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Clara de la Cruz de Montefalco, Santa |
Abadesa
Martirologio Romano: En Montefalcone, de la Umbría, santa Clara de
la Cruz, virgen de la Orden de los Eremitas de
San Agustín, que estuvo al frente del monasterio de la
Santa Cruz con un amor ardiente a la pasión de
Cristo (1308).
Nació en Montefalco, Umbría
(Italia), alrededor de 1268; sus padres fueron Damiano e Iacopa
Vengente. Su hermana Giovanna vivía como ermitaña. En 1274, cuando
Clara tenía 6 años, el obispo de Spoleto permitió a
Giovanna recibir a mas hermanas y fue cuando Clara entra
a la Tercera Orden de San Francisco, movida a ser
ermitaña adopta el hábito franciscano. En 1278, la comunidad creció
lo suficiente que tuvieron que construir una ermita más grande
a las afueras del pueblo.
En 1290, Clara, su hermana Giovanna
y sus compañeras deciden entrar a la vida mosástica en
el mas estricto sentido. Su obispo ubica el monasterio en
Montefalco según la regla de San Agustín. Clara hace sus
votos de pobreza, castidad y obediencia, y se convierte en
religiosa agustina. Su hermana Giovanna fue electa la primera abadesa
y su pequeña ermita fue dedicada como un monasterio. El
22 de noviembre de 1291 Giovanna muere, después Clara fue
elegida abadesa. Clara, inicialmente, no aceptó la posición, pero después
de la intervención del obispo de Spoleto, finalmente aceptó ser
abadesa por imposición de obediencia de su obispo.
1294 fue decisivo
para la vida espiritual de Clara. En la celebreación de
la Epifanía, después de hacer una confesión general frente a
sus hijas, sintió un éxtasis y se mantuvo asi por
varias semanas. Imposibilitada de comer, las religiosas mantenían a su
Madre Abadesa dándole agua azucarada. Durante este tiempo, Clara reportó
tener una visión en la cual se vió siendo juzgada
delante de Dios.
Clara también comentó tener una visión de Jesús
vestido como un pobre viajero. Durante una visión arrodillándose delante
de Jesus trató de detenerlo y preguntarle «"Mi Señor a
donde vas?"» y Jesús le respondió «”He buscado en todo
el mundo un lugar fuerte donde plantar esta Cruz firmemente
y no lo he encontrado".» Después, Clara miró la Cruz
y haciéndole saber su deseo de ayudar a Jesús a
cargarla, le dijo: «"Clara, he encontrado el lugar para mi
Cruz aquí. He encontrado finalmente alguien a quien pueda confiar
mi Cruz"» y Jesús, implantó su Cruz en el corazón
de Clara. EL intenso dolor que sintió en todo su
ser cuando recibía la Cruz de Cristo, vivió con ella
para siempre. El resto de sus años los pasó en
la pena y en el dolor y aún así continuaba
sirviendo a sus hermanas con alegría.
En el año de 1303
Clara pudo construir una iglesia en Montefalco la cual no
solo sirvió como capilla para las religiosas, sino también para
todas las personas de la ciudad. La primera piedra fue
bendecida el 24 de junio de 1303 por el obispo
de Spoleto y aquel dia la iglesia fue dedicada a
la Santa Cruz.
Clara sirvió como abadesa, maestra, madre y directora
espiritual de sus amadas hijas por 16 años. Mientras la
reputación de santidad y milagros atraían visitantes al monasterio, ella
continuaba gobernándolo de manera sabia, cuidadosa y sin romper la
armonía de la comunidad.
En agosto de 1308, enfermó grave que
la dispuso en cama; el 15 de agosto, pidió recibir
la Extrema Unción. Hizo su última confesión el 17 de
agosto y al dia siguiente, muere en su convento de
Montefalco en 1308.
El proceso de canonización fue iniciado en 1328,
pero fue hasta el 13 de abril de 1737 que
Clara fue beatificada por el Papa Clemente XII. El 8
de diciembre de 1881, fiesta de la Inmaculada Concepción, el
Papa León XIII la canonizó en la Basílica de San
Pedro en Roma.
Reliquias Inmediatamente después de la muerte de Clara, su
corazón fue extraído del cuerpo y después de una inspección,
se reportó que los instrumentos de la Pasion de Cristo:
un crucifijo, 3 clavos, la corona de espinas y un
látigo fueron encontrados en su corazón hechos por los tejidos
cardiacos. Escuchado estas noticias, el vicario del obispo de Spoleto
viajó a Montefalco lleno de indignación sospechando que las religiosas
del convento habían plantado los símbolos. Una comisión de físicos,
juristas y teólogos se reunieron para llevar a cabo una
investigación , la cual descartó la posibilidad de fabricación. El
vicario del obispo, quén vino a Montefalco como un inquisidor
a castigar al responsable del fraude, se convenció de la
autenticidad de los descubrimientos después de verificar personalmente que los
signos no eran resultado de trucos. Sin embargo, dudas de
la veracidad de los hallazgos persistieron aun en el proceso
de canonización, hasta querían canonizarla como franciscana y no como
agustina ya que habia sido secular terciaria franciscana.
El crucifijo encontrado
en el corazón de santa Clara es del tamaño de
un pulgar, la cabeza de Cristo esta inclinada hacia el
lado derecho, su cuerpo es blanco con excepción de "la
pequeña abertura en el costado derecho que tenia un rojo
intenso". El látigo y la corona de espinas son, aparentemente
formados por fibras nerviosas y los 3 clavos estan formados
por una tela de fibras oscuras.
El cuerpo de Santa Clara
permanece incorrupto, sin embargo la piel de sus manos se
ha oscurecido con el tiempo. El corazón fue dispuesto para
la veneración en la iglesia de Santa Clara en Montefalco,
donde su cuerpo, vestida con el hábito agustino, reposa bajo
el altar mayor.
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