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martes, 25 de septiembre de 2012

18 de Septiembre Independencia de Chile (1810 - 2012)



«Proclamación y jura de la Independencia de Chile», por Pedro Subercaseaux (1945).1
La independencia de Chile corresponde al proceso histórico que permitió la emancipación de Chile del Imperio español, acabando con el período colonial y dando inicio a la conformación de una república independiente.
Usualmente, la historiografía define este período como aquel comprendido por el establecimiento de la Primera Junta Nacional de Gobierno el 18 de septiembre de 1810 y la abdicación de Bernardo O'Higgins al cargo de Director Supremo, el 28 de enero de 1823. Este periodo es además subdividido en tres etapas importantes: la llamada Patria Vieja (de 1810 a 1814), la Reconquista o Restauración Monárquica (entre 1814 y 1817) y la Patria Nueva (de 1817 a 1823). En tanto, el territorio de Chiloé sería recién incorporado en enero de 1826.
Oficialmente, la independencia de Chile fue declarada a través del Acta de Independencia de Chile, jurada oficialmente el 12 de febrero de 1818. Esta declaración sería reconocida por España el 24 de abril de 1844.2
== Antecedentes
Gobernador García Carrasco.
En el año 1808, el imperio español vivía en un creciente estado de agitación. A Chile llegaron las noticias de la invasión napoleónica a España y el cautiverio de Fernando VII. Paralelamente, asumía Francisco Antonio García Carrasco Díaz el cargo de gobernador de Chile. García Carrasco era hombre de modales toscos y carácter autoritario, razones ambas que le enajenaron la simpatía de la aristocracia local. Ya en Chile había antecedentes de agitación independentista (concretamente el pintoresco motín de los Tres Antonios), pero parece ser que García Carrasco magnificó el problema tomando diversas medidas arbitrarias, incluyendo el arresto de connotados ciudadanos y su remisión a Lima. Esto, sumado a su involucramiento en un bullado caso de contrabando, motivó la presión para que renunciara, lo que por fin se consiguió en 1810.
El militar más antiguo de Chile en esa época era Mateo de Toro y Zambrano, por lo que éste tomó interinamente el mando.3 Pero la intranquilidad continuó debido a las turbulencias políticas y bélicas en Europa: tanto el Rey (Carlos IV) como su hijo (el futuro Fernando VII) habían abdicado (forzadamente) en favor de Napoleón quien a su vez había instalado a su hermano José Bonaparte, conocido por el apodo de "Pepe Botella", como rey de España. Al mismo tiempo, el ideal independentista cobraba fuerzas impulsado tanto por ideas ilustradas y liberales como por el desarrollo de sectores sociales locales independientes del patronazgo real o de su nacimiento en la península.
Así, tres grandes corrientes comenzaban a dibujarse:
  • Una que puede ser llamada monarquista conservadora o pro o proto-persa que sugería que Chile era colonia no solo del rey sino de España y por lo tanto debía lealtad absoluta no solo al rey y sus autoridades sino también a las autoridades españolas, cualquiera que estas fueran (representada a nivel local por la Real Audiencia de Chile y el Virreinato del Perú).
  • Otra que puede ser llamada "conciliacionista progresista" o "autonomista" afirmaba que si bien Chile le debía lealtad al Rey, esto no era a través de autoridades intermedias, dado que Carlos III de España mismo declaró en 1798 que Chile era independiente del virreinato "como siempre debió entenderse" y por lo tanto tenía derecho, al igual que cualquier región o provincia de España, a escoger un gobierno de su confianza (similar en forma a las Juntas que se estaban creando en España) y representantes a las Cortes de Cádiz (con dos ramas: una "patriótica monárquica" que sugería concentrarse en prestar el máximo de ayuda a la Guerra de la Independencia española y la otra, más "autonomista", que sugería que esta era una buena oportunidad para establecer un Nuevo Régimen que se entendía como una monarquía constitucional basada en la restauración borbónica), pero dando expresión a la desconfianza liberal a poderes centrales fuertes; y
  • Una corriente independentista (llamada en aquellos días "los exaltados"), en su mayoría criollos, que afirmaban que la lealtad se había dado a un rey libre, pero ahora que esa persona se encontraba prisionera la soberanía revertía al pueblo,4 que incluía un elemento llamado jacobino que era decididamente "republicano".5
Hay que considerar que lo anterior se sobreponía u ocultaba otro aspecto fundamental de la realidad social colonial: solo los españoles de nacimiento (o chapetones, como eran conocido en Sudamérica) tenían acceso a las instituciones de poder, el que les estaba negado incluso a sus descendientes directos, por mucho que estos se considerasen súbditos leales. De acuerdo a descripciones de la época6 hacia el final del período colonial, cuando la población "del reino" alcanzaba medio millón de habitantes, sin contar la población indígena, aproximadamente 300 mil eran mestizos, 150 mil criollos (es decir, descendientes directos de españoles) y solo alrededor de 20 mil eran peninsulares, los que, junto con las autoridades nombradas por el rey o sus representantes y un puñado de nobles y encomenderos, eran los que en la práctica constituían la clase en cuyo beneficio el país funcionaba (ver también La Colonia (Chile), Casta (colonial); mentalidad colonial e Imperialismo cultural)
Es necesario recordar además que independentismo no es ni era equivalente de republicanismo ni implica que se era o es partidario de la democracia. También es conveniente tener presente que mucha gente vacilaba entre esas posiciones o tenía visiones intermedias. Especialmente, entre los "liberales" y los "exaltados", había aquellos que vacilaban entre un gobierno democrático y alguna forma de monarquía constitucional.
En consecuencia, no era evidente cuál era la mejor solución a la situación, ya sea política o legalmente hablando. Después de muchas vacilaciones, Toro y Zambrano accedió a convocar un cabildo abierto para todos los jefes de cuerpos militares y religiosos, prelados y "vecinos nobles" de Santiago, para el día 18 de septiembre de 1810, conocido como el día de la Primera Junta Nacional de Gobierno de Chile.

Patria Vieja en Chile

Primera Junta de Gobierno.
En la sesión del 18 de septiembre de 1810, los juntistas gritaron a voz en cuello: "¡Junta queremos! ¡Junta queremos!". El anciano Mateo De Toro y Zambrano (a la sazón de 83 años) accedió y entregó el bastón ceremonial, agregando: "He aquí el bastón. Disponed de él y del mando". Siete de los más notables vecinos de Santiago fueron elegidos a la Junta de Gobierno, incluyendo a Toro y Zambrano como Presidente.
La junta reconoció explícitamente la soberanía de Fernando VII.7 La Real Audiencia de Santiago continuó dispensando justicia en su nombre y los funcionarios del antiguo régimen (incluyendo los cargos militares) fueron confirmados en sus posiciones. La junta incluso reconoció formalmente el Supremo Consejo de Regencia de Cádiz y justifico su constitución notando "que la misma Regencia con su manifiesto de catorce de febrero último, ha remitido el de la instalación de la Junta de Cádiz, advirtiendo a las Américas que ésta podrá servir de modelo a los pueblos que quieran elegirse un Gobierno representativo digno de su confianza" (Acta de Instalación de la Excelentísima Junta de Gobierno). Ningún español o criollo, conformista o no, sufrió como consecuencia de sus ideales políticos. De esta manera, comenzó la Patria Vieja.
Sin embargo esa situación era más bien confusa y no contemplaba ni resolvía el otro problema de fondo: la exclusión de la vida política de muchos del sector criollo y la totalidad del mestizaje (La población indígena no era considerada en absoluto). De hecho, el "electorado" de la época se restringía, de acuerdo al sistema político y legal de la época, al "vecindario noble", sector constituido en su mayoría por aquellos nacidos en España, los que se consideraban miembros de la nobleza y los miembros del aparato administrativo colonial a nivel local. Abusando imprudentemente de ese privilegio, el sector monarquista no creyó necesario contemplar las aspiraciones de los criollos o buscar un consenso,8 lo que produjo una agudización de los sentimientos "exaltados" de ese sector. Esta situación se hizo obvia con la muerte de Toro y Zambrano (fines de febrero de 1811), lo que permitió que Juan Martínez de Rozas, quien llegó a ser visto como líder de los criollos, aumentara su poder, lo que le permitió promover otros criollos a posiciones de autoridad y solicitar ayuda militar a las Provincias Unidas del Río de la Plata en su lucha contra la monarquía.
Bajo la influencia de Martínez de Rozas y alegando que la Junta representaba sólo a los vecinos de Santiago, se convocó a elecciones para designar un Congreso Nacional.9 Sin embargo, y a pesar de la creciente influencia del criollismo, el sentir general todavía era de la tendencia moderada que se había hecho sentir en la elección y primeros actos de la Junta. Siendo así las cosas, es posible que la situación política se hubiera consolidado en ese compromiso, por lo menos hasta el fin de las guerras napoleónicas.
Pero la Real Audiencia consideró que la situación en general y la elección en particular eran anti-monárquicas y conspiró con el Coronel realista Tomás de Figueroa, compandante de las tropas, quien el 1 de abril de 1811 se sublevó con la intención de disolver la Junta e impedir las elecciones al Congreso.10 El suceso, conocido como "El Motín de Figueroa", enfrentó las tropas de éste con las de del recién formado Granaderos N°1 al mando de Juan Mackenna, batiéndose en la Plaza de Armas de Santiago por lo que constituye el primer combate por la independencia de Chile.
El motín terminó con 56 muertos y el Coronel apresado, enjuiciado sumariamente y fusilado.11 La Real Audiencia fue disuelta y reemplazada con una Cámara de Apelaciones. Continuando con el espíritu conciliador que había caracterizado el movimiento, los miembros de la audiencia no fueron ni privados de su libertad ni de sus bienes. Sin embargo, mucha de la población que permanecía indecisa culpó al partido monarquista de la situación y este perdió apoyo, con el resultado que en las elecciones para el Congreso los monarquistas se sumaron a la mayoría de los conciliacionistas, y, abusando del sistema, eligieron a la totalidad de los candidatos monarquista y moderados, alrededor de las propuestas a instaurar un gobierno local leal a la monarquía pero con alguna autonomía y ayudar a España en su guerra de independencia. Los exaltados, que predicaban la independencia de Chile, quedaron en minoría pero con una creciente representación en el sector criollo y mestizo. Los problemas de fondo todavía permanecían no resueltos.
Los primeros debates del primer congreso, instaurado el 4 de julio de 1811, fueron expresión de esa situación, centrándose en dos áreas principales: el hecho que por Santiago se habían elegido a 12 diputados (cuando la convocación original fue por 6 por provincia) y una petición de la Regencia que Chile contribuyera a los gastos de la guerra contra Napoleón. Los “exaltados” lograron evitar esa remisión, argumentando que el país era pobre y necesitaba los caudales. Sin embargo, su propuesta de reconocer a Coquimbo como provincia con el derecho a elegir seis diputados fue rechazada.
Esto llevó a dos movimientos con intenciones similares pero independientes entre sí. El 4 de septiembre de 1811, tuvo lugar el Primer golpe de Carrera, quien -con sólo 26 años- buscaba remover del congreso a los sectores partidarios del antiguo régimen. Al día siguiente, en la que fue conocida como la Revolución del 5 de septiembre, un cabildo abierto, organizado por los exaltados de Concepción, liderados por Juan Martínez de Rozas reemplaza a los antiguos diputados de la provincia, eligiendo “independentistas” en su lugar.
Lo anterior dejó al congreso con una mayoría más progresista, dando lugar a una expresión más fuerte del nuevo espíritu ilustrado y liberal, pero aún no dispuesta a declarar formalmente la independencia. Se reafirmó el sentido general de lealtad al rey de la proclamación original de la Junta. Al mismo tiempo se proclamó la libertad de comercio (con algunas excepciones a favor de los tejidos) y se reformaron los Cabildos decretándose que los cargos de regidores y otros (antiguamente obtenidos en remate público) serían cargos de elección. Algunos puestos de administración pública considerados inútiles fueron abolidos y el salario del resto disminuido. Se decretó la libertad de prensa y se estableció que el clero sería pagado por el fisco (prohibiéndose que cobraran al público por sus servicios). Se ordenó el establecimiento de una fábrica de armamentos y otras instituciones necesarias -incluyendo la breve publicación de lo que posiblemente fue el primer periódico de Chile: "El Despertador Americano"12 -, dudándose incluso si llegó a imprimirse algún número, por lo que "La Aurora de Chile" continúa siendo el más antiguo periódico de Chile.
Finalmente, fue el primer cuerpo legislativo en América que tomó pasos graduales pero prácticos para eliminar la esclavitud a nivel nacional (los hijos de esclavos nacidos después de la fecha de su primera reunión fueron considerados personas libres (libertad de vientres), como lo serían los esclavos que ingresaran al país después de permanecer en el algún tiempo, etc. (Ver abolicionismo). Poco de esto era diferente o contrario, como se ha notado, a los principios de la ilustración española, principios que hasta hacía poco los mismos Borbones habían promovido en España.
No obstante, y dadas las diferentes ideas acerca del mejor camino a tomar (ya sea como país relacionado de alguna manera a la Corona de España o como independiente), existía un clima de mucho recelo e inseguridad frente a las intenciones de los demás. Muchos no querían el poder absoluto de un rey que veían como extranjero y lejano pero otros temían que una democracia llevaría inevitablemente a la anarquía que terminaría con una dictadura al estilo de Napoleón. Algunos eran partidarios de un estado unitario mientras otros temían un poder central fuerte y buscaban un sistema descentralizado o regionalista. No faltaban los que veían en la "lealtad" a un rey prisionero una manera de volver a implementar las costumbres y leyes autárquicas que habían dado hasta no hacía mucho (1791) a los encomenderos poder absoluto en sus tierras, mientras otros buscaban promover los nuevos ideales del progreso a través de la educación generalizada y una legislación moderna y justa. etc. (ver, por ejemplo, Manuel de Salas)

Segunda Intervención de los hermanos Carrera

José Miguel Carrera.
Esos debates más un desacuerdo con el sector políticamente dominante dentro de ese congreso (la rama de Los Ochocientos de la familia Larraín), dieron lugar a que el 15 de noviembre de 1811, José Miguel Carrera (argumentando que el país no tenía las condiciones necesarias para una división de poderes en ramas ejecutiva y legislativa) diera otro golpe de estado que, empezando con un triunvirato, terminó dejándole el poder total.
El gobierno carrerino es generalmente visto como derechamente independentista (dado que ese era el fin proclamado por él) sin embargo el punto es debatible: a pesar de que el Reglamento Constitucional Provisorio de 1812 (publicado el 27 de octubre de 1812), estipula que "ningún decreto, institución u orden que emane fuera del territorio de Chile tendrá efecto alguno, y los que intentaren darle valor serán castigados como reos del Estado",13 el documento empieza estableciendo específicamente que Chile reconoce que "Su Rey es Fernando VII".
Esto no es dudar de las intenciones independentistas de Carrera sino ponerlas en el contexto político de la época, más complejo que lo que generalmente se percibe. Es probable que Carrera haya sido influido por las discusiones de la época en la península14 -preocupaciones con las que era familiar dado sus estudios y carrera militar en ella, especialmente su estadía en Cádiz, lugar donde residía en esos días el hermanastro de un gran amigo suyo (ver Joaquín Fernández de Leiva) El Reglamento continúa con la afirmación de que el Rey "aceptará nuestra Constitución en el modo mismo que la de la Península. A su nombre gobernará la Junta Superior Gubernativa establecida en la capital, estando a su cargo el régimen interior y las relaciones exteriores (...)".13
Adicionalmente, y en relación al otro problema de fondo, el Reglamente Provisional establece (artículo 24) que "Todo habitante libre de Chile es igual de derecho". Esa declaración termina con el régimen de privilegios en favor de los peninsulares, una de las motivaciones más sentidas del sector "exaltado" -especialmente los criollos y los mestizos (ver también Estatutos de limpieza de sangre) - pero excluye tanto a los esclavos como a los indígenas. Es, además, ambigua en relación a la nobleza (Carrera acuso, mucho después, a O'Higgins de jacobino cuando este la abolio)
Así pues, en el contexto de la época, el Reglamento Constitucional puede verse simplemente como una declaración "consensualista" o "autonomista", buscando satisfacer algunas de las aspiraciones pero al mismo tiempo marginando del gobierno por un lado -con anterioridad- al sector monarquista más duro y, por el otro -posteriormente- al sector más "exaltado" a fin de establecer en Chile, basado en una reafirmación de la validez del edicto de Carlos III, una "monarquía parlamentaria", con una relación directa e independiente de otras instituciones con la corona. Algo que, de haberse transformado en realidad, habría producido quizás un sistema similar a la actual Mancomunidad Británica de Naciones (ver La Pepa una constitución para América - consecuencias de su abolición). Sin embargo, es innegable que su intervención acelero el movimiento hacia la independencia.
En todo caso, parece obvio que Carrera se dio cuenta de que para moverse en esa dirección se necesitaba tanto una identidad nacional diferente a la de ser español o súbdito de España como de un sector políticamente activo más amplio que el acostumbrado "vecindario noble" que hasta entonces había sido el motor del proceso independentista (lo que llegó a ser conocido como opinión ilustrada), lo que a su vez requería de una serie de medidas e instituciones progresistas. Con ese fin, Carrera estableció los primeros emblemas patrios: la bandera, escudo y escarapela de la Patria Vieja. Publicó la Aurora de Chile, el primer periódico chileno, en el cual su primer director, el fray Camilo Henríquez hizo circular, con la colaboración de personas como Antonio José de Irisarri y Bernardo de Vera y Pintado las ideas independentistas y de la ilustración. Estableció la Junta de Vacuna y elaboró el proyecto de una Sociedad Filantrópica de Amigos del País. Al mismo tiempo buscó reconocimiento internacional para la posición de Chile, lo que fue facilitado por la decisión de EE.UU. de mandar un "ministro" o cónsul (Joel Robert Poinsett), quien estableció estrechas relaciones con Carrera. Esto fue importante no sólo prácticamente para Chile, sino para el futuro desarrollo político de Carrera, ya que establecía un vínculo directo con el liberalismo y el sistema de gobierno estadounidense desde los principios de la creación del país. Finalmente, Carrera fundó el Instituto Nacional, la Biblioteca Nacional y abrió la educación a las mujeres.
Pero tales reformas independentistas o ilustradas no clarifican cuál es el carácter del gobierno que J. M. Carrera buscaba o en cual posición se veía el mismo,15 situación que es siempre preocupante en un régimen militar. El artículo 4º del Reglamento de 1812 establece que se reconocía la legitimidad del gobierno de la época, y que sus reemplazos serán elegidos "en caso de muerte o renuncia". La implicación obvia es que José Miguel Carrera se consideraba "elegido" de por vida.
Esa preocupación se hizo significativa, especialmente entre los miembros de la Logia lautarina, cuando en mayo de 1812 (mientras se preparaba el nuevo arreglo constitucional) Camilo Henríquez (quien estaba a cargo de elaborar ese Reglamento Constitucional) publicó en la Aurora de Chile, un artículo en el cual parecía sugerir como la mejor forma de gobierno una mezcla entre el federalismo de EE.UU. y una monarquía al estilo inglés, pero más "dura" (en que sugiere que el poder ejecutivo, y por ende, sobre el ejército, debe residir en el monarca):
"El gobierno británico es un medio entre la monarquía, que se encamina a la arbitrariedad, la democracia, que termina en la anarquía, y la aristocracia, que es el más inmoral de los gobiernos, y el más incompatible con la felicidad pública. Es pues un gobierno mixto en que estos tres sistemas se templan, se observan, se reprimen. Su acción y reacción establece un equilibrio en que nace la libertad. El poder ejecutivo reside en el monarca." (....)"16
La inquietud aumentó cuando, posteriormente, el gobierno carrerino prohibió críticas al gobierno, primero en noviembre de 1812 bajo pena de expulsión y exilio y después el 22 de marzo de 1813 bajo pena de muerte. Al mismo tiempo advirtió públicamente de castigos a "algunos jóvenes de inmoderado patriotismo" y prometía que "todo individuo podrá quejarse o delatar; se le hará justicia y guardará secreto."17 Estos actos comenzaban a parecerse a los de la carrera de Napoleón quien, proclamándose defensor de la voluntad ciudadana, llegó a reprimirla duramente cuando se declaró emperador en 1804.
Las acciones de los Carrera, especialmente su manera de obtener el poder, y presumidas intenciones, intimidaron a muchos ciudadanos, tanto en el bando independentista como en el conciliador. Los Carrera no pudieron obtener apoyo más amplio a sus posiciones, lo que no fue ayudado por disputas entre ellos mismos (aparentemente por asuntos de precedencia familiar: el hermano mayor no era quien estaba al mando) que ocasionaron incluso el alejamiento temporal de uno de los hermanos del gobierno, durante el cual hubo muchas acusaciones de traición y amenazas de soluciones armadas a los problemas. Aún peor, los desacuerdos políticos debilitaron política y militarmente la causa patriótica, específicamente, debido a que la Junta Provincial de Concepción, desconoció la legitimidad de la nueva Junta liderada por Carrera (hasta julio de 1812) lo que produjo temores de una guerra civil.

Primeras campañas de la independencia

Bandera de la Patria Vieja
La situación inquietó no sólo a los chilenos, sino también al Virrey del Perú, José Fernando de Abascal y Sousa, Marqués de la Concordia (1806-1816), quien vio al mismo tiempo una oportunidad en la situación: las acciones de los Carrera habían ocasionado que la guarnición de Valdivia terminara por ponerse a las órdenes del virreinato; los miembros de la Junta de Concepción, que fue disuelta, fueron confinados cerca de Santiago, lo que fortaleció la posición de las autoridades anteriores en las provincias del sur, en su mayoría monarquistas. Abascal envió una expedición militar a cargo del militar peninsular Antonio Pareja. Este desembarcó, a comienzos de 1813, en Concepción, donde sus tropas fueron recibidas con los brazos abiertos por el Gobernador de la ciudad, un español nombrado en el cargo durante la colonia y mantenido en el cargo por el gobierno carrerino. (ver Barros Arana). La guerra por la independencia chilena había comenzado.
Sin embargo Pareja fracasó en su empeño, perdiendo todos los encuentros armados importantes y siendo cercado en Chillán, donde murió de pulmonía, así que fue reemplazado con la expedición comandada por Gabino Gaínza. La desacertada conducción militar de Carrera (que fue tomado prisionero) le permitió a su rival, el republicano Bernardo O'Higgins, elevarse y pasar a tener el mando supremo de las fuerzas patriotas. El gobierno civil reasumió su funcionamiento.
La campaña militar continuó bajo el mando de O'Higgins (quien asumió el comando el 24 de noviembre de 1813). Gaínza, creyendo que las fuerzas patriotas serían incapaces de detenerlo debido a la falta de caballería, decidió atacar Santiago rápida y directamente, y logró cruzar el río Maule antes que O'Higgins. Éste sin embargo, con una táctica remarcable, logró cruzar el río Claro -un afluente del Maule- antes que Gaínza y atrincherándose en la hacienda Quechereguas, posicionó sus fuerzas y las de Juan Mackenna, de manera tal que le cortó el paso tanto hacia Santiago como hacia Concepción. Gaínza se vio forzado a atrincherarse en Talca donde, desprovisto de pertrechos para un sitio, se preveía su derrota.
Frente a esto, el Virrey ofreció términos: paso libre a Gaínza y sus tropas a Talcahuano, desde donde se embarcarían en un plazo de treinta días al Perú, dejando todas las fortificaciones en el estado en que las habían encontrado. El virreinato dejaría de intervenir, pero el gobierno de Chile debía comprometerse a mandar representantes a las Cortes de Cádiz establecidas en España durante el cautiverio de Fernando VII y aceptarlas como gobierno legítimo. El 5 de mayo de 1814 el Tratado de Lircay fue aceptado por las dos partes.18 Los prisioneros fueron liberados y se intercambiaron rehenes. Durante este intercambio O'Higgins mismo se ofreció como tal, pero esto no se concretó. Conviene considerar la siguiente coincidencia: el día anterior, 4 de mayo de 1814, Fernando VII promulgó un decreto que restablecía la Monarquía absoluta en España y declaraba nulo y sin efecto alguno toda la obra de las Cortes de Cádiz. Por extensión ese decreto implica que todas la propuestas conciliacionistas serían invalidas o en vano. Eso incluye el tratado mismo, que establece que el gobierno de Chile reconoce la autoridad de la misma institución que Fernando acaba de declarar nula. Obviamente esto no se conocía en América Latina en aquellas fechas.
Al mismo tiempo, en Chile, los sentimientos políticos habían cambiado como consecuencia de la guerra. Las ideas independentistas habían ganado aceptación y muchos percibieron el Tratado como una oportunidad perdida de lograr la independencia de una vez por todas. Los Carrera fueron liberados por lo realistas como una forma de sembrar la discordia entre los patriotas, cosa que lograron, ya que éstos tomaron ventaja de esta frustración y el 23 de julio dieron un nuevo golpe y se apoderaron del poder.

Campaña de Osorio y fin de la Patria Vieja

Esta vez el recelo de sectores de la población a las intenciones de los Carrera se concretó. Parte del gobierno civil escapó a Talca, donde solicitaron a O'Higgins que restableciera el gobierno democrático. La guerra civil parecía inminente, dado que los primeros golpes ya habían tenido lugar en el Combate de las Tres Acequias donde las tropas opuestas se enfrentaron cerca de Santiago, con una victoria relativa para Luis Carrera sobre O'Higgins. En ese entonces un mensajero llegó con una carta oficial de Abascal, el Virrey del Perú, fechada el 28 de agosto de 1814.
En ese documento se hizo evidente que Abascal se negaba a reconocer los términos del tratado y continuaba afirmando que la única solución era la rendición incondicional a las fuerzas de una nueva expedición militar, bajo el mando del General Mariano Osorio; ya que en caso contrario éste llegaría "con la espada y el fuego, a no dejar piedra sobre piedra, en los pueblos que sordos a mi voz quieran seguir su propia ciega voluntad".19
Es de notar que tales amenazas venían en una carta de Osorio (dirigida "A los que mandan en Chile") fechada el 20 de agosto y que daba un plazo perentorio de diez días para tal rendición. En otras palabras, a la fecha que el documento fue recibido, el plazo estaba ya vencido, no quedando otro recurso que la guerra. En el lado español solo Gaínza quedó con algún honor, dado que efectivamente se retiró al Perú, pero aún él rompió su palabra, dado que con varias excusas se mantuvo en Talcahuano por más de los dos meses que se habían acordado como plazo para la partida de él y sus tropas, hasta la llegada de Osorio y sus refuerzos. La estratagema de Abascal fue tan bien organizada, que esas tropas ya se encontraban a las alturas de San Fernando, alrededor de 120 kilómetros al sur de Santiago, cuando los documentos fueron recibidos.20
Dada la nueva situación, los patriotas (porque a pesar de sus diferencias tanto O'Higgins como los Carrera buscaban la independencia) aunaron fuerzas y O'Higgins se puso al mando de las fuerzas de Carrera. Sin embargo, diferencias estratégicas (y posiblemente personales) se hicieron sentir casi inmediatamente. O'Higgins era partidario de dar batalla en la rivera del Cachapoal, mientras los Carrera preferían la Angostura de Paine. Ambos planes buscaban dar tiempo para reformar los regimientos que habían sido desbandados después del Tratado de Lircay. Dada la cercanía de Osorio, ese tiempo era esencial. Se llegó a un acuerdo general: O'Higgins, con sus 900 hombres, trataría de impedir el paso del Cachapoal a Osorio y sus más de 4 000 soldados, replegándose hacia Angostura si fuera necesario con el apoyo de las tropas al mando de Luis Carrera, mientras José Miguel Carrera organizaba la defensa en Santiago.
O'Higgins no pudo detener a Osorio en la rivera del Cachapoal y se vio obligado a retroceder a Rancagua donde se atrincheró, uniéndose a una facción al mando de Juan José Carrera. Curiosamente, a éste correspondía el mando, por ser de mayor graduación que O'Higgins, pero se lo entregó a él y se quedó en la iglesia de Rancagua.
El plan era dar a las tropas comandadas por Luis Carrera (1.500 en número) la oportunidad de atacar a los españoles por la espalda. Sin embargo, José Miguel Carrera, quien tomo comando directo, ya sea malinterpretó la situación o estaba a la espera del repliegue hacia Angostura y, a pesar de que llegó a avanzar hasta muy cerca del combate, que duro dos días, no intervino. De acuerdo a fuentes independientes,21 ese avance ocasionó que Osorio diera la orden de retirada, orden que fue rescindida cuando el ataque de Carrera no se concretó. El resultado fue el Desastre de Rancagua (1 al 2 de octubre de 1814). O'Higgins rompió el cerco a sable en una carga épica y logró escapar con alrededor de 300 hombres, mientras que loo que quedaron atrás tuvieron peor suerte: en la iglesia, habilitada como hospital, los realistas masacraron a los heridos y sólo respetarn a algunos ilustres, como Juan José Carrera.
El Desastre de Rancagua causó pánico en Santiago. Los planes para defender Angostura y Santiago mismo fueron olvidados y la población patriota y el gobierno abandonaron la ciudad para escapar hacia Argentina, acompañados por algunos de los juntistas conciliacionistas temerosos de represalias. El resto de los monarquistas se prepararon a recibir con brazos abiertos a las fuerzas de Osorio. Estos, como los monarquistas en Rancagua -que habían dado ayuda a las fuerzas españolas- pronto se dieron cuenta de su error. Las tropas españolas realmente habían venido con intenciones de escarmiento. Y los que sufrieron las peores deprecaciones fueron los que estaban presentes cuando esas tropas entraban a las ciudades reconquistadas.
Así terminó el período llamado la Patria Vieja, no sólo con un desastre militar, sino con un desastre que puso fin por un lado a la posibilidad de un acuerdo entre las colonias y la monarquía española decimonónica, y por el otro a las ambiciones políticas de los Carrera. Ese desastre también enterró, aún antes de nacer, la posibilidad del federalismo y/o monarquía constitucional (si es que alguien las buscaba) en Chile.

Plan Absolutista

Casimiro Marcó del Pont
El Virrey Abascal confirmó a Mariano Osorio como gobernador de Chile, pero en 1815 una disputa entre Osorio y Abascal causó a la remoción del primero, siendo nombrado como gobernador Casimiro Marcó del Pont. Los monarquistas, continuando con la política que practicaron contra las juntas peninsulares y los llamados afrancesados (término que incluyó a los "liberales") después de la restauración de Fernando VII (Rey que comenzó siendo llamado "El Deseado" y terminó conocido como "El Felón"), estimaron necesario administrar un buen escarmiento a la población en general, por lo que comenzó una persecución política a cargo de un Tribunal de Vigilancia, encabezada por el capitán del Regimiento Talavera de la Reina, Vicente San Bruno. Éstos fueron los tiempos que reputadamente llevaron a Talleyrand a observar que los borbones recordaban todo, pero no aprendían nada.
Abusos de todo tipo, incluyendo violaciones y asesinatos, fueron practicados sistemáticamente por los de Talavera. El gobierno monarquista ofreció una amnistía, pero exilió al archipiélago Juan Fernández a los que la aceptaron, en su mayoría miembros del bando conciliacionista, entre ellos varios miembros de la Junta de 1810, incluyendo ancianos y enfermos. Los "infidentes", como se llamaba a los patriotas o a aquellos bajo sospecha de serlo, que no se presentaron voluntariamente, fueron apresados y encerrados en la cárcel de Santiago, siendo asesinados a mansalva.21 Esto y otras cosas semejantes, lejos de extinguir los deseos por libertad y justicia, los exacerbaron e incluso hasta los más moderados decidieron que ya era suficiente, que frente a esa España absolutista no quedaba otra cosa que la sumisión absoluta o la independencia.

Plan de Reconquista

Un buen grupo de patriotas (entre ellos Carrera y O'Higgins) ya se encontraban exiliados en Mendoza, en donde era gobernador José de San Martín. Éste favoreció inmediatamente a O'Higgins, probablemente por las conexiones de ambos con la Logia Lautaro, que trabajó a nivel hispanoamericano para obtener la independencia, como también como por el desprestigio sufrido por los Carrera a partir del desastre de Rancagua y, final y quizás principalmente, debido a una serie de actitudes por parte de los Carrera que fueron interpretadas como una tentativa de desconocer las autoridades argentinas en general y la de San Martín en particular (Ver, por ejemplo, Barros Arana. Historia General de Chile. Tomo 10, capítulo III, puntos 4,5,6,7. pps 135-150 aprox.) El sino de Carrera iría cada vez peor, y eventualmente terminó por ser fusilado en 1821.22
(Hay antecedentes más modernos que implican que San Martín y Carrera se conocían ya desde la estadía de ambos en España al inicio de las guerras napoleónicas, situación en que, queriendo J.M. Carrera cambiarse de unidad militar -para poder combatir en el frente- incurrió en una falta y fue detenido: el oficial a cargo de su arresto habría sido el propio José de San Martín. A la postre, Carrera lograría combatir y se distinguió en batalla, al igual que el argentino).
Pero además, para ese momento San Martín preparaba un plan de invasión al Perú a través de Chile (inspirado probablemente en el Plan de Maitland), un inglés que lo había ideado en la época en que Inglaterra atacaba a España y quería debilitarla. Con la derrota del movimiento independentista en Chile San Martín debía ahora pensar en la necesidad de liberar Chile para poder ahora alcanzar Lima. Para la organización del ejército contaba ahora con parte de los patriotas chilenos emigrados liderados por O'Higgins, quien se incorporó al ejército de los Andes como Brigadier.23 El historiador chileno P. Guzmán en su libro "Historia de Chile" (tomo I, pág. 400) se refiere con detalle a la empresa emancipadora:
"Apenas se reunieron en Mendoza los fugitivos chilenos, cuando trataron de poner en planta el grandioso proyecto de recuperar su amada patria; pero no correspondiendo su actual invalidez á sus ardientes deseos, ocurrieron al supremo gobierno de Buenos Aires, que en aquella sazon desempeñaba D. Ignacio Alvarez y sucesivamente ocupó el señor de Pueyrredón, solicitando sus auxilios y poderosa protección para lograr tan grande empresa. Compadecida la superioridad argentina de la triste situacion de los Chilenos, libró con generosidad oportunas providencias, comisionando al gobernador de Mendoza, el Sr. D. José de San Martin, la organización de las tropas y nombrándole al mismo tiempo de General en Jefe de aquella expedición. No se engañó ciertamente en la elección de nuestro general el excmo. gobierno de Buenos Aires, y sin duda le eligió para caudillo por hallarse penetrado de antemano de su pericia y talentos militares que había perfeccionado en la guerra de la Península, en donde se había distinguido entre los mas sobresalientes oficiales. En efecto, luego que se le confirió el cargo de general de la nueva expedicion, se dedicó Su Excelencia á formar algunas compañías de reclutas, y se ocupó con tanto empeño en disciplinar su gente, que en breve tiempo pudo formar un ejército capaz de medir sus fuerzas con el realista de Chile, con solo el corto refuerzo de cuatrocientos cincuenta hombres del batallon n° 1 y doscientos del regimiento de granaderos de á caballo que le vinieron de Buenos Aires. Las noticias de estos preparativos de guerra en Mendoza aunque llegaron á Santiago, se burlaban los realistas del proyecto y lo atribuían unos á falta de verdad y otros á un delirio imaginario en la fantasía de los prófugos; sin embargo, adquiriendo Marcó después por sus espías mas individuales noticias que le aseguraron la verdad, le pusieron en gran cuidado y no menor confusión, pues no sabia el punto fijo por dónde debía venir el ejército restaurador. Constaba este entonces de cerca de cuatro mil hombres de tropas de linea, cuando las fuerzas realistas del de Marcó ascendían á siete mil seiscientas y trece plazas sin contar las milicias armadas y contadas á sueldo. Para contrapesar la desigualdad de fuerzas, se propuso el general San Martin obligar á Marcó á dividir las suyas por medio de un ardid de guerra.
Como parte de la llamada "Guerra de Zapa" se le encargó al abogado Manuel Rodríguez Erdoíza, iniciar una serie de actividades guerrilleras que inquietaran a los realistas, pusieran en ridículo a San Bruno, y levantaran la moral patriota. De esta manera, Rodríguez se transformó en una suerte de héroe romántico de la independencia y reconocido por el pueblo el cual lo protegía y le daba apoyo y cariño. Una de sus más celebradas hazañas -probablemente fantástica pero fuertemente arraigada en el alma popular- fue disfrazarse de mendigo y obtener una moneda en caridad de parte del propio gobernador Marcó del Pont, quien había puesto precio a la cabeza de Rodríguez: más tarde se la devolvió con una nota satírica. Rodríguez continuó sus guerrillas por todos los rincones del país, enviándole información a San Martín sobre el estado de las fuerzas españolas y sin ser capturado hasta que el ejército realista se viera demasiado cansado y reducido. El grupo de guerrilleros armados de Manuel Rodríguez estuvo formado principalmente por la banda de bandoleros de José Miguel Neira, quién se convertiría también en un patriota.
En diciembre de 1816 el Ejército de los Andes completó su formación y en enero de 1817, con el aval del Director Supremo de las Provincias Unidas, Juan Martín de Pueyrredón, comenzó el Cruce de los Andes para invadir Chile. Cruzando la cordillera por varios pasos (ver Rutas sanmartinianas): más de 4.000 hombres con caballería y artillería, sin bajas y a más de cuatro mil metros de altura completan la hazaña. El ejército se reunió el 8 de febrero en el poblado de Curimón, donde la orden franciscana facilitó los jardines interiores de su convento, en el valle de Aconcagua al norte de Santiago.
El 12 de febrero se inició la Batalla de Chacabuco. En ella midieron sus fuerzas el ejército de los Andes del San Martín, y el realista de Rafael Maroto, quien sufrió una decisiva derrota. Otra carga épica de O'Higgins, seguido por los batallones de "negros" -entre los que abundaban los soldados de esa etnia y los mestizos y mulatos- rompió las líneas del odiado Regimiento Talaveras y bate la resistencia realista. Capturado en el Campo de batalla, el tristemente célebre capitán San Bruno es sumariamente juzgado y ajusticiado.
La batalla permitió a los patriotas instalarse en Santiago. Reunida la asamblea bajo la presidencia del gobernador don Francisco Ruiz Tagle, elegido interinamente por el pueblo al tiempo de la fuga de Marcó del Pont, los concurrentes declararon por aclamación que a la voluntad unánime era nombrar a don José de San Martín gobernador de Chile con omnímoda facultad, y así lo hicieron constar en el acta que se levantó y todos firmaron ante escribano público. El general, fiel a sus instrucciones,24 y a su plan político, se negó a aceptar el mando que se le ofreció, ("Chile debe ser gobernado por un chileno") y convocó por intermedio del Cabildo una nueva asamblea popular a que concurrieron 210 vecinos notables. El auditor del ejército de los Andes, Dr. Bernardo de Vera y Pintado, reiteró públicamente la renuncia de San Martín, y fue aclamado en el acto el general O’Higgins Director Supremo del Estado de Chile, declarando Vera que la elección era del agrado del general San Martín25
El nuevo Director nombró por ministro del interior a don Miguel Zañartu, de sólido carácter y decidido partidario de la alianza chileno-argentina, y en el departamento de guerra y marina al teniente coronel don José Ignacio Zenteno, secretario de San Martín. Su primer acto de gobierno, el 17 de febrero de 1817, fue dirigirse al pueblo en una proclama con alusión honorífica a las Provincias Unidas y a San Martín:26 27
"Ciudadanos: elevado por vuestra generosidad al mando supremo de que jamás pude considerarme digno es una de mis primeras obligaciones recordaros la mas sagrada que debe fijarse en vuestro corazón. Nuestros amigos los hijos de las Provincias del Río de la Plata de esa nación que ha proclamado su independencia como el fruto precioso de su constancia y patriotismo acaban de recuperaros la libertad usurpada por los tiranos. Estos han desaparecido cargados de su vergüenza al ímpetu primero de un ejército virtuoso y dirigido por la mano maestra de un general valiente experto y decidido á la muerte ó á la extinción de los usurpadores. La condición de Chile ha cambiado de semblante por la grande obra de un momento en que se disputan la preferencia el desinterés mérito de los libertadores y la admiración del triunfo. ¿Cuál deberá ser nuestra gratitud á este sacrificio imponderable y preparado con los últimos esfuerzos de los pueblos hermanos?. Vosotros quisisteis manifestarla depositando vuestra dirección en el héroe. ¡Oh! si las circunstancias que le impedían aceptar hubiesen podido concillarse con vuestros deseos yo me atrevería á jurar la felicidad permanente de Chile. Pero me cubro de rubor cuando habéis sustituido mi debilidad á la mano fuerte que os ha salvado. Instruíos de los antecedentes que vosotros mismos habéis formado para esta elección y os uniréis á mis sentimientos. Los de la unidad y concordia deben inflamar el espíritu de los Chilenos. Un olvido eterno de esas mezquinas personalidades que por sí solas son bastantes á hacer la ruina de los pueblos. Yo exijo de vosotros aquella confianza recíproca sin la cual el gobierno es la impotencia de la autoridad ó se ve forzado á degenerar en despotismo. No perder los laureles adquiridos con tantos sacrificios. Resolverse á no existir antes que dejarse oprimir otra vez del bárbaro español, que perezca el último ciudadano en la defensa del precioso suelo en que vio la primera luz un reconocimiento eterno á sus libertadores, un amor á la patria que sea el distintivo de todo Americano, un zelo activo por la justicia y el honor un odio irreconciliable á los maquinadores de nuestra esclavitud, hé aquí los sentimientos de vuestro director y los que han de hacer vuestro carácter si hemos de ser libres. Cooperad y seréis el ejemplo de la gratitud, el terror de la tiranía y la envidia de la paz"
Santiago, 17 de febrero de 1817. BERNARDO O'HIGGINS Miguel Zañartu, Secretario.28
Bernardo O'Higgins sería Director Supremo hasta 1823. En el primer aniversario de la batalla de Chacabuco, proclamó la independencia (12 de febrero de 1818) en la ciudad de Talca.29

Patria Nueva (1817-1823)

Bernardo O'Higgins como Director Supremo.
El nuevo virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela 1816-1821, resolvió recurrir a Mariano Osorio enviándole otra fuerza expedicionaria. Este desembarcó en Concepción y reclutó ingentes cantidades de tropas. Mientras tanto, Bernardo O'Higgins se replegaba más al norte intentando frenar de alguna manera el avance de los realistas, siendo sorprendido y ampliamente derrotado en Cancha Rayada. En la confusión, corrió el rumor de que O'Higgins había muerto y el pánico cundió entre los patriotas, muchos de los cuales se aprestaron incluso a volver a cruzar la Cordillera hacia Mendoza. En tales críticas circunstancias, Manuel Rodríguez arengó a la gente gritándoles: "¡Aún tenemos patria, ciudadanos!", y se nombró Director Supremo; duraría en el cargo exactamente 30 horas, que es el tiempo que O'Higgins empleó en regresar a Santiago y volver a hacerse del mando.
Retrato póstumo de los fundadores de la República de Chile. De izquierda a derecha: José Miguel Carrera, Bernardo O'Higgins, José de San Martín, Diego Portales
Lisiado después de Cancha Rayada, O'Higgins delegó el mando de las tropas patriotas en San Martín. Este las reunió en los llanos de Maipú, en las afueras de Santiago. En la batalla de Maipú, librada el 5 de abril de 1818, donde se lucirían la artillería de Borgoño y la Caballería del Coronel Santiago Bueras -muerto en la batalla- mientras que el Batallón de Negros de Mendoza rendiría su vida hasta el último hombre en medio de la lucha. Los realistas, en cambio, perdieron a los regimientos "Infante Don Carlos" y "Burgos" (el grito de ataque de éste era "19 batallas ganadas ¡ninguna perdida!": nunca pudieron hablar de la vigésima batalla, obviamente).
San Martín infligió tan dura derrota a Osorio, que éste optó por regresar a Concepción; los realistas ya no intentarían otra incursión a Santiago, con lo que la independencia quedaba asegurada. En los momentos finales de la batalla, en retirada ya los realistas, O'Higgins acudió con refuerzos de tropas dispersas, campesinos armados, niños y hasta mujeres, quienes persiguieron a los españoles hasta las casas de Lo Espejo. Al honrar a San Martín como salvador de la patria, ambos se saludan en lo que se conocería como el abrazo de Maipú.
En lo que respecta a asegurar la independencia, San Martín emprendió una serie de guerras contra las montoneras, grupos de bandoleros, realistas e indios que habían aprovechado el caos de las expediciones militares y los reclutamientos forzosos para dedicarse al pillaje y al saqueo. Esto se conoció como la guerra a muerte, porque ni las montoneras ni los soldados regulares tomaban prisioneros; una vez liquidada la banda de Vicente Benavides, el año 1822, quedó asegurada la pacificación de la región de Concepción.
Por otra parte, O'Higgins propició el desarrollo de la Primera Escuadra Nacional, para impedir nuevas expediciones españolas desde el Perú. Sería precisamente esta escuadra la que llevaría a la Expedición Libertadora del Perú. Para llenar la plaza de almirante, llamó al escocés Lord Thomas Cochrane.30 Este asestó un golpe decisivo a los realistas cuando, en 1820, se apoderó del Sistema de fuertes de Valdivia en la famosa Toma de Valdivia.31
De todas maneras, San Martín y O'Higgins estaban de acuerdo en que no cesaría el peligro hasta que el propio Virreinato del Perú fuera independiente de España. De esta manera prepararon la Expedición Libertadora del Perú, con naves y soldados. San Martín y Cochrane fueron enviados al Perú en 1820. Sin embargo, el carácter confiado y audaz de Cochrane chocó con el exceso de prudencia de San Martín. Este dejó escapar varias oportunidades de asestarle el golpe definitivo al Virrey pero dio inicio al proceso independentista del Perú evitando mayores derramamientos de sangre y entró al mando del ejército victorioso con el recibimiento de todo el pueblo peruano (no así de las clases altas). Tiempo después se declaró la independencia, aunque todavía quedaba por liberar el norte del país. Al no poder llegar a un acuerdo en el modo de lograrlo por las diferencias y condiciones que demandaba quien estaba al cargo del ejército que venía realizando la campaña libertadora por el norte, finalmente se entrevistó con Simón Bolívar (quien descendía desde Colombia), y se retiró del Perú; la independencia peruana quedaría completa después de la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, librada por Sucre, un lugarteniente de Bolívar.
O'Higgins gobierna hasta 1823, pero su caracter fuerte y autoritario, la muerte de los hermanos Juan José y Luis Carrera en Mendoza en 1818 y el asesinato posterior de Manuel Rodriguez, el mismo año, unida a una impopular política tributaria y fiscal le hacen numerosos enemigos: la abolición definitiva de la esclavitud y el decreto por el que se ordena retirar -bajo duras penas- todos los escudos y símbolos nobiliarios le granjean poderosos enemigos. La muerte del propio José Miguel Carrera en Mendoza y algunos excesos cometidos por cercanos suyos terminan por minar su poder.
A inicios de 1823 una sublevación de su antiguo camarada, Ramón Freire, en el sur, es apoyada por casi todo el espectro político nacional y O'Higgins, fiel a su caracter, quiere resistir por las armas, pero a última hora cambia de opinión y el 22 de Enero de 1823 se presenta en el Cabildo que le acusa, donde, invocando a sus pasadas glorias, renuncia al mando para evitar la Guerra Civil y luego, dramáticamente, rasga su camisa y muestra su pecho, ofreciéndolo a la venganza de sus adversariios: saldrá en medio de vítores.
En la historiografía chilena se hace terminar la Patria Nueva en 1823, con la renuncia de O'Higgins.32 Sin embargo, el último territorio español en Chile, la isla de Chiloé, sería conquistada recién en 1826, durante el gobierno de Ramón Freire, sucesor de O'Higgins.

Notas y referencias

  1. En la escena recreada aparece erróneamente Bernardo O’Higgins, aunque en realidad se encontraba ese día en la ciudad de Talca.
  2. «Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile (1844) - Sesión de la Cámara de Diputados, en 29 de noviembre de 1844». Consultado el 2 de mayo de 2011.
  3. Bando de posesión del Conde de la Conquista
  4. Ver, por ejemplo: Silogismo de Chuquisaca
  5. años después, O'Higgins fue acusado por José Miguel Carrera de ser jacobino, debido a la abolición por O"Higgins de los títulos de nobleza en Chile
  6. “Cartas escritas durante una residencia de tres años en Chile, en las que se cuentan los hechos más culminantes de las luchas de la revolución en aquel país : con un interesante relato" Johnston, Samuel B. pp 129, Carta Undécima
  7. Acta de instalación de la primera junta
  8. Criticismos posteriores de este sector político sugieren que "los monarquistas" actuaron no tanto en defensa de los derechos “del rey” sino a fin de preservar sus privilegios e intereses personales, ya sea como detentores de autoridad real, lo que posibilitaba gran enriquecimiento (especialmente a través de la corrupción), o como "nobles", lo que los situaba por encima de la ley. Cualquiera tenía, en las colonias, por el simple hecho de haber sido nacido en España, acceso a privilegios por sobre los habitantes locales. En lo relacionado con la corrupción, aún cuando no se refiere específicamente a Chile, se puede una descripción de la situación en Eduardo R. Saguier: La corrupción de la burocracia colonial borbónica y los orígenes del federalismo: el caso del Virreinato del Río de la Plata
  9. Convocatoria al primer Congreso Nacional de Chile
  10. Confesión de Don Tomás de Figueroa
  11. Sentencia de la Junta de Gobierno Contra Tomás de Figueroa
  12. Publicado bajo la influencia y dirección de Martínez de Rozas, quien solicito una imprenta de Buenos Aires para el propósito. Esa imprenta -la única en Chile en esos tiempos- fue la que posteriormente publico la "Aurora de Chile'. Aparentemente no se conserva ningún ejemplar del Despertador
  13. a b Reglamento Constitucional Provisorio de 1812
  14. Fernández Sarasola: Constitución española de 1812 y su proyección europea e iberoamericana)
  15. Algunos historiadores, como Diego Barros Arana, Simon Collier, y Gabriel Salazar, por poner sólo un ejemplo, dudan de su sentir republicano o democrático y sólo ven en Carrera a un dictador con fines personalistas y nepotistas. Collier afirma, en su Ideas y política de Chile. 1808-1833, que si Carrera hubiese tenido algún tinte republicano, fue gracias al influjo del Cónsul Poinsett. Jocelyn-Holt, La Independencia de Chile: tradición, modernización y mito, pp. 187-232 simplemente lo ve como uno de los primeros caudillos que, basados en el poder militar y la demagogia, dominaron mucho de la vida política de América Latina. Sin embargo es posible también entender sus actos como motivados por una finalidad diferente a la de otros independentistas, lo que habría producido desacuerdos y problemas. En ese sentido vale considerar la opinión de Barros Arana (por ejemplo: Historia General de Chile, Vol. VIII, Capítulo IX: Revolución del 4 de septiembre: renovación del Congreso: período de grandes reformas legislativas (septiembre - noviembre de 1811) quien sugiere que gran parte de estas controversias derivan del carácter impetuoso y apasionado de Carrera, que a menudo lo hacia actuar sin considerar las posibles consecuencias de sus acciones. Carrera parece haber buscado -legítimamente- el fin de los lazos coloniales con España pero haber sido partidario de una monarquía constitucional, como manera de asegurar un gobierno estable, que garantizara las libertades y derechos de los chilenos, sin embargo, su manera de lograrlo habría dado lugar a muchos recelos y malos entendimientos. Documentos posteriores (por ejemplo: su Diario durante la Guerra de Guerrillas en Argentina) parecen sugerir que Carrera tomaba alguna inspiración de Cromwell
  16. Los sistemas de gobierno según Camilo Henríquez
  17. Mayor vigilancia para evitar improperios
  18. Tratado de Lircay
  19. El Monitor Araucano, Tomo II. N° 75.- Viernes 2 de septiembre de 1814
  20. Julio Bañados Espinosa. La Batalla de Rancagua. Sus Antecedentes y sus Consecuencias,
  21. a b Miller: Relato de un general inglés respecto a los antecedentes de la independencia de Chile (en ingles)
  22. Fusilamiento de los Carrera, referidos por el fray Benito Lamas
  23. Historia general de Chile, Volumen 10. Autor: Diego Barros Arana. Edición 2. Editor: Editorial Universitaria, 1999. ISBN 956-11-1607-3, 9789561116078
  24. San Martín tenía instrucciones precisas del gobierno de Pueyrredón, fechadas el 21 de diciembre de 1816, para reunir un ayuntamiento con patriotas y lograr el nombramiento de un gobernador elegido por el pueblo chileno sin intervención del él ni del ejército argentino.
    6. Luego que la capital de Chile se encuentre libre de la opresión de los enemigos, y á cubierto de sus invasiones, nombrará el general provisionalmente un ayuntamiento, incluyendo en él cuantos individuos sea posible de los que lo componían por la última elección de los patriotas antes de la entrada de Osorio con las tropas del rey, siempre que aquellas personas no sean contrarias al sistema político que sea necesario adoptar.
    7. Nombrará el general igualmente, con la misma calidad de provisorio, un presidente, que reúna en sí la dirección ejecutiva en las cuatro causas, e invitará al ayuntamiento, para que sin perder momentos, proceda á dictar las disposiciones que gradúe necesarias para el restablecimiento del gobierno supremo del país, en los términos más adecuados al sentir común de los habitantes, sin que en esta parte tenga el general ni el ejército intervención pública que la de conservar el orden, y evitar de un modo prudente el que la elección sea obra de la intriga de algún partido contra la voluntad general y seguridad del ejército.

    Para más información ver s:Instrucciones reservadas para la reconquista de Chile
  25. El 17 de enero de 1817 San Martín había modificado las instrucciones originales de Pueyrredón comunicando la necesidad de que O'Higgins fuese elegido al frente del nuevo gobierno sin el arbitrio de un ayuntamiento. Ante este hecho y la influencia de San Martín es lógico pensar que el cabildo chileno actuara en consecuencia:
    Reservadisimo, Fja.s reflexiones que V. E. ha expuesto al director supremo en apoyo de la necesidad de nombrar al brigadier don Bernardo O'Higgins en clase de presidente o director provisional de Chile, luego que sea desocupada por el enemigo la capital de Santiago, han persuadido a S. E. de la utilidad de este paso, así por recaer en una persona de méritos distinguidos, como por remover con su elección toda sospecha de opresión por parte de las armas de estas provincias, cuya idea han pretendido hacer valer algunos malvados con notoria injuria de la liberalidad de S. E., con cuya última resolución queda sin efecto el artículo de las instrucciones reservadas en cuanto dejaba al arbitrio del Ayuntamiento de aquella capital la elección de la autoridad suprema provisoria.
    . Para más información ver s:Instrucciones reservadas para la reconquista de Chile
  26. "El paso de las Andes. Crónica histórica de las operaciones del ejercito de los Andes, para la restauración de Chile en 1817 (1882) pág. 649
  27. Instituto Nacional San Martiniano - http://www.sanmartiniano.gov.ar/textos/parte2/texto060.php
  28. Annales Historiques de la Révolution de L'Amérique Latine - M. Charles Calvo, Tome Troisième, Paris, 1864. pp. 293-294
  29. Declaración de la independencia de Chile
  30. Memorias de Lord Thomas Cochrane:Capítulo I.
  31. Memorias de Lord Thomas Cochrane:Capítulo II.
  32. Abdicación de Bernardo O'Higgins

Véase también

Enlaces externos

Acta de Independencia de Chile

Proclamación de la Independencia de Chile manuscrita, exhibida en el Congreso Nacional, Valparaíso.
El Acta de Independencia de Chile es el documento mediante el cual Chile declaró solemnemente su independencia de la monarquía española. Fue redactada en enero de 1818 y aprobada por el Director Supremo Bernardo O'Higgins el 2 de febrero del mismo año, en la ciudad de Talca, aunque fue datada en Concepción en 1 de enero de 1818.1 2 La ceremonia de jura de la independencia se realizó el 12 de febrero del mismo año, fecha del primer aniversario de la Batalla de Chacabuco.
El acta original, que tenía unas frases manuscritas agregadas por O'Higgins, se habría dañado en el Palacio de la Independencia.3 En 1832, bajo el gobierno del presidente José Joaquín Prieto, se sacó una copia esmerada y se envió al Perú para que fuera firmada por O'Higgins, y luego por sus ministros de Estado de entonces, Miguel Zañartu, Hipólito de Villegas y José Ignacio Zenteno, que aún vivían en Chile.1
Esta última acta se conservaba en el Palacio de La Moneda hasta el golpe de Estado de 1973, durante el cual se habría quemado o, según la versión más difundida, habría sido destruida por un soldado.4

Antecedentes

¿Jura usted defender la patria hasta derramar la última gota de sangre, para conservarla ilesa hasta depositarla en manos del señor don Fernando VII, nuestro soberano, o de su legítimo sucesor; conservar y guardar nuestra religión y leyes; hacer justicia y reconocer al supremo Consejero de Regencia como representante de la majestad Real?
Juramento de los miembros de la Primera Junta Nacional de Gobierno de Chile, 18 de septiembre de 1810
Hacia 1817, el proceso emancipador chileno había entrado en una fase definitoria y no se disimulaba la finalidad buscada en aquél momento: la independencia del país. Si bien diversos hechos políticos y de armas, acaecidos a partir del 18 de septiembre de 1810, podían ser considerados como manifestación tácita de dicha voluntad, aún no se había hecho una declaración oficial y solemne de independencia.
Uno de los primeros textos oficiales que suele ser considerado como independentista, es el Reglamento Constitucional Provisorio de 1812, promulgado por José Miguel Carrera el 27 de octubre de 1812, que señalaba en su artículo V que "Ningún decreto, providencia u orden, que emane de cualquier autoridad o tribunales de fuera del territorio de Chile, tendrá efecto alguno; y los que intentaren darles valor, serán castigados como reos del Estado", aunque manteniendo el reconocimiento al rey Fernando VII en el artículo III.
A inicios de la Patria Nueva, Chile tenía un gobierno y autoridades propias, controlaba buena parte del territorio, poseía una bandera y escudo nacional y acuñaba su propia moneda: todos símbolos de un Estado independiente. Por ello, no hacía falta más que hacer una declaración expresa, como lo había hecho Estados Unidos de América en 1776, Venezuela en 1811, las Provincias Unidas de Nueva Granada en 1813, y las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1816.1
El Director Supremo Bernardo O'Higgins, teniendo presente los problemas experimentados durante la Patria Vieja y consciente que la instauración de una asamblea o congreso, para acordar y declarar la independencia, sería dificultosa e inejecutable en ese momento, estaba resuelto a no convocarla. Pues aún se libraban combates contra los realistas y no era posible alcanzar el orden interno indispensable para ello,1 por lo que se decidió utilizar otro mecanismo: un plebiscito.

Consulta

El 13 de noviembre de 1817, la Junta Suprema Delegada que ejercía el poder en Santiago, en ausencia de Bernardo O'Higgins, que se encontraba dirigiendo las operaciones militares en el sur del país, expidió un decreto ordenando que, en los cuatro cuarteles en que se dividía administrativamente la ciudad de Santiago, se abriesen registros durante quince días, en uno de los cuales podrían firmar los ciudadanos que estuviesen a favor de la declaración de independencia y en otro los de opinión contraria. En las demás ciudades y villas se debía seguir el mismo procedimiento.
Si están cortadas las relaciones de este estado con la antigua metrópoli, si están rotas las ignominiosas cadenas que nos sujetan a ella, y si, para decirlo de una vez, está declarada de hecho por el voto jeneral la independencia política de este estado, parece infundado diferir esta solemne declaración, sin la cual nuestros sacrificios no tendrán el carácter de esfuerzos hechos por hombres libres, i acaso serán confundidos con las pretensiones en que suelen entrar los esclavos para arrancar un partido ventajoso a sus amos. Sin esta declaración, no ocuparemos el rango debido en el cuadro de las naciones, no obtendremos de ellas la protección a que es acreedora la justicia de nuestra causa
Preámbulo del decreto de 13 de noviembre de 1817
El decreto de convocatoria estaba contenido en un bando impreso, que se envió a las autoridades de gobierno interior y llevaba las firmas de los miembros de la Junta Delegada: Luis de la Cruz, Francisco Antonio Pérez y José Manuel Astorga, y la del ministro de Gobierno Miguel Zañartu.5 El 15 de noviembre, Zañartu firmó una circular, impresa y que estaba dirigida a los mismos destinatarios, instruyendo que el bando debía ser publicado "con la mayor celeridad".5
El resultado de la consulta convocada fue favorable a los deseos de O'Higgins. El nuevo orden de cosas contaba con la adhesión de las mayoría de los chilenos y los que aún no lo aceptaban temieron que sus votos negativos les atrajeren persecuciones sobre sus personas o bienes. Así, en Santiago y las localidades aledañas, los registros de los favorables a la inmediata independencia se llenaban de firmas, mientras los que debían contener los votos negativos quedaron vacíos.1 Sin embargo, en la provincia de Concepción no se pudo completar el plebiscito y sólo se efectuó en pequeña parte, como lo informó O'Higgins, el 23 de diciembre de 1817, desde su campamento frente a Talcahuano: "[...] habían empezado a remitir algunos partidos las suscripciones [...] pero las ocurrencias ulteriores en la provincia y la medida últimamente adoptada de hacer emigrar de ella a todos sus habitantes, no permiten esta operación".6
Durante el mes de diciembre, al comprobarse los resultados, el gobierno inició los preparativos para realizar un solemne declaración de independencia. Este hecho coincidió, además, con las noticias sobre el próximo arribo de una nueva expedición realista, destinada a reconquistar el territorio chileno, al mando del brigadier español Mariano Osorio.

Redacción y firma

Tras el plebiscito, se resolvió plasmar, a imitación de lo realizado en otros países, la declaración de independencia en un acta en que se expresase, de modo claro y conciso, la voluntad del pueblo chileno y a, la vez, publicar un manifiesto oficial en que se expusieran los fundamentos y razones para tal decisión. De la primera se encargaría Miguel Zañartu y de la segunda Bernardo Vera y Pintado.1
El Morrillo de Perales en Talcahuano.
Bernardo O'Higgins se encontraba, a fines del año 1817, sitiando a las fuerzas españolas en Talcahuano. Cuando la incierta situación militar obligó a levantar el sitio de Talcahuano, y estando en el Morrillos de Perales, un lugar escogido por las avanzadas patriotas y desde el cual se dominaba uno de los accesos de Talcahuano, habría redactado el 1 de enero de 1818, sobre un tambor según cuenta la tradición, una comunicación dirigida al coronel español José Ordóñez, ex Intendente de Concepción y que controlaba en ese momento el puerto de Talcahuano, notificándole de la independencia, donde señalaba que Chile era un "país libre y soberano, no una provincia insurgente". Esta es considerada como la primera acta de independencia de Chile.7 8
Alejandro Mihovilovich sostiene que la idea de O'Higgins fue lanzar aquella acta a los realistas, por lo que habría sido arrojada ese mismo día bajo los muros de los sitiados.3 Carlos Oliver Schneider, en el "Libro de Oro de Concepción" señala que tal acción fue hecha a manera de desafío a la expedición de Mariano Osorio, que se encontraba próxima a marchar sobre Concepción, como expresión que las cosas habían variado desde 1814: los españoles estarían invadiendo el suelo de un Estado soberano e independiente.6 Sin embargo, Oliver reconoce que no hay comprobación documental sobre este hecho y menos sobre el paradero de dicha acta.3 Por otro lado, en el denominado "Testamento Político", documento fechado en Lima en octubre de 1842, en recuerdo de aquél suceso, O'Higgins recomienda en duodécimo lugar: "La construcción de muelles flotantes, caminos de madera y ferrocarriles y la fundación de una ciudad en el sitio de mi campamento cerca de Talcahuano, donde he firmado la declaración de la Independencia y que debe llamarse en memoria de tal hecho, la ciudad de Independencia".6
Ese mismo día 1 de enero de 1818, en la |Plaza de Armas de Concepción, ante el Ejército, O'Higgins habría declarado y jurado solemente la independencia de Chile. Por ese motivo dicha plaza pasó a denominarse desde entonces Plaza de la Independencia.8 Los testimonios documentales son escasos y, la mayoría de los acontecimientos que rodearon esta declaración, descansan en la tradición oral local.6 La Plaza de la Independencia recuerda el hecho con un monolito, pero en él sólo se señala que se juró solemnemente la independencia. De la existencia de un acta de independencia no hay pruebas y tampoco se conoce su texto.3 De todos modos, en el documento suscrito por O'Higgins, ante el escribano público de Lima, el 17 de octubre de 1842, pocos días antes de su fallecimiento, expresa que "en primero de enero de 1818, como órgano de la voluntad nacional, declaré solemnemente la independencia de Chile en la ciudad de Concepción".6
Oliver indica que el acto realizado en el Morrillo de Perales fue realzado con la ceremonia solemne en la plaza de Concepción, ante las tropas formadas en cuadro "frente al entonces cuartel de dragones de la Frontera y que estaba ocupado por el Batallón Nº 3 de Infantería de Arauco". A su vez, Luis Valencia Avaria agrega que en esa ocasión se ofreció una misa, oficiada por el presbítero José Ignacio Cienfuegos, y frente al cuartel en la plaza se colocó una mesa y una silla propiedad del coronel Patiño, dueño de la propiedad ubicada en la actual calle O'Higgins 935 de Concepción. En este último inmueble se celebró un banquete en homenaje a los jefes del ejército patriota, donde se sirvieron cuatro lechones, a los cuales se les dio el nombre de los cuatro principales oficiales del ejército realista.6
El 17 de enero de 1818, Luis de la Cruz que pasó, como Director Supremo Delegado, a reemplazar en sus funciones a la junta delegada, envió desde Santiago un oficio a O'Higgins, que había llegado a Talca a la cabeza del ejército, remitiendo el borrador del acta de la declaración de independencia. Esta era una pieza larga y difusa en la que, queriéndose señalar los motivos que hacían necesaria aquella declaración, enumeraba los agravios que habría recibido Chile de parte de su metrópoli, hasta inducirlo a pronunciarse en abierta rebelión.1
Este texto no fue del agrado de Bernardo O'Higgins, quien no aprobó su forma y las declaraciones en él contenidas, manifestando en su respuesta, fechada en Talca a 22 de enero de 1818, en medio de los afanes provocados por la situación militar del momento, que "Conozco que mis conocimientos no son suficientes para dar al borrador el retoque necesario, y parece que ni aún para censurarlo; pero, hablando con franqueza, creo que el sentido común es bastante para conocer que puede arrribarse a otros grados de perfección";1 además señaló, al devolvérselo al coronel Cruz, que "un justo temor al tribunal severo de la censura universal, el respeto debido a la sabiduría de las naciones y refinada política de los gabinetes, me ha detenido suscribirle".6 Por ello, a continuación, dispuso que una comisión, integrada por Manuel de Salas, Juan Egaña, Miguel Zañartu y Bernardo de Vera y Pintado, redactara un nuevo texto.3 6
Aprobación de la Acta de Independencia de Chile por el Director Supremo Bernardo O'Higgins, exhibida en el Congreso Nacional de Chile, Valparaíso.
El encargo fue cumplido del mejor modo posible. El 28 de enero, Luis de la Cruz envió el acta a Bernardo O'Higgins, quien aún permanecía en Talca; pero debido a la urgencia de su proclamación, fue ordenada al mismo tiempo su impresión en Santiago siendo fechada, de acuerdo a las instrucciones del Director Supremo, "en Concepción a primero del actual".3 6 O'Higgins, aprobó el acta el 2 de febrero, introduciéndoles cuatro enmiendas manuscritas, para ser agregadas antes que fuera impresa, pero ello no fue posible pues ya se encontraba editada. El documento de proclamación fue firmado debido a dichas circunstancias y fue guardado así en los archivos.9
Es de mi aprobación la Acta de independencia que Vuestra Señoría me remite con su comunicación de 28 de enero pasado, pues observo en su contexto la más meditada, concisa y enérgica expresión; bien que si aún no se habían impreso, podrán añadirle las que indican las citas puestas a continuación para que entiendan las naciones que ya no existe la debilidad que nos ha mantenido en forzosa sumisión; que debe esperarse un manifiesto de la justicia que nos asiste para nuestra heroica resolución; que tenemos fuerzas bastantes para sostenerla con decoro; y que jamás nos sujetaremos a ninguna otra dominación.
Dios que a Vuestra Señoría guarde muchos años. Quartel Directorial de Talca 2 de febrero de 1818.
Bernardo O´Higgins
Señor Director Supremo/Delegado
Aprobación del Acta de la Independencia de Chile
Proclamación de la Independencia de Chile con las firmas de O'Higgins y sus ministros.
Ahora bien, la determinación del autor intelectual del acta de proclamación de la independencia es un tema discutido. Miguel Zañartu y Bernardo Monteagudo, que recién había llegado desde Europa y que se encontraba al servicio del gobierno chileno, se disputan este privilegio. El segundo lo alegó epistolarmente y el primero, el autor según la tradición oral, carecía de documentación probatoria pertinente.6
La proclamación de la independencia no llevó firmas, sino hasta muchos años después. En 1832, el presidente José Joaquín Prieto, considerando que tan importante documento debía conservarse en el Palacio de Gobierno, ordenó que se lo reconstituyera bajo la dirección de Miguel Zañartu. El documento así reconstituido fue firmado por el mismo Zañartu, Hipólito Villegas y José Ignacio Zenteno, como ministros de Estado de aquel entonces, en las carteras de Gobierno, Hacienda y Guerra; debiendo ser enviado al Perú para que Bernardo O’Higgins lo pudiera firmar.9
Esta última acta se conservó en el Palacio de La Moneda hasta el Golpe de Estado de 1973. Durante dicho suceso, según la versión más difundida, fue destruida por un miembro del Ejército. De acuerdo a este relato, al comenzar a quemarse el salón Carrera del palacio, el acta logró ser rescatada del fuego y fue entregada a Salvador Allende, quien la guardó. Posteriormente, sería entregada a Miria Contreras —más conocida como la "Payita"—, secretaria privada de Allende, para que la protegiera. Cuando la Payita, junto a otros sobrevivientes del bombardeo a La Moneda, abandonaron el edificio por Morandé 80, fueron detenidos por soldados. Uno de éstos le exigió sacarse la chaqueta que tenía puesta, procediendo a romper un "papel viejo" que tenía en su interior, sin escuchar sus advertencias: ella le había señalado que no lo hiciera, pues se trataba del Acta de la Independencia de Chile.4

Contenido

El Director Supremo del Estado

La fuerza ha sido la razon suprema que por mas de trescientos años ha mantenido al Nuevo Mundo en la necesidad de venerar como un dógma la usurpación de sus derechos y de buscar en ella misma el origen de sus más grandes deberes. Era preciso que algún día llegase el término de esta violenta sumisión; pero, entretanto, era imposible anticiparla: la resistencia del débil contra el fuerte imprime un carácter sacrílego a sus pretensiones y no hace más que desacreditar la justicia en que se fundan. Estaba reservado al siglo 19 el oír a la América reclamar sus derechos sin ser delincuente y mostrar que el período de su sufrimiento no podía durar más que el de su debilidad(a).
La revolución del 18 de septiembre de 1810 fue el primer esfuerzo que hizo Chile para cumplir esos altos destinos a que lo llamaba el tiempo y la naturaleza; sus habitantes han probado desde entonces la energía y firmeza de su voluntad, arrostrando las vicisitudes de una guerra en que el Gobierno español ha querido hacer ver que su política con respecto a la America sobrevivirá al trastorno de todos los abusos. Este último desengaño les ha inspirado, naturalmente, la resolución de separarse para siempre de la Monarquía Española y proclamar su independencia a la faz del mundo(b).
Más, no permitiendo las actuales circunstancias de la guerra la convocación de un Congreso Nacional que sancione el voto público, hemos mandado abrir un Gran Registro en que todos los ciudadanos del Estado sufraguen por si mismos, libre y espontáneamente, por la necesidad urgente de que el Gobierno declare en el día la independencia, o por la dilación o negativa. Y habiendo resultado que la universalidad de los ciudadanos está irrevocablemente decidida por la afirmativa de aquella proposición(c), hemos tenido a bien, en ejercicio del poder extraordinario con que para este caso particular nos han autorizado los pueblos, declarar solemnemente, a nombre de ellos, en presencia del Altísimo, y hacer saber a la gran confederación del género humano, que el territorio continental de Chile y sus islas adyacentes, forman de hecho y por derecho, un Estado libre, independiente y soberano, y quedan para siempre separados de la Monarquía de España(d), con plena aptitud de adoptar la forma de Gobierno que más convenga a sus intereses. Y para que esta declaración tenga toda la fuerza y solidez que debe caracterizar la primera Acta de un pueblo libre, la afianzamos con el honor, la vida, las fortunas y todas las relaciones sociales de los habitantes de este nuevo Estado; comprometemos nuestra palabra, la dignidad de nuestro empleo y el decoro de las ramas de la patria; y mandamos que con los libros del Gran Registro se deposite la Acta Original en el Archivo de la Municipalidad de Santiago, y se circule a todos los pueblos, ejércitos y corporaciones, para que inmediatamente se jure y quede sellada para siempre la emancipación de Chile.
Dada en el Palacio Directorial de Concepción a 1 de enero de 1818, firmada de nuestra mano, signada con el de la nación, y refrendada por nuestros ministros y secretarios de Estado, en los departamentos de Gobierno, Hacienda y Guerra
(a) "que ya no existe"
(b) "reservando hacer demostrables oportunamente, en toda su extensión, los sólidos fundamentos de esta justa determinación"
(c) "afianzada en las fuerzas y recursos que tiene para sostenerla con dignidad y energía"
(d) "y de otra cualquiera dominación"

Jura de la independencia

«Proclamación y jura de la Independencia de Chile», por Pedro Subercaseaux (1945)10
La ceremonia solemne de proclamación y jura de la independencia de Chile se había acordado realizarla el primer aniversario de la Batalla de Chacabuco: el 12 de febrero de 1818.
El 9 de febrero, Luis de la Cruz publicó por bando el programa de ceremonias y fiesta públicas para aquél día en Santiago. Las actividades comenzaron el 11 de febrero en la tarde, con el lanzamiento de salvas de cañón desde el Cerro Santa Lucía. A las nueve de la mañana del 12 de febrero concurrieron todas las autoridades y el pueblo al Palacio Directorial de Santiago, donde se montó un escenario, frente a la Plaza de Armas.
La ceremonia fue iniciada por José Gregorio Argomedo, fiscal de la Cámara de Apelaciones, que pronunció un discurso en representación del gobierno; a continuación, el ministro Miguel Zañartu leyó el Acta de la Independencia. Al término de su lectura, el Director Supremo Delegado, Luis de la Cruz, colocó sus manos sobre una biblia y prestó el siguiente juramento: "Juro a Dios y prometo a la patria bajo la garantía de mi honor, vida y fortuna sostener la presente declaración de independencia absoluta del Estado chileno de Fernando VII, sus sucesores y de cualquier otra nación extraña".11
Luego, el mismo Director Supremo Delegado, solicitó el juramento a José Ignacio Cienfuegos, como administrador del Obispado de Santiago, quien a la fórmula anterior añadió "Y así juro porque creo en mi conciencia que ésta es la voluntad del Eterno"; y en seguida, el coronel Cruz recibió el juramento de José de San Martín, como General en Jefe del Ejército de Chile. Hecho esto, el ministro Zañartu tomo juramento simultáneo a las demás autoridades y funcionarios públicos. Finalmente, el Intendente de Santiago Francisco de Borja Fontecilla le tomó juramento al pueblo.11
El 13 de febrero se cantó un Te Deum en la Catedral de Santiago y, al día siguiente, se celebró una misa de acción de gracias. Al terminar esta última, Tomás Guido ofreció un discurso dirigido a felicitar al pueblo chileno, en nombre del gobierno de Buenos Aires. Las fiestas públicas en Santiago, por la proclamación y jura de la independencia, continuaron hasta el día 16. El acta de la independencia impresa fue distribuida profusamente entre el pueblo; también se repartió, aunque en menor proporción, el '"Manifiesto que hace a las naciones el supremo director de Chile de los motivos que justifican la revolución y la declaración de su independencia", redactado por Bernardo Vera.11
En la ciudad de Talca, el mismo día 12 de febrero, Bernardo O'Higgins presidió la jura de la independencia del ejército del sur, ceremonia que se celebró con salvas, una misa, Te Deum y festividades públicas. Durante esos mismos días, se proclamó y juró la independencia de Chile en las demás villas y ciudades, con todo el aparato que fue posible disponer en cada una de ellas. En La Serena la independencia fue jurada el 27 de febrero, aunque las fiestas se extendieron hasta el 1 de marzo12 y en Copiapó la ceremonia se efectuó entre el 27 y 28 de marzo.
El 15 de junio de 1820 se efectuó el juramento en Valdivia, luego que Thomas Cochrane realizara la toma de aquella ciudad, que se encontraba en poder de los realistas. Mientras que, el 22 de enero de 1826, se juró solemnemente la independencia en San Carlos de Chiloé, tras el Tratado de Tantauco que permitió la anexión del Archipiélago de Chiloé a Chile.

Referencias

  • Barros Arana, Diego (1890). Historia General de Chile. Santiago de Chile: Imprenta Cervantes. Tomo XII.
  • Biblioteca del Congreso Nacional (2005). «Acta de la Independencia de Chile». Consultado el 2007.
  • Contreras Guala, Carlos. «El gesto preformativo de la fundación. La Proclamación de la Independencia». Cyber Humanitatis Invierno 2003 (27). ISSN 0717-2869 [1].
  • Fernández Ruiz, Roberto (Domingo 17 de septiembre de 2006). «¿Dónde se firmó el Acta de la Independencia?». Diario El Sur. Concepción. [2].
  • Frías Valenzuela, Francisco (1986). Historia de Chile. Desde la Prehistoria hasta 1973. Santiago de Chile: Empresa Editora Zig-Zag, S.A. 11ª edición: noviembre de 1993. ISBN 956-12-0766-4.
  • Valencia Avaria, Luis (1942). «La declaración de la independencia de Chile». Boletín de la Academia Chilena de la Historia IX (23).

Notas

  1. a b c d e f g h Barros Arana, Diego (1890). «Arribo y desembarco de la expedición española: proclamación y jura de la independencia de Chile (Diciembre de 1817—Febrero de 1818». Historia General de Chile. Tomo XII. Santiago de Chile: Imprenta Cervantes.
  2. Encina, Francisco (1984). «La expedición de Osorio. Proclamación de la Independencia de Chile». Historia de Chile desde la Prehistoria hasta 1891. Tomo XIV. Santiago de Chile: Editorial Ercilla.
  3. a b c d e f Fernández Ruiz, Roberto (Domingo 17 de septiembre de 2006). «¿Dónde se firmó el Acta de la Independencia?». Diario El Sur. Concepción.
  4. a b Siglo XX en La Tercera Internet (2002). «Destacados del año: 1973». Consultado el 2007.
  5. a b Correa Bello, Sergio (1991). «Historia del Plebiscito 1817-1818». IX Jornadas de Historia de Chile. Universidad de La Serena, La Serena.
  6. a b c d e f g h i j Biblioteca del Congreso Nacional (2005). «Acta de la Independencia de Chile». Consultado el 2007.
  7. I. Municipalidad de Talcahuano (2006). «Historia de Talcahuano. Firma Acta de Independencia». Consultado el 2007.
  8. a b Municipalidad de Concepción (2006). «Historia de Concepción. Declaración de la Independencia». Consultado el 2007.
  9. a b Contreras Guala, Carlos. «El gesto preformativo de la fundación. La Proclamación de la Independencia». Cyber Humanitatis Invierno 2003 (27). ISSN 0717-2869.
  10. En la escena recreada aparece erróneamente Bernardo O’Higgins, ya que en realidad se encontraba ese día en la ciudad de Talca.
  11. a b c Barros Arana, Diego (1890). «Solemnidades y entusiasmo con que se hace la proclamación y jura de la independencia». Historia General de Chile. Tomo XII. Santiago de Chile: Imprenta Cervantes.
  12. Concha, Manuel (1871). Crónica de La Serena, desde su fundación hasta nuestros días. 1549-1870. La Serena: Imprenta de la "Reforma". p. 120.

Véase también

Enlaces externos


Cultura de Chile

Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura en 1971.
La cultura de Chile es la cultura asimilada a partir de la forma de vida, costumbres y tradiciones existentes en la sociedad de ese país.

Descripción

Cultura prehispánica en Chile

La cultura chilena se inicia en la época prehispánica con la llegada de los primeros seres humanos al actual territorio chileno hace unos 13 000 años. Sucesivas oleadas de pueblos invasores (mapuches y posteriormente incas) fueron conformando la cultura ancestral u originaria que encontraron los primeros conquistadores españoles. Como vestigio de su existencia, han quedado numerosos yacimientos arqueológicos que son parte del actual Patrimonio Cultural de Chile. De estos primeros pobladores descienden gran parte los actuales habitantes de Chile.
Casa colonial en el campo chileno.

La influencia hispánica

Posteriormente la llegada del conquistador español implicó uno de los más importante cambios culturales ocurridos en Chile, y sin duda es el mas importante en la formación de la actual idiosincrasia chilena. Este evento dio inicio a la noción territorial de Chile, y el desarrollo de la cultura criolla. Se introduce la escritura, se pasa de una religión animista y politeísta a una monoteísta y la mezcla de creencias da forma a una mitología chilena. Además hubo un cambio en la estructura económica de la época; se producen cambios en la tenencia y explotación de la tierra, cambios en la base alimenticia, donde se pasa del maíz al trigo y las legumbres, se introducen las aves de corral, el cerdo y el ganado vacuno. La introducción del caballo y su uso para toda actividad económica, militar y recreacional fue la base del nacimiento de la cultura huasa o cultura criolla chilena.

Desarrollo de la cultura como país

Durante el periodo luego de la independencia de Chile, la cultura chilena se vio enriquecida con la delimitación actual de sus fronteras, quedando dentro del territorio nacional las expresiones culturales huasas, aymaras, chilotas, mapuches, rapa-nuis y patagónicas.
Actualmente la cultura chilena es un conjunto de tradiciones, valores y expresiones humanas que dan una identidad al pueblo chileno. Esto lo vemos reflejado en costumbres propias de la chilenidad y en actividades tales como los bailes típicos, el cine, la conservación de monumentos arqueológicos, las fiestas populares, la literatura, etc.
La valoración y preservación de la cultura chilena hizo que el 4 de junio de 2003 se aprobara por unanimidad en el Congreso Nacional la ley 19891 que creó el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.1

Manifestaciones colectivas

Fechas Conmemorativas

Tradiciones religiosas

Son fiestas o celebraciones que contribuyen a mantener y reproducir las tradiciones locales ligadas a una creencia religiosa, comúnmente asociada a la Católica Apostólica Romana.

Festivales

Carnavales

Los carnavales son celebraciones o festividades locales que conmemoran eventos de importancia para la comunidad, no necesariamente de connotación religiosa. En Chile se encuentran concentrados principalmente en la Región de Tarapacá, Región de Antofagasta y Región de Arica y Parinacota representando casi el 50% del total país. En general se realizan en febrero precediendo a la celebración de la Cuaresma.
Ordenadas geográficamente de norte a sur, se destacan los siguientes Carnavales:
Región de Arica y Parinacota
Región de Tarapacá
macaya, julio. comuna de Pozo Almonte.
Región de Antofagasta
Región de Atacama
Región de Coquimbo
Región de Valparaíso
Región Metropolitana de Santiago
Región del Libertador General Bernardo O'Higgins
Región del Maule
Región del Biobío
Región de la Araucanía
Región de Los Ríos
Región de Los Lagos
Región de Magallanes y de la Antártica Chilena

Tradiciones orales

Dichos

  • A lo coche guagua: Este dicho ha derivado en "a la cochi guagua" y se usa para designar a aquellas personas que consiguen las cosas sin hacer el menor esfuerzo. Esta frase encuentra su origen en las conclusiones que los pueblerinos tenían con respecto a los coches de las guaguas (en Chile se llama así a los niños recién nacidos). Decían que estos, a diferencia de cualquier otro medio de transporte, eran los únicos que no necesitaban pagar patente, no requerían de permisos de circulación y transitaban libremente por las calles. Además, esta expresión hace referencia a que las guaguas son transportadas sin que ellas hagan el más mínimo esfuerzo.
  • A lo hecho, pecho: Gesto de valentía y responsabilidad ante un hecho que involucra a la persona cuando se le acusa.
  • Al tiro: Inmediatamente, en el acto.
  • Andar a pata pelá y con leva: Aparentar lo que no se es. Andar descalzo y vistiendo una levita.
  • Andar cocido: Estar ebrio, embebido en alcohol.
  • Andar con el gorila al hombro: Estar ebrio y caminar con dificultad.
  • Andar con el hachazo: Estar con resaca.
  • Andar más perdido que el Teniente Bello.
  • Andar (o estar) pololeando: Estar de novio o novia.
  • Arrastrar el poncho: Provocar. Buscar pelea.
  • Caer como patada de mula: Caer mal, puede ser una persona, una opinión o una comida.
  • Cara de foto: Persona tranquila y/o muy calmada.
  • ¿Cómo estoy, Godoy?: Expresión ufana con rima.
  • Chancho en misa: Se aplica a algo improcedente.
  • Chao pesca'o (pescado): Expresión de despedida con rima forzada.
  • De chincol a jote: Generalidad, todos. Se refiere a dos pájaros chilenos, uno pequeño y otro grande.
  • Donde el diablo perdió el poncho: Un lugar remoto.
  • Hacer un perro muerto: Dejar una cuenta sin pagar.
  • Irse al patio de los callados: Morirse.
  • Llegaron los Miranda: Expresión cuando se agolpa un grupo de curiosos o mirones.
  • Ojo al charqui: Vigilar atentamente; charqui: carne seca de caballo.
  • Peinar la muñeca: Actuar o hablar con desvarío, extrañamente. Viene del rol de una actriz de telenovela (Gloria Münchmeyer en La Madrastra), cuya manía era acariciar el pelo de su muñeca; estar un poco loco.
  • ¡Puchacay! ¡Pucha!: Expresión de disgusto.
  • Pasarlo chancho: Pasarlo muy bien.
  • Que pague Moya: Dejar impaga una deuda y que otro se haga cargo.
  • Sepa Moya: Quizás quién sabe.
  • Ser como el capitán Araya, embarca a la gente y se queda en la playa.
  • Ser como el padre Gatica, que predica y no practica.
  • Ser gatita de chalet: Se aplica a una muchacha regalona que no se esfuerza por nada.
  • Ser más pesado que vaca en brazos: Ser muy antipático.
  • Ser pata de vaca: Actuar con mala intención.
  • Ser pesado de sangre: Ser antipático.
  • Ser fome: Ser aburrido, sin gracia.
  • Tener cara de palo: Ser sinvergüenza.
  • Tener cara de mármol: Igual que el anterior, pero más duro y frío.
  • Tirarse un chancho: Eructar.
  • Tomarse un pencazo: Beber alcohol.
  • Vamos arando dijo la mosca parada en los cachos del buey: Unirse a un esfuerzo común, sin aportar mucho o nada.
  • " Quiubo" : ¿cómo estás? expresión para saludar a una persona que no se hace algún tiempo, viene de ¿ Qué hubo?
  • " Andar como la mona" Estar muy mal
  • " Andar con la mona ": Sentirse pésimo después de una noche con alcohol.
  • " Andar con los chirilacos ": Estar enfadado.

Mitos y leyendas

Véase:

Folclore

Véase: Folclore de Chile

Artesanía

Véase:

Deportes y juegos

Deportes típicos

Juegos

Gastronomía

Bebidas alcohólicas: Chicha - Jote - Navegado - Pisco chileno - Terremoto - Vino pipeño
Panes y Masas: Empanada - Hallulla - Marraqueta - Sopaipillas - Tortillas de rescoldo
Salsas: Chancho en piedra - Pebre
Sopas: Cazuela - Chupe carbonada
Carnes: Anticucho - Arrollado huaso - Asado - Asado al palo - Bistec a lo pobre - Charquicán - Chorrillana - Empanada - Pastel de choclo - Pantrucas - Porotos con riendas
Pescados, mariscos y algas Cochayuyo - Congrio frito - Luche - Machas a la parmesana - Mariscal - Paila marina
Sándwiches: Chacarero - Sándwich Barros Jarpa - Sándwich Barros Luco
Comida precolombina: Charqui - Humita
Comida Chilota: Chapalele - Curanto - Milcao
Refrescos: Mote con huesillos

Patrimonio y medio ambiente

El Patrimonio de Chile es tan amplio como largo es el país. Las distintas zonas geográficas cuentan con rasgos culturales propios asociados a su medio ambiente, lo que se ve en los múltiples personajes locales, así por ejemplo, es importante en el Norte Grande la imagen del "pirquinero", pioneros que buscaban oro en el arído desierto de atacama, figura que contrasta transversalmente con el huaso del campo de la zona centro-sur con su poncho y caballo criollo, o con el santiaguino urbano, el pescador porteño, el pastelero alemán, etc... A la vez, esta diversidad se ve reflejada en elementos "propios" de cada región, la festividad de la Tirana del Tamarugal, la trilla, el rodeo, el mate, las colinas, valles, cerros y cordillera, el mar cálido, frió y artico o los llanos del Atacama y de la Patagonia.
Actualmente en Chile se ha instaurado el Día del Patrimonio, como una forma de reconocer su herencia. En ese día se embanderan los edificios públicos y se abren al público; asimismo se abren en forma gratuita todos los museos de Chile.
Véase: Anexo:Patrimonio de la Humanidad en Chile.

Monumentos conmemorativos

Construcciones en homenaje y de ornamentación de distintas características, erigidos o reconocidos por la comunidad y ubicados generalmente en algún sitio público.

Monumentos nacionales

Véase: Monumentos Nacionales de Chile.

Patrimonio Natural

Véase: Áreas silvestres protegidas de Chile, Anexo:Monumentos Naturales de Chile.

Expresiones Artísticas

Véase:

Artes visuales

Escultores

Fotógrafos

La fotografía en Chile se ve reflejada en una vorágine de cambios y crecimiento; ha aumentado considerablemente el interés de los usuarios por este tema en comparación a años anteriores. En los últimos años, sobre todo, ha habido una explosión de centros e institutos que enseñan fotografía profesional, periodística y fotografía publicitaria para poder cubrir esta demanda del mercado docente.

Historietistas

Pintores

Artes audiovisuales

Directores

Artes coreográficas

Ballet

Coreógrafos

Bailarines

Pablo Alberto Ocaranza Saya Diaz

Bailes Folclóricos

Artes escénicas

El teatro adquiere presencia desde la independencia, con un gran número de dramaturgos, actores y directores que generan un registro de la historia del país desde su imaginario, aportando al arte escénico occidental. Destacan Fray Camilo Henríquez (1820), Juan Rafael Allende (1870), Daniel Caldera (1880), Carlos Bello y Armando Moock (1920), Antonio Acevedo Hernández (1930), Isidora Aguirre (1955), Luis Alberto Heiremans (1965), Jorge Díaz y Egon Wolff (1970), Alejandro Sieveking, Juan Radrigán Rojas y Ramón Griffero (Teatro Fin de Siglo) (1980) y Compañías como el ICTUS; los Teatros Universitarios, El Gran Circo Teatro de Andrés Pérez; El teatro de la Memoria de Alfredo Castro;-El teatro de la María de Alexis Moreno, Teatro Aparte, La Troppa y muchos más que han gestado una identidad escénica en esta expresión artística.
Véase también:

Actores y Actrices

Dramaturgos

Directores

Humoristas

Literatura oral y escrita

Según la tradición popular, Chile es país de poetas. Esto es debido a la importancia a lo largo de la historia que han tenido diversos literatos, especialmente en el género lírico, destacándose Pablo de Rokha, Vicente Huidobro, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Rodrigo Lagos y los ganadores del Premio Nobel, Gabriela Mistral y Pablo Neruda. Otros narradores de importancia han sido Isabel Allende, Alberto Blest Gana, Jorge Edwards, José Donoso y Marcela Paz, conocida por su característico personaje Papelucho.
Véase también:

Poetas

Escritores

Cronistas e Historiadores de Chile

Música

La música folclórica es caracterizada por la mezcla de sonidos tradicionales aborígenes con aquellos traídos desde España. El baile tradicional chileno es la cueca, que tiene características propias dependiendo de la zona del país en que se representa. A partir de los años cincuenta a sesenta apareció un gran interés por la música folklórica chilena surgiendo grupos musicales insignes que la difundieron y popularizaron como fueron Los Cuatro Huasos, Los de Ramón, Los Huasos Quincheros, El Duo Rey Silva, Los Cuatro Cuartos y muchos otros. Junto a ellos también nacieron numerosos compositores de música chilena como Raúl de Ramón, Violeta Parra, Luis Aguirre Pinto, Clara Solovera entre muchos otros, que engrandecieron el folklore y lo difundieron ampliamente en el país y fuera de él, estando su interés netamente enfocado en las raíces y tradiciones de Chile. Posteriormente durante los años 1970 se produjo un nuevo movimiento en la música folclórica gestándose la llamada Nueva Canción Chilena de Víctor Jara, Violeta Parra, Los Jaivas, Illapu, Quilapayún e Inti-Illimani. También en la década de los 80' se consolidan grupos de jazz fusión con una fuerte influencia latinoamericana, como lo son Congreso y Fulano. Existen al menos dos grandes clanes ligados a la música, la Familia Parra, y la Familia Lecaros.
La influencia de sonidos de origen extranjero se ha acrecentado durante las últimas décadas, principalmente de rock y pop, permitiendo la formación de grupos como Los Prisioneros, Los Tres, Lucybell y La Ley.

Compositores

Pianistas

Violinistas

Guitarristas

Cantantes líricos

Charanguistas

Luthier´s

Grupos musicales y cantantes

Arquitectura

Estos últimos años han sido bastante importantes para los arquitectos en Chile. Se ha formado una generación de profesionales jóvenes de muy alto nivel, con muy buenos trabajos en Chile y en el exterior.

Arquitectos Chile

Industrias Culturales y Entretenimiento

Audiovisual

Son aquellas producciones cuyo formato final sea hecho para ser exhibido o comercializado en Cine, televisión, video u otro medio digital.
La industria audiovisual ha tomado un fuerte impulso en Chile, gracias a la creación del Consejo del Arte y la Industria Audiovisual cuyo objetivo es el desarrollo, fomento, difusión, protección y preservación de las obras audiovisuales nacionales y de la industria audiovisual, así como la investigación y el desarrollo de nuevos lenguajes audiovisuales y sesiona en Valparaíso. Gracias a esta nueva institucionalidad existe un mayor financiamiento por parte del estado hacia las producciones de cine y televisión, a través de CORFO, Consejo Nacional de Televisión y el Fondo de Fomento Audiovisual.

Literatura

Son aquellas producciones cuyo formato final sea un bien impreso que pueda ser leído como libro, revista o cómic.
La creación del Consejo Nacional del Libro y la Lectura a permitido que éste proponga políticas de desarrollo y asigne recursos para apoyar y promover proyectos, programas y acciones de apoyo a la creación literaria, la promoción de la lectura, la industria del libro, la difusión de la actividad literaria, el fortalecimiento de las bibliotecas públicas, la formación de los creadores y la estimulación de su actividad.

Juegos de cartas coleccionables

Véase también

Referencias

  1. Ministerio de Educación (23 de agosto de 2003), Ley 19891: «Crea el Consejo nacional de la cultura y las artes y el Fondo nacional de desarrollo cultural y las artes», consultado el 30 de noviembre de 2011

Enlaces externos


El copihue, nuestra hermosa flor nacional

Se viste de rojo, blanco o rosado, dependiendo del lugar. Es tan hermosa que se la llevaron a Europa para conocerla mejor. En cualquier lugar donde aparezca deslumbra a quien la mire.
 Copihue blancoLa flora chilena se caracteriza por ser amplia y muy atractiva. Pero de todas los ejemplares del reino vegetal de este país, hay uno muy particular: copihue.
El copihue es una flor nativa de Chile, de color rojo, rosado o blanco. Tiene forma de campana y sus hojas se abren en el verano. Su pistilo siempre apunta hacia abajo y a veces nace de él un fruto con forma de baya que las antiguas comunidades mapuches comían. Se puede encontrar en el sur del país, en las zonas más boscosas de las regiones australes, aunque antes era muy común en la zona centro también. Su nombre proviene del vocablo mapuche “kopiwe”, que significa “estar boca abajo”. Su ambiente natural lo constituyen los lugares húmedos y rodeados de vegetación.

El copihue nace de una planta de enredadera que puede alcanzar hasta diez metros de altura, al encaramarse sobre arbustos y árboles. Las hojas de esta hiedra trepadora son de color verde oscuro y miden entre 10 y 15 centímetros. El copihue florece durante los meses de primavera y verano. Su flor puede alcanzar a medir hasta 10 centímetros, está compuesta por seis pétalos que en conjunto dan la típica forma de campana. Dependiendo del lugar, adopta colores como el rosado, blanco o rojo intenso. Esta última es la más común de todas.

Copihue rojoEn el pasado, el copihue era más abundante en los campos chilenos. Por lo mismo, era muy común verla en las fiestas campesinas de toda índole. De ahí se adoptó la cultura de cortarlas y usarlas como adorno.

También en el período independentista sirvió de inspiración para muchos soldados de los ejércitos libertadores chilenos, quienes debían esconderse en pleno bosque para organizar las batallas. En esos parajes se maravillaban con la presencia del copihue. Sin embargo, esta especie no siempre fue parte de nuestros emblemas. Recién el 24 de febrero de 1977 se oficializó al copihue como la flor nacional. Hasta antes de eso, Chile nunca había declarado tal condición a planta alguna.

El copihue también atrajo la atención de los inmigrantes europeos, y se dice que algunos lo exportaron a Europa durante el siglo XIX. En esa época se comenzó a cultivar en Inglaterra y en Francia, donde se utilizaba para adornar jardines y para comercializar su fruto. En la actualidad aún se mantienen plantaciones de copihue en dichos países.

Su lento florecimiento (desde su nacimiento, la enredadera tarda cerca de 10 años para dar un copihue) ha implicado que hoy se le considere como una especie en serio peligro de extinción. Por lo mismo que dentro de los límites chilenos está prohibida su comercialización, tenencia y/o corte.

En la época de fiestas patrias el copihue se convierte en un símbolo de la chilenidad infaltable. Recordando los tiempos independentistas, las fondas y ramadas se adornan con hermosas réplicas de plástico o dibujos de esta flor. Su presencia tiñe de un ambiente patriótico a cualquier lugar y por eso cada vez que aparece un copihue, a todos les dan ganas de bailar una buena pata de cueca. Quizás sintieron lo mismo los grandes héroes nacionales.


Himno nacional de Chile


Himno nacional de la República de Chile
Himno nacional de Chile(portada).jpg
Portada de un escrito original del Himno nacional de Chile. El texto está escrito con letra manuscrita y dice: «Himno patriótico de Chile, puesto en música por R. Carnicer y dedicado a su excelencia don Mariano Egaña, ministro plenipotenciario de la República en Londres».
Información general
Himno Nacional de Bandera de Chile Chile
Letra Eusebio Lillo, 17 de septiembre de 1847
Música Ramón Carnicer, 1828
Adoptado 1847
(165 años)
Multimedia
Himno nacional de Chile (cantado)

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El himno nacional de Chile es una marcha —en compás de 4/4, aunque popularmente se canta en 12/8— con letra de Eusebio Lillo Robles, coro de Bernardo de Vera y Pintado —vestigio del primer himno de 1819— y música de Ramón Carnicer i Batlle.
Este himno nacional, que «pondera la realidad natural de Chile y exalta la vocación libertaria» del país,1 fue oficialmente adoptado hace 165 años, en 1847. Cuenta con seis estrofas en octavos imperiales y un coro, aunque la versión oficial incluye sólo la quinta estrofa y el coro.2
Según el artículo 2.° de la Constitución Política de la República de Chile de 1980, «son emblemas nacionales la bandera nacional, el escudo de armas de la República y el himno nacional».3 Asimismo, el artículo 22.° de la misma Constitución estableció que «todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas nacionales».3

Historia del himno nacional

El primer himno (1819)

El primer texto del himno nacional de Chile data de septiembre de 1819, cuando Bernardo O'Higgins encargó al abogado y poeta argentino Bernardo de Vera y Pintado una letra patriótica que deseaba para la naciente nación:4
Al Sr. Doctor don Bernardo de Vera:
Deseando Su Excelencia que el aniversario del diez i ocho de setiembre del presente año se solemnice con la alegría i decoro correspondiente, me manda encargue a Ud. (como tengo el honor de hacerlo) la formación de una canción patriótica análoga a la fiesta, i que pueda cantarse en aquel día por distintos coros, confiando de su patriotismo i talento el pronto despacho de este encargo para que haya tiempo de estudiarla.
Dios guarde a Ud. muchos años.
Ministerio de Estado, 19 de julio de 1819.
(Fdo.) Joaquín de Echeverría Larraín.
El texto de diez estrofas y coro fue aprobado por el Senado, en el acuerdo N.º 2 del día 20 de septiembre de 1819, otorgándole el nombre de «Canción Nacional de Chile». Copias de la marcha fueron enviadas al Instituto Nacional y otras escuelas públicas para que fuera entonada el día 28 del mismo mes, durante las ceremonias de conmemoración de la independencia. El Director supremo O'Higgins publicó oficialmente la aprobación del himno dos días después.5

La primera música (1820)

Una vez obtenida la letra del primer himno, fue necesario encontrar los acordes con los cuales entonarlo; durante sus primeras ejecuciones, se entonó utilizando la música del Himno nacional de la Argentina,6 compuesta por el catalán Blas Parera en 1813. A esta tarea fue destinado Domingo Arteaga, edecán de O'Higgins. La búsqueda de una melodía original para el texto de Vera tuvo varios contratiempos e intentos fallidos, no exentos de polémica, hasta que finalmente encomendó el trabajo al peruano José Ravanete,6 quien al verse sobrepasado por la solicitud y no ser capaz de crear algo original en poco tiempo adaptó el texto a una melodía en contra de la invasión de Napoleón Bonaparte a España. Para ello, y sin mucho oficio, ajustó algunas frases en las que le sobraban hasta cuatro notas. Para mantener la melodía completa, agregó a las últimas sílabas de cada estrofa un ripieno como solución:4
Arrancad el puñal al tirano, sí, sí, sí, sí.
quebrantad ese cuello feroz, sí, sí, sí, sí.
Esta versión fracasó rotundamente en su estreno y el arreglo de Ravanete indignó al autor de la letra, haciéndole exclamar airado: «¡Tiene visos de goda, tiene visos de goda!»,4 apelativo despectivo con el que nombraban a todo lo venido desde España.
Arteaga no escatimó esfuerzos para encontrar al compositor de la melodía adecuada y finalmente se la encargó al violinista Manuel Robles Gutiérrez. El edecán encontró la ocasión adecuada para presentarla en público, el 20 de agosto de 1820, día en que se celebraban varios acontecimientos importantes: el cumpleaños de Bernardo O'Higgins, la inauguración del primer teatro de Santiago, ubicado en Compañía esquina de la Plazuela O'Higgins (hoy se encuentra allí la plazuela Montt-Varas y los Tribunales de Justicia, calle de la Compañía esquina de Morandé), y la partida de la Expedición Libertadora del Perú. El músico José Zapiola Cortés dijo de esta canción «que tenía todas las circunstancias de un canto popular: facilidad de ejecución, sencillez sin trivialidad (se exceptúa el coro, que parece era de rigor que fuese un movimiento más vivo que la estrofa), y, lo más interesante de todo, poderse cantar por una sola voz y sin auxilio de instrumentos».4 Fue aceptada por el Director supremo y, mientras O'Higgins permaneció en el poder, mantuvo su respaldo oficial.7

La segunda música (1828)

Los primeros compases del Himno Nacional de Chile, arreglo para piano solo en Fa mayor, según la tonalidad original compuesta por Ramón Carnicer en 1827.
Mariano Egaña, Ministro Plenipotenciario de la República en Londres, procuró encontrar un músico de categoría que pudiese componer un himno basado en la poesía de Vera y Pintado, y así reemplazar la versión de Robles.
Egaña solicitó la partitura a uno de los compositores más famosos de la época, su amigo, el catalán Ramón Carnicer i Batlle, exiliado en Londres por liberal y opositor al rey Fernando VII. Aunque la letra que le presentó Egaña era ofensiva para su patria, él estaba de acuerdo con la independencia americana y no tuvo inconveniente en cumplir la tarea. Carnicer entregó una pieza que consideraba no sólo la línea melódica, sino que también una introducción, el acompañamiento en piano y un arreglo a tres voces. La partitura fue enviada desde Inglaterra, con el texto de Vera, bajo el título de «Himno Patrio de la República de Chile», dedicada al Ministro Egaña, representante de Chile en Londres, quien fue el encargado de enviarla a Chile. Su presentación oficial ocurrió el 23 de diciembre de 1828, en un concierto de la Sociedad Filarmónica de Santiago a beneficio del maestro Santiago Massoni, cuando se inauguró el nuevo teatro de la Plaza O'Higgins. En esa ocasión se presentó, por supuesto, la de Robles, por ser esa la costumbre antes de cada función. A esta versión no la acompañó ningún decreto oficial que la autorizara, sin embargo, y casi de inmediato, reemplazó a la primera, aunque contó con la oposición de la gente mayor que gritaba «¡La canción vieja, la canción vieja!»,4 quedando en el olvido incluso su popular compositor.
La versión musical de Carnicer no tiene fecha exacta de composición. Según antecedentes encontrados en la Gazeta Ministerial en septiembre de 1827, ya entonces habría sido cantada por Isidora Zegers y otras damas de la Sociedad Filarmónica. Así, es probable que su edición haya sido hecha antes, teniendo en cuenta los métodos de impresión y los tiempos que demoraban las comunicaciones en aquellos años. Carnicer, que estuvo vinculado a los liberales españoles, se exilió en Londres luego de la llegada del absolutismo a su país. Estuvo menos de un año en Inglaterra, entre julio de 1825 y marzo 1826, por lo que se podría conjeturar que la música del himno no se compuso como se afirma habitualmente en 1828, fecha de su estreno en Chile, sino a principios de 1826.

El segundo texto (1847)

Eusebio Lillo Robles, poeta chileno que compuso la letra del actual Himno Nacional.
Texto original escrito por Eusebio Lillo en 1909.
Terminada la lucha independentista y establecidas las relaciones diplomáticas entre Chile y España, en 1846, Salvador Tavira, encargado de negocios de España en Chile, objetó algunos versos de Vera y Pintado por ser injuriosos y hostiles hacia España. Debido a esto, el gobierno de Manuel Bulnes Prieto, a través de su ministro del Interior Manuel Camilo Vial, encargó al entonces joven8 poeta Eusebio Lillo Robles, ganador de varios premios literarios, un nuevo texto menos injurioso para el Himno Nacional.
Lillo compuso seis estrofas y un coro, que posteriormente fue desechado:
Libertad, invocando tu nombre,
la chilena y altiva nación,
jura libre vivir de tiranos
y de extraña, humillante opresión.
Las modificaciones contaron con el visto bueno de Andrés Bello, siendo entonada por primera vez, tal como la conocemos en la actualidad, en 1847.

Las últimas modificaciones y la versión oficial

En 1909,4 Eusebio Lillo hizo correcciones a su propio texto, según se cuenta, a petición del presidente Pedro Montt, cambiando sólo unas palabras de la letra del himno original:
a) «invasor» por «opresor»
b) «de tres siglos lavamos la afrenta» por «del vasallo borramos la afrenta»
c) «libre al fin» por «hoy ya libre»
Estas y otras modificaciones terminaron con la publicación, esta vez de parte del Ministerio de Instrucción Pública, del decreto supremo 3482, del 12 de agosto de 1909, que señala lo siguiente:
Considerando que no hay una edición oficial del Himno Patrio, decreto:
Comisiónase al Director del Conservatorio Nacional de Música para que publique una edición de mil ejemplares (1000) de la Canción Nacional de Chile, con arreglo a las instrucciones que siguen:
1.- La letra se ajustará estrictamente al texto manuscrito que se guarda en este Ministerio, firmado por el señor Eusebio Lillo.
2.- Respecto de la música seguirá en todo la edición impresa en Londres por don Ramón Carnicer, y a este efecto, el Director nombrado procederá de acuerdo con el Subdirector del mismo Conservatorio, el señor profesor don Enrique Soro y don Fabio de Petris.
3.- La edición será revisada por el Subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública, y cada uno de los ejemplares impresos deberá llevar su visto bueno.
Tómese razón, comuníquese, publíquese e insértese en el Boletín de las Leyes y Decretos del Gobierno.
(firmado por el Presidente de la República Pedro Montt y el ministro de Instrucción Pública Domingo Amunátegui).
El decreto 3737 del 27 de junio de 1941, bajo la presidencia de la República de Pedro Aguirre Cerda, estableció y ratificó las modificaciones realizadas y aprobadas en 1909. En 1980, el Ministerio de Educación publicó la versión definitiva en texto y música para la correcta interpretación del «Himno Nacional de Chile», en la que se define que el texto oficial es el escrito por Eusebio Lillo Robles con música de Ramón Carnicer.9 El texto completo, que incluye las modificaciones hechas por su autor en 1909, es el siguiente (en negrita el texto que se canta oficialmente):10
Estampilla por el Centenario de la Canción Nacional de Chile (1947).
Coro
Dulce Patria, recibe los votos
con que Chile en tus aras juró
que o la tumba serás de los libres
o el asilo contra la opresión.

I
Ha cesado la lucha sangrienta;
ya es hermano el que ayer invasor;
de tres siglos lavamos la afrenta
combatiendo en el campo de honor.
El que ayer doblegábase esclavo
hoy ya libre y triunfante se ve;
libertad es la herencia del bravo,
la Victoria se humilla a su pie.

II
Alza, Chile, sin mancha la frente;
conquistaste tu nombre en la lid;
siempre noble, constante y valiente
te encontraron los hijos del Cid.
Que tus libres tranquilos coronen
a las artes, la industria y la paz,
y de triunfos cantares entonen
que amedrenten al déspota audaz.

III
Vuestros nombres, valientes soldados,
que habéis sido de Chile el sostén,
nuestros pechos los llevan grabados;
los sabrán nuestros hijos también.
Sean ellos el grito de muerte
que lancemos marchando a lidiar,
y sonando en la boca del fuerte
hagan siempre al tirano temblar.

IV
Si pretende el cañón extranjero
nuestros pueblos, osado, invadir;
desnudemos al punto el acero
y sepamos vencer o morir.
Con su sangre el altivo araucano
nos legó, por herencia, el valor;
y no tiembla la espada en la mano
defendiendo, de Chile, el honor.

V
Puro, Chile, es tu cielo azulado,
puras brisas te cruzan también,
y tu campo de flores bordado
es la copia feliz del Edén.
Majestuosa es la blanca montaña
que te dio por baluarte el Señor,
y ese mar que tranquilo te baña
te promete futuro esplendor.

VI
Esas galas, ¡oh, Patria!, esas flores
que tapizan tu suelo feraz,
no las pisen jamás invasores;
con su sombra las cubra la paz.
Nuestros pechos serán tu baluarte,
con tu nombre sabremos vencer,
o tu noble, glorioso estandarte,
nos verá, combatiendo, caer.
La música es la compuesta por Ramón Carnicer i Batlle, la que se modificará de acuerdo a lo siguiente:
Tonalidad: Do Mayor.
Vivace para la introducción y tranquillo para el canto.
Los saltillos de semicorchea con punto y fusa se reemplazan por dos semi corcheas.
Las tres repeticiones del verso «o el asilo contra la opresión» se deben entonar todas iguales, como la primera.

Versión extendida usada durante el Régimen Militar

Durante el Régimen Militar, este emblema nacional tuvo una reconversión por parte de la Junta Militar. En ese periodo, después de la quinta estrofa, se cantó la tercera («Vuestros nombres, valientes soldados...»). El hecho de cantar o no esta tercera estrofa se convirtió para muchos en una expresión de apoyo o rechazo al Régimen Militar. Sin embargo, apenas volvió la democracia a Chile y asumió la presidencia Patricio Aylwin en 1990, en agosto de ese año se volvió a la tradición republicana de cantar la quinta estrofa como versión oficial.2
Pese a lo anterior, el COI, la FIFA y otros organismos deportivos utilizan versiones abreviadas o parciales del himno en eventos internacionales disputados fuera de Chile.

Véase también

Referencias

  1. Sagredo Baeza, Rafael (12 de agosto 2010). «Chile: de "finis terrae imperial" a "copia feliz del edén" autoritario». El País (ELPAÍS.com). Consultado el 2 de mayo de 2011. «La Canción Nacional adoptada en 1847 pondera la realidad natural de Chile y exalta la vocación libertaria de la nación. Las características del país, sus glorias y sus grandes destinos se ven reflejados en ella [...] A esta noción se sumaron concepciones ideológicas con versos que exaltan la determinación libertaria del pueblo chileno derivada de su valorada realidad física».
  2. a b Ministerio del Interior (30 de marzo de 1990), Decreto 260: «Establece estrofas del Himno Nacional, en actos o ceremonias», consultado el 10 de marzo de 2011
  3. a b Ministerio del Interior (24 de octubre de 1980), Decreto 1150: «Texto de la Constitución Política de la República de Chile», consultado el 15 de abril de 2011
  4. a b c d e f Chubrétovich Álvarez, Carlos (1991). Canción Nacional de Chile (1.ª edición). Santiago, Chile: Editorial La Noria. pp. 26, 33 (2), 35, 36, 54.
  5. Senado Conservador — Congreso Nacional de Chile (1819), Letelier, Valentín, ed. (Wikisource), Sesión 132, ordinaria, en 20 de setiembre de 1819, Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile, Tomo III, Santiago: Imprenta Cervantes, 1887, pp. 225-227, consultado el 19 de septiembre de 2010
  6. a b Goyeneche, Ilona (17 de septiembre de 2004). «La complicada historia del Himno Nacional». El Mercurio (emol.com). Consultado el 28 de septiembre de 2010.
  7. «Música de la primera Canción Nacional de don Manuel Robles». Suplemento de El Mercurio (Santiago: Talleres El Mercurio). 18 de septiembre de 1910. Consultado el 10 de marzo de 2011.
  8. Varela Caballero, Alex (20 de abril de 1975). «Don Eusebio Lillo y la Canción Nacional:a los 21 años la escribió». El Mercurio de Valparaíso (Valparaíso):  pp. 3. Consultado el 10 de marzo de 2011.
  9. Ministerio de Educación (21 de agosto de 1980), Decreto 6476: «Establece texto oficial de la letra y música de la Canción Nacional de Chile», consultado el 10 de marzo de 2011
  10. Gobierno de Chile (s/f). «Himno Nacional» (HTML). Consultado el 10 de marzo de 2011.

Bibliografía

Enlaces externos


Canción Nacional de Chile

La lírica de la canción nacional de Chile fue creada por el poeta Eusebio Lillo y la melodía
a su vez, por el compositor Ramón Carnicer. Está vigente desde 1841, año en que se
oficializó, bajo el mandato del presidente Manuel Bulnes Prieto (1799-1866).
Escuchar melodía y voces.
















Ver Video:


Texto del Himno Nacional

Parte oficial que se interpreta en ceremonias.
Estrofa
Puro, Chile, es tu cielo azulado,
puras brisas te cruzan también,
y tu campo de flores bordado
es la copia feliz del Edén.
Majestuosa es la blanca montaña
que te dio por baluarte el Señor,
que te dio por baluarte el Señor.

Y ese mar que tranquilo te baña,
te promete futuro esplendor
,
Y ese mar que tranquilo te baña
te promete futuro esplendor
...
Coro
Dulce patria, recibe los votos,
con que Chile en tus aras juró.
Que o la tumba serás de los libres,
o el asilo contra la opresión,
que o la tumba serás de los libres,
o el asilo contra la opresión,
que o la tumba serás de los libres,
o el asilo contra la opresión,
o el asilo contra la opresión,
o el asilo contra la opresión.


Lírica completa de la Canción Nacional Chilena

Primera Estrofa
Ha cesado la lucha sangrienta,
ya es hermano el que ayer invasor,
de tres siglos lavamos la afrenta
combatiendo en el campo de honor.
El que ayer doblegábase esclavo
libre al fin y triunfante se ve,
libertad es la herencia del bravo,
la Victoria se humilla a sus pies.

Segunda Estrofa
Alza, Chile, sin mancha la frente,
conquistaste tu nombre en la lid,
siempre noble, constante y valiente,
te encontraron los hijos del Cid.
Que tus libres tranquilos coronen,
a las artes, la industria y la paz,
y de triunfos cantares entonen,
que amedrenten al déspota audaz.

Tercera Estrofa
Vuestros nombres, valientes soldados,
que habéis sido de Chile el sostén,
nuestros pechos los llevan grabados,
lo sabrán nuestros hijos también.
Sean ellos el grito de muerte,
que lancemos marchando a lidiar,
y sonando en la boca del fuerte,
hagan siempre al tirano temblar.

Cuarta Estrofa
Si pretende el cañón extranjero,
nuestros pueblos osado invadir,
desnudemos al punto el acero,
y sepamos vencer o morir.
Con su sangre el altivo araucano,
nos legó por herencia el valor,
y no tiembla la espada en la mano,
defendiendo de Chile el honor.
Quinta Estrofa
Puro, Chile, es tu cielo azulado,
puras brisas te cruzan también,
y tu campo de flores bordado,
es la copia feliz del Edén.
Majestuosa es la blanca montaña,
que te dio por baluarte el Señor,
y ese mar que tranquilo te baña,
te promete futuro esplendor.

Sexta Estrofa
Esas galas, ¡oh, Patria!, esas flores,
que tapizan tu suelo feraz,
no las pisen jamás invasores,
con tu sombra las cubra la paz.
Nuestros pechos serán tu baluarte,
con tu nombre sabremos vencer,
o tu noble, glorioso estandarte,
nos verá combatiendo caer.

Coro
Dulce Patria, recibe los votos,
con que Chile en tus aras juró.
Que o la tumba serás de los libres,
o el asilo contra la opresión.
que o la tumba serás de los libres,
o el asilo contra la opresión,
que o la tumba serás de los libres,
o el asilo contra la opresión,
o el asilo contra la opresión,
o el asilo contra la opresión.



El huemul y el cóndor: los animales del escudo nacional

Pese a que son muy pocos los chilenos que han tenido la suerte de ver en su hábitat natural a un cóndor o un huemul, estos son los animales más importantes para el país, pues ambos sostienen nuestro escudo de armas.
Escudo nacionalEl escudo nacional de Chile actual, también llamado escudo de armas de la República de Chile) es el tercero que ha tenido oficialmente el país durante su historia republicana. Se confeccionó bajo el período presidencial de José Joaquín Prieto y su diseño estuvo a cargo del artista inglés Carlos C. Wood Taylor. Se oficializó el 26 de junio de 1834.

La forma del emblema patrio es muy similar a un escudo de batalla y está dividido en dos segmentos: el fragmento superior pintado de color azul y el inferior, de color rojo. En el centro tiene una estrella blanca (que es la misma que aparece en la bandera nacional) y fuera de esta estructura, a los pies de la insignia, se destaca el lema “Por la razón o la fuerza”. En la parte de arriba tiene un plumaje tricolor y en ambos lados está sostenido por un huemul y un cóndor.

Este escudo ha sido el primero de nuestra patria que incluye animales. La elección de éstos no fue hecha al azar, pues tanto el cóndor como el huemul tienen un significado muy especial.
HuemulEl huemul, ciervo que aparece en el lado izquierdo del emblema nacional, es un cuadrúpedo de pelaje café oscuro que habita en el sur de la Cordillera de los Andes. Su población aumenta entre la Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo y la de Magallanes y la Antártica. Como este animal es una especie que se puede encontrar únicamente en Chile y en el extremo sur de Argentina, fue considerado por el presidente José Joaquín Prieto como un símbolo de originalidad y distinción. Sin embargo, cuando aparece en el escudo nacional, este animal representa "la razón".
El hábitat natural del huemul son los terrenos cordilleranos y boscosos. Como es un animal herbívoro, tiende a esconderse en bosques y terrenos con abundante vegetación cuando descienden las temperaturas. En el año 2006, este animal fue declarado monumento natural de Chile y su caza está totalmente prohibida.

Por otra parte, el cóndor es una de las más fuertes que sobrevuela por los cielos nacionales. Representa "la fuerza".

CóndorSu plumaje es negro y tiene una corona blanca alrededor del cuello. De cabeza calva, piel rojiza y con una cresta que cubre desde el nivel de sus ojos a la parte superior de su cráneo, esta ave habita en la Cordillera de los Andes en todo el continente Sudamericano y constituye un símbolo importante para varios países latinoamericanos.
Sin embago, tanto por el clima como por la geografía en Chile el cóndor goza de excelentes condiciones para su sobrevivencia. De hecho se cree que en estas tierras el número de ejemplares supera a los existentes en Venezuela, Colombia, Ecuador o Perú. El aislamiento que encuentra el cóndor en los sectores más altos de la cordillera y las leyes que protegen su caza ha permitido un pequeño aumento de su población durante las últimas décadas, aunque continúa en calidad de especie amenazada, por la cacería de que es objeto por parte de excéntricos que lo utilizan para adornar sus zoológicos privados.

En el escudo nacional, ambos animales llevan una corona. Ésta simboliza el triunfo naval de las tropas marítimas en las batallas por la Independencia.

En la actualidad, de los dos animales patrios el más afectado por la acción humana es el huemul. La tala de árboles y la caza indiscriminada han llevado a este ciervo a su casi total extinción.

Tanto el cóndor y el huemul sostienen con orgullo el escudo nacional, y con ello se convierten en los mejores guardianes naturales de nuestra soberanía. Ahora es tu turno cuidarlos y protegerlos, pues son los más nobles representantes de la flora y fauna chilena.

Escudo de Chile


Escudo de armas de la
República de Chile
Coat of arms of Chile.svg
Entidad Bandera de Chile República de Chile
Adoptado 26 de junio de 1834 (adopción)
12 de diciembre de 1967 (versión actual)
Blasón Campo cortado de azur y gules, con estrella de argén al centro.
Timbre Plumaje en azul, blanco y rojo.
Tenante Huemul a la izquierda y cóndor a la derecha, coronados con corona naval de oro.
Lema Por la razón o la fuerza
El escudo de armas de la República de Chile o Escudo Nacional de Chile fue oficializado por ley el 26 de junio de 1834, durante el gobierno del presidente José Joaquín Prieto, y su diseño es original del artista británico Carlos C. Wood Taylor.
El diseño del escudo está definido oficialmente en el decreto supremo 1534 del Ministerio del Interior, publicado el 12 de diciembre de 1967, sobre uso de los emblemas nacionales, que sistematizó y refundió diversas normas legales y reglamentarias sobre la materia.1 Según dicho decreto, el escudo de Armas presenta una estrella de plata de cinco picos al centro de un campo cortado, azul turquí el superior y rojo el inferior y su forma es la fijada por el modelo oficial aprobado por el decreto 2271 del Ministerio de Guerra, publicado el 8 de septiembre de 1920,2 conforme a la ley, y el cual, además, tiene por timbre un plumaje tricolor de azul turquí, blanco y rojo; por soportes un huemul rampante a su izquierda y un cóndor a su derecha en la posición que fija ese modelo, coronado cada uno de estos animales con una corona naval de oro; y por base un encaracolado cruzado por una cinta con el lema «Por la razón o la fuerza», todo en conformidad al referido modelo.1
Cada 18 de octubre se celebra el «Día de celebración al Escudo y Bandera nacionales», instaurado en 1972.3

Historia

Primer Escudo Nacional

Representación del primer escudo chileno
El primer escudo fue creado en reemplazo del emblema Real Español vigente en la época. Fue dado a conocer por el gobierno del Presidente de la Junta Provisional José Miguel Carrera el 30 de septiembre de 1812, durante una celebración en la Plaza de Armas de Santiago en conmemoración de la Primera Junta Nacional.4 El nuevo escudo, expuesto en un lienzo colgado en la portada principal de la Casa de Moneda, fue además incorporado al centro de la bandera tricolor chilena.
Aunque una representación real y oficial del emblema no existe hoy día, el fraile realista Melchor Martínez describió su diseño en su obra Memoria histórica sobre la Revolución de Chile:
Al pie de este lienzo estaba colocado otro de figura ovalada, cuyo centro ocupaba un grande escudo, y en él se veía retratada una robusta columna, en cuya cúspide aparecía un globo , y en su cumbre una lanza y una palma cruzada; sobre todo esto se descubría una radiante estrella encumbrada con alguna distancia. A la siniestra de la columna estaba un gallardo joven vestido de indio, y a la diestra una hermosa mujer con el mismo traje; la inscripción superior decía: Post Tenebras Lux ("Después de las tinieblas, la luz"); y la inferior: Aut Consiliis Aut Ense ("O por consejo o por espada"). Ambos lienzos estaban interior y exterior graciosamente iluminados, para que desde lejos pudieran ser vistas y notadas claramente todas sus particularidades, y con mayor cuidado, el nuevo y característico escudo adoptado en la reciente República Chilena.5
Este escudo dejó de existir con el advenimiento del período conocido como la Reconquista española (1814-1817).

Escudo de la Transición

Segundo escudo chileno de 1818.
Una vez afianzada la independencia de Chile respecto de España con la victoria del Ejército de los Andes y la firma del Acta de Independencia de Chile de 1818, el gobierno del Director supremo Bernardo O'Higgins se ocupó de crear un nuevo emblema, preservando atributos del escudo anterior, agregando algunos nuevos y eliminando otros, como los lemas latinos, la palma y la lanza cruzadas y las dos figuras aborígenes.
La composición legal de este escudo fue promulgada por el Senado de la época el 23 de septiembre de 1819, y refrendada al día siguiente por el Director supremo. Ésta estipulaba lo que sigue:
Escudo de 1819 pintado por José Gil de Castro en un retrato de don Bernardo O'Higgins de 1821.
En la ciudad de Santiago de Chile, a 23 días del mes de septiembre de 1819, hallándose el Excelentísimo Senado en su sala de acuerdos y en sesiones ordinarias, se tuvo en consideración la necesidad de colocar las armas nacionales sobre las puertas del palacio de gobierno, que se mandaron aprestar por el Excelentísimo Señor Supremo Director, y acordó Su Excelencia que en honor del país se ejecute este acto con la decoración que exige el grande objeto a que se encamina, teniéndose por las armas de la Patria el escudo formado en campo azul oscuro, ubicada en su centro una columna de orden dórico sobre su pedestal de mármol blanco, encimada del mundo nuevo americano, submontada de un letrero que dice así: Libertad; y sobre éste, una estrella de cinco puntas representante de la provincia de Santiago, presentándose a los lados de la columna otras dos estrellas iguales por Concepción y Coquimbo, orlando todo de dos ramas de laurel, atados sus cogollos con una cinta y rosa tricolor, apareciendo en su circuito toda armería por el orden de caballería, dragones, artillería y bombardería, con los demás jeroglíficos alusivos a la vil cadena de esclavitud que supo romper la América: y mandando comunicar la aprobación del Supremo Director, firmaron los señores con el infrascrito secretario-. -Pérez. -Alcalde. -Rozas. -Cienfuegos. -Fontecilla. -Villarreal, secretario.6
Por orden del gobierno, el escultor chileno Ignacio Andía y Varela grabó este escudo en madera para ser expuesto en el frontis del Palacio de la Independencia. El artista agregó al diseño legal un indígena (el cual representa a Chile y apoya su pie izquierdo sobre el cuerno de la fortuna) levantando en lo alto el escudo mientras se sienta sobre un caimán (Hispanoamérica) que aprieta entre sus fauces al León de Castilla (el Imperio español) y se encuentra a su vez posado sobre una bandera española caída. Acompañando esta alegoría está una cordillera con volcanes en erupción en representación de «Pillanes» (espíritus poderosos en la mitología mapuche).7

Escudo nacional actual

El diseño original del escudo nacional de Chile actual corresponde al artista británico Carlos C. Wood Taylor y fue oficializado por ley el 26 de junio de 1834, durante el gobierno del Presidente de la República de Chile José Joaquín Prieto. En 1832, Prieto ya había manifestado al Congreso su intención de sancionar el nuevo emblema:
Escudo extraído de Memoria que el Ministro de Estado en el Departamento de Hacienda presenta al Congreso Nacional de 1835, un año luego de su oficialización.
Diseño del escudo siguiendo las reglas tradicionales de la heráldica.
La República debe tener un escudo de armas que la simbolice conforme al uso casi inmemorial de todos los pueblos y naciones. No puede considerarse como tal el que se introdujo en los primeros tiempos de la revolución, porque a más de haber carecido de la sanción de autoridad competente, no contiene pieza alguna alusiva al objeto que debe representar. Ha creído, pues, el gobierno que no debiéndose tolerar por más tiempo ese escudo insignificante y abortivo, se sancionase de una vez el que reúna a la legalidad de su origen la propiedad de la alusión. Al efecto, se ha hecho presentar varios diseños, y entre los que parecen haberse acercado más a desempeñar el asunto, es el que tiene la honra de adjuntar. En él obsevará el congreso un campo de dos esmaltes cuyos bien conocidos atributos cuadran perfectamente con la naturaleza del país y el carácter de sus habitantes. Alude también al antiguo distrito colonial de Chile y al territorio de Arauco, importante adquisición de la República. La estrella de plata es el blasón que nuestros aborígenes ostentaron siempre en sus pendones, y el mismo que representa ese caro pabellón a cuya sombra se ha ceñido la Patria de tantos y tan gloriosos laureles; puede también referirse a nuestra posición geográfica, la más austral del orbe conocido. La insignia que se ve por timbre es la que adorna el sombrero del presidente de la República, como característico de sus dignidad suprema. Los soportes representan un huemul y un cóndor; éste, el ave más fuerte, animosa y corpulenta que puebla nuestros aires, y aquél el cuadrúpedo más raro y singular de nuestras sierras, de que no hay noticia que habite otra región del globo, y de cuya piel notable por su elasticidad y resistencia hacen nuestros valientes naturales sus coseletes y botas de guerra. Por último, la corona naval que supera la cabeza de ambos animales será el monumento que recordará siempre el glorioso triunfo de nuestras fuerzas marítimas sobre las de España en las varias aguas del Pacífico, triunfo de eterna nombradía menos por lo heroíco del suceso, que por su trascendental y dilatado influjo, pues a la vez que afianzó sólidamente nuestra independencia, franqueó paso a nuestras armas para que llevasen tan inestimable bien al antiguo imperio de los incas. Si como es de esperar, mereciese esta idea la aprobación del congreso, el gobierno somete a su deliberación el siguiente proyecto de decreto: El escudo de armas de la república de Chile presentará en campo cortado de azur y de gules una estrella de plata; tendrá por timbre un plumaje tricolor de azul, blanco y encarnado; y por soportes un huemul a la derecha, y un cóndor a la izquierda, coronado cada uno de estos animales con una corona naval de oro. Santiago, agosto 22 de 1832. -Joaquín Prieto. -Joaquín Tocornal.6
Aquel diseño no tenía incluido lema alguno, sin embargo, en diversas versiones del escudo sí fue incorporado el lema «Por la razón o la fuerza». Así, por ejemplo, monedas de plata acuñadas entre 1837 y 1852 (1/2, 1, 2 y 8 reales) llevaron la frase «Por la razón y la fuerza» y monedas de oro acuñadas entre 1818 y 1834 (1, 2, 4 y 8 escudos) la versión «Por la razón, o la fuerza». Por otro lado, en 1854 se dispuso que el escudo nacional que lleva la bandera presidencial tendría la misma leyenda.
La inclusión en el escudo nacional del lema «Por la razón o la fuerza» se oficializó mediante el decreto 2271 del Ministerio de Guerra y Marina, publicado el 8 de septiembre de 1920.2 Su oficialización se ratificó por el decreto supremo 1534 del Ministerio del Interior, publicado el 12 de diciembre de 1967, durante el gobierno del presidente Eduardo Frei Montalva.1

Regulación jurídica

Logotipo del gobierno de Chile desde el 11 de marzo de 2010 hasta el 24 de noviembre del mismo año, utilizando el escudo nacional.
Según el artículo 2.° de la Constitución Política de la República de Chile de 1980, «son emblemas nacionales la bandera nacional, el escudo de armas de la República y el himno nacional».8 El artículo 22.° de la misma Constitución estableció que «todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas nacionales».8 Por su parte, el artículo 6.° de la Ley de Seguridad del Estado (decreto 890 publicado el 26 de agosto de 1975) dispuso que «cometen delito contra el orden público [...] b) Los que ultrajaren públicamente la bandera, el escudo o el nombre de la patria».9

Curiosidades

Escudo Nacional de Chile en una publicación de 1875.
Existen algunas versiones del escudo que tienen grabado erróneamente un caballo, pues fueron encargados a artistas extranjeros que nunca habían visto un huemul, animal que debía ir en su lugar. Así, por ejemplo, ocurre en el Monumento a los Héroes de Iquique de la ciudad de Valparaíso, elaborado por un artista francés;10 lo mismo sucede en la plaza Independencia de Concepción, en el Mausoleo de San Martín en la Catedral de Buenos Aires y en algunos carruajes Presidenciales que mantienen el caballo en lugar del huemul como símbolo del Escudo chileno.
En 2004, el senador chileno Nelson Ávila presentó un proyecto de ley con el fin de cambiar el lema del Escudo Nacional de «Por la razón o la fuerza» al de «Por la fuerza de la razón»,11 12 que no ha prosperado.13
Una versión del Escudo Nacional en su camiseta es una distinción que se le otorga al campeón vigente en el fútbol chileno.14

Escudos regionales

Chile se encuentra dividido en quince regiones, cuyo gobierno interior corresponde al Intendente. Algunos gobiernos regionales, que son los encargados de la administración superior de cada una de las regiones chilenas, han adoptado insignias propias, aunque carecen en su mayoría de relevancia, siendo principalmente utilizadas por organismos públicos regionales.
Escudo de la Región de Tarapacá  
Insignia de la Intendencia de la Región de Antofagasta  
Insignia de la Intendencia de la Región de Atacama  
Escudo de la Región de Coquimbo  
Escudo de la Región de Valparaíso  
Escudo de la Región del Biobío  
Escudo de la Región de la Araucanía  
Escudo de la Región de Los Lagos  

Véase también

Referencias

  1. a b c Ministerio del Interior de Chile (12 de diciembre de 1967), Decreto 1534: «Determina los emblemas nacionales y reglamenta su uso», consultado el 10 de marzo de 2011
  2. a b Ministerio de Guerra y Marina (08 de septiembre de 1920), Decreto 2271: «Declara modelo oficial del escudo nacional de la República», consultado el 10 de marzo de 2011
  3. Ministerio de Defensa Nacional (06 de octubre de 1972), Decreto 443: «Crea el Día de celebración al Escudo y Bandera nacionales», consultado el 9 de noviembre de 2011
  4. educarchile.cl (s/f). «El escudo nacional». Consultado el 2 de septiembre de 2011.
  5. Martínez, Melchor (1848). Memoria histórica sobre la Revolución de Chile desde el cautiverio de Fernando VII hasta 1814. Escrita por orden del Rey por Fr. Melchor Martínez. Valparaíso: Imp. Europea. pp. 150. Consultado el 3 de abril de 2010.
  6. a b Amunátegui Aldunate, Miguel Luis (1870). Los precursores de la independencia de Chile. vol. III. Santiago, Chile: Imprenta, Litografía i Encuadernación Barcelona. pp. 587, 588, 589, 590. Consultado el 3 de abril de 2010.
  7. Soublette Asmussen, Gastón (s/f). «Nuestro Pasado Indígena. Indigenismo de los símbolos patrios» (HTM). dedaldeoro.cl. Consultado el 3 de abril de 2010.
  8. a b Ministerio del Interior de Chile (24 de octubre de 1980), Decreto 1150: «Texto de la Constitución Política de la República de Chile», consultado el 15 de abril de 2011
  9. Ministerio del Interior de Chile (26 de agosto de 1975), Decreto 890: «Fija texto actualizado y refundido de la Ley 12.927, sobre Seguridad del Estado», consultado el 10 de marzo de 2011
  10. Una fotografía se puede ver aquí
  11. Ávila Contreras, Nelson (2004). «Bitácora en el espacio web del senador». Consultado el 10 de marzo de 2011.
  12. Senado (5 de octubre de 2004). «Boletín 3685-02: Modifica el lema del Escudo de Armas de Chile». Consultado el 10 de marzo de 2011.
  13. Senado. «Comisión de Defensa analizará proyecto que cambia el lema del Escudo de Armas de Chile». Consultado el 10 de marzo de 2011.
  14. Revista Triunfo (861):  pp. 4, 9. Semana del 16 al 22 de diciembre de 2002.

Enlaces externos


18 de septiembre de 1810: jornada paso a paso

No hubo espacio para la improvisación en la larga jornada del Cabildo del 18 de septiembre de 1810. Los criollos deseaban salir de la reunión con la creación de una junta de gobierno. Para ello fue necesario que la legalidad estuviera de su parte y que los candidatos a integrar la junta contaran con la aprobación de los asistentes. Y así fue. Repasa aquí los principales hitos vividos en el Tribunal del Consulado.
Primera Junta Nacional de Gobierno 1.- A las nueve de la mañana del 18 de septiembre de 1810, se reunió en el Salón de honor del Consulado (sitio donde actualmente están los Tribunales de Justicia en Santiago), un grupo de personas preocupadas por la forma en que debía gobernarse Chile.

2. Intentando la conciliación entre los grupos de poder ahora enfrentados, el 18 de septiembre de 1810, Mateo De Toro y Zambrano entrega el mando voluntariamente ante el Cabildo, con el objeto de asegurar que se siguiera gobernando a nombre de Fernando VII. "Aquí está el bastón, disponed de él y del mando".

3. El secretario José Gregorio Argomedo pronunció un corto discurso alusivo al cambio inmediato.

4. El procurador de Santiago José Miguel Infante toma la palabra: fundamenta la necesidad de constituir una Junta Gubernativa. Argumenta que el poder ostentado por el monarca legítimo, que había sido depuesto, volvía al pueblo, y así éste podía elegir a las autoridades que lo representarían siguiendo el ejemplo de la Junta de Cádiz".

5. "Fue imposible que los enemigos de innovaciones pretendieran expresar su discrepancia con los argumentos de Infante, los únicos que intentaron hacerlo: el peninsular don Santos Izquierdo, Caballero de la Orden de Montesa, y el criollo don Manuel Manso, administrador general de la Aduana, fueron de inmediato silenciados. Los juntistas, dominadores de la asamblea, no aceptaron discusión e impusieron audazmente su voluntad" (EYZAGUIRRE, Jaime: Ideario y ruta de la emancipación chilena).

6. Al finalizar su discurso, la concurrencia pidió a grandes voces la inmediata formación de una Junta de Gobierno. Los patriotas gritaban: "¡Junta queremos! ¡Junta queremos!".

7. La idea fue aprobada.

8. Se procedió entonces a designar a los miembros que la integrarían..."aplausos se siguieron a las palabras del procurador de ciudad, cuando propuso para vice-presidente al obispo electo de Santiago, doctor don Jose Antonio Martínez de Aldunate".

9. "El acta levantada en la ocasión dice que todos los vocales, fueron 'admitidos con los mismos vivas' y aclamaciones, sin que discrepase uno de más de cuatrocientos cincuenta vocales' que asistían".

10. Se concluyeron las diligencias relacionadas a la hora intempestiva de las tres de la tarde.

11. La alegría que se produjo entre los vecinos de Santiago fue indescriptible, las campanas de las iglesias repicaban y el pueblo celebraba en fiestas y bailes.


Temas de interés


Primera Junta Nacional de Gobierno de Chile


Primera Junta de Gobierno
La Primera Junta de Gobierno fue el cuerpo colegiado formado en la reunión del cabildo abierto de la ciudad de Santiago, el 18 de septiembre de 1810, con el fin de emprender la organización gubernamental de Chile y tomar medidas para la defensa del país, frente la prisión de Fernando VII por Napoleón. Fue la primera forma autónoma de gobierno surgida en el Chile Central, al menos desde su conquista por parte de los españoles. Como institución, por primera vez permitió el protagonismo de la aristocracia criolla en la vida pública. Como hecho político, da localmente inicio al período conocido como Independencia.

y a ejemplo de lo que hizo el señor gobernador de Cádiz, depositó toda su autoridad en el pueblo para que acordase el Gobierno más digno de su confianza y más a propósito a la observancia de las leyes y conservación de estos dominios a su legítimo dueño y desgraciado monarca, el señor don Fernando Séptimo... defender al reino hasta con la última gota de su sangre, conservarlo al señor don Fernando Séptimo y reconocer al Supremo Consejo de Regencia... Todos los cuerpos militares, jefes, prelados, religiosos y vecinos juraron en el mismo acto obediencia y fidelidad a dicha junta instalada así en nombre del señor Don Fernando Séptimo, a quien estará siempre sujeta
Fue convocada por un cabildo abierto con invitación, se concretó esta junta a las nueve de la mañana del día 18 de septiembre del año 1810, en Santiago de Chile, y terminó a las 3 de la tarde. Una vez concluida la sesión, se celebraron fiestas en las calles de Santiago en lo que sería la primera celebración de las Fiestas Patrias.1
Fue nombrado presidente de la junta don Mateo de Toro y Zambrano, hombre provecto de 82 años, quien fue último gobernador realista en Chile. En realidad, se dice que aceptó ser presidente de esta junta peninsular-criolla, para evitar posibles acciones violentas que se engendrarían en un futuro poco claro. Los otros integrantes fueron: vicepresidente el obispo José Martínez de Aldunate; nombrados como vocales Fernando Márquez de la Plata, Juan Martínez de Rozas, Ignacio de la Carrera, Juan Enrique Rosales y Francisco Javier de Reina; y dos secretarios, Gaspar Marín y Gregorio Argomedo.
El día nacional de Chile, es decir, la fecha de las Fiestas Patrias en Chile, es el 18 de septiembre, debido a que esta junta nacional de gobierno fue el primer atisbo político y concreto de la independencia chilena, a pesar de su diplomática lealtad al rey.

Antecedentes

En febrero del año 1808 muere el Gobernador de Chile Luis Muñoz de Guzmán, considerado por muchas personas, como el mejor gobernante que España tuvo en el país durante los tres siglos de dominación, quedando en su reemplazo, el brigadier de mayor graduación, Francisco Antonio García Carrasco, un hombre inculto.
La aristocracia criolla necesitaba una autoridad que activara los lazos con España y defendiera con propiedad la imagen hispana. Sin embargo, García Carrasco cometió muchos errores durante su gobierno, por lo que la clase dirigente se sintió desprotegida.
Esto llevó a que se le solicitara su renuncia, la cual fue presentada en julio de 1810, y se nombró en su reemplazo a Mateo de Toro y Zambrano, Conde de la Conquista, que se encontraba en la asamblea en su carácter de jefe militar.

Se convoca a Cabildo

De Toro y Zambrano tenía 83 años al asumir el cargo, una frágil memoria debido a su avanzada edad y falta de carácter. Por esta última razón, logró ser convencido por los juntistas para autorizar la convocación a un Cabildo Abierto, que se efectuaría el día 18 de septiembre de 1810, siendo el primer paso del proceso de la independencia.
En dicha asamblea y con la presencia de más de 400 vecinos, la mayoría de ellos criollos, se acordó organizar una Junta de Gobierno de carácter provisional, a nombre de Fernando VII.
Debido a que la organización de este evento fue asumida directamente por los criollos, la mayoría de los asistentes eran personas afines a las ideas que proclamaban la conveniencia de formar una Junta de Gobierno, de esta manera, se evitaba cualquier alteración que pudiese provocarse durante el Cabildo.

Miembros de la Primera Junta de Gobierno

De esta forma, todas las autoridades españolas fueron destituidas al formarse la primera junta nacional de gobierno, comenzando a funcionar el principio de soberanía del pueblo, el cual da inicio al período conocido como la Patria Vieja, que abarca desde el año 1810 hasta 1814.
La Junta recién formada, que produjo una gran alegría entre los vecinos, logró el reconocimiento de las ciudades y guarniciones militares más importantes del territorio, formándose así un poder centralizado que gozaba de un extenso apoyo.
De esta forma comenzó una nueva fase en la historia de Chile, la que se caracterizaría por adoptar medidas que ayudaran a consolidar la nueva realidad política.2

Renuncia Mateo de Toro y Zambrano

El día de la junta, el gobernador De Toro y Zambrano abrió la sesión y renunció a su cargo diciendo: “Aquí está el bastón, disponed de él y del mando”. A continuación, su secretario, José Gregorio Argomedo, ratificó la decisión del conde y solicitó al Cabildo que se evaluaran los pasos a seguir.
En consecuencia, se dirigió a la asamblea el procurador José Miguel Infante quien manifestó que lo más conveniente para el país y para los intereses del rey, era la creación de una Junta de Gobierno.
La propuesta fue aceptada por aclamación de la gran mayoría de los asistentes al Cabildo, bajo la consigna de “¡Junta queremos!”.
Esta asamblea designó a los miembros de la primera Junta Nacional de Gobierno, la cual quedó integrada por nueve miembros.

Obras de la Primera Junta

  1. Agrandar y reorganizar las tropas del Ejército Chileno: Los criollos expusieron esta medida, justificándola con el argumento que alude a que los franceses y las invasiones napoleónicas podían llegar a América y necesitaban tropas para enfrentar a Napoleón.
  2. Convocar a un Congreso Nacional3
  3. Declarar el libre comercio internacional: Se anula la reforma borbónica de 1778, y se declara la libertad internacional de comercio. Se declara también que herramientas importantes, tales como imprentas, libros, papeles, mapas, armas, entre otros, no tendrán impuesto, con el objeto de abaratar su valor en Chile.4
  4. Establecen Comunicaciones con la Junta de Buenos Aires: Toman esta medida, ya que el asalto de las tropas del virrey del Perú era inminente, y necesitaban comunicación con sus vecinos y sus ideales ilustrados-independentistas. Esta comunicación se torna importantísima después en la independencia, ya que los argentinos posteriormente ayudan a liberar a Chile del régimen colonial.4

Véase también

Referencias

Enlaces externos


 El proceso de la Independencia de Chile.ppt

 Independencia de Chile.pps

 INDEP-1.ppt


Trilla a yegua suelta


Trilla a yegua suelta en Pencahue.
Animales descansando durante una trilla a yegua suelta en Santa Juana (Chile).
La trilla a yegua suelta es una antigua tradición campesina que se realiza en Chile. Se usan yeguas y caballos que pisotean las gavillas para separar la paja del grano.
Actualmente existen maquinarias que han desplazado esta actividad. Sin embargo se realiza por tradición, generalmente en los meses de verano. La celebración posterior incluye otras labores costumbristas, como Misa y casamiento a la chilena, carrera de perros galgos, rodeos, comidas típicas, etc.1

Historia

Este tipo de trillo era practicado en el Antiguo Egipto y en la Antigua Roma, quienes ocupaban bueyes y caballas para la actividad. Posteriormente se introdujo en España, quienes la llevaron a América. En Chile se comenzó a realizar la durante la Colonia y se mantuvo hasta mediados del siglo XX, cuando comenzaron a ser reemplazadas . por maquinarias que hacían más eficiente el trabajo. Sin embargo, a fines del mismo siglo se comienza a recuperar como una tradición en las zonas rurales de Chile.
Antiguamente la trilla era una fiesta que reunía a patrones y obreros. Consistía la en que unas yeguas pisoteaban las gavillas del trigo y eran arreadas por jinetes, quienes las hacían correr en círculo. Era una fiesta donde los huasos lucían sus mejores caballos y sus más vistosas mantas. En las zonas pobres al no disponer de suficientes yeguas cada propietario las conseguía en un Mingaco o minga provemiente de la tradición indígena y el beneficiado debía retribuir financiando la fiesta. Sin embargo la necesidad de financiar las máquinas y el trabajo humano necesario ha hecho que esta tradición aún persista.
Actualmente, la trilla se mantiene en algunos rincones del país, pero sólo como una forma de conmemorar y recordar esta antigua tradición, que fue apartada en la mayoría de los campos chilenos, por la llegada de la tecnología en la cosecha del trigo.

Video

TrillaayeguasueltaSantaJuana.theora.ogv
Trilla a yegua suelta en Santa Juana (Chile), Chile.

Referencia

  1. Nuestro Bio-Bío (2009). «La Trilla a Yegua Suelta». Consultado el 25-09-2009.

Enlace externo

Rayuela (juego en Chile)

Rayuela
Rayuela - San Fernando - Chile 01.JPG
Juego de «rayuela» en la plaza de San Fernando, VI Región, Chile.
Jugadores 2 equipos de 2 jugadores
Edades 20 a 80 años1
Duración 1,5 a 5 minutos por partido; de todos modos, el tiempo varía de acuerdo a la claridad de los puntos, según como caigan los tejos. Si es un juego entre clubes, puede llegar a durar 3 horas.
Complejidad Simple, aprender las reglas toma poco tiempo.2
Estrategia Baja.
Azar Sin incidencia directa.
Habilidades Precisión,3 Coordinación,4 , Fuerza5 y Concentración.
La rayuela o tejo es un juego típico de las zonas campesinas de Chile, pero también presente en las zonas urbanas del papis, y practicado desde la época de la Colonia,6 aunque sus orígenes se remontan al período prehispánico.
Los mapuche jugaban a un juego al que llamaban «tecum»,7 antes de la llegada de los conquistadores españoles, el «tecum» consistía en hacer una raya en la tierra y lanzar pequeñas piedras de colores para diferenciar los primitivos tejos de los jugadores.
En Chile existen cerca de 55 asociaciones locales, unos 510 clubes federados y 40 000 jugadores federados a lo largo del país, más otros 40 000 jugadores no federados.8 Fue declardo como «Deporte Nacional» a través del Decreto con Fuerza de Ley N° 761 del 28 de Junio de 1948,9 por este mismo medio, un decreto, se dio reconocimiento a la Federación de Rayuela de Chile en el año 1960.10 De todos modos, solo es considerado como un deporte recreativo, lo que impide a sus autoridades, asociaciones y clubes acceder a financiamiento directo del Estado.11
A grandes rasgos, el juego consiste en colocar en el suelo una plataforma o cajón, con una lienza tensada de color blanca que atraviesa su mitad. El jugador se ubica a una distancia determinada y lanza un tejo (o rayuela), que debe caer justo en la lienza. Se obtiene el mayor puntaje si el tejo cae sobre la lienza y menos puntos mientras más alejado de ella se caiga.
A la persona que juega este deporte, se le conoce como «rayuelero», siendo el 19 de julio el «Día del Rayuelero».12

Elementos del juego

La plataforma

La plataforma o base donde caen los tejos está compuesta por una caja o cajón, que va levemente inclinado, y cuyas medidas aproximadas son: 100 cm de ancho por 100 cm de largo y 15 cm de alto,13 y en su interior se llena con barro o arcilla;14 el fin de esto, es que el interior de la plataforma sea una especie de colchón donde los tejos caigan y queden enterrados en ella.

La lienza

La lienza es una pieza fundamental, ya que ella determina los puntos que se obtienen en el juego. Si tenemos una plataforma de 100 cm de ancho, la lienza, que puede ser de hilo, cáñamo o elástico, por la resistencia de dichos materiales, debe cruzar la plataforma por el centro, de lado a lado, es decir, si el ancho de la plataforma es de 100 cm la lienza deberá cruzar dicha distancia.

Los tejos

Los tejos son piezas ocupadas en el juego, las cuales deben ser de metal y poseer una forma cilíndrica, es decir, como una moneda, aunque que con dimensiones mayores a ésta. Siempre se usan en pares, es decir cada jugador utiliza dos tejos. Para los aficionados a este juego, se ocupan tejos desde 250 g15 y el precio de un set de 8 tejos de 250 g puede alcanzar los $14 000 CLP (unos $28 USD).16 Ahora bien, son los tejos que se usan, los que diferencian a los distintos tipos de jugadores, dividiendo principalmente a los jugadores federados de los no federados.
Los que practican este juego como deporte federado ocupan el «tejo cilíndrico» (similar a media lata de cerveza), el cual es de metal sólido y pesa entre 1650 g y 1700 g,17 18 al poseer este peso, el tejo es de mayores dimensiones que el de los jugadores no federados19 y solo el par puede llegar a costar entre $10 000 a $24 000 CLP (unos $20 a $ 48 USD).
Los jugadores no federados ocupan el «tejo plano», de unos 22 mm de altura y 80 mm de diámetro (parecido a un antiguo reloj de bolsillo), el cual pesa de 500 g a 700&nbsp.20
Se han hecho intentos por unificar ambas disciplinas pero, de acuerdo a Anselmo Mena (presidente de la Federación de Rayuela en el año 1999), los jugadores no federados argumentan que el «tejo plano» fue el que existió primero y que por eso no lo van a abandonar, lo que no permite aunar criterios y posturas.21

Reglas del juego

Rayuela - San Fernando - Chile - Quemada 01.ogv
Ejemplo de una «quemada» en el juego de la rayuela en San Fernando, VI Región, Chile.
El juego consiste en lanzar los «tejos» hacia una raya trazada con una lienza, colocada a lo ancho del extremo del cajón que está rellena con barro. Cada jugador tiene dos tejos y el éxito consiste en que caigan sobre la raya o la lienza. Si el jugador logra con su lanzamiento que el tejo caiga sobre la lienza (o quede debajo de ella), se produce «la quemada», jugada que equivale a dos puntos, se otorga un solo punto al jugador que cae más cerca de la lienza sin tocarla (o quedar debajo de ella), mientras que el resto de los tiros no obtienen puntaje. Con los lanzamientos, los jugadores pueden ir desplazando los tejos de sus contrincantes, y esta es parte de la estrategia de juego para quedarse con los puntos o con la ubicación del otro jugador.
La mayoría de las veces la rayuela se juega en equipos y al final del desarrollo del juego, gana el equipo haya acumulado más puntos, es decir, el que más veces haya lanzado el tejo más cerca del hilo que cruza la plataforma.

Distancia de lanzamiento

Los competidores federados lanzan el «tejo cilíndrico» desde 14 m de distancia de la plataforma, mientras que los jugadores no federados, lanzan el «tejo plano» desde distancias progresivas de 12, 14, 16, 18, 20 y 22 m.22 Algunas veces se hacen excepciones a esta regla, adaptándose a las dimensiones que el lugar permite para realizar el juego.
Rayuela - San Fernando - Chile - Quemada 02.ogv
Otro ejemplo de una «quemada» en el juego de la rayuela en San Fernando, VI Región, Chile.

Partido

Un partido se juega entre dos parejas, ganando el juego el que primero logra alcanzar los doce puntos. Un partido puede durar entre cinco minutos y tres horas. Cuando se realiza un encuentro entre clubes, el partido se compone de seis juegos, con seis parejas por equipo.23
Rayuela - San Fernando - Chile - Dos Equipos Juegan 01.ogv
Dos equipos se enfrentan en un juego de rayuela en San Fernando, VI Región, Chile.

Enlaces externos

Referencias

  1. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  2. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  3. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  4. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  5. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  6. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={e7116cfe-875e-40fe-9f92-2b0b54c3c6d6}
  7. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  8. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  9. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={e7116cfe-875e-40fe-9f92-2b0b54c3c6d6}
  10. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={e7116cfe-875e-40fe-9f92-2b0b54c3c6d6}
  11. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={e7116cfe-875e-40fe-9f92-2b0b54c3c6d6}
  12. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  13. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={e7116cfe-875e-40fe-9f92-2b0b54c3c6d6}
  14. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={e7116cfe-875e-40fe-9f92-2b0b54c3c6d6}
  15. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={7d9868ff-ee88-48e9-b5a2-db2c98199fa3}
  16. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={7d9868ff-ee88-48e9-b5a2-db2c98199fa3}
  17. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  18. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  19. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  20. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  21. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  22. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}
  23. http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={ccd8b661-1cfd-41db-8443-b288ff485d5a}

Te Deum Católico (Chile) (Acción de Gracias por la Patria).

Te Deum en el Interior de la Iglesia Catedral de Santiago en 2006.
El Te Deum Ecuménico de Fiestas Patrias es una liturgia de acción de gracias realizada en Chile cada 18 de septiembre (a las 11 horas) en la Catedral Metropolitana de Santiago, con ocasión de las Fiestas Patrias que se celebran en ese país. En él participan las máximas autoridades del país encabezadas por el Presidente de la República.
Chile es uno de los pocos países del mundo que celebra un Te Deum con motivo de su fiesta nacional; otros países donde se realizan celebraciones similares son Argentina, Bélgica, Guatemala, Haiti y Perú. Solo Chile y Perú efectúan un Te Deum, con motivo de la asunción de un nuevo gobierno, siendo en Chile denominado «Oración ecuménica por Chile y su nuevo Gobierno», debido a que diferentes confesiones religiosas realizan una «Oración por la Patria y el presidente de la República» que asume ante el Congreso Nacional. Asimismo, hasta antes de 1970, se efectuaba una «Oración por Chile y su Gobierno», bajo el nombre de «Acción de Gracias», sin presencia de otras iglesias, aunque la fecha de este acto siempre varió.

Historia

Ingreso al Te Deum en la Plaza de Armas de Santiago, a inicios del siglo XX.
El Te Deum se celebra tradicionalmente en Chile desde 1811, año en que el General José Miguel Carrera, entonces Director Supremo, pidió a la autoridad eclesiástica de la época que celebrara una Santa Misa de Acción de Gracias para conmemorar el primer aniversario de la Primera Junta Nacional de Gobierno, el día 18 de septiembre. Sin embargo, antes de la llegada de José Miguel Carrera a Chile, ya se celebraron algunos de carácter local como se señala en la elección de diputados por Los Ángeles a comienzos de ese mismo año:
“Pero el congreso principió, entre unos y otros, a un momentáneo rumor que prorrumpió en aclamación general nombrado por su diputado al señor alcalde ordinario don Bernardo O'Higgins Riquelme [...] En este estado, el señor diputado nombrado hizo renuncia de la vara de alcalde en la forma ordinaria, en manos del señor subdelegado y gobernador de las armas, quien la deposito en el maestre de campo don Francisco Riquelme de la Barrera [...] y seguidamente se dirigió el concurso a la iglesia parroquial (llevando a los señores diputados electos entre el señor gobernador de las armas y cura vicario interino), donde se cantó el Te Deum; y regresados, fue excesivo el júbilo del pueblo, repitiendo vivas a los protectores de sus derechos...” [...] Ante mí. —Miguel del Burgo, escribano de su majestad, público y de cabildo.

En sus primeros años el himno del Te Deum formaba parte de la Santa Misa, cantándose al final de esta. Sólo a partir de 1870, a petición del entonces ministro Miguel Luis Amunátegui, el Te Deum se celebró sin Eucaristía, reemplazándose esta por una hora canónica del oficio divino o por una paraliturgia (desde la reforma posconciliar este acto es conocido como "Liturgia de la Palabra"). Hay que recordar que en aquel tiempo los fieles que comulgaban debían permanecer en ayuno por varias horas. Por esta razón, la solicitud fue acogida por el Arzobispo de Santiago, monseñor Rafael Valdivieso, y por el Cabildo Metropolitano. Sin embargo, en noviembre de 2010, el Canto de Tedeum, volvió a ser parte de una Eucaristía, incluyéndose en la Gran Misa de Chile celebrada en el Templo de Maipú, pero en algunas Diócesis, esta Ceremonia aún es celebrada a la Usanza Antigua.
Desde el año 1971, el Te Deum tiene carácter ecuménico.1 Ese año, el entonces Arzobispo de Santiago, el Cardenal Raúl Silva Henríquez, invitó a obispos y pastores de otras Iglesias cristianas a participar con sus oraciones en esta ceremonia, accediendo así a una solicitud del entonces Presidente de la República, Salvador Allende, quien al asumir el cargo, en noviembre de 1970, pidió a la autoridad eclesiástica que la ceremonia tuviera dicho carácter. Desde 1923, esta Ceremonia es transmitida por Cadena Nacional de Radioemisoras, siendo únicamente esa forma de emisión hasta 1958, a partir de 1959 se suma la televisión, teniendo a UCV Televisión y Canal 13 encargados de su emisión a todo el territorio nacional. Desde 1969, TVN y Canal 13 son los encargados de transmisión, exceptuándose en 1979, cuando esta Ceremonia no es emitida por Cadena Nacional de Radio y TV. Si entre 1959 y 1977 se emitía en blanco y negro, desde 1978 hasta la actualidad, tanto el Tedeum, como las respectivas Oraciones Ecuménicas por Chile y su Gobierno o su Nueva Constitución, son emitidas a color y en la década de los 90, pasan a tener sonido estéreo. Desde el año 2009, esta Ceremonia se empezó a transmitir en HD, siendo Mega y los Canales del Senado y la Cámara de Diputados, quienes transmitieron el Tedeum por el Bicentenario del Congreso Nacional Chileno. Internet empezó a transmitir esta Ceremonia desde el año 2003, tanto en emisión para audio, como para video, sumándose las Redes Sociales Facebook y Twitter desde el año 2008 y al año siguiente los canales de noticias por cable. Se exceptúa en 1979, que el Tedeum no fue transmitido por Cadena Nacional de Radio y Televisión, debido a la Homilía titulada "No Hemos Sido Escuchados", por tensión entre la Iglesia y el Gobierno. Asimismo, el año 1999, Internet debuta y es incorporada la Homilía, para conocimiento de la población, esta es también agregada a una serie de libros escritos por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa y que actualmente se venden en algunas librerías religiosas, como las del Movimiento de Schoenstatt. En algunas Diócesis, el Tedeum Diocesano es transmitido por radioemisoras locales (dependientes del Obispado Local) y desde el año 2008, el Canal ISB (de la Diócesis de San Bernardo) y 2012 JesúsTV (de la Arquidiócesis de Concepción) siendo único Canal de Televisión en Internet que transmite de forma local un Tedeum, sumándose a la Transmisión que se hace en Santiago por Cadena Nacional de Radio y Televisión, dirigida por TVN y Canal 13. Este canal, desde el año 2008, suma una transmisión vía Internet y deja la Ceremonia Completa para las personas que no la vieron el 18 de septiembre, para verla en los días posteriores. Las Redes Sociales también juegan un papel importante con los comentarios de la Ceremonia, por parte de telespectadores o radioescuchas. Desde mediados de los 90, la transmisión ha sido llevada al exterior, por la Señal Internacional de TVN, para los chilenos residentes en tierras lejanas.
El Te Deum siempre se ha celebrado en la Catedral Metropolitana de Santiago, excepto el que se realizó el día 18 de septiembre de 1973, coincidentemente una semana después del Golpe de Estado. La Junta Militar, que había tomado el poder, exigió al Cardenal Raúl Silva Henríquez que el Te Deum se celebrara en otro lugar, por motivos de seguridad. El Cardenal ofreció celebrarlo en la Iglesia de la Gratitud Nacional (Santuario de María Auxiliadora), perteneciente a su propia orden religiosa, los Padres Salesianos, en la Alameda. Primeramente se ofreció la idea de un Tedeum en la Escuela Militar y luego en el Templo de Maipú, sin embargo, tanto Maipú, como la Escuela Militar y la Catedral Metropolitana, fueron desechados por la Junta de Gobierno, por falta de francotiradores y salida de Opositores al Gobierno.
En ocasiones en que 18 de septiembre o el día siguiente al Cambio de Mando Presidencial cae domingo, el Arzobispo de Santiago en ejercicio, puede excluir del precepto de concurrir a la Misa Dominical a los feligreses que participan de la Ceremonia de manera presencial, o quienes por motivos de extrema lejanía de algún lugar donde se celebra la Santa Misa, motivos de salud o privación de libertad no pueden concurrir a la Misa Dominical en sus parroquias o capillas, sigan el Te Deum por radio, Televisión e Internet. Para el Te Deum que se celebra en las demás diócesis, esta decisión no es necesariamente válida y queda a juicio del obispo de cada diócesis sobre los fieles de su jurisdicción.

Versión musical

Por un largo período, la interpretación del Te Deum estuvo a cargo del coro del Seminario Pontificio Mayor de los Santos Ángeles Custodios y se cantaba en latín. Esta forma de oficiarlo duró prácticamente un siglo, hasta mediados de los años 1960. En 1968, se pidió al coro dirigido por el maestro Vicente Bianchi que interpretara el Te Deum. Es así como en 1970 se estrenó una nueva versión de esta Acción de Gracias, con la letra del padre Felipe Lázaro y la música de Vicente Bianchi. Esta versión se interpretó hasta el año 2000.
En 2001, se estrenó una nueva versión del cántico del Te Deum, cuya música pertenece a Fernando Carrasco, destacado compositor chileno, académico de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, y cuyo texto pertenece al padre Joaquín Alliende Luco. A partir de ese año es interpretado por una orquesta formada por destacados músicos de la Orquesta Filarmónica de Santiago y por un coro integrado por diversas agrupaciones musicales de parroquias de la arquidiócesis de Santiago, sumando un total de más de cien personas. La orquesta y el coro son dirigidos por el músico y compositor Fernando Carrasco. Bajo su dirección, desde 2003, se ha interpretado como canto de entrada "Ven Señor, esta es tu casa", y al término, luego del himno nacional de Chile, se entonaron los cantos "Aleluya Cristo sube a las alturas del Padre" y "Exultate Iusti" (este último forma parte de la banda sonora del filme "El Imperio del Sol"). Tras un corto tiempo del canto Aleluya Cristo sube a las alturas del Padre, solo Exultate Iusti queda como único Canto final hasta el año 2009, mientras que para la asunción de Sebastián Piñera como presidente de la República, solo se canta "Cristo ayer, hoy y siempre" (himno del Jubileo 2000 compuesto por monseñor Marco Frisina en Roma), en reemplazo de Exultate Iusti, porque repetía varias veces la palabra Aleluya, cantándose solo para la Oración ecuménica por Chile y su nuevo gobierno 2006. La omisión de ese canto, correspondía no sólo al tiempo de Cuaresma en el cual cayó esta ceremonia, sino también al luto que afectaba al país, luego del terremoto del 27 de febrero de 2010. A partir de 2009, tanto en el Tedeum de Fiestas Patrias como en el Bicentenario del Congreso Nacional, el himno nacional se ha ejecutado antes de la bendición final y, tras esta última, se ha suprimido dicho momento por la frase «podéis ir en paz», dando paso al «Aleluya» de Vicente Bianchi y al «Exultate Iusti». La tradición a la usanza del Tedeum celebrado hasta el año 2008, se siguió haciendo en la Oración ecuménica por Chile y su nuevo Gobierno, cuando asumió la presidencia de la República Sebastián Piñera, cuando se terminó cantando primero el himno nacional y, a su término, el himno del Jubileo del año 2000. Solo en el año 2001, se agradeció la presencia de una parroquia que participó del coro en aquel entonces.
En 2011, el coro y orquesta fueron dirigidos por el pianista Danilo Rodríguez Donoso, con participación del coro del Arzobispado de Santiago de Chile y la orquesta compuesta por distintos músicos, varios de ellos participantes en el medio de la música católica. En la misma ceremonia, se retomó el fragmento del Te Deum de Vicente Bianchi y la cueca «Aleluya, cantemos al amor de los amores» (Aclamación al evangelio, de la Misa a la chilena de Vicente Bianchi [1965]), como Canto final. En la misma Ceremonia, ha habido desde el 2001, Coros de Parroquias, formando parte de la Escuela de Música del Arzobispado de Santiago, en 2009 y 2010 un Coro de Niños y desde el 2012, un Coro de Señas del Colegio Cardenal Carlos Oviedo Cavada.

Celebraciones litúrgicas afines

Oración ecuménica por Chile

Cuando asume un nuevo presidente de la República, el nombre de Te Deum se reemplaza por el de Oración ecuménica por Chile y su nuevo gobierno, ceremonia a la que el presidente electo es invitado por el cardenal arzobispo de Santiago. Hasta antes de 1970, esta oración se llevaba a cabo con clérigos católicos en la catedral Metropolitana de Santiago el mismo día en que asumía el nuevo presidente de la República. Su carácter ecuménico proviene desde 1970, cuando asumió Salvador Allende la presidencia,1 tradición que se vio interrumpida en el régimen militar de Augusto Pinochet, y continuada en 1990 con la transición a la democracia. El 11 de marzo de 1981, se celebró una oración similar, tras aprobarse la Constitución Política de la República de Chile de 1980.
La última ceremonia de éste carácter se realizó en 2010, tras asumir la presidencia Sebastián Piñera, celebrada en la explanada de la catedral Metropolitana de Santiago por el cardenal Francisco Javier Errázuriz. Ceremonias similares se realizan en regiones los intendentes regionales y gobernadores provinciales en otras diócesis al momento de asumir sus investiduras. En el caso de la liturgia celebrada en Santiago, se efectuó en el atrio de la catedral Metropolitana de Santiago, como así también en algunas ciudades afectadas por el terremoto del 27 de febrero de 2010.

Bicentenario del Congreso Nacional

El domingo 3 de julio de 2011, a petición de los presidentes del Senado y Cámara de Diputados de Chile, se celebró un Te Deum para pedir por los 200 años del Congreso de Chile, con un esquema muy parecido al usado en las Fiestas Patrias. En esa ocasión, y en ausencia de monseñor Ricardo Ezzati (arzobispo de Santiago) por encontrarse en Roma recibiendo el palio arzobispal, le correspondió ser presidido por el obispo auxiliar y vicario general de Santiago, monseñor Cristián Contreras Villarroel. En aquella oportunidad, los parlamentarios realizaron la Promesa de Chile, que en el Te Deum 2010 la hizo el cardenal Francisco Javier Errázuriz ante las autoridades del país. Además, ante la Cruz de 1810 se presentaron como ofrenda algunas de las leyes aprobadas en los 200 años de historia del Congreso, tales como la abolición de la esclavitud (primera ley de la República de 1811), la chilenización y nacionalización del cobre (entre 1967 y 1971) y la reforma procesal penal (primera ley del siglo XXI, aprobada en 2000), entre otras.

Te Deum diocesanos

En las catedrales de las 22 diócesis y 4 Arquidiócesis restantes de Chile, el 18 de septiembre a la misma hora del Te Deum ecuménico se realiza una ceremonia homóloga, presidida por los Obispos o Arzobispos respectivos, y contando con la presencia de las autoridades regionales. En la mayoría de estos sólo intervienen clérigos católicos, a excepción de Copiapó, Valparaíso, Concepción y Temuco donde también tienen un carácter ecuménico. En la Diócesis de San Bernardo, el Te Deum es celebrado a la antigua usanza, con Misa Pontifical solemne. En algunos casos, suele celebrarse en los días previos al 18 de septiembre, como es el caso del Te Deum correspondiente a las Comunas circundantes a la Sede Diocesana, el que es presidido por su Párroco o Vicario Episcopal en ejercicio, teniendo este o no, un Carácter Ecuménico. En la Región de Valparaíso, empezó a celebrarse un Tedeum ecuménico Juvenil, a partir del año 2011, organizado por las pastorales juveniles y universitarias de las distintas iglesias cristianas de la zona. Además, en Diócesis como Valparaíso y Copiapó, el Te Deum suele ser celebrado los días previos a Fiestas Patrias, en horario matinal o vespertino, con presencia de fieles y Autoridades.
En algunas ciudades de Chile también se celebra el Te Deum el día aniversario de la fundación de las mismas.

Te Deum "Evangélico"

Además del Te Deum Ecuménico realizado en la Catedral Metropolitana de Santiago se realiza, el domingo inmediatamente anterior al 18 de septiembre de cada año, el denominado Te Deum Evangélico, al que también asisten las principales autoridades del país e invitados de otras confesiones religiosas. Fue instaurado en 1975 por iniciativa de Augusto Pinochet. Cabe destacar que al mes siguiente del primer Te Deum "Evangélico", fue expulsado de Chile el obispo Helmut Frenz, de la Iglesia Luterana, co-presidente con monseñor Enrique Alvear del Comité Pro Paz.
El Te Deum se ha celebrado desde sus inicios en la Catedral Evangélica de Chile, principal templo de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, salvo en el año 2000, cuando el presidente Ricardo Lagos decidió efectuar dicha ceremonia en Curicó, Región del Maule.
Se le llama Te Deum a esta ceremonia por homología, ya que en el ritual propio de la liturgia evangélica pentecostal no está considerado el cántico del Te Deum. Sin embargo, en el Libro de Oración Común de la Iglesia Anglicana de Chile, específicamente en el Culto de Alabanza, se encuentra el cántico del Te Deum, así como otros himnos y textos comunes a la Iglesia Católica no romana.
Al igual que el Te Deum ecuménico, el Te Deum evangélico es celebrado en otras ciudades de Chile, el domingo previo a las Fiestas Patrias.

Tefilá de Acción de Gracias

Con motivo del Bicentenario de la Primera Junta Nacional de Gobierno, la comunidad judía de Chile ofreció una solemne Tefilá (Oración de Acción de Gracias), en la cual se inauguró la Gran Sinagoga de Santiago, con la presencia de autoridades encabezadas por el Presidente Sebastián Piñera.

Referencias

  1. a b Iglesia.cl (2010). «Reseña del Te Deum». www.iglesia.cl. Consultado el 10 de febrero de 2012.

Enlaces externos





Bernardo O'Higgins Riquelme (1778-1842)     
                                                                                                                                                                                                                                                
 
Proclamación de la Independencia de Chile
Aunque O'Higgins tenía proyectado realizar la Proclamación de la Independencia el día 1º de enero de 1818 en Concepción, el acto tuvo que ser aplazado para el 12 de febrero de ese año. Ese día el Director Supremo firmó en Talca junto a los ministros de Gobierno, Hacienda y Guerra el documento que consagraba la Independencia de nuestra nación.
El documento original fue destruido durante el bombardeo del palacio de La Moneda el 11 de Septiembre de 1973. Se presenta a continuación el impreso que iba a ser firmado el 1º de enero.

Documentos:
Borrador Proclama de la independencia de Chile
Artículo pdf, 1378KB 
                            


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