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Pedro de Tsetinia, Santo |
Octubre 18
Etimológicamente significa “roca”. Viene de
la lengua hebrea.
Hay personas que marcan toda una época y
estilo de vida, incluso cuando son reyes de un pueblo.
Sienten la necesidad de estar llenos de Dios y vacíos
de muchas tontadas que se nos acumulan en la
vida. Balduino, rey de Bélgica, dijo un día estas palabras:"El
Señor nos ha concedido una gracia al hacernos sentir un
vacío ante todo lo que no es él".
Este joven era
originario de Niegouch, Montenegro. Debió ser un chico muy bien
dotado en los valores que dan consistencia a la persona.
A los 12 años entró ya de monje. Tenía firmemente
arraigada la fe. Y como consecuente con ella, dedicó toda
su vida a defender a su pueblo para que nunca
la perdiera.
Supo llevar muy bien tanto el gobierno de su
pequeño reino del que era el soberano, como la pastoral
y la dirección espiritual del mismo, ya que era el
metropolita.
En su tiempo había luchas entre clanes rivales. Con sus
dotes de gobierno y la santidad de su propia vida
logró que todos se entendieran e hiciesen las paces.
Cuando el
peligro provenía del exterior, también tuvo arranque y valor para
combatir – como soberano – contra los ejércitos del mismo
Napoleón I.
Consiguió dominarlo en la batalla de Boka. Esto contribuyó
a que su fama corriera por Europa como la espuma.
En
el trato con los otros demostraba su recia personalidad, su
bondad e indulgencia para con los demás, pero era
muy exigente consigo mismo.
Aunque fue el príncipe y obispo de
Montenegro, llevó una vida personal parecida más bien a la
de asceta o monje.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
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