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Alberto degli Abbati, Santo |
Presbítero Carmelita
Martirologio Romano: En Mesina, de Sicilia, san Alberto degli
Abbati, presbítero de la Orden de los Carmelitas, que convirtió
a muchos judíos a la fe en Cristo y proveyó
de víveres a su ciudad sitiada (c. 1306/1307)
Etimológicamente: Aquel que
brilla por su nobleza, es de origen germánico.
También conocido como
San Alberto de Mesina o San Alberto de Sicilia.
Nació en
Trápani, Sicilia (Italia). Sus padres -Benito d degli Alberti y
Juana Palizi- llevaban veintiséis años de estéril matrimonio. Fervorosos crisitanos,
habían prometido a la Virgen de Trápani consagrar al servicio
del Señor al hijo que les concediera.
De muy niño ingresó
en el Carmelo de Trápani con el propósito de servir
a Dios y a la Santísima Virgen, ha quien está
consagrada la Orden del Carmen.
Era entonces la "edad de oro"
del Carmelo, en la que el ideal eliano-mariano de la
Orden se mantenía vivo a base de un justo equilibrio
de la contemplación y acción apostólica.
Desde que profesó en la
Orden se distinguió por su fervor y austeridad de vida.
Sus biógrafos nos dicen que sus ayunos eran continuos, que
nunca tomó carne y que mezcalaba su parco alimento con
ajenjos. Su cama era un zarzo de sarmientos y dedicaba
largas horas del día y de la noche a la
oración.
La obediencia era en él pronta y alegre, la pobreza
le distinguía entre todos por su total desprendimiento y la
castidad fue su flor preferida y mejor guardada, por eso
se le representa con un lirio y un crucifijo en
la mano, o el niño Jesús en brazos.
Recibidas las sagradas
órdenes, se difundió pronto su fama de religioso santo y
de persuasivo orador.
Pasó algún tiempo en el convento de Messina,
ciudad a la que libró del hambre causada por un
asedio: algunas naves cargadas de víveres consiguieron llegar milagrosamente hasta
los asedios.
Fervoroso predicador, recorrió la mayor parte de los pueblos
de la isla.
Fue nombrado provincial de Sicilia por el 1296,
cargo que desempeñó con una entrega total al servico de
Dios y de las almas.
Cuando visitaba los conventos, no llevaba
otra cosa que un poco de pan, el báculo y
un cantarito de agua.
Fundó varios conventos y escribió algunos tratados,
que no se han conservado.
Recibió del Señor la gracia de
hacer milagros llegando a ser el gran taumaturgo y apóstol
de Sicilia.
Por eso su culto ha sido siempre muy extenso
e intenso en toda la Orden, que lo ha venerado
en todas sus iglesias y conventos. Sus reliquias se han
esparcido por todo el mundo y con ellas se bendice
el agua para los enfermos.
Acaeció su muerte en 1307 y
al celebrar sus exequias se dice que voces misteriosas entonaron
el "os justi" de la misa de confesores en vez
de la misa de requiem.
Su culto fue confirmado por bula
del papa Sixto IV en 1476.
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