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sábado, 21 de julio de 2012

San Daniel (profeta)



San Daniel
profeta
(año 585 a. Jc.)
Jesús en la CruzDaniel significa: "Dios es mi juez".

Los datos acerca de este santo los sabemos por el libro de Daniel, en la S. Biblia.
Pertenecía a una familia importante de Jerusalem. Era muy inteligente y estudioso y de agradable presencia. Cuando el rey Nabucodonosor invadió a Jerusalem se lo llevó prisionero a Babilonia junto con otros jóvenes. Al darse cuenta de las cualidades de este adolescente, Nabucodonosor lo hace instruir en todas las ciencias políticas y sociales de su país.
Siendo este profeta todavía muy joven, unos jueces quisieron hacer pecar a una mujer casada y como ella no aceptó las infames pretensiones de ellos, la calumniaron inventando que la habían visto pecar con un joven. La gente creyó la calumnia y la llevaban para matarla a pedradas, cuando apareció Daniel. Llamó a los dos jueces y los interrogó uno por uno, por separado, y les preguntó: "¿Dónde estaba Susana cuando ella cometió la falta?" Uno respondió: "Debajo de una acacia". Y el otro dijo: "Debajo de una encina." Entonces Daniel les dijo: "Ustedes estaban acostumbrados a hacer pecar a mujeres sin fe y sin valor, pero ahora se encontraron a una mujer que cree y es valiente. Su hermosura los sedujo y creyeron poder hacer que ella ofendiera a Dios, pero no lo lograron. Ahora tendrán el pago de su delito". Y el pueblo condenó a muerte a estos dos impuros calumniadores y alabó a Dios por la sabiduría que le había concedido a Daniel.
Los enemigos de la religión acusaron a Daniel porque tres veces cada día se arrodillaba en la azotea de su casa a adorar y rezar a Dios. En castigo fue echado al foso donde había leones sin comer. Pero Dios hizo el milagro de que los leones no lo atacaran, y esto hizo que el rey creyera en el verdadero Dios.
El joven se abstenía de tomar bebidas alcohólicas y de consumir alimentos prohibidos por la Ley de Moisés, y Dios en cambio le concedió una inmensa sabiduría, con la cual logró escalar los más altos puestos de gobierno hasta llegar a ser primer ministro bajo los gobiernos de Nabucodonosor, Baltasar, Darío y Ciro. A su gran sabiduría, a su habilidad para gobernar y a su santidad debe él que a pesar de los cambios de gobierno lograra conservar su cargo durante el reinado de cuatro reyes.
Daniel recibió de Dios la gracia de revelar sueños y visiones. Soñó Nabucodonosor que estaba viendo una estatua inmensa con cabeza de oro, pecho de plata, piernas de hierro y pies de barro y que una piedrecita se desprendía del monte e iba creciendo hasta llegar y chocar con la estatua y volverla polvo. Y Daniel le explicó que este sueño significaba que vendrían varios reinos en el mundo, uno muy rico, como de oro, otro menos rico, como de plata, y un tercero muy fuerte como de hierro y otro más débil como de barro, y que la verdadera religión, que al principio sería muy pequeña, iría creciendo hasta lograr dominar todos los reinos. Esto se ha cumplido con la religión de Cristo que empezó siendo tan pequeñita y ahora está extendida por todo el mundo y es más poderosa que cualquier reino de la tierra.
Dios anunció que al rey Nabucodonosor por haber cometido maldades y ser orgulloso, lo iba a volver loco. Nabucodonosor le pidió a Daniel que le rogara a Dios que le cambiara el castigo por alguna obra buena, y el Señor le dijo que para librarse de los castigos tenía que dar limosnas a los pobres.
El rey Baltasar cometió el pecado de emplear los cálices sagrados del altar de Dios para tomar licor en una fiesta, y estando en esto apareció una mano misteriosa que escribía tres palabras en la pared: Mene, Tequel, Uparsin. El rey se asustó mucho y el profeta Daniel le explicó: "Mene significa pesado. Es que Dios ha pesado sus obras y han resultado faltas de peso para recibir premios. Tequel significa medido. Dios midió sus obras y no dan la medida para recibir gloria. Uparsin significa dividido. Es que su reino será dividido y pasado a otros".
Y esa misma noche llegaron los enemigos del reino y mataron a Baltasar y dividieron su reino y lo pasaron a los persas.
Daniel fue un profeta tan estimado que pudo corregir a los mismos jefes de gobierno de su tiempo y sus correcciones fueron recibidas con buena voluntad. Ante el pueblo apareció siempre como un hombre iluminado por Dios y de una conducta ejemplar y como un creyente de una profunda piedad y devoción.
 

Este artículo se refiere al profeta judío. Para el artículo sobre el libro bíblico de Daniel, véase Libro de Daniel.
San Daniel, el Profeta
דָּנִיּאֵל
Даниил.jpg
Daniel, Miguel Ángel, Capilla Sixtina (1511-1512)
Santo y profeta
Nacimiento siglo VII a.C.
probablemente Jerusalén
Fallecimiento siglo VI a.C.
Babilonia
Venerado en Todas las iglesias que reconocen el culto a los santos.
Principal Santuario Babilonia, Kirkuk, Muqdadiyah, Susa, Malamir o Samarcanda
Festividad 21 de julio

Representación de Daniel en la fosa de los leones, Briton Rivière
Daniel (hebreo|דָּנִיּאֵל | Daniyyel | Dāniyyêl; siríaco: ܕܢܝܐܝܠ, Daniyel; árabe: دانيال, persa: دانيال, Dâniyal o Danial, también Dani, داني ; Danyal; griego: Δανιήλ, Dhanil; irlandés Dainéal o Domhnall; turco: Danyal) es el protagonista central, y supuesto autor, del Libro de Daniel que forma parte de la Biblia.
En el libro de Ezequiel se nombra a un tal Daniel, como una persona de excepcional sabiduría y rectitud (Ez. 14: 14, 20 y 28: 3)). También aparecen mencionados otros dos personajes con el mismo nombre, a saber; Daniel, hijo de David (1 Cr 3:1 y 2 Sam 3:3) y Daniel hijo de Itamar, de familia sacerdotal, uno de los exiliados que retornaron con Esdras en 458 a.C. ((Esd 8:2).

Significado del nombre

El nombre consta de dos partes: el primer segmento proviene del verbo דין (din) 'juzgar', 'contender' o 'alegar y la porción final es אל (El), abreviatura de 'Elohim'; 'Dios', 'divinidad'. La partícula י (i) ha sido interpretada tanto como un hiriq, denotando pertenencia, o como un yod posesivo de primera persona (como en el hebreo moderno).1 Por lo tanto Daniel suele traducirse como 'Dios es mi Juez' o 'Juicio de Dios'. La Enciclopedia Judaica lo interpreta, a la luz de Gén 30,6, como 'Dios es el defensor de mi derecho'.2
En el judaísmo Daniel es considerado el autor del libro homónimo, el cual es parte de los Ketuvim, pero no un profeta. Los cristianos, en cambio, lo incluyen entre los Profetas Mayores. En las Iglesias Católica y Ortodoxa también es venerado como santo.
En la tradición islámica, aunque no sea mencionado por el Corán, se le considera igualmente un profeta.

Vida de Daniel

Las únicas referencias a Daniel se encuentran en el libro bíblico que lleva su nombre las cuales pueden complementarse con los datos suministrados por Flavio Josefo cuya fuente última se ignora. Según estas tradiciones; Daniel pertenecía a una familia noble del Reino de Judá, tal vez emparentada con la realeza.3

La casta Susana


Daniel salva a Susana, oleo de Sebastiano Ricci.
En su juventud, según se infiere de las secciones deuterocanónicas de su libro tendría unos catorce años,4 fue conducido cautivo a Babilonia tras la caída de Jerusalén en 587 a. C.. Siendo todavía un adolescente tuvo una intervención decisiva en el proceso contra Susana. Esta mujer, joven y bella, había sido acusada injustamente de adulterio por dos de los ancianos de la comunidad de los desterrados; Daniel no sólo defendió su inocencia sino que probó, por medio de un hábil interrogatorio, que los propios denunciantes eran quienes habían acosado a la mujer, calumniándola al no haber cedido a sus deseos.5

Formación

Nabucodonosor II, según el relato bíblico, ordenó escoger un grupo de jóvenes hebreos para ocupar puestos en la corte. Los elegidos fueron Daniel y tres jóvenes de su misma tribu: Hananías, Misael y Azarías quienes fueron confiados al cuidado de Aspenaz6 jefe de los eunucos.
Los jóvenes fueron introducidos en la cultura mesopotámica, aprendiendo su lengua, su escritura y su tradición literaria motivo por el cual recibieron nombres en lengua acadia tardía, el texto bíblico los transcribe como Beltsasar o Baltasar (Balâtsu-usur, 'Bel protege al rey'), para Daniel, y Sadrac, Mesac y Abednego, para los otros tres jóvenes respectivamente. Fueron alojados en el palacio real, hoy identificado con la zona arqueológica de Kasr, en la margen occidental del Eúfrates.
La tradición judía asegura que estos jóvenes también fueron convertidos en eunucos, pero tal conclusión no es la única posible.
Daniel y sus compañeros, no obstante residir en la corte, mantuvieron sus prácticas kosher de alimentación revelándose, siempre según el relato de su libro, que este régimen los hacía más saludables que los demás jóvenes que vivían en el palacio. Después de una formación de tres años, Daniel y sus tres compañeros, fueron presentados ante Nabucodonosor quien, dice el texto: los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en su reino.7

En la corte de Babilonia

En el segundo año del reinado de Nabucodonosor (así señala el texto bíblico pero, dada la imposibilidad de esta fecha algunas versiones la corrigen como duodécimo año) éste tuvo un sueño que lo dejó hondamente angustiado por lo cual convocó a los expertos en artes adivinatorias para que lo interpretasen, sin embargo, había una dificultad; el rey había olvidado el sueño.
Ante la impotencia de sus sabios, el rey se irritó y ordenó que los ejecutasen. Daniel, que no había estado presente en la entrevista, fue también arrestado pero, al conocer el problema, habló con Arioc, jefe de la guardia, solicitando un plazo para responder al soberano. La petición fue concedida; entonces Daniel y sus compañeros oraron a Yahveh pidiendo les revelase el misterio.
Esa noche, en una visión, le fue revelado el sueño del monarca y al día siguiente se presentó en la corte con el relato del mismo y su interpretación.8 Este hecho marcó el engrandecimiento de Daniel quien fue nombrado gobernador de la provincia de Babilonia y jefe de los sabios; del mismo modo los tres jóvenes judíos recibieron importantes cargos en la administración imperial. Estos hechos, no obstante, sólo cuentan con el testimonio del mismo libro bíblico, pues no existen referencias en la documentación babilónica que ha sobrevivido, ni en ninguna otra fuente externa.
Daniel permaneció en la corte real durante todo el reinado de Nabucodonosor y continuó ligado a ella cuando Belsasar9 10 le sucedió en el trono. El libro de Daniel ignora u omite la existencia de Evilmerodac, Neriglisar, Labashi-Marduk y Nabonido y considera, erróneamente, a Belsasar como hijo de Nabucodonosor. Algunos autores ligados al pensamiento fundamentalista postulan que el término hijo no se utiliza literalmente sino en el sentido de descendiente, una interpretación muy común en los textos bíblicos.Sin embargo debe notarse que el Belsasar conocido por inscripciones contemporáneas, hijo de Nabonido, es muy probable de origen asirio y sin parentesco alguno con Nabucodonosor.11 12 13
En esos años los relatos mencionan un episodio, el ídolo de oro,14 en el cual los tres jóvenes son arrojados a un horno ardiente y otro que, presentado como un testimonio del propio rey, narra la transformación de Nabucodonosor en bestia,15 16 hecho que pudiera ser un recuerdo deformado del traslado de Nabonido al oasis de Taima.

El banquete de Belsasar


Banquete de Belsasar, Rembrandt
El siguiente episodio de la vida de Daniel registrado en el libro de su nombre es el banquete de Belsasar. En esa ocasión el soberano corregente de Babilonia —ya que el monarca primero era su padre Nabónido— celebraba un festín en compañía de sus nobles cuando tuvo la ocurrencia de beber en los vasos sagrados substraídos del Templo de Jerusalén. De inmediato una misteriosa escritura apareció en la pared, trazada por una mano espectral, la cual ninguno de los sabios fue capaz de interpretar. Llamado Daniel, por sugerencia de la reina quien recordaba su desempeño de otrora, éste censuró al rey y, sin aceptar sus promesas de obsequios, descifró la escritura. El texto anunciaba, en arameo, la caída de Babilonia en manos de los persas.
Belsasar cumplió lo prometido y nombró a Daniel tercer señor del reino, pero esa misma noche la ciudad fue tomada y el rey, muerto.

En el foso de los leones


Pintura de Peter Paul Rubens.
A tenor de lo narrado por el libro de Daniel, el conquistador de Babilonia y sucesor de Belsasar, fue Darío, el medo, personaje desconocido por la historia y, probablemente, inexistente. Bajo el reinado de este soberano tiene lugar el complot de los sátrapas contra Daniel que derivó en su encierro en el pozo de los leones; esta intriga se valió de la religiosidad del protagonista pues, un edicto caprichoso sugerido al rey por aquellos prohibía cualquier petición, fuera a un dios o a un hombre excepto el soberano, durante treinta días. Daniel, como era su costumbre, oraba cada día y fue denunciado.
Arrojado al foso, el profeta no recibió daño alguno. A la mañana siguiente, cuando Darío comprobó el portento, ordenó liberar a Daniel y echar al foso a sus acusadores que perecieron devorados por las bestias. Un relato paralelo, que existe en las partes deuterocanónicas, atribuye la condena de Daniel al hecho de haber matado a cierto dragón sagrado que los babilonios adoraban y menciona que el profeta Habacuc fue llevado a Babilonia por un ángel, quien lo tomó por sus cabellos, para entregar su propia comida a Daniel.17
En esas mismas secciones se menciona la sucesión de Astiages, la entronización de Ciro II el Grande y el episodio por el cual Daniel revela el fraude de los sacerdotes de Bel que habían convencido al rey de que el dios comía las ofrendas, siendo que eran ellos quienes lo hacían.18

El profeta

Durante gran parte de su vida, cuenta el libro homónimo, Daniel recibió diversas visiones apocalípticas que anunciaban, por medio de símbolos y claves numéricas, la instauración del Reino de Dios sobre la tierra.

Muerte de Daniel

Acerca de la muerte de Daniel no existen testimonios bíblicos y las tradiciones posteriores no aclaran si regresó al territorio de Judea o permaneció en Mesopotamia, pero esto último parece lo más seguro.
Dado que aún vivía durante el reinado de Ciro (que comienza en Babilionia en 539 a. C..) es posible que alcanzara una edad centenaria. Su muerte se sitúa, entonces, entre el tercer año del soberano persa, es decir hacia 536 a. C. y el 530 a.C. cuando muere el propio Ciro, ya que no se menciona su presencia en tiempos de Cambises. Es muy probable que tuviera lugar en Babilonia pero, dado que su tumba se veneraba en Susa, algunos autores se inclinan por esta última ciudad.

Tumba de Daniel


Tumba de Daniel en Susa.
Existen al menos seis lugares diferentes que pretenden poseer la tumba de Daniel, a saber:
  1. Babilonia, en el actual Irak. Este emplazamiento se basa en el Martyrologium Romanum que dedica el día 21 de julio para conmemorarlo y declara que fue enterrado en aquella ciudad, en una cripta real.
  2. Susa‌, Irán. Según una antigua tradición local, compartida por judíos y musulmanes, el profeta fue enterrado en esa ciudad. Testimonios de escritores árabes, sirios y persas desde el siglo VII relatan la historia de ese sepulcro y Benjamín de Tudela (1160) cuenta como era reclamado por los moradores de ambas riberas del río Coaspes (hoy Karkheh, el Ulai de la Biblia) hasta que el shah Shanjar (quizás Sharvaraz ) ordenó colocar el féretro en el centro de un puente que lo cruzaba.19 En la actualidad el lugar de la misma es un popular santuario.20 El mausoleo data de la segunda mitad del siglo XIX, caracterizado por su torre cónica de yeso blanco que corona la obra y los dos pequeños minaretes. Este tipo de torres es típico del suroeste de Irán y de las zonas vecinas de Irak.21
  3. Kirkuk, Kurdistán iraquí. En la ciudadela de Kirkuk se encuentra también una tumba atribuida a Daniel. El sitio fue originalmente un edificio religioso judío, más tarde una iglesia cristiana y por último una mezquita musulmana. En la misma, actualmente, se encuentran cuatro tumbas que, se dice, pertenecen a Daniel y los cuatro jóvenes.22
  4. Samarcanda, Uzbekistán. En lasa afueras de Samarcanda existe otra tumba de Daniel. Según una leyenda local, Tamerlán, intentaba conquistar Siria o, según otras versiones La Meca, sin éxito hasta que uno de sus consejeros le aseguró que sus derrotas se debían a la presencia, en ese territorio, de la tumba del profeta. En una acción militar, el conquistador logró apoderarse del cuerpo, al cual hizo trasladar hasta sus dominios del Asia Central. De esta tumba mana una fuente de agua a la que se atribuyen propiedades curativas.23 24 25
  5. Muqdadiyah, Irak. En el año 2007, después de un bombardeo en el pueblo de Al Wajihiya, cerca de Muqdadiyah algunas fuentes mencionaron la presencia de la tumba de Daniel como un objetivo de los grupos insurgentes locales. La tumba, situada en el Gobierno de Diyala, fue atacada y dañada, incluyendo su domo de color verde.26 27
  6. Mala Amir, Kurdistán iraní.La Enciclopedia Judía señala otra tumba de Daniel a cinco días de marcha de Dizful, cerca de Mala Amir.22

Profecías y visiones

Para más información sobre este tema véase: Libro de Daniel
Daniel recibió dos visiones durante el primer y el tercer año de Belsasar. Diferentes animales representaron en estas visiones a las potencias mundiales que se irían sucediendo hasta el tiempo en que serían destruidas y se daría la gobernación celestial a alguien como un hijo del hombre. (Da 7:11-14.).
Quizás la más célebre profecía atribuida a Daniel sea la de las Setenta Semanas. La narración bíblica dice que en el primer año del mencionado rey Darío, Daniel discernió en los escritos de Jeremías que se aproximaba el fin de los setenta años de desolación de Jerusalén. Recibió entonces, según el hagiógrafo, una revelación transmitida por medio de Gabriel donde se anunciaba la reconstrucción de la ciudad, la muerte de un Ungido (Mesías) y el cumplimiento de todas las profecías. La predicción fijaba los plazos para estos eventos por medio de semanas que, según todos los comentaristas, corresponden a períodos de siete años.
Más tarde, siempre a tenor del libro bíblico, cuando corría el tercer año de Ciro (536), Daniel recibió nuevas visiones apocalípticas donde se le muestra a los ángeles protectores de Persia, Javán (Grecia) e Israel contendiendo en favor de sus respectivas naciones. También se le anuncian invasiones y guerras en la tierra de Israel, protagonizadas por personajes enigmáticos designados como el rey del norte y el rey del sur, posiblemente algunos de los soberanos helenísticos.

Daniel como personaje histórico

No hay evidencias de su existencia, excepto por las menciones bíblicas. El pasaje de Ezequiel se considera relacionado más bien con Danel, un mítico héroe fenicio, que con el profeta judío. 28
Numerosos comentaristas bíblicos sostienen que el propio libro de Daniel no pretende ser otra cosa que un relato popular (’aggadot) destinado a subrayar algunos temas importantes para la nación judía en los años previos a la persecución de Antíoco Epífanes.29 El lenguaje del libro, las menciones erróneas a personajes de la época neobabilónica y la minuciosidad de las descripciones, pretendidamente proféticas, de Antíoco y sus rivales apoyan estas conclusiones que son aceptadas también por estudiosos católicos y evangélicos30
Esta postura implica que Daniel no fue el profeta mencionado sino un personaje folclórico y que el autor del libro (un visionario judío del Siglo II a. C.) lo escribió usando ese popular seudónimo y ambientando su historia en la época del Exilio babilónico.
Los estudiosos fundamentalistas, desechando estas especulaciones con argumentos ad hoc, aseguran que la vida de Daniel, un personaje real, transcurrió en lo esencial tal como lo describe el libro homónimo.31 32

Conmemoración litúrgica

La Iglesia Ortodoxa Oriental celebra la fiesta de San Daniel, el Profeta junto con la de Los Tres Jóvenes el Domingo de los Santos Patriarcas que suele caer entre el 11 y el 17 de diciembre, es decir el último domingo antes de la Navidad. La profecía del capítulo 2 de su libro (Dn. 2:34-35), sobre la piedra que destruyó al ídolo de los pies de barro, suele ser usada en la himnología como una metáfora de la Encarnación. Así la "piedra" es Cristo y el que haya sido "no cortada por mano humana" se refiere al nacimiento virginal, siendo la Virgen María, o la Theotokos, la "montaña no cortada".33
En la Iglesia Católica, la fiesta de Daniel cae el 21 de julio.34
También es conmemorado en el Calendario de los Santos de la Iglesia Luterana de Missouri junto con los Tres Jóvenes el 17 de diciembre, concidiendo con la celebración ortodoxa.35
La Iglesia Copta, por su parte, lo celebra el 23 de Baramhat, equivalente al 3 de abril en el año 2010.36

En la literatura rabínica

Según la tradición rabínica, Daniel pertenecía a la realeza; su destino fue profetizado por el propio Isaías cuando le dijo al rey Ezequías: "y tus hijos, que tú has engendrado, serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia"37 También se alaba a Daniel con estas palabras: "Si estuviera en un platillo de la balanza y todos los sabios de los gentiles en el otro; él sería más pesado que todos ellos".38 Se dice que Nabucodonosor lo admiraba mucho, a pesar de que se hubiese negado a rendirle honores divinos39 y que cuando el joven le reveló el sueño que había olvidado no tuvo ninguna duda de que su interpretación del mismo era correcta.40

Daniel en el Islam

Los musulmanes consideran a Daniel como un profeta, a pesar de no ser mencionado en el Corán. Las tradiciones islámicas dicen que predicó en el Iraq durante los reinados de los reyes persas Lahorasp y Ciro, a los cuales enseñó la unicidad de Dios y exhortó al pueblo a retornar a su culto. El historiador Al Tabari cuenta que Daniel resucitó con sus plegarias a una multitud de personas muertas mil años atrás, un episodio que historiza la parábola de Ezequiel 37 1 10.41 Ciro lo había hecho cargo de la enseñanza de la verdadera religión, cuando Daniel le pidió permiso para reconstruir el Templo y retornar a Palestina, el rey accedió al primer pedido pero rehusó dejarlo ir alegando que “si tuviera mil profetas como tú, quisiera que todos se quedasen conmigo”. En otras tradiciones, sin embargo, se considera al profeta como rey de Israel tras el retorno de la Cautividad de Babilonia.Se atribuye también a Daniel la invención de la geomancia ("'ilm al-raml") y la autoría del libro "Usul al-Ta'bir" (Principios de la Interpretación de los Sueños).42 Al Masudi dice que en realidad hubo dos Daniel. El Antiguo, quien vivió entre la época de Noé y la de Abraham; autor de las mencionadas ciencias y Daniel, el Joven, tío materno de Ciro autor del "Kitab al-Jafar" (Libro de la Adivinación) y de numerosas predicciones sobre los reyes de Persia.43 44

Daniel en la tradición occidental

Daniel ha sido una figura muy importante en la tradición cristiana en razón de mencionada Profecía de las Semanas que anunciaría, según algunos teólogos, con exactitud el nacimiento y la muerte de Jesucristo. Del mismo modo sus predicciones sobre guerras apocalípticas y la sucesión de los Imperios lo hicieron un favorito de los predicadores de la Parusía, en especial a la hora de calcular la fecha de tal evento. Como un joven estudioso, pleno de confianza en Dios, aparece en los diseños del Renacimiento, en especial en los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. En los siglos XIX y XX, la figura histórica del profeta fue cuestionada por los estudiosos de la antigüedad mesopotámica en razón de las inconguencias entre los relatos de su libro, que parecería corresponder al siglo IV o III a. C., y los hechos históricos.
Sistine Chapel Daniel beforandafter.jpg
El profeta Daniel, fresco de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina
(Antes y después de la restauración)

Referencias

  1. abarim-publications.com
  2. jewishencyclopedia.com
  3. Daniel I, 3; y Josefo, Antigüedades Judías, X, 10, § 1
  4. Enciclopedia Católica s.v. aciprensa.com, acceso 18/03/2010
  5. Dn. 13
  6. Dn. 1:3
  7. Dn. 1:20 Traducción Reina Valera Revisada 1960
  8. Dn. 2
  9. Algunas traducciones vierten el nombre como Baltasar, sin embargo es preferible Belsasar. Cfr. Jamieson-Fausett Brown,Jaime C. Quarles. Comentario exegético y explicativo de la Bíblia, Volumen 1 página 830.
  10. G. J. Wenham Nuevo Comentario Biblico Siglo XXI página 785
  11. biblehistory.net, sobre Belsasar como descendiente de Nabucodonosor
  12. Sobre Nabonido y su origen véase: Parpola, Simo (2004). «National and Ethnic Identity in the Neo-Assyrian Empire and Assyrian Identity in Post-Empire Times». Journal of Assyrian Academic Studies 18 (2).
  13. fundotrasovejas.org.ar, una postura más crítica.
  14. Daniel Capítulo 3
  15. Daniel Capítulo 4
  16. Eusebio Praep, Evang. IX, xl
  17. Dn. 14: 23-42
  18. Dn. 14:1-22
  19. jewishencyclopedia.com
  20. Rosenmuller, E.F.C. (1836). "Appendix to Chapter VI". The Biblical Geography Of Central Asia. Edinburgh: Thomas Clark. pp. 318.
  21. irna.ir
  22. a b jewishencyclopedia.com
  23. camaraviajera.com
  24. sacredsites.com
  25. abandonthecube.com
  26. 10/05/2010 iraqupdates.com
  27. listin.com.do, acceso 10/05/2010
  28. Eerdmans dictionary of the Bible By David Noel Freedman, Allen C. Myers, Astrid B. Beck, p. 311
  29. claiweb.org, acceso 10/05/2010
  30. Véase para la postura católica que acepta las conclusiones de la crítica: Brown, Raymond et al. "Comentario Bíblico San Jerónimo" Tomo II, Ediciones Cristiandad; 26. Louis F. HARTMAN, Daniel. Una interpretación similar, pero evangélica, en H. de Wit, Libro de Daniel. Una relectura desde América Latina. Santiago de Chile, Rehue, 1990.
  31. La postura católica conservadora, vigente hasta los años 1960, puede leerse en aciprensa.com, acceso 10/05/2010
  32. La posición de los exégetas fundamentalistas y sus respuestas a la crítica pueden verse en editoriallapaz.org, acceso 10/05/2010
  33. Sergei Bulgakov, Manual for Church Servers, 2nd ed. (Kharkov, 1900) pp. 453-5. December 11-17:
  34. Francis E. Gigot (1889). "Daniel". Catholic Encyclopedia on CD-ROM. New Advent. newadvent.org.
  35. lcms.org
  36. copticchurch.net
  37. Is. 39,7. Talmud Sanhedrin 93b; Pirke de Rabbi Eliezer LII. Jewwish Enclycopedia s.v.
  38. Yoma 77a
  39. Genesis Rabba XVI.
  40. Tan. I. 191 de la Edición Buber (1901).
  41. Tabari "Crónica" traducción francesa de Zotenberg, I 44.
  42. D'Herbelot, Bibliothèque Orientale, s.v.E. G. H. M. Sel.
  43. Al Masudi, Les Prairies d'Or (ed. B. de Meynard), II. 128;
  44. Jewish Encyclopedia s. v. sección: In Arabic Literature.

Bibliografía

  • P. Grelot, El libro de Daniel (Cuadernos bíblicos, 79), Verbo Divino, Estella 1993.
  • A. LaCocque, Daniel. Introducción y comentario, en "Comentario Bíblico Internacional", Verbo Divino, Estella 1999, pp. 990–1010.
  • A.A. di Lella, El libro de Daniel, Ciudad Nueva, Madrid 1999.
  • Ph. Monod, La intervención salvadora de Dios en el libro de Daniel. La originalidad en el contexto de la Apocalíptica, en "Excerpta e dissertationibus in Sacra Theologia", t. XIX, Pamplona 1991, pp. 9–64.

Véase también

Enlaces externos

Colabora en Commons. Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Daniel (profeta).
Análisis del Libro del Profeta Daniel. 
Autor: Daniel, al igual que Ezequiel, estuvo cautivo en Babilonia, fue traído al rey Nabuconodosor en su juventud e instruido en la lengua y en las ciencias babilónicas.
Tema Principal: La soberanía de Dios sobre los asuntos de los hombres en todas las épocas. Las confesiones del rey pagano de hecho constituyen los versículos clave de este libro.
2:47  "El rey habló a Daniel, y dijo: —Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, Señor de los reyes y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio."
4:37 "»Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas y sus caminos justos y él puede humillar a los que andan con soberbia»".
6:26  "De parte mía es promulgada esta ordenanza: "Que en todo el dominio de mi reino, todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel.
»Porque él es el Dios viviente
y permanece por todos los siglos,
su reino no será jamás destruido
y su dominio perdurará hasta el fin."


Ubicación del libro de Daniel en la Biblia

La traducción griega del AT conocida como Septuaginta o Versión de los Setenta coloca el libro de Daniel entre los "profetas mayores", a continuación de Ezequiel. En cambio, la Biblia hebrea lo incluye entre los Escritos (ketubim), en el grupo de textos que constituyen la parte tercera del canon. Esta colocación es muy significativa dadas las importantes características que diferencian a Daniel del resto de los Profetas (nebiim) y permiten considerarlo con toda propiedad como un libro perteneciente a la llamada "literatura apocalíptica". (Véase Introducción al Apocalipsis.)

El mensaje de Daniel

Este género apocalíptico se distingue tanto por sus rasgos formales como de contenido. Los mensajes se presentan revestidos de un rico ropaje simbólico y son comunicados en forma de visión al autor literario, al vidente. Este recibe a veces, a causa de la visión, un fuerte impacto emocional (cf. 7.28; 10.8, 17) que puede llevarlo hasta el desvanecimiento o a sufrir alguna clase de trastorno o dolencia física de importancia (8.27; 10.9; cf. Ap 1.17). Así Daniel, que ve a «uno con semejanza de hijo de hombre», le dice: «... con la visión me han sobrevenido dolores y no me queda fuerza. ¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltaron las fuerzas y no me quedó aliento» (10.17).
En términos generales, los mensajes apocalípticos hacen referencia a la historia humana como si se tratara de un drama resuelto en dos actos. El primero de ellos se desarrolla en el momento actual y en el mundo presente; el segundo, dado en una perspectiva escatológica, revela lo que habrá de acontecer al final de todos los tiempos.
De esta manera se expresa el libro de Daniel. En la etapa actual, momentánea y pasajera, el pueblo de Dios se encuentra sujeto a imperios humanos injustos, autores de normas opuestas a la voluntad de Dios; a gobiernos que por conseguir sus propios objetivos pueden perseguir, torturar y hasta llevar a la muerte a los creyentes que confiesan abiertamente su fe (cf. 7.25).  Pero vendrá el día en que este mundo pase y en el que repentinamente se manifieste el reino de Dios. Ese día, «muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados» (12.2) y dejarán de existir los imperios terrenales, para que, en su lugar, «el reino, el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo sean dados al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno» (7.27; cf. Is 26.19; Ez 37.1–14).

El libro

Las dos partes de que consta el libro de Daniel (=Dn) están formadas, la una por los caps. 1–6, y la otra por los caps. 7–12. La primera parte es esencialmente narrativa y tiene un propósito didáctico, orientado a demostrar que la sabiduría y el poder de Dios están infinitamente por encima de toda posibilidad y comprensión humanas. El protagonista de los relatos es Daniel, uno de los jóvenes judíos llevados a Babilonia en cumplimiento de las órdenes expresamente dictadas por el rey Nabucodonosor acerca de «los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes» (1.3). Una vez en Babilonia, Daniel y tres compañeros suyos, Ananías, Misael y Azarías (respectivamente llamados por Nabucodonosor: Beltsasar, Sadrac, Mesac y Abed-nego), son educados de manera especial, con miras a una futura prestación de servicios en la corte del rey (1.4–7). Daniel aprende el idioma y la literatura del imperio neobabilónico (esto significa aquí el término "caldeos"), y muy pronto se destaca por su sabiduría extraordinaria (1.20) y por la firmeza de sus convicciones. Él y sus amigos, fieles al Dios de Israel, se niegan a aceptar trato alguno de favor que los lleve a quebrantar la menor de las prescripciones rituales del judaísmo, en particular las relativas a la alimentación; y la recompensa que reciben del Señor es un mejor aspecto que el «de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey» (1.8–16). Esta estricta fidelidad a sus principios religiosos los lleva, sin embargo, a afrontar riesgos de muerte, de los cuales son librados por la mano del Señor. En cuanto a la sabiduría de Daniel, se pone de relieve cuando, ante el fracaso de los «magos, astrólogos, encantadores y caldeos» del reino (2.2, 10), Dios le da que descubra e interprete los sueños de Nabucodonosor (caps. 2 y 4), y también que en presencia de otro rey, Belsasar, descifre el escrito trazado en la pared por una mano misteriosa (cap. 5).
La segunda parte (caps. 7–12) contiene una serie de visiones simbólicas que vienen a ampliar y desarrollar ciertas nociones esbozadas ya en la primera sección; pero ahora el lenguaje de la exposición es decididamente apocalíptico.
La primera visión, de cuatro seres monstruosos que suben del mar, es como una síntesis de los futuros acontecimientos. Se trata de «cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra» (7.3), representativas de los grandes imperios que sucesivamente dominan el mundo, que devoran y arrasan la tierra (7.23), pero a las que el Señor, a la postre, dejará sin poder y destruirá por completo (7.26). Consecuencia de esta intervención divina será el cambio radical de situación del mundo presente y de la condición humana: a partir de ese instante, nada podrá ya oponerse a la soberanía universal y definitiva de Dios. Pues si en nuestro mundo de hoy la maldad y la injusticia se muestran a menudo victoriosas, en el día señalado y en el momento preciso Dios se revelará como Señor de la historia y soberano del reino eterno. Entonces, todo el orbe reconocerá su voluntad, y lo corruptible se vestirá de incorrupción (cf. 1 Co 15.53), «y los que enseñan la justicia a la multitud» resplandecerán para siempre como las estrellas (12.3).
Es evidente que el libro de Daniel fue redactado con el fin inmediato de alentar al pueblo en medio de todas las desdichas y persecuciones sufridas. No obstante, de acuerdo con el sentido general de la literatura apocalíptica, puede afirmarse que el mensaje de esperanza contenido en el libro, y asimismo las enseñanzas que se desprenden de él, son totalmente aplicables a cualquier momento y a cualesquiera circunstancias en que se encuentre el pueblo de Dios.

Composición del libro

Hasta el momento actual no se ha podido establecer con certeza la fecha de composición de este libro. Las opiniones de los expertos están divididas a este respecto: mientras que unos lo datan en los años del exilio babilónico, otros lo atribuyen a una época bastante posterior.
Las repetidas alusiones a la profanación del templo de Jerusalén (9.27; 11.30–35) pueden relacionarse con la persecución promovida por Antíoco IV Epífanes.
Esquema del contenido:
1. Primera parte: narrativa (1.1–6.28)
2. Segunda parte: visiones apocalípticas (7.1–12.13)





DANIEL
EL PROFETA AMADO DE DIOS
DANIEL, EL PROFETA AMADO DE DIOS

    Daniel fue llevado cautivo a Babilonia juntamente con otros judíos.  Su fidelidad a Dios le hizo resistir a la cultura corrupta de Babilonia.  No tuvo temor de dar testimonio de su fe en Dios ante los paganos.  Dios lo libro de la muerte en el imperio babilónico y en el imperio de Media y Persia, y además, lo honró poniéndolo en puestos muy altos.

    En su libro, plasma la enseñanza de que Dios tiene control sobre la historia.  El libro de Daniel contiene narraciones de los hechos divinos a favor de sus siervos que le obedecen íntegramente.  Dios controla la historia.  Dios pone y quita reyes.  Los reinos mundanos son limitados.  Ciertamente, hacen sufrir al pueblo de Dios, pero no son inmunes a los juicios divinos.  Los reinos humanos serán destruidos cuando se manifieste el reino de Cristo.  En aquel día los redimidos que ahora sufren, disfrutarán de una paz eterna.  Cristo será el Rey, y sus seguidores estarán con Él en gloria por toda la eternidad.


CONTENIDO
LECCIÓN No. 1.  INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE DANIEL
LECCIÓN No. 2.  EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR  I
LECCIÓN No. 3.  EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR  II
LECCIÓN No. 4.  EL HORNO DE FUEGO
LECCIÓN No. 5.  EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR REFERENTE AL GRAN ÁRBOL
LECCIÓN NO. 6.  EL ESCRITO EN LA PARED
LECCIÓN No. 7.  EL FOSO DE LOS LEONES
LECCIÓN No. 8.  LA VISIÓN DE LAS CUATRO BESTIAS
LECCIÓN No. 9.  LA VISIÓN DEL CARNERO Y DEL MACHO CABRIO
LECCIÓN No. 10.  ORACIÓN, CONFESIÓN Y LA VISIÓN DE LAS SETENTA SEMANAS
LECCIÓN No. 11.  LA LUCHA CONTRA LOS PODERES MALIGNOS
LECCIÓN No. 12.  DESDE DARÍO HASTA EL ANTICRISTO
LECCIÓN No. 13.  LA CONCLUSIÓN DE LA VISIÓN

Introducción

DANIEL
Religioso, Sabio, Profeta, lo es todo, un personaje increíble, un libro del cual como muchas obras maestras se desconoce el autor.
Según Philippe Gruson "Un libro desconcertante el de Daniel. Nunca se sabe muy bien dónde se encuentra. La Biblia de Jerusalén lo pone entre los profetas, mientras que la TOB (Traducción Ecuménica de la Biblia) lo sitúa entre los escritos antes de Esdras".
Cuenta la historia de un Judío obligado a vivir en el destierro, donde pasará su vida al servicio de un Rey terrenal y adorando firmemente al Dios de la creación, todo esto se desarrolla en el siglo VI antes de Cristo.
De su autor poco o nada se sabe, se estima que vivió en el siglo II antes de Cristo en tiempo de la sublevación de los Macabeos.
Escrita en tres lenguas bíblicas, HEBREO, ARAMEO y GRIEGO, es un libro más que interesante, a la vez que en muchas ocasiones difícil de interpretar, sólo basta mencionar la figura del * HIJO DEL HOMBRE *.
Cualquier persona aunque no haya leído los textos sagrados no desconoce a " Daniel en el foso de los Leones", o la salvación de gracias a su intrépido sentido de justicia.
, Apocalíptico, visionario, se destaca de los demás profetas pudiéndolo llamar el más grande.
Su texto es de inspiración o por lo menos muy tenido en cuenta por diversos escritores sagrados del antiguo y nuevo testamento, además de ejemplo permanente de Fe para Judíos como Cristianos.
Generalmente la lectura de los libros Sagrados se realiza de una forma individual e intemporal, por encima de todas las convulsiones geopolíticas actuales, el libro de Daniel puede aplicarse a las del mundo, de la historia, la gran historia del Cristo Resucitado.
Resultaría demasiado pretencioso de parte de este alumno querer un texto sagrado desde la pequeñez del conocimiento adquirido. Sería propio de necio pretender captar en su plena dimensión lo que el autor sagrado pretendió manifestar, razón por la cual simplemente trataré de poner el acento de mi estudio en el " personaje profeta", el cual superó su del antiguo testamento, procurando enriquecer el texto con datos y comentarios que revelen de alguna forma la grandiosidad del Profeta, justiciero de Dios.

Marco histórico

En la Biblia, no ocupa el mismo lugar, la hebrea no lo ubica en la categoría de Profeta, junto a Isaías, Jeremías, Ezequiel y los doce, sino en los Escritos (ketubim) detrás de los salmos. En la Biblia Griega se encuentra ubicado entre los cuatro Profetas Mayores.
Debemos recordar su fecha de composición la cual se calculó en función de su contenido interno.
Paradójicamente el pueblo elegido por Dios, debe experimentar la angustia de la inseguridad, pueblo errante, parece no tener derecho a la tierra prometida.
La persecución religiosa parece el estigma que signará hasta nuestros días la vida del pueblo de Israel.
Dentro del marco persecutorio que vivía Daniel no escapó a los sufrimientos y padeceres del resto de la comunidad, Nabucodonosor, se convierte para él en precursor de su destino de destierro.
En el año tercero del reinado de Joaquín, Rey de Judá, cuando Nabucodonosor, Rey de Babilonia se apodera de Jerusalén, se apodera de cuanta cosa valiosa tenía a su paso, sobre todo del tesoro del templo para llevarlo al templo de sus dioses en Babilonia.
Nabucodonosor deportó al rey Judío y a mucha gente más, entre ella a jóvenes que podían ser empleados como pajes del rey, todo esto ocurrió el año 606 a.c..
En el año 605, Babilonia vence a Egipto en Karkemish.
El rey da instrucciones para que los jóvenes sean instruidos en la lengua y la literatura caldea, ordenó además que les sirvieran una ración diaria de la real y del que bebía.
Para encuadrar esto dentro del marco histórico, es preciso recordar que las comunidades judías, tras la conquista de Palestina por Alejandro Magno, y de sus conquistas en Egipto, Babilonia, Irán y la India. Al morir éste finalmente en Babilonia, Judea y sus vecinos, quedaron sometidos a la dinastía Greco-Egipcia. Le reconocieron la ley, su Torah fijada definitivamente desde los tiempos de Esdras. Esto suponía cierta dependencia económica a cambio de una militar. Esta fue la historia Judía en el Imperio de los Lagidas y también de las comunidades de Mesopotamia en el imperio de los Seleucidas, cuya capital se fijó en la ciudad de Antioquía, fundada en el 300 por Seleuco.
La tensión entre ambos fue constante, las pocas treguas se sellaban mediante matrimonios de los hijos de las dinastías reinantes.
Es bajo el mandato de los Tolomeos, que gozó un tiempo de paz bastante apreciable. Muchos Judíos emigraban a Egipto, en Alejandría se encontraba una suerte de barrio Judío, los podían alistarse en el ejército y esto les permitía gozar del beneficio de colonos. Otros, en , se dedicaron a la agricultura y el comercio aprovechándose de la autonomía que le otorgaba una ley particular, se reunían en torno a los lugares de oración.
En este marco debemos colocar la tradición griega de la Torah, regla de vida. (Nomos) que reconocía a su favor la administración de los Tolomeos. Era la lectura que se hacía oficialmente en las reuniones celebradas el Sábado, (sentido primero de la palabra "Sinagoga"). Esta traducción griega de la Torah, fijada probablemente después de varios ensayos de traducción provisorios, gozaban también de la aprobación de las autoridades de Jerusalén.
La situación evolucionó desde el momento que el Rey de , Antioco III, emprendió una ampliación de sus , anexándose la franja Judeo-Palestina. En el 200 a.c. sus tropas derrotaron a Tolomeo V, así pasó Judea a pertenecer a Siria.
A partir de entonces se multiplican las discusiones, Daniel, ll, describe todo este período histórico para subrayar la difícil situación de Judea.
Esta crisis es política y religiosa. Judea la autonomía, se encuentra involucrada en un movimiento de Helenización que contó con el apoyo del grupo comerciante y sacerdotal, estos pensaban que el helenismo era el modernismo, en contra de las tradiciones de la Torah.
Por el año 174 a.c. el hermano de Onías III, Jesús simpatizante del Helenismo, había Helenizado su nombre llamándose Jasón, se aprovechó de las circunstancias para usurpar el pontificado e instaurar en la Ciudad Santa las costumbres Helénicas.
Por aquel entonces, Antíoco IV, renunciando a dirigirse a Egipto para el matrimonio de Tolomeo VI, llegó de Jafa a Jerusalén para hacerse aclamar.
En el 171 a.c. Menéalo, se aprovechó de una misión que le encomendará Jasón de llevar dinero al rey, expulsando a Jasón del pontificado. Pero tenía un obstáculo, la existencia de Onías III, refugiado en Dafne, cerca de Antioquía.
En el 169 a.c. al volver de una expedición infructuosa contra Egipto, Antíoco llegó a Jerusalén y saqueó el templo.
Transcurrido algún tiempo, la sublevación estalla, teniendo como instigador al sacerdote Matatías y sus hijos, especialmente Judas quien se puso al frente de las tropas rebeldes.
Así Jerusalén queda liberada, y el templo después de estado profanado y dedicado a cultos paganos fue purificado y reconsagrado.

Los géneros literarios del libro

Nadie en la época de los Asmoneos, encabezados por el Sacerdote Matatías y su familia, menciona un Profeta llamado Daniel. Por el contrario es preciso dedicar una atención minuciosa a dos géneros literarios muy particulares: EL RELATO DIDÁCTICO Y EL ORÁCULO APOCALÍPTICO.
Debemos entender que en las sagradas Escrituras no hay relatos preocupados únicamente por la exactitud histórica de los hechos, desde los más antiguos como los referidos a los patriarcas y el éxodo, a los más cercanos en el tiempo como David.
En estos escritos siempre está presemnte el trasfondo de la tesis religiosa, pero en el Pentateuco, los profetas anteriores, Josué, Jueces, y Reyes. En las crónicas de los Macabeos los relatos tienen cierta precisión con la realidad propia del momento. El pueblo de , fue sin duda alguna quien se mostró más preocupado por mostrar la historia lo más exacta posible, dado que esto implica la historia que los vincula como pueblo elegido de Dios.
El historiador judío Flavio Josefo, es quien orientó la lectura del libro por los Cristianos poniéndole Los Cánones de la literatura Griega. Es él, quien muestra un Daniel profeta que sobresale del resto, El de los Profetas lo , pues explicaba que no sólo predijo acontecimientos futuros, sino que reveló la fecha en que ocurrirían. La palabra Apocalipsis significa en Griego revelación, y Daniel se puede decir que fue un experto en el tema. Los misterios revelados por él no se refieren más que al desarrollo del designio de Dios sobre la historia.
Daniel se ve relacionado con los Caldeos dedicados a los temas secretos del universo que intentaba resolver la ciencia Babilónica.
Pero Daniel es el Profeta de Dios, al cual se dedicó a servir durante toda su vida.
DESARROLLO DE LOS CAPÍTULOS

El profeta en acción

Los catorce versículos del libro de Daniel son completamente enriquecedores.
Desde un principio el joven se muestra fiel a su Dios. Desde un primer momento enfrenta y cuestiona las costumbres que intentan inculcarle y con sagaz proceder rechaza las raciones destinadas para él y sus amigos, Ananás, Misael y Azarías, convenciendo al guardia que haga la prueba de suministrarles sólo una consistente en vegetales, y agua, el guardián aceptó la propuesta del Joven Israelita guardándose para sí la de la mesa real.
Transcurrido un tiempo el guardia pudo observar que los cuatro jóvenes se encontraban gozando de mejor semblante que el resto de sus compañeros. Este tema que para nuestros días puede parecer irrelevante, no lo era para los Israelitas y es uno de los ejes de la historia de Daniel, esta costumbre de la ley Mosaica se acreciente durante el dominio Seleucida.
Los Jóvenes Judíos gozaban de mucho prestigio, el cual puede entenderse como la confrontación con el paganismo y será como consta en la Biblia de Jerusalén el hilo conductor de la primera parte del libro.
Recordemos que estos Jóvenes tuvieron la gracia de parte de Dios de dominar las ciencias de la literatura y todas las ramas del saber, además de todo esto fue Daniel quiens e destacó por interpretar toda clase de sueños y visionas.
Transcurrido el tiempo acordado por el rey los jóvenes fueron llevados ante Nabucodonosor, quien no encontró ningún joven superior a Daniel, su inteligencia lo deslumbró , motivo por el cual se convirtió en el hombre de consulta permanente. Recordemos que Nabucodonosr es el prototipo del Rey pagano, de repente tirano, de repente no. Ya desde el primer capítulo se conserva cierto recuerdo de la conquista la deportación del Rey Jeconías, el secuestro de los tesoros del templo, hecho que caló en lo profundo del sentimiento religioso del pueblo de Israel. La deportación de la familia real y los notables, la costumbre de elegir jóvenes hermosos como pajes reales, costumbre ésta que se desarrolló sólo en la época Helenista, que le permite poner en acción a Daniel y sus compañeros.
Debemos tener en cuenta que el detalle de la comida y la bebida impuesta a los pajes no tiene en el libro otra finalidad que elogiar la abstinencia practicada por Daniel y sus compañeros, estos alimentos "Kasher" demuestran la superioridad del pueblo elegido sobre los paganos. Pero los jóvenes no sólo son instruidos en la literatura pagana, sino que reciben de Dios la gracia de una Sabiduría superior, lo que los hace acreedores a ser el centtro de una envidia sin límites. Se trata de esta forma de destacar la superioridad de la sabiduría Judía.
Nabucodonosor tiene el primer sueño vinculado con Daniel, un día despierta totalmente desconcertado, ni él mismo recuerda el sueño que lo perturba, pero, en ejercicio de un poder absoluto pretende que los sabios y adivinos de la corte recuerden e interpreten por él. Quizá este sueño tenga alguna comparación con el sueño que aterrorizó a Nabónides que le hizo reconstruir el templo del dios sin en Harrán. Pero aún habiendo recurrido a cuatro categorías de adivinos no logra obtener respuesta alguna, es cuando preso de furia ordena matar a todos los Sabios, Daniel al ser buscado para correr igual suerte pide ser llevado ante el rey al cual solicita un tiempo para obtener de Dios la revelación del "misterio", es aquí donde entramos en el género apocalíptico. El Dios de Israel revela a Daniel en una visión nocturna, es cuando Daniel bendice a Dios como Señor de la historia, fuente de Sabiduría y revelador de misterios. Daniel se presenta ante el rey y le dice que "por la gracia del Dios del Cielo" podrá revelar su sueño, al tiempo que intercede por los magos los cuales junto con él y sus compañeros debían morir empalados en una viga recogida de los restos de su propia casa, esta costumbre data de la época de los reyes persas(Esd 2,6-11). El sueño en cuestión es del tipo de los que se refieren a la serie de los días, es decir al desarrollo futuro de la historia.
Tanto el sueño como las visiones mentales vienen de Dios "revelador de Misterios"; este misterio en particular se le ha revelado a Daniel, después de que ningún adivino fuera capaz de hacerlo, esto demuestra la predilección de Dios con que contaba. El sueño en cuestión se trataba de una estatua de distintos metales los cuales decrecían en valor e importancia, teniendo como sustento barro e hierro. Cada uno de estos metales manifestaba en forma decreciente la degradación progresiva de la realidad presente, los cuatro materiales representaban los cuatro imperios neobabilónicos: (oro) Medo, (plata) Persa, (bronce) Macedónico de Alejandro Magno, (hierro y barro) la desaparición de todos ellos ante la aparente insignificancia de una piedra pequeña del Reino de Dios. Así, los imperios que se van a sucederen Oriente, Babilonioa y su soberano. Luego del reino de plata que representa a los medos, le sigue el reino de bronce que domina toda la tierra y representa a Persia. Finalmente el reino de hierro que va a estropearlo todo es la Grecia de Alejandro, pero los pies son de barro, lo que refleja el poco sustento. Una catástrofe destruirá los imperios del mundo y luego el Señor de los cielos establecerá un reino de gloria en la tierra.
Nabucodonosor queda deslumbrado frente al joven judío, lo recompensa poniéndolo a él y sus amigos al frente de la provincia y de sus Sabios. Pero lo más importante es que reconoce la grandeza del Dios de Daniel, el Dios único.
Nabucodonosor hizo una estatua de treinta metros de alto por tres de ancho, y la hizo instalar en la llanura de Dura, luego convocó a todos los dignatarios de su reino, a los sabios, los abogados, tesoreros, etc., en resumen todo el reino se encontraba presente, luego por medio de una proclama ordenó que al son de instrumentos musicales de todas las zonas, todo habitante del reinado debía postrarse, y adorar la estatua de oro, aquellos que no se postrasen y la adorasen serían echados en el horno de fuego ardiente.
Lo importante de este particular es el caso de conciencia que se les lantea a los jóvenes, cuya conducta significaría un ejemplo para el tiempo de persecución. Recordemos que los instrumentos mencionados involucraban a hebreos, fenicios, y griegos, los miembros de la corte se postraron sin ningún problema pero fueron los caldeos los que denunciaron a los tres jóvenes amigos de Daniel de no querer postrarse ante la estatua pagana. Nabucodonosor, pierde los estribos y los amenaza con el suplicio del horno, es aquí donde les plantea "¿Qué Dios podrá librarlos de mi mano?" Pero ante la negativa de los jóvenes el rey ordena calentar siete veces más el horno, con lo cual, después de ser fuertemente atados con todas sus ropas son arrojados al fuego, éste era de tal magnitud que quema a los guardias que los habían arrojado. Es en este momento que el Griego inserta la oración de Azárias, no sin señalar que los tres jóvenes caminaban cantando bendiciendo a Dios. (3,24) esta oración es un texto litúrgico compuesto en una lengua Semita. El segundo movimiento comienza con una súplica "¡Que Dios no abandone a su pueblo en la humillación!" Un ángel baja del cielo para salvar a los tres jóvenes, los cuales pronuncian el canto litúrgico más antiguo que va enumerando las obras del Creador. El horno ardiente ofrece de ello una representación simbólica, por esa misma razón se hablará de las llamas del infierno. (cf.Lc 16,23-24; Mt 3,12; 5,2 etc.) podemos decir que el relato tiene un simbolismo que prefigura la salvación de la muerte para los mártires de la crisis macabea, ya en el capítulo 12 se mostrará más explícito este tema. Al oir cantar a los jóvenes el rey los hace salir y reconoce la grandeza de Dios que salva del fuego (3,27-28) los jóvenes quedan restablecidos en sus cargos pero nunca más vuelve a hablar de ello. El relato claramente exhorta a los fieles a llegar hasta el martirio en defensa de su fe.

Un sueño que se interpreta y se realiza

Nabucodonosor es presentado angustiado, contrariado, tuvo un sueño y ninguno de los adivinos del palacio pudo interpretarlo, es el momento de Daniel, a pesar de preferir no ser llamado pues sabe bien lo que ocurrirá, (4,15-16).
Los sabios fallan porque la explicación de Daniel no está en ningún manual de quiromancia, sólo puede ser develada por el que posee la sabiduría.
Seguramente, se paralizó por un momento al pensar en lo que tenía que decir pero cumplió así con su deber; el rey llamándolo BALTASAR, le pide que no se inquiete por el sueño ni por su interpretación, "¡Ojalá el sueño y su interpretación se refiera a los que te odian!" El árbol frondoso y a alto que llega al cielo, bajo cuya sombra reposan los animales del campo eres tú, oh rey, te has hecho fuerte, has crecido, y has llegado hasta el cielo, pero también Daniel como el rey advirtieron un vigilante, un ángel del Señor que dijo: derriben el árbol, destruyan todo, pero dejen en tierra el tronco con sus raíces, pero encadenado, de manera que lo empape el rocío de la noche y comparta su suerte con los animales del campo, hasta que reconozcas que el altísimo tiene razón, que su reino es más poderoso que todos los de la tierra juntos, tu permanecerás así hasta que reconozcas su supremacía. Nabucodonosor hizo caso omiso de lo dicho por Daniel, al cabo de doce meses, estando contemplando sus riquezas y su poder oyó una voz que bajaba del cielo, las palabras del altísimo se cumplieron de repente y el rey al instante se encontró comiendo hierbas con los animales del campo, pero al cabo de un tiempo levantando los ojos al cielo recobró la razón, reconociendo la grandeza de Dios le fue devuelto su poder terrenal. (4, 33-34).
Este orgullo de Nabucodonosor no pudo más que llevarlos a la catástrofe, el autor se inspira en la tradición relativa al último rey de Babilonia, Nabonides, que estuvo ausente de la capital durante diez años, viviendo en Taiman, Arabia del norte hasta que se convirtió por un vidente Judío. Lo de Nabucodonosor no se trata de una transformación física, sino de una locura en su comportamiento.
Durante el reinado de Baltasar, regente de Babilonia, se cuenta que durante un banquete celebrado por éste, en el mismo momento en que la ciudad era tomada por el enemigo llegado de Irán, Baltasar profana los vasos robados del templo de Jerusalén, esto puede tener un paralelo con la fiesta de los Bacanales celebrada en Jerusalén bajo Antioco Epífanes en el 168 (cf.2 Mac6,7: las fiestas dionisíacas) luego de lo cual el relato se torna un tanto fantástico, casi espiritista, "-Una mano ectoplásmica traza una inscripción en la pared-" , el rey llama a los adivinos que no pueden leer lo escrito por la mano, el rey comenzó a inquietarse, según el relato cambió de color en ese momento la reina le recuerda que en palacio el jefe de los adivinos era el más sabio de todos, Daniel es llevado delante del rey y comienza a leer, lo hace en lengua Acadia, porque entonces no resulta comprensible para el resto de los adivinos? Probablemente porque no tenía más que signos que correspondían a cifras. Estas palabras evocan los verbos contar, medir, pesar y dividir. El rey ve su reino medido, va a alcanzar su fin, pesado sin que llegue a dar el peso debido, por eso su reino será dividido dado a los medos y los persas esta adaptación es un juego de palabras indescifrable para nosotros, Daniel recibe la recompensa que lo coloca tercero en el triunvirato que rige la nación, pero esa misma noche Baltasar es asesinado y Darío el Medo se convierte en rey en su lugar.
Daniel en el foso de los leones:
El final del capítulo quinto evoca la toma de Babilonia. El rey Darío el Medo no pertenece a la historia real, sirve acá de nombre falso en un relato que pone al Profeta Daniel como centro del relato, héroe verdadero, su situación de gran visir, acompañado de dos viceministros sólo sirve para poner en relieve la grandiosa prueba que le toca pasar. La natural envidia humana no estaba fuera del relato ni fuera de la realidad, Daniel es acusado ante el rey de no respetar el nuevo decreto, de no elevar oración alguna que no esté dirigida al rey, Daniel tenía en su casa en el psio superior una ventana que miraba hacia Israel, tres veces por día se postraba y rezaba alabanzas a Dios como era su costumbre. (6, 11-12)
De inmediato acudieron al rey y le informaron sobre la actitud de Daniel. (6,13-16) Como es de fácil deducción nada costó para que el rey se sintiera humillado, este relato tiene un profundo sentido didáctico, que muestra al rey caer en su propia trampa, destino inevitable del que cree que todo lo sabe. De esta manera es que comienza una de las más apasionantes aventuras de Daniel, quien confía ciegamente en Dios.
El rey ordena traer a Daniel, y arrojándole a la fosa de los leones le dice "-¡Que tu Dios, a quien sirves tan fielmente, te salve"-" (6,22)
Luego de esto manda sellar la entrada de la fosa, la lacró con su sello y se retiró al palacio, donde ayunó y no recibió concubinas, casi no concilia el sueño, a la mañana siguiente ni bien se levantó se dirigió a la fosa y con voz angustiada lo que denota claramente la intención del autor de demostrar pesar por lo ocurrido) gritó "Daniel Siervo de Dios vivo ¿ha podido tu Dios a quien sirves con tanta fidelidad, librarte de los leones?"- (6-21). Daniel respondió, mi Dios ha mandado un ángel para sellar las fauces de los leones, Daniel fue sacado sin un rasguño de la fosa, luego de esto el rey envió por los acusadores de Daniel y los arrojó, no habían terminado de caer que ya habían sido devorados. Luego de esto, el rey Darío, decretó que en todo su imperio sea respetado el Dios de Daniel. Este relato tiene un fuerte mensaje de esperanza en tiempos de persecución por lo cual lo vemos citado en 1 Mac2,60 y en los apócrifos: 3 Mac 6,7 y 4 Mac 16,3.21. Se había convertido en un ejemplo tan clásico que también el Nuevo Testamento lo suscribe. (Heb 11,13-14 remite a Dn 3 y 6).

El Anciano y el Hijo del Hombre

Todos los paralelos con Dn2 y las referencias a lo ya conocido hacen de este artículo el centro del libro. Todos los elementos son simbólicos. La división de Daniel en el capítulo siete reviste una importancia especial. Era primeramente, la coronación del opúsculo arameo. Presentaba como oposición cuatro reinos terrenos a un reino venido del cielo que después del juicio de Dios se establecía sobre la tierra entera. Esta escena de visiones nocturnas, es decir, de sueños premonitorios, muestra a cuatro fieras que suben del mar, de este lugar simbólico surgen unas realidades que tienen un valor ambiguo. Se trata de algo parecido y por qué no igual al sueño de la estatua cuatro reinos que desempeñaron mal su papel.
El león alado representa a Babilonia (7,3-4), según parece esta imagen pudo estar inspirada en Jeremías 50,17. Así, siguiendo esta corriente, el oso representa a los Medos, pero en ningún relato aparece nada referido a las tres costillas.
La tercera fiera el Leopardo representa a los persas en Babilonia.
La última y quizá la peor, por lógica puede ser el imperio de Alejandro, y los Seleucidas están representados por los Diez cuernos.
Daniel tiene una visión anticipada del cielo, él puede observar a Dios en su trono soberano. Dios vestido de un blanco impecable y la escena del juicio que se prolongará hasta el definitivo, luego se cierra como una nueva visión y allí lo más grande para Daniel contempla el poder del Hijo del hombre quien tiene poder y gloria. Este simbolismo represente el poder compartido sin tener que identificar a nadie, sólo da a entender que recibirá de Dios participación en su gloria.
La promesa de una soberanía universal para los pueblos Santos. Daniel guarda celosamente este secreto hasta el día indicado.

Daniel, el carnero y macho cabrío

En esta ocasión se refiere a Medos y Persas representados por el carnero de dos cuernos, para extender su poderío el animal embiste hacia occidente, hacia el norte ya hacia el Sur, pero llega otro animal en este caso un macho cabrío, se trata de Alejandro y derriba al carnero, lo cual puede entenderse como una victoria sobre el imperio Persa (8,5-7) el gran cuerno se parte, muere Alejandro y éste se divide en cuatro, son sus cuatro generales (8,8), estos se dividen pero de uno de ellos sale un cuerno más pequeño que se dirige al Sur (8,9) llegando hasta Judea, un ángel pregunta hasta cuándo, se da un tiempo que puede ser el que estuvo interrumpido el templo. La visión de los tiempos es guardada en secreto por Daniel, el que después del desmayo sufrido estuvo enfermo varios días, luego de lo cual siguió sirviendo al rey.
ORACIÓN DE DANIEL:
Durante el año primero del reinado de Darío, se encontraba Daniel ocupado en los asuntos de su pueblo, no cesaba de orar y preguntarse cuánto tiempo más duraría la ruina de Jerusalén, para pedir a Dios que le aclare es que Daniel ayuna, se cubre con ceniza y ora, la oración empleada muy antigua, de la que podemos ver otras formulaciones en Esd 9,6-15. Esta es una oración penitencial, reconoce la gloria de Dios y confiesa los pecados de su pueblo según la ley de Moisés. Tal como quedó fijada desde Esdras, teniendo presentes las maldiciones de que son pasibles los infieles. Pide perdón a Dios y suplica en forma fervorosa la liberación de Israel. Daniel, ciertamente fue un elegido de Dios, el Señor no tardó en enviar a Gabriel para anunciarle que su súplica fue escuchada, le transmite el plazo de setenta semanas le transmite el ángel. Debemos recordar que los números son simbólicos. Se anuncia la destrucción del ídolo introducido en el templo. El horizonte sigue siendo la restauración del templo y del altar. Está claro que el término del designio de Dios en la historia humana constituye siempre el horizonte de lo apocalíptico, algo lejano, sin precisiones.
Daniel y el Hombre vestido de Lino: Daniel el Judío fiel, sigue haciendo ayuno, guarda luto, se priva del gozo de la pascua, se dirige a orillas del río Tigris, la descripción del ángel puede estar inspirada en Ez 1 y 9, pero sus vestidos tienen un aire sacerdotal. Con la túnica de lino y el cinturón de oro la visión hace que los compañeros de Daniel alejen, Daniel se asusta tanto que cae, pero es ayudado por la visión misteriosa la que le encarga una comisión importante para su pueblo.
El diálogo trata de alentar a Daniel, que se encuentra muy angustiado, alguien que tiene la apariencia de hombre le toca la boca y le infunde ánimo, el ángel liberador habría realizado esta labor en el momento en que se realizó la liberación del desierto. Toda esta cronología es evidentemente ficticia, ya que, se contará la historia luego de sucedida.
La guerra entre Seléucidas y Lágidas:
Todo este capítulo está plagado de enfrentamientos permanentes entre los dos reinos. Poco tiempo de paz espera a estos pueblos, se trata de un plagio de la historia que tiene como meta poner en situación las circunstancias presentes sobre el futuro, se trate entonces de una teología de la historia, ya que ésta se presenta como un plan elaborado y dirigido por los patronos celestiales. Es una historia rápida y llena de giros se reconoce una alusión a Darío I y a las guerras médicas. Sin dejar de pasar por la complicada trama de los reyes persas. A partir de 11,40 "cuando llegue el momento final..." el autor se imagina en términos convencionales las persecuciones guerreras. Luego de algunos acontecimientos el autor imagina un regreso al plan guerrero que va contra la morada de Dios. El rey desaparece en esta confrontación sin que nadie acuda en su ayuda.

Tiempo de angustias y promesas de resurrección

"Tú Daniel mantén ocultas estas palabras y ten sellado el libro hasta que llegue el momento final..." (12,7). Nuevamente Daniel, el de la confianza de Dios, quien debe guardar lo revelado en su corazón, el texto pasa a una forma poética, se aleja del mundo terrenal y es Miguel quien como gran caudillo, y Príncipe elgido del ejército celestial, el fin es inminente, el pueblo elegido se salva, no de una manera temporal sino de la forma celestial. Los miembros que se encuentran en los registros del bien pasarán a la vida eterna; para los otros les tocará la vergüenza y el hastío de la faltad e Dios. En este momento se vuelve al tema de la visión, el hombre vestido de blanco, el ángel revelador. Concluyendo con la promesa para el profeta "recibirá su lote al final de los días", tendrá la participación de la vida eterna prometida al comienzo del capítulo (12,1-3).
Daniel y Susana:
El profeta aparece intrépido, justiciero no permite que la maldad de quienes no cumplen con la ley triunfe.
Estos agregados que se encuentran solamente en las versiones Griegas. El nombre de Susana designa una flor en Hebreo, quiere decir Azucena, y a esta hermosa flor casi le cuesta la vida la codicia de dos jueces que abusando de su condición al no lograr los favores de la mujer planean matarla. Luego de la acusación y cuando casi era condenada por adulterio, aparece Daniel, quien ejerce sobre los ancianos lo que en nuestros días podríamos llamar careo, cada cual dirá su verdad por separado, por supuesto que no coinciden y así demuestra la inocencia de Susana.

Daniel contra los cultos paganos

En tiempos de Ciro el persa Daniel tiene otra prueba contra los cultos paganos, un día el rey preguntó a Daniel por qué motivo no rendía culto a Bel, como lo hacía, todo su pueblo y él mismo. Daniel no dudó en responderle que él no rendía culto a dioses paganos fabricados por el hombre, el rey enfureció y quiso llegar a la verdad del asunto. Después de que Daniel descubre el engaño que padecía el rey de parte de los sacerdotes y su familia, los manda matar y entrega la estatua a Daniel. Lo cual se ve claramente como una sátira popular contra el paganismo.
Daniel y el Dragón:
Otra sátira popular situada artificialmente en el ambiente de Babilonia, en esta zona no se adoran animales sagrados, esto ocurre en Egipto, sobre todo en los tiempos helénicos, donde tuvo muchísimo éxito. Daniel se niega a adorarlo y le da de comer una bola hecha de pescado, pelos y grasa lo que hace reventar al animal (14,23-27) para vengarse los babilónicos consiguen que nuevamente Daniel sea arrojado al foso con los leones, esto mismo sucede en el capítulo 6, Daniel permanece con los leones seis días, se alimenta de lo que le alcanzara Habacuc que es trasladado de Judea a Babilonia. Daniel da gracias a Dios y el rey al comprobar que está vivo saca a Daniel del foso y manda matar a los acusadores. La leyenda tiene un objetivo muy claro, destacar elocuentemente que Dios siempre protege a los que lo aman.

La lectura espiritual que nos ofrece Daniel

Daniel es sin lugar a dudas el Profeta de Cristo, aunque parezca mentira, que un libro signado por los acontecimientos del pueblo judío y su historia pre-Cristiana pueda estar "preparando la venida de Cristo", aunque más no sea en forma literaria, el Nuevo Testamento con sus relecturas que en este punto nos ofrecen una orientación indispensable. Es sumamente evidente que el Dios de Daniel es el Dios de los Cristianos.
En todos los tiempos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la historia de Daniel y los leones no tiene límites para expresar la fe, la fe en un Dios vivo y cotidiano, mártires de todas las épocas sufrieron lo mismo que Daniel.
Si bien es cierto que a Daniel lo hacen aparecer con una fuerte instrucción babilónica, también lo es que nunca se desprendió de su fe. Daniel no cedió a ninguna tentación, la vanidad humana no fue hecha para él.
Plena vigencia tiene el relato de Susana en nuestros días, ¿cuántas Susanas habrá? La defensa de la castidad conyugal es un valor digno de resaltar pero lo más importante es que no duda en poner en evidencia la hipocresía religiosa de los jueces que violan en secreto la ley.
Daniel y los gobernantes, es aquí donde el autor destaca la paranoia del poder, que puede y pudo acechar a cualquiera que se aferra a lo temporal olvidando lo trascendente de la vida futura.
La fe es la gran protagonista, nada debe hacernos perder de vista que en todos los tiempos hay un Dios maravilloso capaz de cerrar las fauces de las fieras con tal de defendernos, pero a esta maravilla hay que responderle como lo hizo Daniel. Los miembros del pueblo de Israel están incluidos en este mensaje de salvación por la Nueva Alianza que nos une al pueblo elegido de Dios y hace de ambos un pueblo Santo.
Bajo este perfil el Apocalipsis de Juan recoge los temas principales de Daniel, llevados a una situación de crisis final en donde la imagen del HIJO DE HOMBRE, representación primitiva del pueblo santo se concreta en el Cristo Resucitado.

Conclusión

Los hombres tenemos un motivo más para dar gracias a Dios. Este motivo es precisamente el libro de Daniel, Profeta Mayor sin lugar a dudas, hombre sin tacha de todos los tiempos. El autor nos presenta el modelo a seguir por excelencia.
Cuántas cualidades podemos encontrar en el transcurso del libro, Apocalíptico, Poético, Santo.
Tres fueron las lenguas bíblicas que dedicaron su letra a Daniel, Hebreo, Arameo y Griego, movedizo se encuentra en un lugar, se encuentra en otro, es tomado como profético, es tomado como un escrito, pero lo más importante, no se puede dejar de incluirlo.
No es extraño que el autor haya rodeado a Daniel de sueños, paganismo, tentaciones, pero Daniel constituye el ejemplo de todos los tiempos.
Desde sus compañeros de Babilonia, el sueño de la estatua, los jóvenes en el horno, el sueño del árbol grande, la descripción del festín de Baltasar, pasando por el foso de los leones, la visión de las cuatro fieras y el HIJO DE HOMBRE, la visión del carnero y el macho cabrío, las setenta semanas, la gran visión, Susana y el dragón. Constituyen una gran riqueza para la fe.
¿Podría faltar el libro de Daniel en la Biblia? Posiblemente sí, pero de seguro no sería lo mismo. Recordemos que el libro de Daniel es el único libro de la biblia judía que afirma la resurrección de los muertos. El primero en llamar el HIJO DE HOMBRE, el mismo término que Jesús usara.
Daniel puede decirse con franqueza que es el Apocalipsis del Antiguo Testamento. Si pensamos que sus profecías se diferenciaron de las de otros profetas por su exactitud y porque además Daniel anunciaba la fecha en que ocurrirían los hechos, no podemos dudar de que fue el fiel elegido de Dios.
Autores del Antiguo como del Nuevo Testamento lo consultan, lo citan, su panorámica visión de la fe no tiene límites.
Daniel pone el colorido necesario en cada relato, nutriéndolo de una información por demás enriquecedora. Como estudiante siento el desafío de profundizar más en su libro, seguramente en mi desarrollo y conclusión mi impericia haya provocado la pérdida sutil que abre al pensamiento nuevos caminos. Como cristiano haber leído a Daniel bajo este aspecto más formal pone en mí un compromiso que debe acrecentarse día a día, ejemplo cabal del prototipo de seguidor de Cristo.

Bibliografía consultada

BIBLIA DE AMÉRICA. Edición Popular. Paulinas, segunda edición, año 1997.
BIBLIA DE JERUSALÉN. Edición Española, año 1975.
EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS. Fundación Palabra de Vida, décimo novena edición, 1998.
EL LIBRO DE DANIEL. Pierre Grelot. Cuadernos Bíblicos. Verbo Divino. España, 1996.
LOS LIBROS DE LA HISTORIA DE LA BIBLIA. Padre Luis Rivas. San Benito, segunda impresión, junio 2001.
Internet – SERVICIO CRISTIANO. Área de Investigación.
Enciclopedia Británica

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