoy gratamente impresionado. ¡Nunca imaginé que fuera así!

Con inusitado asombro descubro día a día nuevas sorpresas y satisfacciones que nunca soñé que existieran.

Al sentirnos en paz con los demás y con nosotros mismos, recordamos la sabia reflexión de Amado Nervo, quien lo resumió así:

“Vida: nada me debes.

Vida: nada te debo.

Vida: estamos en paz.”

Una realización de Francisco Aramburu

F I N


Rollo de acción


 



1.- Introducción

Buenas tardes, mi nombre es Eduardo Gpe. Aranda Torres, viví el cursillo 413, del 31 de agosto al 3 de septiembre del año 2000 y estoy aquí por obra y gracia de Dios para compartirles el siguiente rollo que se llama ACCIÓN.

Ya los hermanos que me antecedieron les hablaron sobre la piedad y el estudio, pues bien, la acción no es otra cosa más que lo que han visto que hemos estado realizando cada uno de los que nos hemos parado aquí al frente, como pueden ver esto es sólo llevar a cabo lo que uno va adquiriendo con la piedad y el estudio, es decir, la acción tiene su apoyo en una profunda vida de piedad y se afirma con el estudio.

Para entender un poquito mejor lo anterior, quiero contarles una pequeña historia y dice así:

Trabajar tanto como rezar

El hermano de una niña pequeña puso una trampa para cazar pájaros. Al principio, la pequeña lloró por lo que pensaba era la crueldad de su hermano.

Más tarde parecía estar mucho más alegre. Su mamá, intrigada, preguntó la razón de ese cambio tan repentino.

"Pues bien, recé para que mi hermano sea mejor" - dijo la niña - "y recé para que la trampa no atrape ningún pájaro".
"Eso era lo debido", dijo su madre sonriendo. "Y entonces" - continuó la niña - "salí y rompí la vieja trampa a puntapiés".
Muy pocos problemas se resuelven "rompiendo las cosas a puntapiés”, pero debemos trabajar tanto como rezar.
Esta historia, nos presenta a grandes rasgos lo que es la piedad, el estudio y la acción, como pueden ver, la niña primero hizo su oración, después estudió los hechos y luego llevó a cabo la acción necesaria para corregir lo que estaba mal.
Esto no quiere decir que debemos corregir las cosas a puntapiés, sino que en algunas ocasiones habrá de ser  necesario trabajar un poco más fuerte o más rudo para realizar una buena obra, porque Donde hay acción, hay vida.
A continuación voy a darles la definición de acción:
Ø  Acción es el ejercicio de una potencia.
Ø  Acción apostólica, es el ejercicio de la potencia de la caridad: amor a Dios y al prójimo, que nos impulsa a trabajar por el crecimiento del reino de Dios.

2.-   Necesidad de la acción
       Una fe sin obras es una fe muerta
Por esta razón la acción se convierte en una necesidad interna y vital para nosotros, pero también externa y vital para los demás y por lo tanto es vital y esencial para la Iglesia y una necesidad urgente para el mundo.

3.-   Obligación de la acción
Pero si es una necesidad, ¿será una obligación?, viéndolo muy superficialmente, tal vez no sea una obligación, pero desde el momento que fuimos bautizados, nos obliga a llevarla a cabo, la confirmación nos ratifica ese compromiso que adquirimos al ser bautizados, la acción se convierte así en una vocación cristiana y por lo tanto nos encamina hacia la vocación al apostolado, que tarde o temprano por la Gracia de Dios descubriremos.
       La vocación cristiana es vocación al apostolado, porque nosotros somos el cuerpo místico de Cristo, él quiso dejarnos un mundo inacabado en nuestras manos, por eso los laicos somos los enviados, “como el Padre me envió, así los envío yo”. Dios ha vinculado a nuestra entrega la salvación de muchos hermanos

4.-   Fines de la acción apostólica
El fin de la acción apostólica es acabar la obra que Cristo nos dejó, llevar el plan de salvación que Dios tiene para nosotros y para ello es necesario:
v  Evangelizar y santificar a los hombres, a través de nuestro ejemplo, dando testimonio de lo que nosotros vivimos, mostrarles que el apostolado es un estado de vida no un acto para ser cristiano.
v  Instaurar el orden, es decir, terminar todo lo que no ha concluido, ordenar todas nuestras cosas desde nuestro hogar hasta el trabajo incluyendo a nuestros vecinos, transformar todo lo que nos rodea, llevar una vida tal y como nos lo propone Cristo y no como la queremos nosotros.
v  Llevar una vida de Gracia
ü  Conciente.- Reconociéndote como hijo de Dios.
ü  Creciente.- Aumentándola en cualquier acción.
ü  Comunicada.- Con todos y en cualquier ocasión. No basta vivir la Gracia, hay que irradiarla

5.-   Características de la acción apostólica
·         Auténtica, debe ser de corazón.
·         Reflexiva, meditar en el trabajo de Cristo, ya que esta acción es para su Gloria.
·         Constante, con mucha voluntad para que nos haga crecer todos los días.
·         Equilibrada, sin defectos ni excesos para que no peque.
·         Sobrenatural, sacrificios y hacer oración de rodillas para que por la Gracia de Dios se realice todo lo que esperamos de nuestras acciones, hay que reconocer que las rodillas son las palancas del apóstol.

6.-   ¿Cómo actuar?
§  Con seglaridad, es decir, como laico y recordar nuestro compromiso de bautizado, para hacer realidad nuestra vida cristiana.
§  Individualmente, siendo testigos de obra y de palabra, Dios cuenta con nosotros. Dios nunca hará milagros para premiar nuestra pereza
¿Dónde actuar?
*  En las organizaciones de la Iglesia, actualmente, la mayoría de las parroquias cuenta con diversos grupos de apostolado.
*  En tu mundo, el medio donde te desarrollas ordinariamente, tu familia, tu trabajo, tu medio social y deportivo, son muchos los lugares donde puedes desarrollar tu vocación apostólica.
¿Cuánto actuar?
Si logramos hacer del apostolado una forma de vida, entonces debemos actuar así las 24 horas del día, siendo coherentes entre lo que se vive, lo que se cree y lo que se quiere ser, Si la palabra convence, el ejemplo arrastra

Medios o sistemas de acción
Ø  Hacer amigos
Ø  Hacernos amigos
Ø  Hacerlos amigos de Cristo
Todo:
ü  Por Cristo
ü  Con Cristo
ü  En Cristo
ü  Como Cristo
Por último hermanos quiero decirles que ha llegado la hora de la acción, debemos tomar una decisión, no podemos ni debemos quedarnos con los brazos cruzados ya que una persona que no ha implantado en su mente la idea de que es capaz de tomar decisiones, debe empezar por reconocer que el hábito de la indecisión es algo grave y además progresivo, es decir, que va empeorando con el transcurrir del tiempo. Este defecto del carácter afecta la relación esposa - esposo, padres - hijos, entorpece las relaciones sociales, destruye las bases de un empleo o de un negocio. Impide alcanzar metas y objetivos. Junto con la incredulidad, la indecisión es el mayor obstáculo para alcanzar y apropiarse de las promesas de Dios en su Palabra.

Lo mejor de la vida es saber vivirla


Vive cada instante de tu vida, con intensidad, con amor, sin razón ni medida, solamente vive a plenitud cada momento que la vida te ofrece.

Si te pone pruebas, supéralas, es un reto, pero disfruta al superarlas y alcanza tus metas sin miedo, sin rendirte. Porque el fuerte lucha jamás se rinde.

Si tropiezas y caes, levántate no te des por vencido antes de empezar, y si volvieras a tropezar y de nuevo caer, levántate con mas ímpetu y mas fuerzas de luchar que antes, No hay obstáculos que no se puedan vencer.
Hazte grande ante la adversidad, superarlo está en ti.
No te afanes a lo material, es necesario, pero no imprescindible.


 Vive con humildad esto, te hará grande ante los demás
Da todo cuanto puedas sin esperar nada a cambio, pero hazlo que salga de tu corazón, nada impuesto es bueno. La vida te sabrá recompensar.

Vive con sencillez no hagas alarde de lo que eres o posees, has sido bendecido por Dios al obtenerlo. No hagas leña del árbol caído. Ten presente que en algún momento de la vida, tal vez hayas estado o puedes estar en las mismas condiciones.

No permitas en tu vida, la mediocridad, ni la hipocresía, son sentimientos vanos y bajos, que solo conllevan a la tristeza, la amargura y la soledad.

Aleja de ti los malos pensamientos, la rabia, la venganza, la envidia, la soberbia y la mentira, corroen tu alma y dañan tu corazón.

Abre tu corazón al amor y al perdón, esto te hará libre y dejará fluir la nobleza que habita en él.

"Vive a plenitud cada instante de tu vida, sin tener presente el ayer, sin pensar en el mañana, solo vive hoy cada momento que la vida te regala"
"Porque la Vida es Bella, y Vale la Pena Vivirla"!!!!!!!!!!

Abrazos, besos y bendiciones



Tus quejas...


Dos hombres iban caminando por el campo, al acercarse a un río se encontraron con una mujer que quería cruzar al otro lado, pero que no sabía como hacerlo, ya que no había ningún puente. El primer hombre se ofreció amablemente: –Si quieres podemos llevarte en brazos hasta el otro lado del río; y ella aceptó agradecida su ayuda.

Así que los dos hombres entrelazaron sus manos, la levantaron y la llevaron hasta el otro lado del río. Después de seguir sus caminos, uno de ellos de pronto se quejó amargamente; –¡Mira mi ropa! –dijo. –Está toda sucia de barro por haber cruzado a esa mujer, la espalda me duele y me siento muy cansado.

El otro hombre simplemente sonrió y asintió con su cabeza. Más adelante, el segundo hombre se quejó nuevamente, ya no puedo seguir adelante, me duele todo, todavía siento el esfuerzo, dijo.

El primer hombre miró a su compañero, que ya estaba en el suelo quejándose y le dijo:
– ¿Te has preguntado por qué yo no me estoy quejando?, te lo diré: La espalda te duele, porque todavía estás llevando a la mujer en tus brazos, pero yo la bajé apenas cruzamos el río.


Así es como somos nosotros. Llevamos las cargas del pasado sobre nuestros hombros. Ponemos una caja llena de odios, frustraciones, resentimientos, envidias, celos y muchísimas cosas más que, con el pasar de los años, se hace más pesada, hasta que un día, como el hombre de la historia, nos duele hasta el alma por el tremendo esfuerzo.
Jesús te dice:

«Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mi, y yo los haré descansar» Mateo 11, 28

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