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Bernardo de Teramo,
Santo |
Diciembre 19 Obispo
Etimológicamente significa “fuerte como el oso”. Viene de la
lengua alemana.
Hijo de condes poderosos en tierras y buenos en santidad,
tuvo una hermana, santa Paloma y un hermano llamado Rinaldo.
Cerca del
castillo de los padres había una abadía benedictina. Y fue en ella en donde le
vino la vocación a Berardo.
Una vez que se ordenó de sacerdote, soñaba
aún más por lograr la perfección.
Por eso le pidió a sus superiores que
lo enviaran al monasterio de san Juan. En él, parece ser, había un mayor
recogimiento.
Al final del 1115, murió el obispo de la diócesis. Todo el
mundo pensó que el digno sucesor era Bernardo.
Y, desde luego, no se
equivocaron lo más mínimo.
Como obispo se caracterizó por su celo
pastoral, su amor a la reforma, un príncipe feudal honrado y prudente – cosa
difícil en aquella época.
Una vez que hubo desempeñado su trabajo
episcopal con suma sencillez, una profunda piedad religiosa y una caridad
desbordada hacia los pobres – la clave evangélica por excelencia para medir el
grado de santidad -,
Murió en el año 1123 tal día como hoy. La Iglesia
de su diócesis sigue celebrando su fiesta en este día con mucho fervor. Se
conservan dos relicarios, su cabeza y un brazo, con el que bendecía a los fieles
desde la escalera de la catedral. Hoy hace el obispo exactamente
igual.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
“La prueba del buen
predicador es que salga de su púlpito no diciendo “qué hermoso sermón”, sino
“voy a hacer algo” ( San Francisco de Sales).
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