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Mateo de Bascio, Beato |
Fundador de la Orden de Frailes Capuchinos Menores
Fue fundador y primer
superior general de la orden de los frailes capuchinos menores,
la rama principal que se dedicó de la Reforma de
la Observancia. Nació en 1495 en Bascio en la
Diócesis de Montefeltro en el Ducado de Urbino. Murió
en Venecia en 1552. Cuando tenía 17 años de edad
entró en la orden de los Observantes de Montefiorentino.
En 1525 era sacerdote y misionero siendo también miembro de
la Provincia Reformada de Ancona.
Motivado por la necesidad
que sentía por reformarse, la cual era común en toda
la familia franciscana, resolvió en 1525 en el año del
jubileo, principiar con una vida más austera escogiendo para el
efecto un estilo más parecido al de San Francisco.
El Papa Clemente VII le aprobó su requerimiento y por
medio del mismo le permitió predicar en cualquier lugar y
tener seguidores. Algunos de los miembros de la observancia
pidieron el permiso para unirse a Mateo, y el 3
de Julio de 1528 el Papa decretó la Bula “Religionis
zelus”, por medio de la cual la nueva reforma era
aprobada y colocada en la jurisdicción nominal de los Conventuales.
El nombre “Capuchino” fue dado por la gente a los
nuevos monjes franciscanos y luego adoptado oficialmente, en los decretos
pontificales los seguidores de Bassi utilizaron varios estilos en la
expresión “Capucini”, “Capuciati” “Capulati” y “Hermanos de la Observancia Capucinorum”.
En
abril de 1529 la orden tuvo su primera seccional en
Albacina donde Mateo de Bacci fue electo por aclamación vicario
general. Se elaboró un código a manera de constitución
que servia de base a la reforma. Sin
embargo, el humilde fundador no mantuvo su cargo por mucho
tiempo. Después de visitar unos poblados deseo volver a tener
su carrera apostólica y quizá también influido por el hecho
de sentirse sin mayor poder contra las dificultades que se
generaban por parte de problemas con los discípulos, renunció a
su puesto.
Desde entonces no tomó parte en el
gobierno de la orden. Aproximadamente en el año 1537 decidió
retornar a la obediencia de los Observantes aún con el
temor de incurrir en alguna censura eclesiástica. En diferentes oportunidades
y diferentes épocas habrían obtenido bulas y decretos contra la
nueva reforma. Bacci predicó en todo el país de Italia
y parte de Alemania.
Murió en Venecia en medio de sus
labores y fue enterrado en la Iglesia de los Observantes
de esa ciudad en presencia de una vasta concurrencia que
había llegado al lugar atraída por su reputación como un
santo. El siguiente texto de Arthur du Monstier se puede
leer el Martirologio Franciscano y dice: “allí murió en Venecia
el Santo Mateo, confesor, fundador de la congregación de los
capuchinos. Sus continuos ayunos, vigilias y oraciones, su gran pobreza
y ardiente celo por las almas, le confirieron una santidad
extraordinaria y el don de los milagros hace que su
memoria sea gloriosa”.
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