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Isaías Boner, Beato |
El 8 de noviembre de 1471 moría en Cracovia (Polonia).
Había sido profesor de teología en la universidad, maestro de
vida religiosa y espiritual, amigo y confidente de los santos
y beatos del denominado felix saeculum Cracoviae, como Juan Kancio
(† 1474) o el canónigo regular Estanislao Kazimiercyk, el Casimiritano
(† 1489), de todos conocido por su celo apostólico, vida
austera, piedad mariana, y su saber unir la quietud de
la oración con el ansia agustina de la búsqueda.
Se
ignora el año preciso de su nacimiento, pero se sabe
que en 1415 vistió el hábito agustino en el convento
de Sta. Catalina de Cracovia. Eran los momentos oscuros del
cisma de Occidente y del triunfo de las doctrinas heréticas
de Hus, que no tardarían en encender el fuego de
la guerra socio-religiosa en la cercana Boemia.
En 1419 fue
enviado a estudiar a Padua, y allí permaneció casi cuatro
años, obteniendo el lectorado en teología y recibiendo la ordenación
sacerdotal. De vuelta a Polonia fue encargado de dirigir a
los jóvenes estudiantes profesos, asistiéndolos espiritualmente como maestro y como
profesor de Sagrada Escritura en el estudio del convento. Nombrado
visitador provincial, recorrió la provincia de Baviera. En 1443 consiguió
el grado académico de magister en la Universidad Jaguelónica de
su ciudad natal. En 1452 lo encontramos de nuevo en
Ratisbona como delegado del P. General para presidir la celebración
del capítulo de la Provincia.
Fuera de estos cargos de
responsabilidad dentro de la Orden, prueba de la estima de
que aun fuera de su patria gozaba entre los suyos
el magister Poloniae, su principal actividad fue la enseñanza de
las ciencias sagradas en la universidad de Cracovia, donde fue
apreciado y querido por sus contemporáneos.
A su muerte fue
sepultado en el claustro del convento. En torno a sus
restos creció el culto popular, y comenzaron a serle atribuidos
milagros y gracias. Y aunque el título de beato del
que disfruta entre los suyos – en 1617 fue incluido
entre los santos protectores de Polonia -, aún no ha
sido ratificado por Roma, su tumba en la cripta de
la iglesia de Sta. Catalina sigue siendo meta de un
incesante peregrinar de devotos, muchos de ellos estudiantes universitarios.
Fueron
varias las ocasiones en que se intentó iniciar la instrucción
de la causa, pero lamentablemente en ninguna de ellas se
consiguió llevarla a término.
Por fin, el 20 de diciembre de
1994, de común acuerdo con el cardenal de Cracovia Francisco
Macharski, la postulación general de la Orden solicitó oficialmente la
apertura del proceso sobre la fama de santidad del denominado
“beato”, virtudes heroicas y culto ininterrumpido.
Ultimados los trámites de
ley, el 21 de diciembre de 1996 se clausuró la
información cognoscitiva diocesana, el 1 de febrero de 1997 se
obtenía de la Congregación de los Santos el nihil obstat
para proceder, y el 5 de diciembre del mismo año
el correspondiente decreto de validez del proceso llevado a cabo
en Cracovia.
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