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lunes, 24 de septiembre de 2012

SAN ISAAC JOGUES, Mártir

26 de septiembre

(1649 d.C)
A
   Isaac Nogués nació en Orleans, de linaje noble, fue bautizado con el nombre de Isaac en la iglesia de San Hilario. Cuando muchacho, le gustaba llamarse "ciudadano de Santa Cruz", y al llegar a sus diez años fue uno de los primeros estudiantes que ingresaron en el nuevo colegio de los jesuitas consagrado a la Madre de Dios.
   Después de completar sus cursos en Roen fue a París, donde, a los diecisiete años, inició su noviciado como jesuita. Un día, el perspicaz maestro de novicios preguntó a Jogues por qué había ingresado a la Compañía. El joven respondió: "¡Etiopía y martirio!" A lo que el maestro había respondido con inspirado juicio: "¡No, hijo mío; morirás en Canadá!"     
   Fue el primer sacerdote católico que llegó a la Isla de Manhattan (Nueva York). Ingresó a la Compañía de Jesús en 1624 y luego de haber sido profesor de literatura en Rouen, fue enviado como misionero a Canadá en 1636. Partió junto con Monmagny, sucesor inmediato de Champlain. Desde Québec se dirigió a las regiones que se encontraban alrededor de los Grandes Lagos en donde el ilustre Padre de Brèbeuf y otros se encontraban trabajando. En aquel lugar, pasó seis días en constante peligro.
   A pesar de ser un misionero valeroso, su personalidad era de una naturaleza más práctica, su propósito siempre fue el de unir a su gente en hogares permanentes. Se encontraba con Garnier entre los Petunos, y junto con Raymbault ingresaron  hasta Sault Ste. Marie y “fueron los primeros misioneros”  señala Bancroft (VII, 790, Londres, 1853), “en predicar el evangelio a miles de cientos en el interior”, seis días antes de que Juan Eliot se dirigiera a los indios a 6 millas del puerto de Boston. Se cree que ellos no fueron sólo los primeros apóstoles sino también los primeros hombres blancos en llegar a la salida  del Lago Superior. Los más conocidos historiadores no mencionan ninguna prueba documental de que Nicolás, el descubridor del Lago Michigan, visitó alguna vez Sault. Bogues propuso no sólo convertir a los indios del Lago Superior sino también a los Sioux, quienes vivían en  la cabecera del  Mississippi.
   Su plan se frustró debido a su captura  al regresar de Québec cerca de los Tres Ríos. Fue tomado prisionero el día 3 a agosto de 1642, y luego de ser cruelmente torturado, fue llevado a la aldea de los indios de Ossernenon, actualmente Auriesville, en Mohawk, alrededor de 40 millas al norte de la actual ciudad de Albania. Allí permaneció durante 13 meses como esclavo, sufriendo por lo visto más allá de lo tolerable. Los calvinistas holandeses del Fort Orange (Albania) realizaron constantes esfuerzos por liberarlo y por último, cuando estuvo a punto de ser quemado, lo persuadieron a refugiarse en un barco de vela, el cual lo llevaría a Nueva Ámsterdam (Nueva York). Su descripción de la colonia, de cómo era en ese entonces, se ha incorporado en la historia documental del estado. Lo enviaron de Nueva York; a mediados de invierno atravesando el océano, en un lugre de sólo 50 toneladas de carga y después de un viaje de dos meses llegaron en una mañana navideña de 1643, a la costa de Bretaña, en un estado de absoluta miseria. Desde allí, encontró su camino a la escuela de la Sociedad más cercana. Fue recibido con gran honor en la corte de la Reina Regente, la madre de Luis XIV. Asimismo, el Papa Urbano VII le concedió el gran privilegio de celebrar la Misa, la cual no se llevo a acabo canónicamente debido a la condición mutilada de sus manos; varios de sus dedos fueron comidos o quemados. Fue nombrado Mártir de Cristo por el Pontífice. Se sabe que además de esta concesión, no se han otorgado otras similares.
   A comienzos de la primavera de 1644, Isaac Bogues regresó a Canadá y en el 1646 lo enviaron para negociar la paz con los Uroqueses. Siguió la misma ruta que cuando fue llevado como cautivo. Esa fue la ocasión en la que le dio el nombre  de Lago del Sacramento bendito a estas aguas llamadas Horicon por los indios, actualmente conocido como Lago George. Llegó a Ossernenon el 5 de junio, después de tres semanas de viaje desde St. Lawrence. Fue bien recibido por sus primeros captores y se llevó acabo el tratado de paz. Partió para Québec el 16 de junio y llegó el 3 de julio. Inmediatamente, pidió que lo enviaran de regreso como misionero a los Uroqueses. Pero sólo luego de vacilar muchas veces, sus superiores aceptaron su petición. El 27 de setiembre comenzó su tercer y último viaje a Mohawk. Dentro de la tribu se había desatado una enfermedad y una plaga había caído en las cosechas. A Jogues, a quien los indios consideraron siempre un hechicero, se le culpó por esta doble calamidad. Decidieron vengarse de él debido al hechizo que había arrojado en el lugar y los guerreros fueron enviados en busca de su captura. Las noticias de este cambio de idea se propagaron rápidamente y aunque Jogues estaba completamente consciente del peligro, continuó su camino hacia Ossernenon, a pesar de que todos los hurones y otros que estuvieron con él, a excepción de Lalande, habían huido. Los uroqueses lo encontraron cerca del Lago George. Le quitaron la ropa, lo acuchillaron, lo mordieron y lo llevaron a la aldea. El 18 de octubre de 1646, al entrar en una cabaña lo golpearon con un Tomahawk y luego lo decapitaron. Su cabeza fue clavada en Palisades y el cuerpo arrojado en Mohawk.
   Isaac Jogues fue canonizado por el Papa Pío XI el 29 de junio de 1930, junto con otros siete mártires norteamericanos. 

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