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viernes, 17 de agosto de 2012

Hoy… El Señor Oirá Mi Ruego

El Señor ha oído mi ruego; ha recibido  mi oración. Salmos 6:9.
 

SALMO 6
6 Oración en momentos de angustiaa
Del maestro de coro, con instrumentos de ocho cuerdas. Salmo de David.
Señor,
no me reprendas en tu enojo,
ni me castigues en tu furor.b
Señor, ten compasión de mí,
pues he perdido mis fuerzas.
Señor, devuélveme la salud,
pues todo el cuerpo me tiembla.
¡Estoy temblando de miedo!
Y tú, Señor, ¿cuándo vendrás?

Ven, Señor, ¡salva mi vida!,
¡sálvame, por tu amor!
Nadie que esté muerto puede acordarse de ti;
¿quién podrá alabarte en el sepulcro?c
Estoy cansado de llorar.
Noche tras noche lloro tanto,
que inundo de lágrimas mi almohada.
El dolor me nubla la vista;
¡se me nubla por culpa de mis enemigos!

¡Apartaos de mí, malhechores,d
que el Señor ha escuchado mis sollozos!
El Señor ha escuchado mis ruegos,
¡el Señor ha aceptado mi oración!
10 Mis enemigos, muertos de miedo,
quedarán en ridículo;
¡en un abrir y cerrar de ojos huirán avergonzados! 
 
Esta experiencia es mía. Por ella puedo reconocer que Dios es verdadero. Por medios maravillosos ha contestado muchas veces las oraciones de su siervo. Él oye hoy mi petición y no apartará sus oídos de mis súplicas. ¡Bendito sea su santo nombre!
¿Qué más? Ciertamente la oculta promesa en la confianza del Salmista también es mía. Quiero apropiármela por medio de la fe. «Ha recibido el Señor mi oración». La aceptará y escuchará de la manera y en el tiempo en que mejor convenga a su sabiduría misericordiosa. Llevo conmigo mi pobre oración y el gran Rey me dará audiencia y la despachará favorablemente. 
Mis enemigos no me escucharán, pero sí mi Señor. Ellos se burlan de mis lágrimas, pero no Él, sino que inclina sus oídos y su corazón a mis peticiones. ¡Qué recepción para un pobre pecador! Nosotros recibimos al Señor, y Dios nos recibe a nosotros con nuestras súplicas por amor a su Hijo.
Bendito sea su santo nombre que abre paso a nuestras oraciones para que libremente entren más allá de las puertas de oro.
Hoy no tengo dudas de que el Señor inclinará su oído a mi clamor y oración.
Señor, enséñame a orar, ya que Tú escuchas mis oraciones. Gracias por oírme y responder a mi clamor con tu misericordia. Amén.

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