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miércoles, 30 de octubre de 2013

¡Afila tu hacha!

 

La historia de un leñador y una enseñanza para la vida.
                
¡Afila tu hacha!
Hace algunos años un joven que buscaba trabajo se le acercó al capataz de un aserradero y le preguntó si tenía trabajo para él. “Eso depende”, contestó el capataz, “Miremos si puedes tirar éste árbol.”

El joven avanzó unos pasos hacia un árbol y lo derribó hábilmente. El capataz estaba impresionado y exclamó, “¡Puedes empezar el lunes!”.

Pasó el lunes, el martes, y el miércoles. El jueves por la tarde el capataz se le acercó  y le dijo,  “Puedes recoger tu cheque de pago hoy a la salida”.

Sobresaltado, el joven preguntó, “Pensé que usted pagaba sólo el viernes.”

“Normalmente así lo hacemos,” respondió el capataz, “pero nosotros te estamos despidiendo porque tu rendimiento está bajando. Nuestras estadísticas diarias revelan que estando en el primer lugar el lunes has descendido al último lugar el miércoles”.

“Pero soy un trabajador resistente”, objetó el joven, ”Llego primero, me voy último y ¡he estado trabajando hasta en mis tiempos libres!”.

El capataz, viendo la integridad del joven, pensó por un minuto y luego le preguntó, “¿Has estado afilando tu hacha?”.

El joven respondió, “Bueno... no, Señor. He estado trabajando tan duro que no me he tomado el tiempo para hacerlo…”



¿Y tú? ¿Demasiado ocupado para afilar tu hacha?

La oración es la piedra que te da el filo necesario. Sin la oración, entre más trabajo lleves a cabo, más lento e improductivo te pondrás.

Necesitamos parar y tomar el tiempo para "afilar" nuestra vida espiritual en oración con nuestro Padre celestial, Él puede hacer mucho más de lo que imaginamos.

Así nuestro esfuerzo será fecundo. Así seremos útiles para el Reino de Cristo.

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