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Cristina de Stommeln, Beata |
Nació en Stommeln cerca de Colonia, en 1242; murió el
6 de Noviembre de 1312. Stommeln, llamada en el siglo
XIV Stumbeln, está situada a unos catorce kilómetros al noreste
de Colonia y a unos diez kilómetros al este del
Rin.
El padre de Cristina era un acomodado campesino llamado
Heinrich Bruso; el nombre de su madre era Hilla. Cuando
tenía 5 años, Cristina tuvo visiones de Cristo niño con
quien se desposó místicamente a sus diez años. Cuando cumplió
los once aprendió a leer el salterio, pero no podía
escribir. Cuando tenía doce años sus padres quisieron darla en
matrimonio, pero ella se fue al convento de los Beguinos
en Colonia, donde llevó una vida de severa penitencia, pasó
mucho tiempo en oración, y en ocasiones caía en convulsiones.
A
los quince años recibió los estigmas en sus manos y
pies y la marca de la Corona de Espinas en
su cabeza. Sufrió muchos asaltos del demonio, tuvo muchas pruebas
a su fe y fue tentada al suicidio. Los Beguinos
la consideraron loca y la trataron con desprecio, así que
regresó a casa. En 1267 el cura parroquial, Johannes, recibió
a Cristina en su casa, donde conoció a Pedro de
Dacia, un Dominico de Gotland quien estuvo en Colonia como
alumno de San Alberto el Grande. Un lazo místico de
devoción, cuyo objeto era Dios, se formó entre los dos.
Pedro visitó a Cristina en 1270 en su camino de
Paris a Gotland, y nuevamente en 1279; En su relato
menciona hasta quince visitas. El hermano de Cristina siguió a
Pedro a Gotland y entró a la Orden Dominica. Pedro
llegó a ser lector y en 1283 fue prior en
Gotland, donde murió en 1288. Ese mismo año los tormentos
que Cristina sufría por el demonio cesaron, y vivió una
vida pacífica, usando siempre la vestimenta de los Beguinos, hasta
su muerte. Su cuerpo fue enterrado primero en el patio
de la iglesia en Stommeln y luego en la iglesia
misma; en 1342 sus restos fueron llevados a Niedeggen en
Eifel; dos siglos más tarde, el 22 de Junio de
año 1569, fueron trasladados a Jülich, donde un monumento a
ella aún existe. En Jülich se pueden ver también las
notas hechas por Pedro de Dacia y la colección de
sus cartas que los Bollandistas han publicado bajo la fecha
del 22 de Junio (IV, 271-430).
Es difícil decidir cuanta verdad
literal existe en las visiones y apariciones, de Cristina, del
Purgatorio. Pero aún Renan no dudó de la pureza de
su vida (Hist. litt. de la France, XXVII, 1-26)
La devoción
fué confirmada en 1908.
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