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lunes, 24 de junio de 2013

Teología católica

 

 

   

Permission=Este texto é propriedade intelectual do seu autor Paulo Avelino. É permitida sua reprodução em sítios na Inter
La teología católica es la teología desarrollada por el catolicismo, común a las Iglesias cristianas que se denominan católicas. La teología católica estudia a Dios tomando como base 3 fuentes: las Sagradas Escrituras, la Tradición de los Santos y el Magisterio.
Una de las características de la teología católica es su alto grado de sistematización, aquilatado durante el periodo escolástico con la universalización de las escuelas, es decir, con la aparición de la Universidad.
Los temas que aborda en su mayoría se refieren a la necesidad de renovar la imagen de la Iglesia como el lugar de la presencia de Cristo en la Eucaristía, un estudio de la revelación más importante de la teología kerigmática, y la relación entre Dios y la dimensión terrena de la historia. Ya hemos mencionado a Maritain y Gilson, que se expresaron a favor de un humanista cristiano, Yves Congar que propuso una Iglesia entendida no tanto como institución, sino como comunidad de salvación. Partiendo de la dirección predominante tomista, Pierre Theilard buscó una síntesis entre la fe y la evolución en las leyes del mundo, y la fe en Dios
Otras obras, como la República Dominicana, Marie-Dominique Chenu, Karl Rahner, un defensor de un "giro antropológico" de Hans Urs von Balthasar, quien exhortó a la Iglesia a renovarse a sí misma, preparó el terreno al Consejo Vaticano II, que provocó un intenso debate sobre la relación con la realidad terrena y de los problemas de la secularización, además de determinar un ecumenismo más pronunciado. Lo que ayudó a la llamada "teología de la esperanza" fue una profundización de la naturaleza escatológica del cristianismo en el sentido progresivo del término. Dicha "teología de la esperanza" hizo propios los elementos políticos y utópicos y le siguieron, con diferentes configuraciones, la teología de la liberación, construida en América del Sur, quien dio la bienvenida gran parte de la ideología marxista del sistema, la teología negra africana.
La Universidad de París fue durante el siglo XIII el centro teológico de Occidente.

Partes de la Teología católica

TEOLOGÍA FUNDAMENTAL



1. La Teología es una ciencia
2. La religión cristiana
3. La religión cristiana es la verdadera
4. La religión cristiana es la verdadera (testimonio de Cristo)
5. Necesidad de la religión cristiana
6. Posibilidad de la Revelación
7. La Revelación de Moisés
8. La existencia de Dios
9. Posibilidad de la Revelación sobrenatural
10. Necesidad de la Revelación divina
11. Obligación de abrazar la religión verdadera
 


1. La Teología
 



-Es una ciencia
-Procede de la revelación de Dios a los hombres
-Sus verdades son más firmes que las verdades naturales
-Es más perfecta, más sublime y útil que las demás ciencias
-Es más excelente
-Es necesaria a la Iglesia y a los fieles
-Es «verdadera sabiduría»


-La Teología es una ciencia


Ciencia es un conjunto de conocimientos adquiridos por demostración, y que pertenecen a una rama del saber humano.
 


Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza... (2 Pe. 1, 5).
 



-La Teología es una ciencia que no procede de los principios conocidos por la luz natural del entendimiento, sino por luz superior de la Revelación de Dios a los hombres.
 
 


Sin embargo, hablamos de sabiduría entre los perfectos, pero no de sabiduría de este mundo ni de los príncipes de este mundo, que se van debilitando; sino que hablamos de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los príncipes de este mundo... (1 Cor. 2, 6).
 


Aclaración. Hay dos clases de ciencia: la adquirida por la luz natural del entendimiento y la que procede de los principios conocidos por la revelación de Dios a los hombres.
 



-Las verdades de la Teología, en cuanto que están apoyadas en la Revelación de Dios que es la primera verdad, son más firmes y ciertas que las verdades naturales que están fundadas en la verdad participada.
 
 


Y así se nos hace más firme la palabra de los profetas... (2 Pe. 1, 19).
...porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios (2 Pe. 1, 21).



-La Teología es más perfecta, más sublime y más útil que todas las demás ciencias.
 
 


a) -Es más perfecta.
 


Feliz el hombre que se ejercita en la sabiduría, y que en su inteligencia reflexiona, que medita sus caminos en su corazón y sus secretos considera (Si. 20, 21).
 


Aclaración. Es más perfecta porque cuanto más se entrega el hombre al estudio de la sabiduría, más parte tiene en la bienaventuranza.
b) -Es más sublime.


...porque es para los hombres un tesoro inagotable y los que le adquieren se granjean la amistad de Dios,... (Sab. 7, 14).
 


Aclaración. Es la más sublime porque es la que más acerca al hombre a Dios por la amistad.
c) -Es más útil.


...apreciad la Sabiduría para que reinéis eternamente (Sab. 6, 21).
 


Aclaración. Es más útil porque la misma sabiduría conduce al reino de la inmortalidad.
 



-La Teología es más excelente que todas las demás ciencias humanas.
 
 


Sin embargo, hablamos de sabiduría entre los perfectos, pero no de sabiduría de este mundo ni de lo príncipes de este mundo, que se van debilitando; sino que hablamos de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los príncipes de este mundo... (1 Cor. 2, 6).
 



-La Teología, prescindiendo del método y orden con que hoy suele enseñarse, es, por providencia de Dios, necesaria a la Iglesia para la conservación de su doctrina. Y a cada uno de los fieles necesaria para conseguir la salvación.
 
 


a) -Necesaria a la Iglesia.
 


Porque el epíscopo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante... Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen (Tit. 1, 7-9).
 


b) -Necesaria a cada uno.
 


Para que no seamos ya niños, llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce engañosamente al error,... (Ef. 4, 14).
 



-La Teología es y se llama «verdadera sabiduría».
 
 


Sin embargo, hablamos de sabiduría entre los perfectos, pero no de sabiduría de este mundo ni de los príncipes de este mundo, que se van debilitando; sino que hablamos de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los príncipes de este mundo -pues de haberla conocido no hubieran crucificado al Señor de la gloria- (1 Cor. 2, 6-8).
...para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia,... (Ef. 3, 10).


2. La Religión cristiana
 



-Fue profetizada en el A. T.
-La religión verdadera no puede ser más que una
-Los criterios internos no manifiestan la verdad revelada, a no ser que coincidan con los externos
-Es de origen divino


-La fundación de la Religión verdadera fue profetizada en el Antiguo Testamento.


Confluirán a él todas las naciones, y acudirán pueblos numerosos. Dirán: Venid, subamos al monte de Yahvéh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos. Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahvéh (Is. 2, 2-3).
 

-La Religión verdadera no puede ser más que una.


El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará (Mc. 16, 16).
 


Aclaración. Jesucristo condiciona la salvación eterna y la consecución del último fin, a creer y ser bautizado en la religión que él reveló. Por tanto, la religión verdadera no puede ser más que una.
 



-Los criterios internos de la revelación no manifiestan la verdad revelada, a no ser que coincidan con otros criterios externos.
 
 


Criterios internos de la revelación son aquellos que están en la conciencia de cada hombre creyente. Externos son los que están fuera de la conciencia. Externos intrínsecos son los que surgen de las mismas verdades reveladas y extrínsecos son los que las demuestran y confirman.
 


Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas que yo realizado, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado (Jn. 5, 36).
Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí,... (Jn. 10, 25).



-El origen divino de la religión cristiana se demuestra porque Él no fue engañado ni pudo engañar.
 
 


a) -No fue engañado.
-Por la humildad que mostró.


...el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos (Mt. 20, 28).
...he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado (Jn. 6, 38).
...echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos... (Jn. 13, 5).


-Por la sabiduría eminente que manifestó.
 


...todos los que le oían estaban estupefactos por su sabiduría y por sus respuestas (Lc. 2, 47).
Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca (Lc. 4, 22).
Algunos de los escribas le dijeron: Maestro, has hablado bien. Y ya no se atrevía a preguntarle nada (Lc. 20, 39-40).
Respondieron los guardias: «Jamás un hombre ha hablado como habla este hombre» (Jn. 7, 46).


b) -No engañó a otros.
Mostró integridad en su conducta.


¿Quién de vosotros puede probar que soy pecador? (Jn. 8, 46).
 


Se mostró modelo de virtud.
-Celo por la gloria de su Padre.


El celo por tu Casa me devorará (Jn. 2, 17).
 


-Pretendía el honor de su Padre.
 


«Yo no tengo un demonio, sino que honro a mi Padre,... (Jn. 8, 49).
 


-Hacía siempre lo que agradaba a su Padre.
 


...yo hago siempre lo que le agrada a Él (Jn. 8, 29).
 


-Fue humilde.
 


Yo no busco mi gloria (Jn. 8, 50).
 


-No dejó que lo alabaran.
 


Jesús les mandó que a nadie se lo contaran (Mc. 7, 36).
 


-Despreció honras y honores.
 


...el diablo le dice: «Todo esto te daré si te postras y me adoras» (Mt. 4, 9).
Dícele entonces Jesús «Apartate, Satanás, porque está escrito:
Al Señor tu Dios adorarás, sólo a Él darás culto» (Mt. 4, 9-10).


-Llevó vida pobre.
 


«...el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza» (Mt. 8, 20).
 


-Despreció la dignidad real.
 


Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él sólo (Jn. 6, 15).
 


-Llevó su cruz.
 


...soportó la cruz sin miedo a la ignominia... (Hebr. 12, 2).
 


-Hizo bien a todos.
 


...pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo,... (Hch. 10, 38).
 


-Curó a los enfermos.
 


Y se maravillaban sobremanera y decían: «Todo lo ha hecho bien; también hace oír a los sordos y hablar a los mudos» (Mc. 7, 37).
 


-Consoló a los tristes.
 


Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores» (Lc. 6, 13).
 


-Perdonó a los que le torturaron.
 


Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc. 23, 34).
 


-No huyó de Judas.
 


Y al instante se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve Rabbi!», y le besó (Mt. 26, 49).
 


3. La Religión cristiana es la verdadera
 



-Los milagros son argumento certísimo
-Los discípulos enseñaban que los milagros que Jesucristo realizaba confimaban su doctrina
-Su propagación fue muy rápida
-Su veracidad se demuestra por su propagación tan rápida
-Esta propagación no se produjo por causas naturales, sino por providencia especial de Dios
-Su veracidad también se prueba por la excelencia de sus dogmas, preceptos, sanciones y medios de salvación
-También se prueba por la conversión de los judíos
-Por la renovación de costumbres
-Por su estabilidad perfecta


-Los milagros son un argumento certísimo de la divinidad y de la veracidad de la doctrina de Cristo.


«...Si no hago las obras de mi Padre, no me creía; pero si las hago, creed por las obras, aunque a mí no me creáis y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre» (Jn. 10, 37-38).
Las características del apóstol se vieron cumplidas entre vosotros: paciencia perfecta en los sufrimientos y también señales, prodigios y milagros (2 Cor. 12, 12).
Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos (Jn. 2, 11).



-Los mismos discípulos de Jesucristo enseñaban que los milagros que él realizaba servían para confirmar su doctrina.
 
 


Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañan (Mc. 16, 20).
Las características del apóstol se vieron cumplidas entre vosotros: paciencia perfecta en los sufrimientos y también señales, prodigios y milagros (2 Cor. 12, 12).
Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas los han sido para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre (Jn. 20, 30).
-La propagación de la religión cristiana se produjo muy rápidamente.


Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas tres mil almas (Hch. 2, 41).
Ante todo, doy las gracias a mi Dios por medio de Jesucristo, por todos vosotros, pues vuestra fe es alabada en todo el mundo (Rom. 1, 8).
Vuestra obediencia se ha divulgado por todas partes;... (Rom. 16, 19).
...la Palabra de la verdad de la Buena Nueva, que llegó hasta vosotros, y fructifica y crece entre vosotros lo mismo que en todo el mundo, desde el día en que oísteis y conocísteis la gracia de Dios en la verdad;... (Col. 1, 5-6).



-La veracidad y la divinidad de la religión cristiana se demuestran por su rápida propagación.
 
 


...Pedro les conjuraba y les exhortaba: «Salvaos de esta generación perversa.» Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día (de Pentecostés) se le unieron unas tres mil almas (Hch. 2, 40-41).
...vuestra fe es alabada en todo el mundo (Rom. 1,8).
Vuestra obediencia se ha divulgado por todas partes; por la cual me alegro de vosotros (Rom. 16, 19).
...la Palabra de la verdad y de la Buena Nueva, que llegó hasta vosotros, y fructifica y crece entre vosotros lo mismo que en todo el mundo, desde el día en que oísteis y conocísteis la gracia de Dios en la verdad;... (Col. 1, 6).



-La rápida propagación de la religión cristiana no puede producirse por causas naturales, sino por una especial providencia de Dios.
 
 


a) -La religión cristiana contiene dogmas contrarios a la razón y muy difíciles de creer.
 


Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles;... (1 Cor. 1, 22-23).
 


b) -Los Judíos muy adictos a sus leyes y los Paganos muy dados a la idolatría y a todos los vicios, se mostraban con ánimo muy contrario al Evangelio.
Para superar tantos obstáculos, los Apóstoles no usaban armas, ni riquezas, si sabían filosofías ni otras ciencias humanas, sino que solamente predicaban a Cristo.


...quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación (1 Cor. 1, 21).
 



-La veracidad y la divinidad de la religión cristiana se prueban por la excelencia de sus dogmas, de sus preceptos, de sus sanciones y de los medios de salvación.
 
 


a) -Excelencia de sus dogmas.
 


...cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedó asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y como sus escribas (Mt. 7, 28-29).
Quedaron asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad (Lc. 4, 32).


b)-Excelencia de sus preceptos.
-Son santísimos.


Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial (Mt. 5, 48).
Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación;... (1 Tes. 4, 3).
Seréis santos, porque santo soy yo (1ª Pe. 1, 16).


-Son simplicísimos.
 


Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente (Mt. 22, 37).
Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Mt. 22, 39).
La caridad es, por tanto, la Ley en su plenitud (Rom. 13, 10).


c) -Excelencia de sus sanciones.
 


...y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas (Mt. 11, 29).
El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo (Rom. 15, 13).
...y esta es la promesa que él mismo os hizo: la vida eterna (1 Jn. 2, 25).


d) -Excelencia de los medios de salvación.
-La fe y el Bautismo.


El que crea y sea bautizado, se salvará (Mc. 16, 16).
 


-La comunión.
 


Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre (Jn. 6, 51).
 


-La oración.
 


Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados (Sant. 5, 15).
 



-La veracidad y divinidad de la religión cristiana se demuestran por la conversión de los judíos.
 
 


Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas tres mi almas (Hch. 2, 41).
Sin embargo, muchos de los que oyeron la Palabra creyeron; y el número de hombres llegó a unos cinco mil (Hch. 4, 4).
La Palabra de Dios iba creciendo; en Jerusalén se multiplicó considerablemente el número de los discípulos, y multitud de sacerdotes iban aceptando la fe (Hch. 6, 7).



-La veracidad y la divinidad de la religión cristiana se demuestran por la renovación de costumbres que ha introducido en el mundo.
 

a) -La corrupción de costumbres entre los gentiles.


...llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados,... (Rom. 1, 29-30).
 


b) -La corrupción entre los paganos.
 


Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces, heredarán el Reino de Dios. Y tales fuisteis algunos de vosotros (1 Cor. 6, 9-10).
 


c) -La renovación de costumbres.
 


Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios (1 Cor. 6, 11).
 


Aclaración. Esta renovación de costumbres no puede proceder sino de Dios.
 



-La veracidad y la divinidad de la religión cristiana se demuestra por su perpetua estabilidad.
 
 


...Jesús le respondió: «...Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella...» (Mt. 16,18).
 


Aclaración. Después de 20 siglos, la Iglesia conserva sustancialmente los mismos dogmas, los mismos preceptos, los mismos sacramentos y el mismo modo de gobierno. Que esta estabilidad procede de Dios y no de los hombres consta en
 


...si esta idea o esta obra es de los hombres, se destruirá; pero si es de Dios, no conseguiréis destuirles (Hch. 5, 38-39).
 


4. La Religión cristiana es la verdadera (testimonios de Jesucristo)
 



-Su sabiduría y su santidad
-Sus profecías de sí mismo
-Su profecía y milagro de la resurrección
-Las profecías de sus discípulos, de su religión de los judíos
-Los milagros de las Apóstoles
-Su Santidad demuestra que manifestó siempre la verdad a los hombres


-Su sabiduría demuestra que manifestó siempre la verdad a los hombres
 


-No predicó por el conocimiento de otras doctrinas
-No recurrió al testimonio del Espíritu Santo sino a otros motivos


-El mismo Cristo, su sabiduría y su Santidad dan testimonio de su legación divina y de la veracidad de la religión.


a) -El mismo Cristo.
 


Jesús le dice: «Yo soy, el que te está hablando» (Jn. 4, 26).
Jesús les respondió: «Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado...» (Jn. 7, 16).
...porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar,... (Jn. 12, 49).
«...Por eso, las palabras que yo hablo las hablo como el Padre me lo ha dicho a mí» (Jn. 12, 50).


b) -Su sabiduría.
 


...todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas (Lc. 2, 47).
Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca (Luc. 4, 22).
Respondieron los guardias: «Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre» (Jn. 7, 46).


c) -Su santidad.
-El celo por la gloria del Padre.


El celo por tu casa me devorará (Jn. 2, 17).
 


-La honra de su Padre.
 


«Yo no tengo un demonio; sino que honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis a mí» (Jn. 8, 49).
 


-La fidelidad a su Padre.
 


...y que no hago nada por mi propia cuenta; sino, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo» (Jn. 8, 27).
 


-El agrado de su Padre.
 


«...porque yo hago siempre lo que le agrada a él» (Jn. 8, 29).
 


-La obediencia a su Padre.
 


...y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz (Fil. 2, 8).
 


-Fue manso y humilde.
 


«...aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;...» (Mt. 11, 29).
 


-Jamás buscó su propia gloria.
 


Yo no busco mi gloria; ... (Jn. 8, 49).
 


-Nunca permitió que los hombres le alabaran.
 


Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban (Mc. 7, 36).
 


-Despreció las riquezas y los honores.
 


...el diablo le dice: «Todo esto te daré si te postras y me adoras.» Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás...» (Mt. 4, 9-10).
 


-Vivió vida muy pobre.
 


Dícele Jesús: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza» (Mt. 8, 20).
 


- Despreció su dignidad real.
 


Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él sólo (Jn. 6, 15).
 


-Aceptó las cruces de la vida.
 


...soportó la cruz sin miedo a la ignominia... (Hebr. 12, 2).
 


-Vivió haciendo bien a todos.
 


...y como él pasó haciendo el bien... (Hch. 10, 38).
 


-Curaba a los sordos y a los mudos.
 


Entonces le fue presentado un endemoniado ciego y mudo y le curó... (Mt. 12, 22).
Al verla el Señor tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores» (Luc. 7, 13).


-Pidió al Padre perdón para los que le torturaban.
 


Jesús decía: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hace.» (Lc. 23, 34).
 



-La veracidad y la divinidad de la religión cristiana se demuestran por las mismas profecías que Jesucristo dijo de sí mismo.
 
 


a) -Predijo que iba a ser entregado a los Judíos.
 


«Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas;...» (Mt. 20, 18).
 


b) -Predijo que se burlarían de él, que le azotarían, que le condenarían a muerte, que le crucificarían y que resucitaría al tercer día.
 


«...le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitar.» (Mt. 20, 19).
 



-La veracidad y la divinidad de la religión cristiana se demuestran por la profecía y por milagro de la Resurrección.
 
 


a) -Profecías de Cristo acerca de su resurrección.
 


Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del Hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches (Mt. 12, 40).
Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación (Lc. 11, 30).
Jesús les respondió a los judíos: «Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré» (Jn. 2, 19).


Aclaración. Los mismos judíos interpretaron la resurrección de Cristo, en estas palabras.
b) -El milagro de la resurrección.
-Cristo murió.


...los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato y le dijeron: «Señor, recordamos que ese impostor dijo aun cuando vivía: «A los tres días resucitaré. Manda, pues...» (Mt. 27, 63).
 


-Cristo resucitó.
-Los Apóstoles no fueron engañados.
-Por el número de testigos.


Se apareció a Cefas y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez,... (1 Cor. 15, 6).
 


-Por el número de apariciones.
 


A estos mismos, después de su pasión, se les presentó dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca de lo referente al Reino de Dios (Hch. 1, 3).
 


-Por el modo de aparecerse.
 


Pero él les dijo: «Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo.» Y diciendo esto les mostró las manos y los pies (Lc. 24, 38-40).
 


-Por la actitud de los apóstoles que se mostraban mas bien incrédulos.
 


Por último, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de cabeza, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado (Mc. 16, 14).
Pero todas estas palabras les parecían como desatinos y no las creían (Lc. 24, 11).
Tomás les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y meto mi mano en su costado, no creeré» (Jn. 20, 25).


-Por la transcendencia del hecho.
 


Y si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe (1 Cor. 15, 14).
 


-Los Apóstoles no quisieron engañar a los demás.
-Predicaron ante la turba.


Pedro y los apóstoles les contestaron:
«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros disteis muerte colgándolo de un madero...» (Hch. 5, 29-30).


-A los Apóstoles nunca les acusaron de fraude, sino que les mandaron guardar silencio.
 


Pero a fin de que esto no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen ya más a nadie en este nombre (Hch. 4, 17).
 


-El sanedrín no les negó la verdad que predicaban de la resurrección, sino que pensaban matarlos.
 


Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos (Hch. 5, 33).
 



-La veracidad y la divinidad de la religión Cristiana se demuestran por las mismas profecías que Jesucristo dijo de sus discípulos.
 
 


a) -De los discípulos predijo:
- La entrega de Judas.


Y mientras comían dijo: «Yo os aseguro que me entregará uno de vosotros» (Mt. 26, 21).
 


- La triple negación de Pedro.
 


Díjole Jesús: «Yo te aseguro que esta misma noche, antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces» (Mt. 26, 34).
 


- La dispersión de los Apóstoles.
 


Entonces les dijo Jesús: «Todos vosotros os vais a escandalizar esta noche, porque está escrito; Heriré al Pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño...» (Mt. 26, 31).
 


- Las tribulaciones de los Apóstoles.
 


Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en su sinagogas; y por mí os llevarán ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles (Mt. 10, 17).
 


-La predicación de los Apóstoles en todo el mundo.
 


...y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).
 



-La veracidad y la divinidad de la religión Cristiana se demuestran por los milagros de los Apóstoles.
 
 


a) -Cristo les da el poder de hacer milagros.
 


Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios. De gracia lo recibisteis; dadlo de gracia (Mt. 10, 8).
 


b) -Los Apóstoles realizan milagros.
 


Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañan (Mc. 16, 20).
El temor se apoderó de todos, pues los apóstoles realizaban muchos prodigios y señales (Hch. 2, 43).
Por manos de los apóstoles se realizaban muchas señales y prodigios en el pueblo... (Hch. 5, 12).
Había allí sentado un hombre tullido de pies, cojo de nacimiento y que nunca había andado. Éste escuchaba a Pablo que hablaba. Pablo fijó en él su mirada y viendo que tenía fe para ser curado, le dijo con voz fuerte: «Ponte derecho sobre tus pies.» Y él dio un salto y se puso a caminar (Hch. 14, 8-10).



-La santidad extraordinaria de Jesucristo demuestra evidentemente que él quiso siempre manifestar la verdad a los hombres.
 
 


a) -Por la integridad de su vida.
 


¿Quién de vosotros puede probar que soy pecador? Si digo la verdad, ¿por qué no me creéis? (Jn. 8, 46).
 


b) -Por las virtudes que practicó.
-El celo por la gloria de su Padre.


El celo por tu Casa me devorará (Jn. 2, 17).
 


-Defendía la honra de su Padre.
 


Respondió Jesús:«Yo no tengo un demonio; sino que honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis a mí» (Jn. 8, 49).
 


-Siempre hacía lo que agradaba a su Padre.
 


«...yo hago siempre lo que le agrada a él» (Jn. 8, 29).
 


-Obedeció hasta la muerte.
 


...y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz (Fil. 2, 8).
 


-Fue humilde.
 


«...aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;...» (Mt. 11, 29).
 


-Nunca buscó su propia gloria.
 


Yo no busco mi gloria; ... (Jn. 8, 50).
 


-Nunca dejó ser alabado por los hombres.
 


Jesús les mandó que a nadie se lo contaran (Mc. 7, 36).
 


-Despreció las riquezas y los honores.
 


Todavía le lleva el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria y le dice: «Todo esto te daré si te postras y me adoras.» Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás...» (Mt. 4, 9).
 


-Vivió en pobreza total.
 


Dícele Jesús: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza» (Mt. 8, 20).
 


-Despreció la dignidad real.
 


Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él sólo (Jn. 6, 15).
 


-Prefirió el sufrimiento al gozo.
 


...fijos los ojos en Jesús, el que inicial y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia... (Hebr. 12, 2).
 


c) Por su amor a los hombres.
-Haciendo bien a todos.


...y como él pasó haciendo el bien...y curando a todos los oprimidos por el Diablo,... (Hch. 10, 38).
 


-Sanando a los enfermos.
 


Y se maravillaron sobremanera y decían: «Todos lo ha hecho bien; también hace oír a los sordos y hablar a los mudos» (Mc. 7, 37).
 


-Consolando a los tristes.
 


Al verla el Señor tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores» (Luc. 7, 13).
 


-Pidiendo perdón para los que le atormentaban:
 


Jesús le decía: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» (Lc. 23, 34).
 


Aclaración. De estas virtudes practicadas por Cristo se deduce claramente el carácter divino de su Religión.
 



-La Sabiduría extraordinaria de Jesucristo demuestra evidentemente que él quiso siempre manifestar la verdad a los hombres.
 
 


Nadie era capaz de contestarle nada; y desde ese día ninguno se atrevió ya a preguntarle más (Mt. 22, 46).
...todos los que le oían estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas (Lc. 2, 47).
Él iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos (Lc. 4, 15).
Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca (Lc. 4, 22).
Algunos de los escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien.» y ya no se atrevían a preguntarle nada (Lc. 20, 39).
Respondieron los guardias: «Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre» (Jn. 7, 46).


Aclaración. Tanta sabiduría brilló en Jesucristo, que cuanto más se penetra, tanta más admiración causa.
 



-Cristo no predicó su doctrina por el conocimiento de otras doctrinas.
 
 


...subió Jesús al Templo y se puso a enseñar. Los judíos, asombrados, decían: «¿Cómo entiende de letras sin haber estudiado?»
Jesús les respondió: «Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado» (Jn. 7, 14-16).



Jesucristo nunca recurrió al testimonio interno del Espíritu Santo, cuando quiso mostrar la verdad de la Revelación, sino siempre a otros motivos.
 
 


Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos (Jn. 2, 11).
...porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizó, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado (Jn. 5, 36).
Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí;... (Jn. 10, 25).


5. Necesidad de la Religión Cristiana
 



-Jesucristo lo enseñó así
-La religión es necesaria al hombre
-Cada hombre tiene obligación de practicar la religión revelada
-El hombre debe tributar culto a Dios
-El hombre que abandona la religión queda sometido a las pasiones más perversas, a sufrir calamidades y el juicio justísimo de Dios
-La sociedad está obligada a profesar la religión verdadera


-Jesucristo enseñó que todos los hombres tienen que abrazar su doctrina.


Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado...» (Mt. 28, 18-20).
Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará» (Mc. 16, 15-16).
...y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicará en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones...» (Luc. 24, 46-47).



-La Religión es absolutamente necesaria al hombre.
 
 


Religión es el vínculo moral que une al hombre con Dios.
Se divide en objetiva y subjetiva.
Religión objetiva es el conjunto de verdades reveladas al hombre por Dios y de deberes que perfeccionan las relaciones con Él.
Religión subjetiva es la virtud moral que inclina al hombre a aceptar las verdades reveladas y a cumplir sus deberes para con Él.


A Yahvéh tu Dios temerás, a él le servirás, por su nombre jurarás (Dt. 6, 13).
El hijo honra a su padre, el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honra? (Mal. 1, 6).
Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto» (Mt. 4, 10).
...porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en vanos razonamientos y su insensato corazón se entenebreció...Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón... (Rom. 1, 21 y 24).



-Cada hombre tiene obligación grave de abrazar y practicar la religión revelada.
 
 


El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará (Mc. 16, 16).
Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos (Hch. 4, 11).
Ahora bien, sin la fe es imposible agradarle,... (Hebr. 11, 6).


Aclaración. Aquellos que voluntaria y libremente renuncian a creer y practicar la religión cristiana, son los que se condenarán.
 



-El Hombre debe tributar a Dios un culto interno y otro externo.
 
 


a) -El culto interno con actos de fe, esperanza y caridad.
-Con actos de fe.


Ahora bien, sin la fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan (Hebr. 11, 6).
 


-Con actos de esperanza.
 


...los que por medio de él creéis en Dios, que ha resucitado de entre los muertos y le ha dado la gloria, de modo que vuestra fe y vuestra esperanza estén en Dios (1 Pe. 1, 21).
 


-Con actos de caridad.
 


Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente;...» (Lc. 10, 27).
 


b) -El culto externo.
 


También a Set le nació un hijo, al que puso por nombre Enós. Éste fue el primero en invocar el nombre de Yahvéh (Gén. 4, 26).
Respondió Dios a Moisés: «Yo estaré contigo y ésta será la señal de que yo te envío: Cuando hayas a sacado al pueblo de Egipto, daréis culto a Dios en este monte» (Ex. 3, 12).
Siguió Dios diciendo a Moisés: «...Este es mi nombre para siempre, por él seré invocado de generación en generación» (Ex. 3, 15).
Este es el ritual del holocausto, de la oblación, del sacrificio por el pecado, del sacrificio de reparación, del sacrificio de investidura y del sacrificio de comunión, que Yahvéh prescribió a Moisés en el monte Sinaí, el día en que mandó a los hijos de Israel que presentaran sus ofrendas a Yahvéh en el desierto del Sinaí (Lev. 7, 37).



-El hombre, cuando advertida y voluntariamente abandona la religión, queda sometido a las pasiones mas perversas, se expone a sufrir desastrosas calamidades y a sufrir el juicio justísimo de Dios.
 
 


...porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en vanos razonamientos y su insensato corazón se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos,... (Rom. 1, 21).
Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos;... (Rom. 1, 24).
Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente, los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido por su extravío (Rom. 1, 26).
Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente réproba, para que hicieran lo que no conviene: llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño de malignidad, chismosos detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados, los cuales, aunque conocedores del veredicto de Dios que declara dignos de muerte a los que tales cosas practican, no solamente las practican, sino que aprueban a los que las cometen (Rom. 1, 28-32).
...y sabemos que el juicio de Dios es según verdad contra los que obran semejantes cosas (Rom. 2, 2).



-La sociedad civil, como sociedad, está obligada a profesar la religión verdadera.
 
 


Pues la nación y el reino que no se sometan a ti perecerán, esas naciones serán arruinadas por completo (Is. 60, 12).
 


Aclaración. Las palabras «sometan a ti» se refieren a Jerusalén, verdadera Iglesia de Cristo, según consta en todo el capítulo 60.
 


6. Posibilidad de la Revelación
 



-La Revelación es posible
-Dios habló a los hombres por los profetas y después por medio de su Hijo
-La Revelación primitiva tiene manifestaciones de ser de origen divino
-Tuvo a Dios por autor
-Es la misma que la Revelación cristiana


-La Revelación, que añade preceptos positivos a la Ley natural, es posible.


Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará» (Mc. 16, 15-16).
 


Aclaración. Además de la Ley natural, Cristo determinó que el Bautismo es necesario para la Salvación.
 



-Dios habló a los hombres en tiempos anteriores por medio de los profetas y en los últimos tiempos por medio de su Hijo.
 
 


...la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo (Jn. 1, 17).
De un manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo,... (Hebr. 1, 1).



-La Revelación primitiva tiene manifestaciones de ser de origen divino.
 
 


a) -Los dogmas.
-Existencia de un sólo Dios, fuerte, omnipotente, creador del cielo y de la tierra, gobernador de todas las cosas, legislador supremo, juez supremo.
-La creación del hombre a su imagen y semejanza, la espiritualidad y la libertad de su alma, el pecado del primer hombre que fue el principio de todo mal, expulsión del hombre del paraíso, la promesa del Redentor, la conservación de la libertad en el hombre después del pecado y el estado de la vida futura.
b) -Los preceptos de moral.
Además de los preceptos de la ley natural en los cuales constan los deberes del hombre para con Dios, prescribe los deberes del hombre para con el prójimo, fidelidad conyugal, no comer del árbol de la ciencia y dar a Dios el culto debido.
c) -Los deberes del culto a Dios.


También a Set le nació un hijo, al que puso de nombre Enós. Éste fue el primero en invocar el nombre de Yahvéh (Gén. 4, 26).
...el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, por él seré invocado de generación en generación (Ex. 3, 15).



-La Revelación primitiva tuvo a Dios por autor.
 
 


Revelación primitiva es aquella que fue comunicada por Dios a los antiguos Patriarcas que vivieron desde Adán hasta Moisés y transmitida de padres a hijos por tradición oral.
 


De la tierra creó el Señor al hombre,...
Les formó boca, lengua, ojos,
oídos, y un corazón para pensar.
De saber e inteligencia los llenó,
les enseñó el bien y el mal.
Puso un ojo en sus corazones,
para mostrarles la grandeza de sus obras.
Por eso su santo nombre alabarán,
cantando la grandeza de sus obras.
Aún les añadió el saber,
la ley de vida dioles en herencia.
Alianza eterna estableció con ellos,
y sus juicios les enseñó.
Los ojos de ellos vieron la grandeza de su gloria,
la gloria de su voz oyeron sus oídos.
Y les dijo: «Guardaos de toda iniquidad»,
y a cada cual le dio órdenes respeto de su prójimo (Si. 17, 1 y 6-14).


Aclaración. Palabras alusivas a los progenitores del género humano, a los cuales Dios se les apareció, conversó con ellos, les dio sus consejos, les impuso sus preceptos, después de su pecado les prometió un Redentor. Dios hizo así su primera revelación a los progenitores de la humanidad.
 



-La Revelación primitiva es sustancialmente la misma que la Revelación cristiana.
 
 


Y la adorarán todos los habitantes de la tierra cuyo nombre no está inscrito, desde la creación del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado (Apoc. 13, 8).
 


Aclaración. Alude a la salvación de aquellos que, desde el principio del mundo, son justificados porque agradaron a Dios por la fidelidad tenida al Cristo prometido. La fidelidad la practicaron por medio de los sacrificios que prefiguraban la muerte de Cristo.
 


7. La Revelación de Moisés
 



-Tuvo a Dios por autor
-Moisés mostró argumentos muy sólidos de su misión divina
-Contiene dogmas que nunca se hubieran conocido sin la Revelación divina
-Toda la Revelación se consuma en Cristo Jesús


-La Revelación mosaica tuvo a Dios por autor.


La Revelación mosaica es manifestada por Dios a Moisés y contiene dogmas, toda la ley moral promulgada en el monte Sinaí, preceptos ceremoniales y preceptos judiciales.
a) -Dogmas.
-Los que fueron revelados a los Patriarcas,
-La unidad de Dios, naturaleza, providencia, eternidad, omnipresencia, justicia, misericordia, bondad y demás atributos.
-La fe y esperanza en el futuro Redentor.
-La libertad del hombre, la inmortalidad del alma y la vida futura en la cual los justos obtendrán su premio y los impíos su castigo.
b) -Preceptos morales.
-Son los que regulan los deberes del hombre para con Dios, para con el prójimo y para consigo mismo.
-Otros interiores prescriben o prohíben las tendencias del espíritu.
Unos y otros son ordenados para que el hombre ame a Dios sobre todas las cosas.


Amarás a Yahvéh tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza (Dt. 6, 5).
 


c) -Preceptos ceremoniales.
Enseñan el culto a Dios, determinan los sacramentos, prescriben los ritos y las ceremonias, indican el tiempo, el lugar y las clases de sacrificios, especifican las fiestas que hay que celebrar e imponen la santificación del sábado.
d) -Preceptos judiciales.
Muestran la forma del régimen civil, determinan las relaciones del pueblo de Israel con los pueblos fronterizos, regulan las relaciones de los superiores con los inferiores, de los inferiores con los superiores y de los súbditos entre sí, y determinan todas aquellas cosas necesarias y útiles a la vida doméstica, política y civil.
Aclaración. Todas estas leyes son santísimas, de acuerdo con la recta razón y tienden a la utilidad del hombre, como se ve en los textos siguientes:


Y ¿Cuál es la gran nación cuyos preceptos y normas sean tan justos como toda esta Ley que hoy os doy? (Dt. 4, 8).
Así que, la Ley es santa, y santo el precepto, y justo y bueno (Rom. 7, 12).



-Moisés mostró argumentos muy sólidos de su misión divina.
 
 


a) -Aseguró solemnemente y muchas veces que él habló en nombre de Dios.
 


Estos son los mandamientos, lo preceptos y las normas que Yahvéh vuestro Dios ha mandado enseñaros que los pongáis en práctica en la tierra que vais a poseer,... (Dt. 6, 1).
 


b) -Todo el pueblo judío estaba convencido de que Dios hablaba por medio de Moisés.
 


Fue, pues, Moisés y convocó a los ancianos del pueblo y les expuso todas estas palabras que Yahvéh les había mandado. Todo el pueblo a una respondió diciendo: «Haremos todo cuanto a dicho Yahvéh». Y Moisés llevó a Yahvéh la respuesta del pueblo (Ex. 19, 7-8).
 


c) -Moisés realizó milagros espléndidos.
 


...Moisés a quien Yahvéh trataba cara a cara, ya sea por todas las señales y prodigios que Yahvéh le mandó realizar...ya por la mano tan fuerte y el gran terror que empleó Moisés a los ojos de todo Israel (Dt. 34, 10-12).
 


d) -Fue profeta.
 


No ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés,... (Dt. 34, 10 ).
 


e) -Confirmó su misma misión divina.
 


Moisés dijo: «En esto conoceréis que Yahvéh me ha enviado para hacer todas estas obras, y que no es ocurrencia mía...» (Núm. 16, 28).
 



-La Revelación de Moisés contiene dogmas que nunca se hubiera podido conocer sin la divina Revelación.
 
 


Entre otros, la resurrección de los muertos, la retribución de los justos en el cielo, y las penas de los condenados en el infierno.
a) -La resurrección de los muertos.


Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
 


b) -La retribución de los justos en el cielo.
 


Dijo Yahvéh: «No temas, Abram. Yo soy para ti un escudo. Tu premio será muy grande» (Gén. 15, 1).
 


c) -Las penas de los condenados en el infierno.
 


«Lo mismo nosotros: apenas nacidos, dejamos de existir (en la tierra), y no podemos mostrar vestigio alguno de virtud; nos consumimos en nuestra maldad» (Sab. 5, 13).
 



-Toda la Revelación de Dios se consuma en Cristo Jesús.
 
 


Pues todas las promesas hechas por Dios ha tenido su sí en él; y por eso decimos por él «Amén» a la gloria de Dios (2 Cor. 1, 20).
Hasta el día de hoy, siempre que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones. Cuando se hayan convertido al Señor, entonces caerá el velo (2 Cor. 3, 15-16).
Pues el mismo Dios que dijo: «Del seno de las tinieblas brille la luz», ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo (2 Cor. 4, 6).


8. La existencia de Dios
 



-El hombre puede conocerla
-Se puede demostrar por la razón natural
-Dios manifiesta su grandeza en las perfecciones de sus criaturas


-El hombre puede conocer la existencia de Dios en el estado actual de naturaleza caída.


a) -A través de la naturaleza.
 


Si, vanos por naturaleza todos los hombres que ignoraron a Dios y no fueron capaces de conocer por los bienes visibles a Aquel-que-es, ni atendiendo a las obras, reconocieron al Artífice;... (Sab. 13, 1).
...de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor (Sab. 13, 5).
...si llegaron a adquirir tanta ciencia que les capacitó para indagar el universo, ¿cómo no llegaron primero a descubrir a su Señor? (Sab. 13, 89).
Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables;... (Rom. 1, 20).


b) -A través de la conciencia.
 


En efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley, cumplen naturalmente las prescripciones de la ley, sin tener ley, para sí mismos son ley; como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su corazón atestiguándolo su conciencia,... (Rom. 2, 14-15).
 


c) -A través de la historia.
 


...os predicamos que abandonéis estas cosas vanas y os volváis al Dios vivo que hizo el cielo, la tierra, el mar y cuanto en ellos hay, y que en las generaciones pasadas permitió que todas las naciones siguieran sus propios caminos; si bien no dejó de dar testimonio de sí mismo, derramando bienes, enviándoos desde el cielo lluvias y estaciones fructíferas, llenando vuestros corazones de sustento y alegría (Hch. 14, 15-17).
Él creó, de un sólo principio, todo el linaje humano, para que habitase sobre toda la faz de la tierra y determinó con exactitud el tiempo y los límites del lugar donde habían de habitar, con el fin de que buscasen a Dios, para ver si a tientas le buscaban y le hallaban; por más que no se encuentra lejos de cada uno de nosotros (Hch. 17, 26-27).



-La existencia de Dios se puede demostrar por la razón natural solamente, sin la ayuda de la Revelación.
 
 


Pero interroga a las bestias para que te instruyan, a las aves del cielo para que informen. Te instruirán los reptiles de la tierra, te enseñarán los peces del mar. Pues entre todos ellos ¿quién ignora que la mano de Dios ha hecho esto? (Job 12, 7-9).
Sí, vanos por naturaleza todos los hombres que ignoraron a Dios y no fueron capaces de conocer por los bienes visibles a Aquel-que-es, ni atendiendo a las obras, reconocieron al Artífice; sino que al fuego, al viento, al aire sutil, a la bóveda estrellada, al agua impetuosa o a las lumbreras del cielo los consideraron como dioses, señores del mundo (Sab. 13, 1).
...pues de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor (Sab. 13, 5).



-Dios se manifiesta en la grandeza y en las perfecciones de las cosas creadas.
 
 


¿Dónde estabas tú cuando fundaba yo la tierra?
Indícalo, si sabes la verdad.
¿Quién fijó sus medidas? ¿Lo sabrías?
¿Quién tiró el cordel sobre ella?
¿Sobre qué se afirmaron sus bases?
¿Quién asentó su piedra angular,
entre el clamor a coro de las estrellas del alba
y las aclamaciones de todos los Hijos de Dios?
¿Quién encerró el mar con doble puerta,
cuando el seno materno salía borbotando,
cuando le puso una nube por vestido
y del nubarrón hice sus pañales;
cuando le tracé sus linderos
y coloqué puertas y cerrojos? (Job, 38, 5-10).


9. Posibilidad de la Revelación sobrenatural
 



-La Revelación de Dios es posible
-La de sus misterios también
-La Religión fue revelada al hombre por Dios desde un principio
-El objeto de la Revelación es Dios
-Dios dispuso revelarse a sí mismo.
-Dios revela las verdades de la fe explícita e implícitamente
-No habrá más revelaciones públicas


-La Revelación sobrenatural es posible.


Revelación sobrenatural es la manifestación de los misterios de Dios a los hombres.
 


...tomando Jesús la palabra dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y prudentes, y se las has revelado a pequeños (Mt. 11, 25).
Así, ya no os falta ningún don de gracia a los que esperáis la Revelación de nuestro Señor Jesucristo (1 Cor. 1, 7).
...sino que hablamos de una sabiduría de Dios misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los príncipes de este mundo,... (1 Cor. 2, 7-8).
De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres, por medio de los Profetas; en estos últimos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo,... (Hebr. 1, 1-2).



-La Revelación de los misterios es posible.
 
 


Misterio, en general, es cualquier verdad oculta.
Misterio en Teología es una verdad que excede de tal grado el entendimiento creado, que la razón ni lo puede descubrir por sus propias fuerzas, ni, después de revelado, lo puede entender.


Jesús dijo: «Yo te bendigo, Padre, ....porque has ocultado estas cosas a sabios y prudentes, y se las has revelado a pequeños (Mt. 11, 25).
...revelación de un misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente, por las Escrituras que lo predicen, por disposición del Dios eterno, dado a conocer a todos los gentiles para obediencia de la fe,... (Rom. 16, 25-26).
...sino que hablamos de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los príncipes de este mundo,... (1 Cor. 2, 7-9).
...para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia,... (Ef. 3, 10).
Les fue revelado que no administraban en beneficio propio sino en favor vuestro este mensaje que ahora os anuncian quienes os predican el Evangelio, en el Espíritu Santo... (1 Pe. 1, 12).



-La Religión fue revelada al hombre por Dios desde un principio.
 
 


De la tierra creó el Señor al hombre,
y de nuevo le hizo volver a ella (Si. 17, 1),
Les formó boca, lengua, ojos,
oídos, y un corazón para pensar.
De saber e inteligencia los llenó,
les enseñó el bien y el mal.
Puso un ojo en sus corazones,
para mostrarles la grandeza de sus obras.
Por eso su santo nombre alabarán,
cantando la grandeza de sus obras.
Aún les añadió el saber,
la ley de vida dioles en herencia.
Alianza eterna estableció con ellos,
y sus juicios les enseñó.
Los ojos de ellos vieron la grandeza de su gloria,
la gloria de su voz oyeron sus oídos.
Y les dijo: «Guardaos de toda iniquidad»,
y a cada cual le dio órdenes respecto de su prójimo (Si. 17, 6-14).



-El objeto de la Revelación divina es Dios mismo.
 
 


En el principio la Palabra existía y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios (Jn. 1, 1).
El Padre y yo somos una sola cosa (Jn. 10, 30).


Aclaración. Por la identidad que existe entre el Padre y el Hijo, es decir, entre Dios y su Palabra.
 



-Dios dispuso revelarse a sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad.
 
 


...Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente, por las Escrituras que lo predicen por disposición del Dios eternos, dado a conocer a los gentiles para obediencia de la fe, a Dios, el único sabio,... (Rom. 16, 25-27).
...dándonos a conocer el Misterio de su voluntad según el benévolo designio que en él su propuso de antemano... (Ef. 1, 9).



-Dios revela las verdades de la fe de dos modos: explícita e implícitamente.
 
 


a) -Explícitamente, si la verdad se deduce claramente de las palabras que expresan la verdad revelada.
 


Y la Palabra se hizo carne,... (Jn. 1 14).
 


b) -Implícitamente, si la verdad no se deduce claramente de las palabras que revelan.
 


Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje;... (Gén. 3, 15).
 


Aclaración. La primera expresa que «El Verbo de Dios se hizo hombre» y la segunda que «La Virgen María fue concebida sin pecado original.
 



-No habrá más Revelaciones públicas antes de la manifestación gloriosa de Jesucristo.
 
 


...que conserves el mandato sin tacha ni culpa hasta la Manifestación de Nuestro Señor Jesucristo, Manifestación que a su debido tiempo hará ostensible el Bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y el Señor de los Señores,... (1 Tim. 6, 14-15).
...aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo;... (Tit. 2, 13).


10. Necesidad de la Revelación divina
 



-Es necesario para conocer la Ley natural
-Con certeza firme y sin error
-No es necesaria para conocer las verdades naturales


-La Revelación divina es necesaria al hombre para que pueda conocer toda la Ley natural sin mezcla de error.


...porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en vanos razonamientos y su insensato corazón se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos, y cambiaron la gloria de Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible,... (Rom. 1, 21-23).
 


Aclaración. Es claro que muchos filósofos yerran en la interpretación de la ley natural, cuando les falta la luz de la revelación.
 



-La Revelación sobrenatural es necesaria al hombre en el estado actual de su naturaleza humana, para que pueda conocerla con certeza firme y sin ningún error.
 
 


...porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien ofuscaron en vanos razonamientos y su insensato corazón se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos,... (Rom. 1, 21).
 


Aclaración. El conocimiento de Dios, sin su Revelación, puede llevar a los hombres a los más desviados errores.
 



-La Revelación sobrenatural no es necesaria al hombre para conocer las verdades naturales aunque sean referentes a la religión.
 
 


Sí, vanos por naturaleza todos los hombres que ignoraron a Dios y no fueron capaces de conocer por los bienes visibles a Aquel-que-es, ni, atendiendo a las obras, reconocieron al Artífice; sino que al fuego, al viento, al aire sutil, a la bóveda estrellada, al agua impetuosa o a las lumbreras del cielo los consideraron como dioses, señores del mundo (Sab. 13, 1-2).
 


11. Obligación de abrazar la Revelación verdadera
 



-El hombre tiene obligaciones de abrazarla
-Hay que prestarle obediencia de fe


-El hombre tiene obligación de abrazar la verdadera Revelación.


...el que no crea, se condenará (Mc. 16, 16).
Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos (Hch. 4, 12).
Ahora bien, sin la fe es imposible agradarle,... (Hebr. 11, 6).


Aclaración. Es manifiesta la obligación de aceptar la Revelación sobrenatural.
 



-A la Revelación de Dios hay que prestar obediencia de fe.
 
 


...Jesucristo Señor nuestro, por quien recibimos la gracia y el apostolado, para predicar la obediencia de la fe a gloria de su nombre, entre todos los gentiles,... (Rom. 1, 5).
...vosotros, que erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquel modelo de doctrina al que fuisteis entregados, y liberados del pecado, os habéis hecho esclavos de la justicia (Rom. 6, 17).
Deshacemos sofismas y toda altanería que se subleva contra el conocimiento de Dios y reducimos a cautiverio todo entendimiento para obediencia de Cristo (2 Cor. 10, 5).
 





Liturgia católica

La liturigia católica son las pácticas católicas asociadas a la tradicción y a las enseñanazas bíblicas.

Teología moral

La teología moral es la comprensión científica y la exposición sistemática de cuanto concierne a la vida de los fieles en Cristo dentro de la comunidad eclesial bajo la guía autorizada de los obispos.[1]

Doctrina

La doctrina son las verdades que fueron siendo reveladas y desarrolladas a través de los siglos.

Grandes teólogos[editar]

Referencias

  1. E. COLOM- A. RODRÍGUEZ LUÑO, Scelti in Cristo per essere santi, Edizioni Università della Santa Croce, Roma 2003, 3a edición, ISBN 88-8333-086-2, pág. 24.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   
 
Alegoría de la teología (detalle de la cara sur del pedestal de la estatua de Carlos IV de Luxemburgo; Plaza Křižovnické, en Praga, República Checa).
La teología (del griego: θεος theos 'Dios' y λογος logos: 'estudio, razonamiento', significando 'el estudio de Dios' y, por ende, el estudio de las cosas o hechos relacionados con Dios) es el estudio y conjunto de conocimientos acerca de la divinidad.
Este término fue usado por primera vez por Platón en La República para referirse a la comprensión de la naturaleza divina por medio de la razón, en oposición a la comprensión literaria propia de sus poetas coetáneos. [cita requerida] Más tarde, Aristóteles empleó el término en numerosas ocasiones con dos significados:
  • Teología al principio como denominación del pensamiento mitológico inmediatamente previo a la Filosofía, en un sentido peyorativo, y sobre todo usado para llamar teólogos a los pensadores antiguos no-filósofos (como Hesíodo y Ferécides de Siros). [cita requerida]
  • Teología como la rama fundamental y más importante de la Filosofía, también llamada filosofía primera o estudio de los primeros principios, más tarde llamada Metafísica por sus seguidores y que para distinguirla del estudio del ser creado por Dios, nace la filosofía teológica que se la denomina también teodicea o teología filosófica. (véase Teodicea).
San Agustín tomó el concepto teología natural (theologia naturalis) de la gran obra «Antiquitates rerum divinatum», de Marco Terencio Varrón, como única teología verdadera de entre las tres presentadas por Varrón: la mítica, la política y la natural. [cita requerida]Sobre ésta, situó la teología sobrenatural (theologia supernaturalis), basada en los datos de la revelación y por tanto considerada superior. [cita requerida] La teología sobrenatural, situada fuera del campo de acción de la Filosofía, no estaba por debajo, sino por encima de ésta, y la consideraba su sierva, que la ayudaría en la comprensión de Dios. [cita requerida]
Teodicea es un término empleado actualmente como sinónimo de teología natural. Fue creado en el s. XVIII por Leibniz como título de una de sus obras: «Ensayo de Teodicea. Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal», si bien Leibniz se refería con teodicea a cualquier investigación cuyo fin fuera explicar la existencia del mal y justificar la bondad de Dios.[1]

Apología cristiana

La apología cristiana es el área de la teología que se especializa en usar argumentos racionales para defender y difundir el Cristianismo. Fue una idea fuertemente influenciada por el helenismo.

Teología católica

El término teología, por tanto, no es inicialmente de origen cristiano. Sólo a través de un proceso progresivo se impone tanto en Oriente como en Occidente el uso cristiano del término «teología». Para Clemente de Alejandría, indica el «conocimiento de las cosas divinas». Para Orígenes expresa la «verdadera doctrina sobre Dios y sobre Jesucristo como Salvador». Corresponde a Eusebio el privilegio de haber aplicado por primera vez el atributo theologos a Juan Evangelista, ya que en su evangelio escribió una «eminente doctrina sobre Dios». A partir de él, la Iglesia Católica afirma que la teología indica la verdadera doctrina, la cristiana, en oposición a la falsa doctrina que enseñaban los paganos y los herejes.[cita requerida]
El término teología es una palabra compuesta que, en su significado literal, puede indicar un hablar de Dios, o bien un discurso sobre Dios. Si en términos generales la teología es una reflexión sobre Dios (y en este sentido existe también una teología filosófica), en el sentido más corriente de la Iglesia Católica es una reflexión que intenta conocer y comprender la fe a partir de la razón. Así pues, la teología católica presupone la fe como fundamento experiencial e intenta en ella y a través de ella el conocimiento y la comprensión de la fe. En otras palabras, es una actividad intelectual, metódica y crítica que presupone la adhesión a la fe católica. Para indicarla sintéticamente, se resume a menudo a la fórmula de San Anselmo: "Fides quaerens intellectum": "La fe busca entender" (la teología es la voluntad de la fe de comprender).[2]

La constitución del saber teológico católico

En la constitución del saber teológico católico pueden indicarse su objeto, sus fuentes y su lugar. El «objeto» de la teología es Dios —de manera directa—, y el mundo y el hombre a la luz de Dios. Las «fuentes del conocimiento teológico» y sus criterios de verdad son la razón humana y la revelación divina, de manera privilegiada. El «lugar» de la teología es la Iglesia como comunidad de fe y de cristianismo.
De aquí deriva que la Iglesia tiene que poder establecer de forma autorizada criterios para la reflexión teológica. Según la Iglesia católica, la investigación y el trabajo teológico se inscriben dentro de un saber racional, cuyo objeto es dado por la «revelación» —es decir, la Palabra de Dios— transmitida e interpretada por la Iglesia bajo la autoridad del Magisterio —ya que es imposible evitar la mediación de la Iglesia—, y acogida por la fe (importancia del asentimiento de la comunidad). La teología en algunos casos llegó a un alto nivel de especulación y elaboración. Este saber racional ha sido considerado ciencia por los teólogos y por no-teólogos en el pasado medieval y en épocas contemporáneas,[3] aunque para otros del pasado o contemporáneos no es una ciencia. En gran medida, esto se explica porque el concepto de ciencia ha variado y aún en diferentes épocas no es homogéneo.
La Teología se pregunta acerca de la naturaleza, las propiedades y la esencia de Dios usando como fuente la Revelación y como método la lógica trinitaria. En este sentido la Teología es en su mayor parte cristiana, aunque también las religiones no cristianas tienen una respetable tradición teológica, pero basada en otros principios.
Las Iglesias cristianas y su Teología se fundan sobre dos misterios aceptados por todas: el misterio trinitario y el misterio cristológico.
El misterio trinitario es la doctrina que explica la existencia de un solo Dios en tres personas diferentes e identificables: Padre, Hijo y Espíritu Santo; La teoría del tres en uno."La pluralidad en una unidad".
El misterio cristológico es la entera vida de Jesucristo, -la segunda Persona o el Hijo-: Su nacimiento, pasión, muerte y resurrección, por la que reconcilia a los hombres con Dios Padre. El misterio radica en la imposibilidad de entender cómo coinciden en la misma Persona dos naturalezas, la Divina, infinita y eterna, con la humana, finita y mortal, de manera que se dé por ejemplo la paradoja de que la misma Persona de Jesús, del viernes de crucifixión al domingo de resurrección, haya estado muerta como hombre y al mismo tiempo viva como Dios junto al Padre y al Espíritu Santo. Es el misterio de que sea, a partir de su nacimiento histórico, verdadero Dios y verdadero hombre.
Además, la teología se dedica también al estudio de otras cuestiones:
Eclesiología: sobre el papel de la Iglesia misma dentro del plan de la salvación divina.
Escatología: trata sobre el destino último de la Iglesia, así como de las realidades últimas de cada persona como de la humanidad en general.
En el medioevo surgieron múltiples cismas en torno a la naturaleza de Cristo y en referencia a la virginidad de María (Mariología). Con respecto a ésta última, la controversia en parte giraba en que en Mateo 1:23 el ángel anuncia el nacimiento en condición virginal, mientras que Isaías en su profecía alude a una almah que en hebreo significa niña o jovencita, pero no a una bethulah que significa virgen. Éste es un pequeño ejemplo de las dificultades de la teología, al tener que encontrar la no contradicción entre los argumentos filológicos y filosóficos, y las afirmaciones dogmáticas del Magisterio de la Iglesia católica, sostenidas por ser «asistidas por el Espíritu Santo».

Evolución histórica de la Teología católica

El primer milenio está caracterizado por la unidad entre el saber teológico y el ministerio pastoral de los obispos. Los teólogos son los grandes doctores de la Iglesia. Y éstos, con algunas excepciones, son obispos. El magisterio del obispo se desarrollaba siendo teólogo y viceversa; poniendo de manifiesto la unidad y la complementariedad de las dos funciones. La teología era considerada como comentario y esfuerzo de penetración en la Palabra de Dios para poderla vivir concretamente.
En Occidente, es sobre todo Agustín el que mantiene con vigor el sentido religioso de teología: se comprende la teología como el esfuerzo por penetrar cada vez más en la inteligencia de la Escritura y de la Palabra de Dios. Anselmo de Aosta avanza en la comprensión de la teología y crea el principio básico de la teología: quaero intelligere ut credam, sed credo ut intelligam (busco entender para creer, pero creo para poder entender).
La aparición de las primeras universidades en el siglo XII y el comienzo de la distinción en los estudios escolásticos llevará a la teología a convertirse en cuestionamientos y sentencias sobre la fe. Se convierte así en una forma de conocimiento racional del «dato revelado». Lo que la fe acoge como don, la teología lo explica utilizando las leyes de la comprensión racional. Los teólogos se identifican con los grandes maestros de las universidades y las órdenes monásticas se convierten en la cuna privilegiada para su formación. La identificación entre obispo y teólogo es ya sólo una excepción. La doctrina crece en la comprensión gracias a la ayuda de la razón, pero, sin embargo, comienza la primera gran división entre las escuelas teológicas, es decir entre modos distintos de comprender y explicar la misma fe.
Se percibe una acepción particular de la palabra «teólogo» a partir del siglo XIX. La teología, comprendida casi exclusivamente como justificación de la doctrina del Magisterio, identifica al teólogo como a aquel que apoya esta doctrina (del Magisterio) tanto a la luz de los principios teóricos de la filosofía como en el plano de la investigación histórica. De todas formas, su función se ve reducida a la de comentador.
El Concilio Vaticano II (1962-1965) ha promovido una teología más animada por la Escritura (DV 24) y más en contacto con la vida eclesial. Así pues, la teología sigue estando anclada en la revelación como fundamento suyo y a la fe como su inteligencia crítica, para que la vida de fe del creyente pueda ser motivada y significativa.

Nueva Teología católica en el siglo XX

La teología católica del s. XX nace herida por la crisis modernista. Una larga trayectoria de teología escolástica como única opción oficial para el pensamiento teológico, con la sanción positiva de la encíclia "Aeternis Patris" de León XIII, dejaba pocas posibilidades a un desarrollo teológico alternativo. Pero la brecha abierta filosóficamente por Maurice Blondel y los conatos de una teología más positiva en la Escuela de Tubinga, darán sus frutos. "Nouvelle Théologie" se le llamará a las propuestas teológicas de Jean Yves Congar, Henri de Lubac y tantos otros que romperán, no sin sacrificios, la soledad metodológica en teología de la escolástica barroca. Ha sido extraordinariamente influida por el filósofo Althusser, quien en su reinterpretación de Marx, establece que el totalitarismo no es una condición sine qua non del marxismo, y que lo verdaderamente relevante es la transformación social y la lucha contra las injusticias. A partir de aquí algunos teólogos plantearon que se podría ser marxista y sostener la idea de Dios, pero otros teólogos no aceptaron este planteamiento, y dos documentos firmados por el cardenal Ratzinger y aprobados por Juan Pablo II condenaron un uso indebido del marxismo en teología. Ahora bien, debido al desprestigio del marxismo, en sus aplicaciones históricas, dejará de ser utilizado como término en la teología. Incluso sus derivaciones como la teología de la liberación dejarán de ser usadas en el lenguaje pastoral.
Pero se mantienen las tesis de Marx en el sentido de que toda apelación a un más allá es alienante, y que toda la atención debe ser encaminada a este mundo. Ello lleva implícito la relectura de las otras dos grandes virtudes: Fe y Caridad, en clave temporal de redención humana.

Tarea atribuida al teólogo católico

Se puede pensar en el teólogo católico como en aquel que, por vocación, se entrega al estudio de un acontecimiento que hunde sus raíces en el pasado, pero como hijo de su tiempo, cargado de las provocaciones y tensiones del presente, teniendo que producir instrumentos para que ese acontecimiento sea comprensible y significativo también para el día de hoy. Como creyente, se ve llevado en su investigación por la certeza de la fe, pero está sujeto a las reglas del saber crítico. [cita requerida]
El teólogo es ante todo un creyente. [cita requerida] Su investigación está ya puesta en el horizonte de la revelación, que no es de suyo objeto demostrativo de su trabajo teológico. Él acepta esta verdad tal como se la ha transmitido la tradición eclesial. Esto es lo que constituye el objeto de su fe. El teólogo, por tanto, no duda de los fundamentos de su saber teológico ni establece ideas nuevas. Su trabajo no es el de producir la verdad, sino el de buscar la inteligibilidad de aquella verdad que él acepta y que sabe que es tal por la fe. Su tarea será la de inventar lenguajes y formas de comunicación que permitan reconocer cómo el acontecimiento histórico Jesús de Nazaret es de forma definitiva e insuperable la revelación del amor trinitario de Dios. Esta verdad es la que tiene que destacar con toda su plenitud de sentido. [cita requerida]
La Palabra de Dios, objeto de estudio del teólogo, le viene en la Iglesia y a través de la Iglesia. La comprensión de esta Palabra, eclesialmente mediada desde su origen, se orienta primariamente a la comunidad creyente, para que sepa dar razón de su fe (1 Pe 3,15). En este horizonte es donde se pone otra característica del teólogo: la eclesialidad, es decir vivir, pensar y sentir como parte de la Iglesia. [cita requerida]
El ministerio del teólogo se hace más visible cuando, en virtud de su competencia, fruto de la investigación y del estudio personal, enseña a los demás. Pero al ser un ministerio en la Iglesia y de la Iglesia, que la relaciona de una manera totalmente peculiar con la revelación, la enseñanza del teólogo nunca se le da a título personal. En cuanto teólogo, es siempre una persona «pública», ya que expresa la inteligencia de la fe eclesial. El teólogo es «responsable» de su ministerio y, por consiguiente, el teólogo tendrá que tender, como objetivo permanente, a pasar constantemente de la búsqueda de la «inteligencia» a la conquista de la «sabiduría». [cita requerida]

Teología protestante

A partir de Lutero inició un nuevo recorrido teológico, separado e independiente respecto de la teología tradicional católica. Surge así la teología protestante, que difiere de la católica en cuestiones doctrinales que son consideradas fundamentales:
  • La Biblia es considerada como la Palabra de Dios, de manera que es infalible y el texto más importante de todos los libros del mundo. No existen documentos diferentes a la Biblia que sean aceptados como infalibles.
  • No se acepta adoración a ninguna clase de imagen ni a persona humana alguna. Por lo tanto, no se acepta la postración frente a imagen alguna.
  • No se reconoce como intercesora a la Virgen María ante Dios.
Cabe destacar que, dentro de la Teología prostestante se destaca por 5 puntos que resumen la Teología o creencias:
  • Sola Fide
  • Sola Gratia
  • Sola Scriptura
  • Solus Christus
  • Soli Deo Gloria
Lo cual significa que la Salvación es por la "Sola Fe" (Sola Fide), por la Sola Gracia de Dios (Sola Gratia), por la Única Obra intercesora de Cristo (Solus Christus), dando así la Gloria Solamente a Dios (Soli Deo Gloria) pues el hombre no tiene parte en la salvación. Asimismo también se enfatiza la suficiencia de la Palabra de Dios expresada en la Biblia, con el fin de conocer al Dios verdadero al Revelarse éste hacia los hombres (Sola Scriptura).

Teología ortodoxa oriental

 
The "Hospitality of Abraham" by Andrei Rublev: The three angels represent the three persons of God.
La teología ortodoxa oriental se caracteriza por su trinitarismo monoteista, la creencia en la encarnación del Logos (hijo de Dios), un equilibrio entre la teología catafática y apofática, una hermenéutica definida de la tradición sagrada, una eclesiología concreta, y una soteriología terapéutica.
Los cristianos ortodoxos creen en un único Dios que es a la vez uno y trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo), aunque apunta que se trata de "una esencia indivisible" presente en los tres. La sagrada trinidad está formada por tres personas distinguibles y distintas (hipóstasis), que comparten una esencia divina (ousia) no creada, inmaterial y eterna. El padre es la fuente eterna de divinidad, de la que el hijo la obtuvo y también del padre la obtuvo el espíritu santo. La ousia de Dios es algo que está más allá de la comprensión humana y no puede ser definida ni tratada por el entendimiento humano.[4]

Teología islámica

Kalam (علم الكلم) es una de las ciencias religiosas del Islam. En árabe, la palabra significa "discusión" y se refiere a la tradición islámica de buscar principios teológicos por medio de la dialéctica. Un estudioso del Kalam es llamado mutakallam. [cita requerida]

Véase también

Referencias

  1. Lacueva, Francisco; Ropero, Alfonso (2008), «Teodicea», Diccionario teológico ilustrado (2 edición), Barcelona: Clie, p. 567, ISBN 9788482672373, http://books.google.com.uy/books?id=Dsqua0AmYMIC&lpg=PA567&dq=Leibniz%20teodicea%20%22teolog%C3%ADa%20natural%22&hl=es&pg=PA567#v=onepage&q=Leibniz%20teodicea%20%22teolog%C3%ADa%20natural%22&f=false, consultado el 24 de octubre .
  2. Véase La relación entre fe y razón en San Anselmo.
  3. Elisabeth Reinhardt, "La configuración de la ciencia teológica, de Hugo de San Víctor a Tomás de Aquino", en Por las rutas medievales del saber, EUNSA, Pamplona, 2007, ISBN:978-8431324650, p. 61, nota 37: "La discusión sobre el carácter especulativo o práctico de la ciencia teológica recorre todo el Bajo Medioevo, llegando a la segunda escolástica. La costumbre, por ejemplo en la Universidad de Salamanca de finales del siglo XV, era contraponer a Aquino con Buenaventura en esta cuestión disputada". Cf. Tomás de Aquino, Suma de Teología, Iª, q. 1, a. 2. Son de la misma consideración, entre otros contemporáneos, Yves Congar o Benjamín Monroy: cf. "La Teología: ciencia y sabiduría", Espíritu y vida, septiembre 2007.
  4. Lossky, V.. The Mystical Theology of the Eastern Orthodox Church. 

Bibliografía

Enlaces externos






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