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Francisco Xavier Seelos, Beato |
Francisco Xavier Seelos nace el 11 de enero de 1819
en Füssen, en la católica región de Baviera (Alemania). Es
bautizado el mismo día en la iglesia parroquial de san
Mang. El deseo de ser sacerdote es muy temprano en
él, admirado por las cosas del Evangelio. En 1842, tras
concluir sus estudios de filosofía entra en el seminario diocesano.
Después
de encontrarse con los misioneros Redentoristas, decide ingresar en esta
congregación y ponerse al servicio de los inmigrantes de lengua
alemana en Estados Unidos. Es recibido en la Congregación de
los Misioneros Redentoristas el 22 de noviembre de 1848. Al
año siguiente zarpará hacia Estados Unidos desde Le Havre, Francia,
para llegar a New York el 20 de abril de
1843.
El 22 de diciembre de 1844, terminado el noviciado y
completados sus estudios de teología, Seelos es ordenado sacerdote en
la iglesia redentorista de St. James en Baltimore, Maryland, USA.
Tras su ordenación, trabaja durante nueve años en la parroquia
de Santa Filomena en Pittsburgh, Pennsylvania, primero en calidad de
vicepárroco con san Juan N. Neumann (el primer santo de
los Estados Unidos de América), superior de la comunidad religiosa
redentorista, y, más tarde, durante otros tres años, como párroco
siendo ya él mismo Superior de la comunidad. Durante este
tiempo, ocupa también el cargo de Maestro de Novicios. Con
san Juan Neumann su principal ocupación era predicar misiones en
diferentes poblaciones. Seelos comenta así su relación con Neumann: "Me
ha introducido en la vida activa", y "me ha dirigido
como director espiritual y confesor". Su disponibilidad e innata amabilidad,
su atención a las necesidades de los fieles hacen pronto
de él una figura bien conocida como confesor experto y
director espiritual hasta el punto de que vienen a él
también de otras ciudades cercanas.
Fiel al carisma redentorista, lleva un
estilo de vida modesto y se expresa con palabras sencillas.
La temática de sus predicaciones y homilías, ricas en contenido
bíblico, es fácil de entender incluso por la gente más
sencilla. Una constante de su pastoral es su empeño por
dedicarse a la formación de la fe de los pequeños.
No solamente apoya este ministerio, sino que lo cree fundamental
para el crecimiento interior de la comunidad cristiana de la
parroquia.
En 1854 es trasladado de Pittsburgh a Baltimore y, más
tarde, en 1857, a Cumberland. En 1862 lo vemos ya
en Annapolis, siempre ocupado en el servicio parroquial y entregado
a la formación de los futuros Redentoristas en calidad de
Prefecto de Estudiantes Teólogos Redentoristas. También aquí, es fiel a
su imagen y continúa siendo pastor, amable y alegre, siempre
atento a las necesidades de sus estudiantes y atento también
a su formación académica. Se dedica sobre todo a infundir
en estos futuros misioneros redentoristas el entusiasmo, el espíritu de
sacrificio y el celo apostólico por el bien espiritual y
temporal de la gente.
En 1860 es presentado como candidato a
Obispo de Pittsburgh. Para el Padre Seelos no era una
buena noticia, y pide a Dios y a quien puede
que se le libere de esa candidatura. El Papa Pío
IX lo dispensa de esta pesada responsabilidad. El Padre Seelos
se dedicará del 1863 al 1866 a la vida de
misionero itinerante predicando en inglés y en alemán en los
estados de Connecticut, Illinois, Michigan, Missouri, New Jersey, New York,
Ohio, Pennsylvania, Rhode Island y Wisconsin.
Tras un breve período de
ministerio parroquial en Detroit, Michigan, en 1866 es destinado a
la comunidad redentorista de New Orleans, Louisiana. También aquí ejerce
de párroco de la iglesia de la Asunción de Santa
Maria. Es para los fieles un párroco alegre, disponible y
singularmente sensible a las necesidades de los más pobres y
de los más abandonados. Pero en los planes de Dios
este ministerio en New Orleans está llamado a durar poco.
En el mes de septiembre, exhausto tras haber visitado y
cuidado a las víctimas de una epidemia de fiebre amarilla,
contrae la terrible enfermedad. Tras varias semanas de enfermedad, que
padece con santa resignación, pasa a la vida eterna el
4 de octubre de 1867 a la edad de 48
años y 9 meses.
Su Santidad el Papa Juan Pablo II
proclamó al Padre Seelos Beato en la Plaza de San
Pedro, el 9 abril del Solemne Año Jubilar 2000.
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