martes, 3 de septiembre de 2013

Éxodo

       

 


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El término «éxodo» significa, en griego, «camino de salida», y puede designar:
  • - bien el acontecimiento histórico de la salida de Egipto, que comprende varios episodios: la salida de Egipto (Ex 12-13), el paso del mar Rojo (Ex 14), el camino y la estancia en el desierto, hasta la entrada en Canaán;
  • - bien el libro que narra estos acontecimientos: el segundo libro del Pentateuco, llamado éxodos por los judíos de Egipto, que hablaban griego, en el siglo III antes de nuestra era;
  • - bien el tema teológico, las nociones y símbolos vinculados a este acontecimiento fundador, para revelar toda su profundidad religiosa.
Veamos a continuación cada uno de estos aspectos

El acontecimiento

A lo largo de los siglos que habían seguido a la instalación del clan de Jacob en Egipto, sus descendientes, los israelitas (que los egipcios llaman hebreos), son reducidos a la esclavitud. Un día, hacia el 1250 o 1230 a.C., bajo la dirección de Moisés, huyeron de Egipto (¿o fueron expulsados?) y llegaron al desierto del Sinaí, más allá del mar Rojo. Durante su vagabundeo de cuarenta años, estos antiguos esclavos se convirtieron progresivamente en un pueblo organizado con una religión sin equivalente entre los pueblos vecinos. Ésta descansa en la adoración de un Dios único e invisible que ha ofrecido a este pueblo elegido su Alianza* y su Ley*, para hacer de él su testigo ante los demás pueblos.

Los escritos

Estos acontecimientos fueron durante mucho tiempo narrados oralmente durante la fiesta* de la Pascua, cada primavera. Mucho más tarde, estas tradiciones orales fueron puestas por escrito en los dos reinos entre los que se había dividido el pueblo judío: Israel al norte y Judá al sur, con Jerusalén. Estas antiguas tradiciones del futuro Pentateuco fueron reunidas en los libros del Éxodo y de los Números (llamado así porque comienza con un censo del pueblo).

El tema

La salida de Egipto es entendida como el acontecimiento fundador de Israel. Es la gran experiencia que fundamenta su convicción: el Dios del éxodo se ha revelado como un Dios liberador. Ha intervenido para salvar a su pueblo. Poco después, en el desierto, Dios propone su alianza* a Israel: él le promete protección y salvación, pero a su vez espera de su pueblo que practique fielmente su Ley*, viviendo según la justicia y el derecho.
Este acontecimiento fundador del éxodo es conmemorado por Israel, a lo largo de su historia, en la fiesta de la Pascua, que celebra la liberación de Egipto mediante el paso del mar Rojo. Algunos salmos (p.ej. Sal 114; 136) y numerosos textos de profetas (Am 2,10; 3,1) recuerdan sin cesar a Israel su nacimiento como pueblo de Dios y lo invitan a permanecer fiel al Dios que le ha elegido y liberado.
En el siglo VI, un profeta anunciará a los judíos exiliados en Babilonia que Dios les va a liberar y les va a hacer volver a Judá; afirma que este regreso será como un nuevo éxodo, aún más maravilloso que el primero (Is 43,16-20).

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