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lunes, 3 de junio de 2013

Evangelio Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

domingo 02 Junio 2013

Corpus Christi






Santa Blandina, Mártires de Lyon, San Jacques Berthieu



Leer el comentario del Evangelio por
San Agustín : “Sed lo que veis y recibid lo que sois”

Lecturas

Génesis 14,18-20.
Entonces Melquisedec, rey de Salem, trajo pan y vino, pues era sacerdote del «Dios Altísimo».
Melquisedec bendijo a Abram, diciendo: «Abram, bendito seas del Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra.
Y bendito sea el Dios Altísimo, porque entregó a tus enemigos en tus manos.» Y Abram le dio la décima parte de todo lo que llevaba.


Salmo 110(109),1.2.3.4.
Palabra del Señor a mi señor:
«¡Siéntate a mi derecha
y ve cómo hago de tus enemigos
la tarima de tus pies!»

Desde Sión extenderá el Señor
el cetro de tu mando:
domina en medio de tus enemigos.
«Tuyo es el principado
desde el día de tu nacimiento;
de mí en el monte sagrado tú has nacido,
como nace el rocío de la aurora».

Juró el Señor y no ha de retractarse:
«Tú eres para siempre sacerdote
a la manera de Melquisedec».


1 Corintios 11,23-26.
Yo he recibido del Señor lo que a mi vez les he transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan
y, después de dar gracias, lo partió diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía.»
De igual manera, tomando la copa, después de haber cenado, dijo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía.»
Fíjense bien: cada vez que comen de este pan y beben de esta copa están proclamando la muerte del Señor hasta que venga.


Lucas 9,11b-17.
Pero la gente lo supo y partieron tras él. Jesús los acogió y volvió a hablarles del Reino de Dios mientras devolvía la salud a los que necesitaban ser atendidos.
El día comenzaba a declinar. Los Doce se acercaron para decirle: «Despide a la gente para que se busquen alojamiento y comida en las aldeas y pueblecitos de los alrededores, porque aquí estamos lejos de todo.»
Jesús les contestó: «Denles ustedes mismos de comer.» Ellos dijeron: «No tenemos más que cinco panes y dos pescados. ¿O desearías, tal vez, que vayamos nosotros a comprar alimentos para todo este gentío?»
De hecho había unos cinco mil hombres. Pero Jesús dijo a sus discípulos: «Hagan sentar a la gente en grupos de cincuenta.»
Así lo hicieron los discípulos, y todos se sentaron.
Jesús entonces tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió y se los entregó a sus discípulos para que los distribuyeran a la gente.
Todos comieron hasta saciarse. Después se recogieron los pedazos que habían sobrado, y llenaron doce canastos.


Extraído de la Biblia Latinoamericana.



Leer el comentario del Evangelio por

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Sermón 272, A los nuevos bautizados, sobre el sacramento

“Sed lo que veis y recibid lo que sois”

Lo que veis en el altar de Dios..., es el pan y el cáliz: esto es lo
que vuestros ojos os indican. Pero es vuestra fe quien quiere ser
instruida, que ese pan es el cuerpo de Cristo, que ese cáliz es su sangre.
Esto supone una breve fórmula, que puede bastar a la fe. Pero la fe busca
instruirse... ¿Cómo este pan es su cuerpo, y este cáliz, o más bien su
contenido, puede ser su sangre? Hermanos míos esto es lo que se
llaman sacramentos: muestran una realidad y de ellos se deduce otra. Lo que
vemos es una apariencia corporal en tanto que lo que comprendemos es un
fruto espiritual. Si queréis comprender lo que es el cuerpo de Cristo,
escuchad al Apóstol, que dice a los fieles: “sois el cuerpo de Cristo, y
cada uno de vosotros, sois los miembros de ese cuerpo” (1 Co 12,17). Así
pues si sois vosotros el cuerpo de Cristo y sus miembros, es vuestro
misterio quien se encuentra en la mesa del Señor, es vuestro misterio lo
que recibís. A esto, lo que sois, responded: “Amén” y con esta
respuesta, lo suscribiréis. Se os dice: «el cuerpo de Cristo» y
respondéis “Amén”. Sed pues miembros del cuerpo de Cristo para que
este Amén sea verdadero. ¿Por qué pues el cuerpo está en el pan?
Aquí aun, no decimos nada de nosotros mismos, escuchemos una vez más al
Apóstol, quien, hablando de este sacramento nos dice: “porque el pan es
uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo” (1 Co 10,17)
¡Comprended esto y permaneced en la alegría: unidad, verdad, piedad,
caridad! “Un solo pan”; ¿quién es este pan único? “un solo cuerpo,
nosotros que somos muchos”. Recordad que no se hace pan con un solo
grano, sino con muchos. Sed lo que veis, y recibid lo que sois. 

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