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miércoles, 17 de octubre de 2012

No sean como los fariseos


Lucas 11, 42-46. Tiempo Ordinario. Vivir en la humildad, virtud que tanto agrada a Dios y llena el corazón de paz.
 
No sean como los fariseos
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 42-46

En aquel tiempo Jesús dijo: ¡Ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar aunque sin omitir aquello. ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas y que se os salude en las plazas! ¡Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo!» Uno de los legistas le respondió: «¡Maestro, diciendo estas cosas, también nos injurias a nosotros!» Pero ÉL dijo: «¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!

Oración introductoria

¡Ven, Espíritu Santo! Porque creo, espero y te amo, te suplico humildemente ilumines mi oración. Mi corazón es duro para juzgar. No pierde oportunidad para condenar en vez de buscar el bien. Como fruto de esta oración te pido cambiar esta actitud farisaica.

Petición

Señor, dame un corazón sencillo, sincero, autentico y coherente con mi fe.

Meditación del Papa

Podemos acoger con fe las advertencias que Jesús dirige a nuestra conciencia, para asumir un comportamiento acorde con ellas. En el pasaje de hoy, amonesta a los escribas y fariseos, que en la comunidad desempeñaban el papel de maestros, porque su conducta estaba abiertamente en contraste con la enseñanza que proponían a los demás con rigor. Jesús subraya que ellos "dicen, pero no hacen"; más aún, "lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar". Es necesario acoger la buena doctrina, pero se corre el riesgo de desmentirla con una conducta incoherente. Por esto Jesús dice: "Haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen". La actitud de Jesús es exactamente la opuesta: él es el primero en practicar el mandamiento del amor, que enseña a todos, y puede decir que es un peso ligero y suave precisamente porque nos ayuda a llevarlo juntamente con él. Benedicto XVI, 30 de octubre de 2011.

Reflexión

El Papa Juan Pablo II dedicó una meditación mariana a proponer esta virtud que el Evangelio de hoy nos presenta. "Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios" (Si 3, 17-18). Esta expresión bíblica va contra corriente frente a la mentalidad que frecuentemente encontramos hoy en día: sobresalir a toda costa, abrirse camino incluso con astucia y sin escrúpulos, buscar los primeros puestos, la fama, los aplausos, los honores...

Las palabras de Cristo son una invitación a mirar las cosas desde la perspectiva de la eternidad, porque "todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido" (Lc 14, 11). Esta dura reprensión a los fariseos toma su fuerza en el ejemplo que el mismo Cristo da con su vida: siendo Dios, pasó la mayor parte de su vida oculto en Nazaret, sin mayor pretensión que dar gloria al Padre cumpliendo su sencillo deber de cada día.

Es una invitación que exige fe y sacrificio. El camino de la humildad no es fácil, pero llena el corazón de paz y permite avanzar por la vida con la seguridad de tener a Dios a nuestro lado. Que el ejemplo del Maestro y de la Virgen María, que se declaró siempre la esclava del Señor, nos ayuden a vivir en la humildad, virtud que tanto agrada y complace a Dios.

Propósito

Vivir de cara a Dios no cayendo en ningún acto de deshonestidad, por insignificante que pueda parecer.

Diálogo con Cristo

Jesús, cuántas veces juzgo y condeno, dizque buscando el bien. Señalar es fácil, mientras que iluminar la conciencia de los demás sólo puede nacer del amor a Dios y a los demás. Por intercesión de María, te ofrezco que ante el mal, ayudaré a resolverlo con la oración y las acciones que pueda hacer. Amarte auténticamente es la única manera en que puedo amar también a los demás, con total desinterés y donación. 
 
 miércoles 17 Octubre 2012
Miércoles de la vigésima octava semana del tiempo ordinario

San Ignacio de Antioquía


Leer el comentario del Evangelio por
San [Padre] Pío de Pietrelcina : “Malditos vosotros, fariseos, porque amáis los primeros puestos y ser saludados en la plaza pública”

Lecturas

Pablo a los Gálatas 5,18-25.


Pero si están animados por el Espíritu, ya no están sometidos a la Ley.
Se sabe muy bien cuáles son las obras de la carne: fornicación, impureza y libertinaje,
idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos, disensiones
y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza. Les vuelvo a repetir que los que hacen estas cosas no poseerán el Reino de Dios.
Por el contrario, el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza,
mansedumbre y temperancia. Frente a estas cosas, la Ley está de más,
porque los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos.
Si vivimos animados por el Espíritu, dejémonos conducir también por él.


Salmo 1,1-2.3.4.6.


¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,

sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche!
El es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien.

No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.
Porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal.



Lucas 11,42-46.


Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!".
Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: "Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros".
El le respondió: "¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por

San [Padre] Pío de Pietrelcina (1887-1968) capuchino
AP; CE 47

“Malditos vosotros, fariseos, porque amáis los primeros puestos y ser saludados en la plaza pública”

La verdadera humildad de corazón es más sentida y vivida
interiormente que al exterior. Cierto, es preciso mostrarse siempre humilde
en presencia de Dios, pero con esta falsa humildad que no conduce más que
al desaliento, agotamiento y a la desesperación. Debemos tener una mala
reputación de nosotros mismos, no hacer pasar nuestro propio interés antes
que el los demás y juzgarnos como inferiores a nuestro prójimo.

Si es cierto que nos hace falta mucha paciencia para soportar las
miserias de los demás, nos precisa aún mucha más para aprender a
soportarnos a nosotros mismos. Ante tus cotidianas infidelidades, haz
continuamente actos de humildad. Cuando el Señor te verá así arrepentido,
extenderá su mano hacia ti y te atraerá hacia él.

Nadie merece nada en este mundo; es sólo el Señor quien nos lo
concede todo, por pura benevolencia y porque, en su infinita bondad, nos
todo.
 
 
 
 
 
 

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