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Acisclo y Victoria, Santos |
Patronos de Córdoba
Martirologio Romano: En Córdoba, en la provincia hispánica de la Bética, san Acisclo, mártir (s. IV).
Etimología: Acisclo = aquel que maneja bien las herramientas, viene del latín. Victoria = aquella que es victoriosa frente al mal, viene del latín
Estamos en Córdoba en el año 303. El pretor Dión mandaba en la ciudad y eran tiempos de los emperadores Diocleciano y su amigo Maximiano.
Es la décima persecución contra los cristianos.
España estaba ya en gran parte cristianizada.
Córdoba contaba ya con muchos fieles.
Dos hermanos, Acisclo y Victoria, eran conocidos por su caridad y su entrega a los pobres y marginados.
El gobernador los denunció por rebeldes a las leyes imperiales.
Victoria, tranquila y serena, le dijo al gobernador:" Me harás un gran favor si cumples en mí las amenazas que me has lanzado. Vale más morir por Cristo que por todas las promesas que me haces".
Los encerraron en los calabozos para hacerles nuevos interrogatorios.
Después de desgarrarles sus pies, los echaron al fuego.
Victoria gritaba y le cortaron la lengua y a Acisclo el cuello.
Fueron los primeros mártires de Córdoba y sus patronos.
La fuerza de su valor se las daba la oración en común. Dios estaba presente en ellos.
San Acisclo, mártir
fecha: 17 de noviembre †: s. IV - país: España canonización: pre-congregación hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Córdoba, en la provincia hispánica de la Bética, san Acisclo, mártir.
patronazgo: patrono de Córdoba, España; protector contra las tormentas.
A pesar de la gran popularidad local de la que goza la leyenda de Asisclo y Victoria, hermanos que, en Córdoba de España, confesaron como mártires a Cristo, el Martirologio Romano actual ha preferido ceñirse a lo que es históricamente seguro: la existencia de Asisclo, no la de Victoria. Efectivamente, de Asisclo hay varios testimonios y muy antiguos: una inscripción del siglo VI que hace referencia a sus reliquias, una mención en los poemas de Prudencio (fin siglo IV), una inscripción en el Martirologium Hieronymianum; así qeu puede asegurarse la antigüedad de su culto. Mientras que el de Victoria parece ser legendario, y sólo aparece en el testimonio, más bien tardío, de san Eulogio de Córdoba (siglo IX).
En cuanto a los hechos que se refieren al martirio, lamentablemente no tenemos ningún relato fiable; Eulogio -con el límite de su carácter tardío, meniconado recién- afirma que eran hermanos y que habían nacido en Córdoba. Cuando se les acusó de ser cristianos, fueron encarcelados, golpeados y torturados para obligarlos a apostatar. Finalmente, se les ejecutó en el circo. Acisclo fue decapitado y Victoria murió atravesada por las flechas. Una dama llamada Minciana sepultó los cuerpos en su casa de campo, sobre la que más tarde se construyó una iglesia. esta iglesia dedicada a san Asisclo es al que aparece tantas veces mencionada en la obra de Eulogio, ya que allí se trasladaban las reliquias de los mártires en la muy posterior persecusión sarracena de mediados del siglo IX. Imposible saber en qué época ocurrió el martirio, ya que las referencias van del siglo II al IV.
véase Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum, pp. 606-607 del 18 de nov. J. Vives, Inscripciones cristianas de la España romana y visigoda (1942), n. 316. En Florez, España Sagrada, vol. x, pp. 485-491 se encuentra la «passio legendaria». este artículo aprovecha íntegramente el material y bibliografía del Butler para esta entrada, reelaborado.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
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