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viernes, 5 de octubre de 2012

Ciudades incrédulas


Lucas 10, 13-16. Tiempo Ordinario. Creer en los milagros que Cristo va cumpliendo cada día de nuestra vida.
 
Ciudades incrédulas
Del santo Evangelio según san Lucas 10, 13-16


«¡Ay de ti, Corazin! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».

Oración

Gracias, Señor, por tu amor y por el prodigio que me das, en este momento, al invitarme a dialogar contigo en esta meditación. Confío en Ti, Señor, y humildemente pongo mi mente, mi corazón, mi vida, en tus manos.

Petición

Jesús, ayúdame a guardar el silencio necesario para poder escucharte.

Meditación del Papa

"Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo". Acojamos estas palabras de bendición que el Hijo del hombre dirigirá el Día del Juicio a quienes habrán reconocido su presencia en los más humildes de sus hermanos con un corazón libre y rebosante de amor de Dios. Hermanos y hermanas, este pasaje del Evangelio es verdaderamente una palabra de esperanza, porque el Rey del universo se ha hecho muy cercano a nosotros, servidor de los más pequeños y más humildes. Y quisiera dirigirme con afecto a todos los que sufren, a los enfermos, a los aquejados del sida u otras enfermedades, a todos los olvidados de la sociedad. ¡Tened ánimo! El Papa está cerca de vosotros con el pensamiento y la oración. ¡Tened ánimo! Jesús ha querido identificarse con el pequeño, con el enfermo; ha querido compartir vuestro sufrimiento y reconoceros a vosotros como hermanos y hermanas, para liberaros de todo mal, de toda aflicción. Cada enfermo, cada persona necesitada merece nuestro respeto y amor, porque a través de él Dios nos indica el camino hacia el cielo. (Benedicto XVI, 20 de noviembre de 2011).

Reflexión

¡Ay de ti, que has visto muchos milagros y no te has convertido! Son muy duras las palabras de Cristo contra estas dos ciudades, ciudades que nos pueden representar si no creemos en los milagros que Cristo va cumpliendo cada día de nuestra vida.

¿Qué milagros ha hecho y no he creído? Cada uno en su vida personal puede decir cuántos son los milagros que Dios ha hecho en su propia vida, pero los más comunes son la Eucaristía, la conversión de nuestros corazones, las casualidades que no tienen otro fundamento que el querer de Dios, nuestra propia vida cuando hemos estado en riesgo de morir...

Lo que nos pide Cristo en este evangelio es que reflexionemos sobre todos esos milagros, esas gracias que Dios nos va dado, para que se las agradezcamos como verdaderos hijos, que aman a su Padre. Seamos agradecidos y pidamos la gracia de ver todo lo que Dios nos ha dado.

Propósito

Poner en mi agenda de actividades, el día en que voy a ir a confesarme.

Diálogo con Cristo

Señor, hazme darme cuenta que para escuchar y poder responder a tu llamada, debo limpiar mi mente y mi corazón en el sacramento de la confesión. No soy digno de ser tu discípulo misionero, por eso te pido me ayudes a crecer en la sinceridad y en la honestidad, para que sepa aprovechar los medios espirituales que me ofrece tu Iglesia.
 
 
 viernes 05 Octubre 2012
Viernes de la vigésima sexta semana del tiempo ordinario

Santa Kowalska



Leer el comentario del Evangelio por
Beato John Henry Newman : “Quien os escucha a vosotros, a mí me escucha; quien os rechaza a vosotros, a mí me rechaza.” (Lc 9,16)

Lecturas

Job 38,1.12-21.40,3-5.


El Señor respondió a Job desde la tempestad, diciendo:
¿Has mandado una vez en tu vida a la mañana, le has indicado su puesto a la aurora,
para que tome a la tierra por los bordes y sean sacudidos de ella los malvados?
Ella adquiere forma como la arcilla bajo el sello y se tiñe lo mismo que un vestido:
entonces, a los malvados se los priva de su luz y se quiebra el brazo que se alzaba.
¿Has penetrado hasta las fuentes del mar y has caminado por el fondo del océano?
¿Se te han abierto las Puertas de la Muerte y has visto las Puertas de la Sombra?
¿Abarcas con tu inteligencia la extensión de la tierra? Indícalo, si es que sabes todo esto.
¿Por dónde se va adonde habita la luz y dónde está la morada de las tinieblas,
para que puedas guiarla hasta su dominio y mostrarle el camino de su casa?
¡Seguro que lo sabes, porque ya habías nacido y es muy grande el número de tus días!
Y Job respondió al Señor:
¡Soy tan poca cosa! ¿Qué puedo responderte? Me taparé la boca con la mano.
Hablé una vez, y no lo voy a repetir; una segunda vez, y ya no insistiré.


Salmo 139(138),1-3.7-8.9-10.13-14ab.


Del maestro de coro. De David. Salmo.
Señor, tú me sondeas y me conoces
tú sabes si me siento o me levanto;
de lejos percibes lo que pienso,

te das cuenta si camino o si descanso,
y todos mis pasos te son familiares.
¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?

Si subo al cielo, allí estás tú;
si me tiendo en el Abismo, estás presente.
Si tomara las alas de la aurora
y fuera a habitar en los confines del mar,

también allí me llevaría tu mano
y me sostendría tu derecha.
Tú creaste mis entrañas,
me plasmaste en el seno de mi madre:

te doy gracias porque fui formado
de manera tan admirable.
¡Qué maravillosas son tus obras!
Tú conocías hasta el fondo de mi alma




Lucas 10,13-16.


¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza.
Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno.
El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por

Beato John Henry Newman (1801-1890), teólogo, fundador del Oratorio en Inglaterra
Sermón  "Cristo ocultado del mundo", Sermones parroquiales, vol. 4 sermón 16

“Quien os escucha a vosotros, a mí me escucha; quien os rechaza a vosotros, a mí me rechaza.” (Lc 9,16)

        La Iglesia es llamada cuerpo de Cristo. Ella es lo que era el
cuerpo de Cristo en su vida mortal. Es el instrumento de su poder divino. A
ella nos debemos acercar para obtener la gracia. A través de ella se
enciende la cólera de Dios cuando es insultada. Pero ¿qué es la Iglesia
sino una entidad humilde que provoca a veces el insulto y la impiedad entre
los hombres que no viven según la fe? Es un "vaso de arcilla" (2Co 4,7)...

        Sabemos que los mejores de sus ministros son personas imperfectas y
falibles, sometidas a las pasiones al igual que sus hermanos. Y no
obstante, de ellos Cristo ha dicho, hablando de sus apóstoles y de los
sesenta y dos discípulos, (a los que los ministros actuales no son
inferiores en cuanto a sus cargos): “Quien os escucha a vosotros, a mí me
escucha; quien os rechaza a vosotros, a mí me rechaza, y quien me rechaza a
mí, rechaza al que me ha enviado.” (cf Jn 13,20)

        Más aun, Cristo ha convertido a los pobres, a los débiles y
afligidos en testimonios y agentes de su presencia. También aquí nos puede
acechar la tentación de pasar de largo o tratarlos con irreverencia. Lo que
era Cristo, lo son también sus discípulos en este mundo. Como su condición
frágil y escondida incitaba a los hombres a insultarlo y a maltratarlo, así
las mismas características de sus discípulos llevan a los hombres a
insultarlos ahora. En todas las épocas, pues, está Cristo presente en este
mundo, no menos visible ahora que durante su vida terrena.

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