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sábado, 26 de enero de 2013

Manfredo Settala, Beato

Sacerdote y Eremita, 27 de enero
Manfredo Settala, Beato
Manfredo Settala, Beato

Sacerdote y Eremita

Martirologio Romano: En Riva San Vitale (Suiza), poblado próximo a Como (Italia), beato Manfredo Settala, presbítero y eremita (1217).
Perteneció a la antigua familia milanesa de los Settala y al final del siglo XII fue párroco de Cuassoche que en aquel entonces comprendía las actuales parroquias de Cuasso al Piano, Cuasso al Monte, Brusimpiano Porto Ceresio y Besano, en la diócesis de Milán cerca de la rama sur-occidental del lago de Lugano.

Supremamente llamado a la vida eremítica dejó la vida pastoral y se apartó a las alturas del San Giorgio, solitaria montaña encajada entre los brazos meridionales del Ceresio.

Atraídos por la fama de su santidad, acudieron implorando consejo e intercesión las poblaciones de las regiones circundantes. En 1207 acudieron los habitantes de Olgiate Comasco qué, afligidos por mortal contagio, consultaron al beato que hacer para obtener su salvación y consuelo. El santo ermitaño los exhortó a ir en romería a la tumba de san Gerardo, que había muerto hacía poco en Monza, (6 de junio de 1207). Devotamente terminada la piadosa romería, la enfermedad súbitamente desapareció, y el pueblo de Olgiate por decisión unánime construyeron en la localidad una bonita iglesia en honor de san Gerardo, misma que se convirtió en destino de peregrinaciones; en 1938 la iglesia fue restaurada y re decorada y además el pueblo de Olgiate hizo voto perpetuo de acudir comunitariamente cada año al sepulcro de san Gerardo para recordar el antiguo prodigio.

La historiografía manfrediana, basada sobre antiguas tradiciones y respetables documentos, es rica en prodigios atribuidos a la intercesión del santo ermitaño.

Se sabe, por inequívocos testimonios, que el beato murió el 27 de enero de 1217.

El cuerpo del San fue enterrado en la capilla de Riva San Vitale, a los pies del monte San Giorgio. En 1387, por orden del obispo de cómo, Beltramo da Brossano, los restos del beato fueron colocados en un arca de mármol puesta en el área del altar para que los fieles cristianos le puedan brindar una adecuada devoción y reverencia.

En el 1633, el cuerpo fue trasladado a una urna preciosa, misma que fue instalada bajo la mesa del altar mayor, donde es venerado actualmente, lugar al que muchas parroquias de la región acuden en anual romería.

La fiesta litúrgica se celebra el 27 de enero, que en Riva es considerado día festivo; la festividad se revive el domingo siguiente, con la ingente participación de forasteros y la apropiada ornamentación de las calles, ya que la devoción al beato es todavía intensa en la región. La víspera de la fiesta todavía se acostumbra distribuir entre todas las familias el pan bendecido.
Beato Manfredo Settala, presbítero y eremita
fecha: 27 de enero
†: 1217 - país: Suiza
canonización: culto local
hagiografía: Santi e Beati
En Riva San Vitale, cerca de Como, beato Manfredo Settala, presbítero y eremita.

Pertenecía a la antigua familia milanesa de los Settala, y al fin del siglo XII era párroco de Cuasso, que en aquel momento comprendía las actuales parroquias de Cuasso al Piano, Cuasso al Monte, Brusimpiano, Porto Ceresio y Besano, en la diócesis de Milán, cerca de la región suroccidental del lago de Lugano. Llamado a la vida eremítica, dejó la vida parroquial y se retiró a las alturas del Monte San Jorge, la solitaria montaña ceñida entre los brazos meridionales del Ceresio, «ubi vitam aliquamdiu asperrimam ducens, totum se rerum Divinarum contemplationi addixit cuius sanctitatem Deus in morte testatam voluit» (llevando allí un tiempo áspera vida, se consagró por entero a la contemplación de las cosas divinas, y de cuya santidad quiso Dios dar testimonio en la muerte), como señala un martirologio.
Atraídos por la fama de su santidad, recurrían a él, implorando consejo e intercesión los pobladores de las regiones vecinas, comascos, verineses, milaneses, entre los cuales se destacaron en 1207 los habitantes de Olgiate Comasco, quienes, afligidos por una infección mortal y contagiosa, acudieron al beato en busca de refugio y consuelo. El santo eremita les exhortó a ir en peregrinación a la tumba de san Gerardo, que hacía poco había muerto en Monza (6 de junio de 1207). Cumplido devotamente el peregrinaje, la enfermedad desapareció súbitamente, y el pueblo de Olgiate, con decisión unánime, elevó una iglesia en honor de San Gerardo, que se volvió meta de peregrinación y devoción.
La historiografía manfrediana, basada en antiguas tradiciones y respetables documentos, es rica en prodigios atribuidos al santo eremita. Es cierto, por segurísimos testimonios, que el beato murió el 27 de enero de 1217, y un dístico de Nicolás Brauto recuerda el sonido milagroso de las campanas de los pueblos vecinos a la hora de su muerte, y puesto que varias iglesias se disputaban el honor de tenerlo sepultado, se dejó la elección al capricho de los bueyes que llevaban la carreta. Finalmente el cuerpo fue sepultado en Riva San Vitale, al pie del Monte San Jorge, que hoy pertenece a la Suiza italiana, en el límite con Italia.
Sintetizado y traducido para ETF de un artículo de Pietro Gini en Enciclopedia dei Santi. A pesar de que la fecha establecida fehacientemente en la actualidad parece ser 1217, en algunos santorales dependientes de Acta Sanctorum figura 1430. Ver AS. enero, pág 909.

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