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viernes, 23 de agosto de 2013

La humildad en la Regla de San Benito


 



San Benito desarrolla la doctrina sobre la humildad en el séptimo capítulo. Para varios comentaristas es este el nudo de la doctrina ascética de la Regla. 
También aquí el término humilitas hace referencia a una realidad muy distinta de lo que se entiende comúmente entre moralistas. Los monjes solían dar a este vocablo un sentido extraordinariamente amplio que iba desde la obediencia hasta las humillaciones. En realidad no constituía una virtud bien individualizada sino un espíritu que penetraba todas las virtudes. Para Casiano es la disposición fundamental a toda perfección cristiana y al mismo tiempo su coronamiento, ya que abarca la purificación del alma, la extirpación de los vicios, la adquisición de todas las virtudes, la caridad perfecta y los diversos grados de contemplación.
La verdadera humildad se define como el espíritu que anima toda la vida práctica, toda disciplina, todos los ejercicios que conducen a la perfección de la caridad. La humildad significa la respuesta del hombre a la actitud íntima y profunda de Cristo. Era imitación de Cristo. De ahí que se hubiese convertido en la virtud fundamental del monje. De ahí que se tradujera en obediencia, porque la humildad de Cristo se expresó en la obediencia extrema a la voluntad de su Padre

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