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Nuestra Señora de la Salud de Vailankanni |
Nuestra Señora de la Salud. Vailankanni, India.
Desde el siglo XVI
hasta nuestros días, y con progresivo entusiasmo, los católicos de
la India viene invocando a la que ellos denominan "Vailankánni
Arókia Matha"; denominación que, traducida, significa "Madre de la Salud
Vailankanni".
Todo comenzó, como en tantas otras ocasiones, con la
sencillez ingenua de dos pastorcitos que decían haber visto a
la Madre de Jesús. El primer pastorcito contaba a los
vecinos de la aldea cómo una hermosa Señora, con un
Niño en los brazos, le había pedido un poco de
agua fresca de la que él llevaba en un cántaro
y cómo, al llegar a su casa, se había llevado
la gran sorpresa de ver que el agua se había
transtormado en jugosa leche fresca... El otro niño pastor había
sido curado milagrosamente por esa misma Señora así lo afirmaba
él, y la Senora le había pedido que para agradecerle
la recuperación de la salud, consiguiera levantar una capilla en
aquel lugar adonde las gentes acudirían y Ella les mostraría
de continuo su maternal benevolencia. Un señor rico de Nagapathnam,
con la ayuda de todo el vecindario, había respondido puntualmente
a la reiterada petición del niño pastor y la capilla
alzaba al poco sus muros en la cima del altozano.
Al pie de la montaña de la Virgen, como comenzaba
ya a designar las buenas gentes de aquel lugar, la
ancha bahía del mar de Bengala, escenario de los afanes
de los pobres pescadores de la aldea de Vailankánni y
sorpresa, admirable por su belleza, para las carabelas lusas que
lo surcaban con impulsos de descubrimientos, ideales de evangelización y
avaricias incontenibles de oro, rubíes y especias...
Y ocurrió lo que
tenía que ocurrir. Una mala noche las aguas del mar
de Bengala se encresparon porque los monzones estaban a punto
de irrumpir con sus diluvios y los navegantes portugueses, aunque
avezados a las muchas tormentas, vieron en peligro sus vidas.
Una resplandeciente luz, en la altura de un altozano vecino,
les infundía esperanza, sin que supieran a ciencia cierta el
porqué de ese sentimiento de esperanza y, sobre todo, el
porqué de aquella insólita claridad... Uno de los marineros recordó
de repente que, en una travesía anterior, habia divisado los
muros de una capilla y toda la tripulación, sin más
argumentos, se puso acto seguido a invocar la protección de
Nuestra Señora.
Por lo que en consideración de este favor
que devolvía a la vida desde una inminente muerte a
unos marineros. Y en atención a los otros dos anteriores
del agua convertida en leche fresca y del pastorcito curado
de sus enfermedades, las gentes del lugar comenzaron a invocar
a la Virgen de la ermita como "Santa María, Madre
de la Salud".
De aquella primitiva construcción nada queda al presente,
salvo que la curiosidad de los arqueólogos se concentre algún
día en forzar excavaciones de viejas cimentaciones. La piedad de
los católicos de la India construyó un templo mayor y
luego otro aún más espacioso, éste superpuesto al primero. Los
arquitectos quisieron imitar un tanto al Santuario de Lourdes, y
trazaron una amplia escalinata de dos brazos, erigieron las catorce
cruces del Viacrucis, hicieron saltar el agua de unas rocas
vecinas... Juan XXIII, a instancias del episcopado indio, elevó el
templo a la categoría de basílica menor y todos comenzaron
a calificar al santuario de la "Madre de la Salud
de Vailankanni" como "el Lourdes de la India".
La festividad de
la "Madre de la Salud" se celebra el 8 de
septiembre de cada año. Más de 1,000,000 de peregrinos se
concentra en la jornada para honrar la natividad de Nuestra
Señora. Llegan al Estado de Támil Nádu, a la diócesis
de Thanjavur y a esta aldea de 5,000 habitantes, desde
todas partes del inmenso país. Llegan los que son y
se profesan católicos, indios lógicamente; pero llegan también y esto
es novedoso miles y miles que se confiesan musulmanes, hindúes,
jainistas, shiks, parsis. Las concentraciones masivas no se hacen solo
el día 8 de septiembre. Durante todo el año y
particularmente en Pascua, en mayo, en agosto..., las multitudes se
apiñan en el santuario. La Iglesia de India, que cuenta
con muchos otros templos dedicados a la Virgen, no ha
procedido por el momento, al menos a declarar al de
la "Madre de la Salud" como el Santuario Mariano nacional,
pero pocas dudas caben de que éste de la aldea
de Vailankanni sea el principal y tal vez el más
antiguo de todos los santuarios marianos de la India, seguido
muy de cerca también es verdad por el de la
"Virgen de las Gracias", en Sardana, diócesis de Meerut en
el Norte del país, y por el de la "Virgen
del Monte", en Bandra, archidiócesis de Bombay.
Resultaba lógico que el
Santuario de la "Madre de la Salud" expresara el amor
maternal de Nuestra Señora en instituciones de asistencia y de
beneficencia para los más desvalidos: los niños y los ancianos.
Y así se ha hecho, en efecto. A la sombra
del Santuario se han construido dos orfanatos. Uno para niños,
y otro para niñas.
Funcionan también aquí mismo un asilo
para ancianos y ancianas y un dispensario para urgencias que
no cierra sus puertas ni de día ni de noche
por la extraordinaria afluencia de peregrinos que de día y
de noche suben hasta la colina.
Los orfanatos del Santuario, como
los otros 800 que la Iglesia tiene en India para
bien de los niños huérfanos y abandonados, están financiados, al
menos parcialmente por la obra de la Infancia Misionera.
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