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Francisco Spoto, Beato |
Francisco Spoto nació al 8 de julio de 1924, en Raffadali (Italia). Los padres lo educaron para una fe profunda y genuina y ellos lo transmitieron un gran sentido del deber. La familia, la escuela y la parroquia eran las atmósferas frecuentadas por Francisco: sus educadores y los padres en primer lugar se dieron cuenta de que en ese muchacho bueno, conciente y sensible estaba madurando el germen de la vocación al servicio de Dios y de los hermanos.
Francisco entró en el Seminario de la Congregación de los Misioneros Siervos de los Pobres, en 1936. Desde el principio mostró poseer un carácter: humille, pero tenaz, con un alto sentido del deber y de responsabilidad. Precisamente debido a su determinación y la tenacidad ganó dos apodos, de los compañeros y los superiores respectivamente: “alemán” y “piedra”, nombres que dan una imagen clara del temple del joven. Durante los años en el seminario nació en él la pasión por los estudios, que en su breve vida se tradujeron en una preparación sólida, claramente visible en sus escritos, cartas y homilías. La cultura no era en sí su meta, sino colocarla al servicio del amor a Dios y a los hermanos.
En 1 de noviembre de 1940 Francisco emitió su primera profesión. Recibió la Ordenación sacerdotal al 22 de julio de 1951. Inmediatamente dedicó su ministerio sacerdotal al desarrollo de los trabajos típicos de la Congregación de los Misioneros Siervos de los Pobres. El Capítulo General de 1959 lo escogió Superior-General teniendo tan sólo 35 años justos, necesitó una dispensa de la Santa Sede debido a su corta joven. Asume las nuevas responsabilidades con tenacidad renovada, determinación y fuerte sentido del deber empeñándose con todo sus fuerzas en dar impulso y vitalidad a la Congregación, poniéndose al servicio de todos con activa humildad y la amorosa firmeza. La oración perfuma y palpita en su vida, ya que él la considera centro de sus actividades cotidianas.
Su manera concreta permitió conseguir la aprobación de las Constituciones de parte de la Santa Sede, la nueva Casa de estudios teológicos en Roma y, en 1961, la inauguración de la misión en Biringi, en la actual República Democrática de Congo (anterior-Zaire). Y, de hecho allí, en la tal estimada tierra, P. Spoto pasará los últimos meses de su vida en una camino direccionado a la santidad y al martirio. El 4 de agosto de 1964, partió para Biringi para confortar a los hermanos que se encontraron en dificultad notable debido a la situación políticamente crítica y peligrosa en la ex-colonia belga que, después de obtener la independencia en 1960, pasó un periodo muy inestable, con luchas marcadas por ideologías materialistas y anti-religiosas, que se volvieron más feroces a partir de 1964 debido a la persecución de innumerables religiosos y monjas. En este contexto, P. Francisco partió para el Congo, lleno de entusiasmo, aunque consciente de que podría perder su propia vida. En el mes de septiembre, cuando la situación en Biringi se hizo más difícil, decidió dejar el cargo de Superior-General, comunicando su decisión en una carta dirigida al Vicario-General: “Si me quedo aquí no es por persistencia o indiferencia, más bien es por un alto sentido alto del deber, interés y amor de la Congregación" (Carta al Vicario-general, el 20 de septiembre de 1964). Un padre bueno no abandona a sus propios hijos en la necesidad extrema.
A inicio de noviembre, P. Spoto y tres hermanos de la congregación fueron obligados dejar la misión y vagar sin dirección, escondiéndose y intentando huir de los Simba que los seguían por matarlos. En esta situación penosa, P. Francisco puso a punto su sentido de sacrificio, perfeccionando el deseo de ofrendar su vida para salvar a sus compañeros. No obstante vivir esa vida nómada, repleta de sustos y miedos, P. Francisco consiguió escribir una especie de “diario”. El día 3 de Diciembre sus compañeros fueron capturados. Él logró huir, empezó la noche vagando por el bosque con los pies descalzos, sediento, hambriento, ensangrentado... la mañana siguiente, él encontró a sus tres compañeros libres, milagrosamente ilesos. En la noche del 11 de Diciembre P. Francisco fue atacado por dos guerrilleros y, debido a los violentos golpes, quedó paralítico. A partir de esa trágica noche, hasta el día de su muerte, él fue transportado en una especie de camilla, continuando el escape para evitar ser capturados nuevamente. P. Francisco murió al 27 de diciembre de 1964, después de haber recibido el Sacramento de la Unción. Enterrado en las proximidades de la choza donde se refugiaron. Sus hermanos de la Congregación sobrevivieron y regresaron a Italia.
Su muerte no fue una oferta inútil: su sangre inocente bañó ese pedazo de tierra de África e hizo crecer y producir abundantes frutos.
Beato Francisco Spoto, religioso y mártir
fecha: 27 de diciembre n.: 1924 - †: 1964 - país: República Democrática del Congo canonización: B: Benedicto XVI 21 abr 2007 hagiografía: Vaticano
En Biringi, Rep. Democrática del Congo, beato Francisco Spoto, religioso y mártir.
Francisco Spoto nació el 8 de julio de 1924 en Raffadali (Italia). Los padres lo educaron en una fe profunda y genuina, y le transmitieron un gran sentido del deber. Ingresó en el seminario de la congregación de los Misioneros Siervos de los Pobres en palermo, en 1936. Desde el principio mostró poseer un carácter humilde, pero tenaz, con un sentido del deber y la responsabilidad muy acentuado. Precisamente a causa de esa determinación sus compañeros lo lamaban con los motes de «alemán» y «roca». De esos años de estudio proviene su sólida preparación, que se manifiesta en sus escritos, cartas y homilías.
Emitió su primera profesión el 1 de noviembre de 1940, y recibió la ordenación sacerdotal el 22 de julio de 1951. El capítulo general de 1959 lo eligió Superior General con apenas 35 años, para lo que hubo que pedir dispensa de la Santa Sede. En su superiorato se concluyó la aprobación de las Constituciones de la Congregación por parte de la Santa Sede, la nueva casa de estudios teológicos en Roma, y la inauguración, en 1961, de la misión en Biringi, en la actual república Democrática del Congo, que era en ese momento Zaire.. Es precisamente allí, en esa tierra tan amada por él, en la que transcurrirá los últimos meses de su vida, en una carrera orientada enteramente a la santidad, hasta el martirio.
El 4 de agosto de 1964 partió para Biringi a fin de confortar a los hermanos. El país se hallaba en una situación política de gran inestabilidad; la ex colonia belga había obtenido la independencia en 1960, pero las luchas iban en aumento, y se volvieron más feroces en 1964 debido a la persecusión, en nombre de una ideología materialista, de todos los religiosos y religiosas presentes en el lugar. En el mes de septiembre, cuando la situación se hizo más difícil, el padre Spoto prefirió permanecer allí y declinar su cargo de Superior General, lo que comunicó en una carta dirigida a su Vicario: «Si permanezco aquí ... es por el interés y el amor por la Congregación».
A inicios de noviembre, el P. Spoto y tres hermanos de hábito fueron obligados a dejar la misión y a vagar sin rumbo, escondiéndose y procurando huir de los grupos que los seguían para asesinarlos. El P. Francisco ofreció a Dios su vida a cambio de que la de sus compañeros se salvaran. En esta situación errante y de miedo, el P. Francisco consiguió escribir una especie de «diario». El día 3 de diciembre, sus compañeros fueron capturados. Él había conseguido huir; pasó la noche vagando en los bosques, con los pies descalzos, sediento, hambriento, ensangrentado... a la mañana siguiente encontró a sus tres compañeros libres. La noche del 11 de diciembre el padre fue atacado por dos guerrilleros, y a causa de los violentos golpes que recibió, quedó paralizado. A partir de aquella noche y hasta su muerte fue transportado en una especie de hamaca, prosiguiendo la fuga para evitar ser capturados nuevamente. El P. Spoto murió el 27 de diciembre después de recibir el sacramento de la Unción, y fue sepultado en las proximidades de la cabaña donde se refugiaba. Sus tres hermanos lograron salvarse y regresar a Italia. Fue beatificado bajo el pontificado de SS. Benedicto XVI en 2007.
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