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miércoles, 3 de octubre de 2012

Jesús no tiene donde reclinar la cabeza


Lucas 9, 57-62. Tiempo Ordinario. Seguir a Cristo como nuestro modelo de vida y con la confianza de ir por el camino adecuado.
 
Jesús no tiene donde reclinar la cabeza
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62

Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré a donde quiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro dijo: «Sígueme». El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre». Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios». También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa». Le dijo Jesús: Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios».

Oración Introductoria

Señor, que esta oración renueve mi estilo de vida. Permite que sepa cultivar con esmero mi corazón de modo que siempre sepa responder a tu llamado, dándote el primer lugar en todo, único camino para lograr la santidad.

Petición

Jesús, dame la fuerza para aceptar todo lo que implique seguir tus pasos, sabiendo cortar con todo lo que pueda separarme de Ti.

Meditación del Papa

El Hijo de Dios, se ha hecho hombre, ha compartido nuestra existencia hasta en los detalles más concretos, haciéndose servidor de sus hermanos más pequeños. Él, que no tenía donde reclinar su cabeza, fue condenado a morir en una cruz. [...] Todos los que han recibido ese don maravilloso de la fe, el don del encuentro con el Señor resucitado, sienten también la necesidad de anunciarlo a los demás. La Iglesia existe para anunciar esta Buena Noticia. Y este deber es siempre urgente. Hay todavía muchos que aún no han escuchado el mensaje de salvación de Cristo. Hay también muchos que se resisten a abrir sus corazones a la Palabra de Dios. Y son numerosos aquellos cuya fe es débil, y su mentalidad, costumbres y estilo de vida ignoran la realidad del Evangelio, pensando que la búsqueda del bienestar egoísta, la ganancia fácil o el poder es el objetivo final de la vida humana. ¡Sed testigos ardientes, con entusiasmo, de la fe que habéis recibido! Haced brillar por doquier el rostro amoroso de Cristo, especialmente ante los jóvenes que buscan razones para vivir y esperar en un mundo difícil. Benedicto XVI, 20 de noviembre de 2011.

Reflexión

Todos los hombres tienen un ídolo, una persona a quién imitar, se sienten atraídos por su forma de ser. Lo imitan en todo, buscan tener su misma marca de ropa, peinarse igual, en fin, su porte gira en lo que es esa persona. Éstas a menudo son artistas o cantantes. Pero hay algo que no hacen: poner límites a sus seguidores.

¿Qué tendría Cristo para atraer tanto a las multitudes? No cantaba ni actuaba. Lo único que hacía era dar a conocer el amor de Dios a los hombres. Ésta fue su arma para que muchos trataran de seguirlo, y aún hoy muchos jóvenes, hombres y mujeres lo siguen como ideal de vida.

En este evangelio se nos presenta un Cristo exigente: "quien pone la mano en el arado y mira hacia atrás no es digno de Mí". Son duras las palabras de la elección de Dios, por lo que comprenden, pero al mismo tiempo donan una paz y una felicidad inmensas dentro del alma, porque se sabe que ha sido Dios mismo quien ha llamado. No todos aceptan el llamado con generosidad, sino que al sentir el peso muchos lo dejan.

Dejemos que Dios nos hable en el corazón y si él nos llama digamos con sinceridad y generosidad que queremos seguirle, aún sabiendo las dificultades que allí encontraremos. Pidamos también en una visita o después de la comunión por las vocaciones para que mande obreros fieles
a su mies.

Propósito

Mantenerme fiel a la doctrina de Cristo, aunque el ambiente sea contrario a mi fe católica.

Diálogo con Cristo

Jesús, te pido me des la docilidad y confianza para saber escuchar y responder con prontitud a tu llamada. Permite que sea un testigo de tu amor, auténtico y sincero, de manera que mi fe se manifieste en mis palabras, obras y acciones. Te pido me concedas la gracia para ser coherente con mi fe, especialmente cuando las circunstancias sean contrarias a ella.


miércoles 03 Octubre 2012
Miércoles de la vigésima sexta semana del tiempo ordinario

San Francisco de Borja


Leer el comentario del Evangelio por
San Francisco Javier : «Te seguiré adonde vayas»: un gran misionero ante los peligros

Lecturas

Job 9,1-12.14-16.


Job respondió, diciendo:
Sí, yo sé muy bien que es así: ¿cómo un mortal podría tener razón contra Dios?
Si alguien quisiera disputar con él, no podría responderle ni una vez entre mil.
Su corazón es sabio, su fuerza invencible: ¿quién le hizo frente y se puso a salvo?
El arranca las montañas sin que ellas lo sepan y las da vuelta con su furor.
El remueve la tierra de su sitio y se estremecen sus columnas.
El manda al sol que deje de brillar y pone un sello sobre las estrellas.
El solo extiende los cielos y camina sobre las crestas del mar.
El crea la Osa Mayor y el Orión, las Pléyades y las Constelaciones del sur.
El hace cosas grandes e inescrutables, maravillas que no se pueden enumerar.
El pasa junto a mí, y yo no lo veo; sigue de largo, y no lo percibo.
Si arrebata una presa, ¿quién se lo impedirá o quién le preguntará qué es lo que hace?
¡Cuánto menos podría replicarle yo y aducir mis argumentos frente a él!
Aún teniendo razón, no podría responder y debería implorar al que me acusa.
Aunque lo llamara y él me respondiera, no creo que llegue a escucharme.


Salmo 88(87),10bc-11.12-13.14-15.


Y mis ojos se debilitan por la aflicción.
Yo te invoco, Señor, todo el día,
con las manos tendidas hacia ti.


¿Acaso haces prodigios por los muertos,
o se alzan los difuntos para darte gracias?
¿Se proclama tu amor en el sepulcro,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?

¿Se anuncian tus maravillas en las tinieblas,
o tu justicia en la tierra del olvido?
Yo invoco tu ayuda, Señor,
desde temprano te llega mi plegaria:

¿Por qué me rechazas, Señor?
¿Por qué me ocultas tu rostro?


Lucas 9,57-62.


Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!".
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios".
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos".
Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por

San Francisco Javier (1506-1552), misionero jesuíta
Carta

«Te seguiré adonde vayas»: un gran misionero ante los peligros

En esta misión existen peligros más grandes que el veneno y que la
muerte violenta... En primer lugar la pérdida de la esperanza y de la
confianza en Dios, siendo así que es por su amor y servicio que queremos
dar a conocer su Ley, y a Jesucristo, su Hijo, nuestro Redentor y Señor,
como muy buen sabe. Puesto que es por su gran misericordia que nos ha
comunicado estos deseos, y viendo los peligros que nos pueden llegar por su
servicio, es un peligro incomparablemente superior a los males que nos
pueden causar todos los enemigos de Dios, el que ahora nos falte la
confianza en su misericordia y su poder. Si es importante para su más
grande servicio, Dios nos guardará de todos los peligros de esta vida, y
sin su permiso y su autorización, los demonios y sus ministros ningún mal
nos pueden hacer. Por eso nuestra  seguridad reside en la palabra del
Señor: «El que ame su vida, según este mundo, la perderá, y el que la
pierda por Dios, la  encontrará» (Jn 12,25). Y en esta otra semejante : «El
que mete la mano en el arado y mira hacia atrás, no es apto para el Reino
de Dios».

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