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Martires Lasallistas en Valencia, Beatos |
Los cinco beatos a los cuales dedicamos estas páginas, eran
miembros del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.
Su única preocupación era seguir a Jesús en la vocación
a la cual los había llamado: santificarse educando a los
niños y jóvenes, enseñándoles a vivir cristianamente.
Cuando inició la persecución
religiosa en España, trabajaban tranquilamente en las instituciones educativas de
la Provincia Lasaliana de Barcelona. Viajaron a Valencia para cumplir
una obligación propia de su trabajo educativo y el Señor
les llamó para que dieran un testimonio extremo. Sus verdugos
no los conocían. Al enterarse que eran religiosos, consideraron esto
causa suficiente para detenerles y ajusticiarles.
Los Mártires son signo de
la Iglesia, Cuerpo de Cristo, que continúa siendo perseguida y
condenada a muerte en sus miembros, pero estos mantienen su
vista fija en el alba gloriosa de la resurrección.
Esta es
la lección que nos dan los Mártires, tanto los de
ayer como los actuales. Debemos estar dispuestos a imitar su
generosidad.
Los Hermanos Florencio Martín, Bertrán Francisco, Ambrosio León, Elías Julián,
Honorato Andrés, y el P. Leonardo O. Buera, capellán del
Colegio de la Bonanova, entregaron sus vidas por ser fieles
a su condición de ministros y embajadores de Jesucristo.
Aun sabiendo
que la afirmación de su condición de religiosos los conduciría
a la muerte, no dudaron en confesar su fe en
Jesús y su pertenencia al Instituto de los Hermanos de
las Escuelas Cristianas.
Estos cinco Hermanos, ahora nuevos Beatos, no tenían
otra ocupación que seguir a Jesús en la vocación a
la cual Él los había llamado: Buscar la salvación de
los niños y jóvenes, es decir, educar cristianamente, integralmente, a
los niños y jóvenes, para el logro de su plena
realización, como seres humanos, como cristianos.
Con su beatificación, sus nombres
pasan a aumentar la constelación de santos y beatos del
Mundo Lasaliano. Comenzando por San Juan Bautista de La Salle,
nuestro Fundador y posteriormente por el Hno. Salomón Leclerq, primer
Hermano mártir, durante la Revolución Francesa, garantizan que la fidelidad
al Señor en el camino de la educación integral de
los niños, niñas, jóvenes y señoritas constituye un camino de
Evangelio.
Joven, maestro, maestra, colaborador lasaliano, padre de familia: este mensaje
te invita también a ti a entregar tu vida por
el Reino, desde el estado de vida que hayas escogido,
en la actividad profesional que desempeñes. La causa del Reino
hace que nuestra vida adquiera la dimensión religiosa que es
fuente de alegría y fortaleza permanente, aún ante las pruebas
más duras de la vida.
Junto a los nuevos beatos lasalianos
hacemos y guardamos memoria de otros muchos mártires a quienes
arrancaron violentamente sus vidas por la única razón de ser
anunciadores de Jesucristo. Recordamos a nuestros mártires de Francia, México,
Filipinas, Polonia, Vietnam, Guatemala, Colombia y España. También veneramos la
memoria de tantos Hermanos y Colaboradores lasalianos que entregaron su
vida gota a gota, día a día, trazo a trazo
como una tiza en la pizarra, en el anonimato de
la fidelidad cotidiana.
Y resuena en los oídos y en
el corazón, la voz familiar de nuestro Fundador que nos
dice: "todo el reconocimiento que deben esperar por haber instruído
a los niños, particularmente los pobres, son injuruias, ultrajes, persecuciones
y la misma muerte. Es la recompensa de los santos
y de los hombres apostólicos, como lo fue Jesucristo, nuestro
Señor" (Medit.155.3).
Beatificados el 11 de marzo de 2001.
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