fecha: 31 de enero
n.: 1474 - †: 1533 - país: Italia
otras formas del nombre: Ludovica Albertoni
canonización: Conf. Culto: Clemente X 28 ene 1671
hagiografía: Abel Della Costa
n.: 1474 - †: 1533 - país: Italia
otras formas del nombre: Ludovica Albertoni
canonización: Conf. Culto: Clemente X 28 ene 1671
hagiografía: Abel Della Costa
En Roma, beata Luisa Albertoni, que educó cristianamente a sus hijos y, al morir su esposo, tras entrar en la Tercera Orden Regular de San Francisco, prestó ayuda a los necesitados, hasta el punto de que, de ser rica, llegó a la total pobreza.
Nació en Roma en 1473, hija de Esteban Albertoni y Lucrecia Tebaldi, ambos de noble familia. Su padre, sin embargo, murió cuando ella no llegaba a los tres años, y como la madre se volvió a casar, la niña quedó al cuidado y educación de su abuela, primero, y luego de sus tías. Acorde con las costumbres de la época, ya joven fue dada en matrimonio a Santiago della Cetara, con quien tuvo tres hijas. Vivió una feliz unión, pero enviudó joven, a los 32 años, y a partir de allí se dedicó enteramente a la vida de piedad: ingresó como terciaria franciscana, y repartía su tiempo entre el cuidado de los pobres y enfermos, y la vida de oración y penitencia.
Se distinguió por su generosidad, unida al deseo -no satisfecho- de quedar oculta y no querer recibir halagos humanos. Esta dadivosidad que le hacía alimentar a todos los pobres que se le acercaran le trajo graves conflictos con su familia, ya que, literalmente, gastaba en ello su fortuna, hasta que quedó en la pobreza ella misma; por ese motivo la familia le asignó una pensión, pero esa misma pensión la repartía entre sus escasas necesidades y el cuidados de los pobres.
En sus últimos años Dios la premió con el anticipo de su paz, y la hizo gozar de éxtasis extraordinarios. Murió en 1533, venerada por sus conciudadanos, y su tumba fue meta de devoción y lugar de milagros. El culto fue confirmado en 1671 por el papa Clemente X. Por esos mismos años se realizó el reconocimiento de sus reliquias, y se construyó la nueva tumba en la iglesia de San Francisco a Ripa, adornada con una estatua de Bernini que la representa en éxtasis. Sus reliquias continúan allí mismo.
![](http://www.eltestigofiel.org/sys_imagenes/lectura/santoral/LudovicaAlbertoni.jpg)
La fuente general es una Vita escrita por G. Polo, «Vita della B. Lodovica Albertoni», en 1672, así como el Aureole Séraphique, de Léon, vol. I, pp. 127-132. este artículo sigue los lineamientos del correspondiente del Butler. Escultura: Éxtasis de la beata Ludovica, de Bernini, 1670, Cappella Altieri, San Francesco a Ripa, Roma.
Se distinguió por su generosidad, unida al deseo -no satisfecho- de quedar oculta y no querer recibir halagos humanos. Esta dadivosidad que le hacía alimentar a todos los pobres que se le acercaran le trajo graves conflictos con su familia, ya que, literalmente, gastaba en ello su fortuna, hasta que quedó en la pobreza ella misma; por ese motivo la familia le asignó una pensión, pero esa misma pensión la repartía entre sus escasas necesidades y el cuidados de los pobres.
En sus últimos años Dios la premió con el anticipo de su paz, y la hizo gozar de éxtasis extraordinarios. Murió en 1533, venerada por sus conciudadanos, y su tumba fue meta de devoción y lugar de milagros. El culto fue confirmado en 1671 por el papa Clemente X. Por esos mismos años se realizó el reconocimiento de sus reliquias, y se construyó la nueva tumba en la iglesia de San Francisco a Ripa, adornada con una estatua de Bernini que la representa en éxtasis. Sus reliquias continúan allí mismo.
![](http://www.eltestigofiel.org/sys_imagenes/lectura/santoral/LudovicaAlbertoni.jpg)
La fuente general es una Vita escrita por G. Polo, «Vita della B. Lodovica Albertoni», en 1672, así como el Aureole Séraphique, de Léon, vol. I, pp. 127-132. este artículo sigue los lineamientos del correspondiente del Butler. Escultura: Éxtasis de la beata Ludovica, de Bernini, 1670, Cappella Altieri, San Francesco a Ripa, Roma.
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