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sábado, 14 de septiembre de 2013

Gaspar Stanggassinger, Beato


Sacerdote Redentorista, Septiembre 26
 
Gaspar Stanggassinger, Beato
Gaspar Stanggassinger, Beato

Sacerdote

Martirologio Romano: En Gars, cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, beato Gaspar Stanggassinger, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor, dedicado a la educación de los jóvenes, siendo para ellos modelo de caridad alegre y asidua oración (1899).

Nace en una familia humilde y trabajadora en el año 1871 en Berchtesgaden (Alemania). Es el segundo hijo de 15 hermanos. Desde pequeño siente deseos de ser sacerdote, y con 9 años, siendo monaguillo, escucha la llamada de Dios a entregarse a su servicio.

Con 10 años inicia estudios en Freising, pero no destaca por su talento. Tres años después ingresa en el seminario, mejorando en los estudios por su alegría y tesón. El profesor Plenther le admite hacer Voto de Castidad con sólo 16 años. Escribe su “diario espiritual” (todo es gracia), y siente gran devoción al Espíritu Santo, quien todo lo hace, su fundamento espiritual. En 1889, sufre la fiebre tifoidea y tras realizar una confesión general y recibir los sacramentos, se recupera rápidamente. Es su gran conversión. Fruto de los ejercicios espirituales, y de sus vacaciones en su pueblo se va forjando su carisma, centrado en Cristo, dedicación a los más pequeños, y acompañar a los jóvenes en el conocimiento de Jesús. Acabado el Bachiller, ingresa en el Seminario Mayor, destacando su interés por la Filosofía (Sto. Tomás), y por las Ciencias Naturales debido a su profesor Max Westmeier. Obtiene “cum laudem” en dogmática, y Sagrada Escritura, y siente pasión por la historia de la Iglesia.

Vocación redentorista

El acercamiento a los redentoristas es progresivo, desde que en 1887, realiza una confesión general en Dürnberg, desde entonces se confiesa con redentoristas. Será en 1892, tras una excursión con el seminario, y haber rezado el rosario, cuando orando ante la Virgen de Altötting, escucha: “vete a Gars, junto al rio Inn, con los redentoristas”. Tiempo después escribe: “me he dado cuenta que con los redentoristas puedo vivir una vida con Dios, en Dios y para Dios”. Dejó el seminario y fue a casa de sus padres, quienes se opusieron a la decisión, sobre todo por que los redentoristas en Alemania habían sido prohibidos por la ley Kulturkampf de Bismark, por considerarlos nocivos para el Estado. El 6 de octubre de 1892 comienza su noviciado en Gars, tomando el hábito el 29 de noviembre. En ese tiempo escribe a sus padres para tranquilizarlos. Tiene por maestro a J. Frankenberger, quien cree en extrañas revelaciones, sobre este asunto escribe Gaspar: “Los elevados misterios no son para mí. Lo esencial se encuentra en el Evangelio, para mi son incomprensibles... me limito a las verdades elementales, a la vida eterna, encarnación, redención y al Santísimo Sacramento”.

Tiene dificultades para entender a un novicio, a quien no aguanta, y siente deseos de abandonar el noviciado. Esta etapa viene marcada en su espiritualidad por su apertura total a Dios y fidelidad sólo por su amor. El camino que sigue viene marcado por mortificaciones, oración, visitas regulares al Santísimo, 4 exámenes de conciencia diarios, retiros y ejercicios de piedad. Con ello busca un mayor compromiso, ser modesto y confiar en Dios: “mi única vocación es hacer la voluntad de Dios”. El 16 de octubre de 1893 hace la profesión religiosa en Dürrnberg.

Teologado y ordenación

Continúa sus estudios teologales en Dürrnberg, bajo la dirección del P. Rieger, de quien queda impresionado por su ciencia, y anota una de sus frases: “Quien estudia la Teología sin rezar, fácilmente puede convertirse en un loco peligroso”. Los serios propósitos del noviciado los sigue manteniendo, con la meditación, oración sencilla y contemplación, cuidando así su vida interior: “nuestra vida interior es nuestra verdadera vida”.

En esta época se propone cuidar su atención a los demás, ser más respetuoso, comprenderlos mejor, ser más amable y no sermonear ni juzgar. Todo un estilo de vida, de honestidad y sencillez que le acompañará toda su vida. El 28 de diciembre de 1893 recibe el subdiaconado en Ratisbona; el 21 de septiembre del año siguiente, el diaconado. Finalmente es ordenado sacerdote en la misma ciudad el 16 de junio de 1895, cuando tan sólo tenía 24 años, y canta misa en su pueblo natal el día 24 del mismo mes. Tras los ejercicios para prepararse para la ordenación, escribió: “...en la predicación debo evitar la palabrería vacía y aburrida. Predicaré únicamente la palabra de Dios y no la mía”.

Trabajo pastoral

Tras ser ordenado es destinado al Seminario Menor de futuros Misioneros Redentoristas de Dürrnberg, como profesor y encargado de estudios. Sus cualidades personales, le hace ganarse rápidamente la confianza de los chicos. Su cordialidad, disponibilidad, afecto, humildad, comprensión y bondad, no le impiden ser firme y prudente en su trato y decisiones.

Tras estudios sobre la enseñanza, se decanta por un nuevo estilo estimulante, que no obligue a nadie, tolerante, paciente y entregado, en que se obedece sólo por amor, porque se quiere y no porque se debe, un estilo alegre y sereno. Nunca castiga ni reprende. Si algo está mal, los llama aparte, y si se equivoca les pide perdón en público, incluso de rodillas. Apuesta por una formación integral de los jóvenes, donde haya juego, deporte y otras manifestaciones, orientando hacia la madurez personal y el equilibrio interior, fundamentándolos siempre en Cristo. También propone unos días de vacaciones para los alumnos con sus familias. Se vuelca en la dedicación hacia los alumnos, especialmente con los enfermos.

Además de este trabajo, se encarga de la contabilidad del seminario, de elaborar los nuevos estatutos de la casa, y de los programas de estudio. En la comunidad, hace de reconciliador entre los hermanos, buscando el entendimiento entre jóvenes impacientes y superiores exigentes.

A sus 26 años, es el encargado de los postulantes, quienes le tienen gran cariño por su amistad, sencillez y cercanía, llegando a decir de Gaspar: “le gustaba pasar el rato y entretenerse sentado con nosotros”. Aunque le hubiese gustado haber ido de misiones, Gaspar se siente plenamente misionero en su trabajo pastoral en el seminario, y también en su confesionario, y sus predicaciones sencillas, destacando las referentes a María. Stanggassinger dice de sí mismo: “soy una caña hueca a través de la cual habla Dios”. En 1897, el intenso trabajo le desborda y entra en un estado de tensión y agotamiento, aún así, seguirá trabajando con toda su fuerza.

Últimos días

Los últimos días de su vida, transcurren rápidamente en Gars, al ser trasladado el Seminario Mayor hasta esa ciudad. Llega el 11 de septiembre de 1899, y el día 13 dirige unos ejercicios espirituales para los alumnos, en los que presiente su final.
El día 22 se siente cansado y sin fuerzas, con fuertes dolores de vientre: “...ahora veo la diferencia entre predicar sobre la paciencia y sufrir con paciencia el dolor”.

El 24 de septiembre, tras celebrar la eucaristía en la enfermería, pide la unción, que la recibe al día siguiente. Diagnosticada una apendicitis que se vuelve peritonitis, se rodea en sus últimos momentos de los jóvenes a los que les predica de la siguiente manera: “Honrad y amad a la buena Madre, visitar a Jesús Sacramentado”. Tras recibir la comunión y hacer una oración de San Alfonso, muere en la madrugada del día 26 de septiembre de 1899 en la ciudad de Gars. Tan sólo tenía 28 años.

Tras su muerte, el seminario queda en un gran desconcierto, hay que asignar un nuevo director, ya que dos días antes Gaspar había sido nombrado director. Sus alumnos lo reconocen rápidamente como modelo de santidad, y comienzan a pedir su intercesión.

Modelo de santidad

En 1935, el mismo día que da comienzo el proceso de canonización, se produce el primer gran milagro, al ser curada de un tumor de estómago sor María Teófilo. Sus reliquias se veneran en una capilla de la Iglesia Redentorista de Gars. En 1986 el Papa Juan Pablo II lo declara Heroico en la práctica de las virtudes cristianas. Y finalmente el 24 de abril de 1988 lo declara Beato de la Iglesia Universal en Roma.

Su vida, testimonio vivo, ejemplo y modelo de los Redentoristas en una vida sencilla y totalmente entregada a hacer la voluntad de Dios con amor y negación de sí mismo. Hacer de su vida en humildad sencilla y alegre una oblación, prolongación de la Redención de Cristo.

El Beato Gaspar Stanggassinger, no destaca por los hechos extraordinarios. Destaca por su forma de vivir en la vida ordinaria, por su encuentro con Cristo en todo, por seguirlo con decisión y coherencia. Es un modelo de sencillez, que se toma en serio la realidad terrena, que ama la naturalez, y disfruta de ella y de la familia y amigos, sin abandonar en ningún momento su vida espiritual y religiosa, sin exageraciones, de una forma sencilla y humilde.

En la Provincia Redentorista de España es el Patrón de los formadores y formandos (postulantes, novicios y estudiantes teólogos) y de las vocaciones a la vida misionera redentorista.



Beato Gaspar Stanggassinger, religioso presbítero
fecha: 26 de septiembre
n.: 1871 - †: 1899 - país: Alemania
canonización: B: Juan Pablo II 24 abr 1988
hagiografía: Congregación
En el lugar de Gars, cercano a la ciudad de Munich, en Alemania, beato Gaspar Stanggassinger, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor, dedicado a la educación de los jóvenes, para los que fue modelo de caridad alegre y asidua oración.

«Los santos tienen intuiciones especiales», escribía Stanggassinger. «Pero lo que es importante para mí, que no soy un santo, son simplemente las verdades eternas: La Encarnación, la Redención y la Santísima Eucaristía.»

Gaspar Stanggassinger nació en 1871 en Berchtyesgade, al sur de Alemania. Fue el segundo hijo de 12 hermanos. Su padre, respetado por todos, era campesino y poseía una cantera. Desde niño deseaba ser sacerdote. En sus años de infancia, a Gaspar le gustaba jugar a «hacer de sacerdote» y «predicaba» breves sermones a sus hermanos y hermanas; los llevaba incluso en procesión a una capilla en la montaña cercana a la propia casa.

A los 10 años fue a Frisinga a continuar sus estudios que encontró particularmente difíciles. Pero su padre le había advertido que si no superaba los exámenes, debería abandonar la escuela. A fuerza de voluntad, con gran aplicación y fidelidad a la oración, hizo constantes progresos. En los años siguientes, durante las vacaciones, reunía a grupos de jóvenes a los que enfervorizaba en la vida cristiana, animaba a formar entre ellos un grupo y le ayudaba a organizar su tiempo libre. Todos los días asistía el grupo a misa, hacían excursiones o peregrinaciones. Gaspar se dedicaba mucho a ellos e incluso, en una ocasión, arriesgó su vida para salvar a uno durante una escalada en la montaña.

Entró en el seminario diocesano de Munich y Frisinga en 1890 para comenzar sus estudios de teología. A fin de descubrir mejor la voluntad de Dios, se entregó a un riguroso programa de oración. Bien pronto vio claro que el Señor lo llamaba a vivir su vocación como religioso. Tras una visita a los redentoristas, sintió el deseo de seguir su vocación como misionero. A pesar de la oposición de su padre, entró en el noviciado redentorista de Gars en 1892 y fue ordenado sacerdote en Regensbourg en 1895.

Gaspar Stanggassinger entró en la Congregación del Santísimo Redentor para ser misionero, pero sus superiores lo destinaron a la formación de futuros misioneros, como vicedirector del pequeño seminario de Durenberg, en las cercanías de Hallein. Se entregó completamente a lo que se le había encomendado. Como religioso, había hecho el voto de obediencia y esto lo vivió de modo claro y constante. Todas las semanas, durante 28 horas, daba clase, pero estaba siempre disponible para los jóvenes. Los domingos ayudaba en las iglesias de los pueblos vecinos, sobre todo predicando. A pesar de este programa de trabajo, siempre estaba disponible de modo paciente y comprensivo para atender las necesidades de los demás, sobre todo de los estudiantes que veían en él más a un amigo que a un superior. A pesar de que el reglamento de formación era muy riguroso, Gaspar no se comportó jamás con dureza; tenía siempre el sentimiento de haber podido ofender a alguno y se excusaba constantemente con humildad.

Profundamente devoto del Señor y de la Eucaristía, invitaba en sus predicaciones a la gente y a los jóvenes a acudir al Santísimo Sacramento en los momentos de necesidad y de duda. Animaba a ir a Cristo para adorarlo y para hablar con Él como con un amigo. Recomendaba frecuentemente a los fieles que tomaran muy en serio la vida cristiana, que crecieran en la fe mediante la oración y mediante una continua conversión. Su estilo era directo y convincente, sin amenazas de castigos, en contraste con lo que era habitual en las predicaciones de su tiempo.

En 1899, los redentoristas abrieron un nuevo seminario en Gars. El Padre Gaspar Stanggassinger fue nombrado Director. Tenía entonces 28 años. Tuvo el tiempo justo de predicar un retiro a los estudiantes y de participar en la apertura del año escolar. El 26 de septiembre, su peregrinaje terreno se terminaba a causa de una peritonitis. Su causa de canonización se inició en 1935 con el traslado de sus restos a la capilla lateral de la iglesia de Gars. Fue proclamado beato por el Papa Juan Pablo II el 24 de abril de 1988.
fuente: Congregación
 

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