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miércoles, 25 de julio de 2012

Joaquín y Ana, Santos


Abuelos de Jesús, 26 de Julio
 
Joaquín y Ana, Santos
Joaquín y Ana, Santos

Abuelos de Jesús


Martirologio Romano: Memoria de san Joaquín y santa Ana, padres de la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, cuyos nombres se conservaron gracias a tradición de los cristianos


Una antigua tradición, datada ya en el siglo II, atribuye los nombres de Joaquín y Ana a los padres de la Virgen María. El culto aparece para Santa Ana ya en el siglo VI y para San Joaquín un poco más tarde. La devoción a los abuelos de Jesús es una prolongación natural al cariño y veneración que los cristianos demostraron siempre a la Madre de Dios.
La antífona de la misa de hoy dice: "Alabemos a Joaquin y Ana por su hija; en ella les dio el Señor la bendición de todos los pueblos".

La madre de nuestra Señora, la Virgen Maria, nació en Belén. El culto de sus padres le está muy unido. El nombre Ana significa "gracia, amor, plegaria". La Sagrada Escritura nada nos dice de la santa. Todo lo que sabemos es legendario y se encuentra en el evangelio apócrifo de Santiago, según el cual a los veinticuatro años de edad se casó con un propietario rural llamado Joaquín, galileo, de la ciudad de Nazaret. Su nombre significa "el hombre a quien Dios levanta", y, según san Epifanio, "preparación del Señor". Descendía de la familia real de David.

Moraban en Nazaret y, según la tradición, dividían sus rentas anuales, una de cuyas partes dedicaban a los gastos de la familia, otra al templo y la tercera a los más necesitados.

Llevaban ya veinte años de matrimonio y el hijo tan ansiado no llegaba. Los hebreos consideraban la esterilidad como algo oprobioso y un castigo del cielo. Se los menospreciaba y en la calle se les negaba el saludo. En el templo, Joaquin oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar en la casa de Dios.

Joaquín, muy dolorido, se retira al desierto, para obtener con penitencias y oraciones la ansiada paternidad Ana intensificó sus ruegos, implorando como otras veces la gracia de un hijo. Recordó a la otra Ana de las Escrituras, cuya historia se refiere en el libro de los Reyes: habiendo orado tanto al Señor, fue escuchada, y asi llegó su hijo Samuel, quien más tarde seria un gran profeta.

Y así también Joaquín y Ana vieron premiada su constante oración con el advenimiento de una hija singular, Maria. Esta niña, que había sido concebida sin pecado original, estaba destinada a ser la madre de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado.

Desde los primeros tiempos de la Iglesia ambos fueron honrados en Oriente; después se les rindió culto en toda la cristiandad, donde se levantaron templos bajo su advocación.

Aunque el culto de la madre de la santísima Virgen Maria se había difundido en Occidente, especialmente desde el siglo XlI, su fiesta comenzó a celebrarse en el siglo siguiente
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También recomendamos leer el artículo: San Joaquín y Santa Ana, Los padres de la Virgen María: un matrimonio santo
 
 

Santos Joaquin y Ana Padres de la Santísima Virgen


SANTOS JOAQUIN Y ANA Padres de la Santísima VirgenEl protoevangelio de Santiago cuenta que los vecinos de Joaquín se burlaban de él porque no tenía hijos. Entonces, el santo se retiró cuarenta días al desierto a orar y ayunar, en tanto que Ana (cuyo nombre significa Gracia) "se quejaba en dos quejas y se lamentaba en dos lamentaciones". Un ángel se le apareció y le dijo: "Ana, el Señor ha escuchado tu oración: concebirás y darás a luz. Del fruto de tu vientre se hablará en todo el mundo". A su debido tiempo nació María, quien sería la Madre de Dios. Esta narración se parece mucho a la de la concepción y el nacimiento de Samuel, cuya madre se llamaba también Ana ( I Reyes, I ). Los primeros Padres de la Iglesia oriental veían en ello un paralelismo. En realidad, se puede hablar de paralelismo entre la narración de la concepción de Samuel y la de Juan Bautista, pero en el caso presente la semejanza es tal, que se trata claramente de una imitación. La mejor prueba de la antiguedad al culto a Santa Ana en Constantinopla es que, a mediados del siglo VI, el emperador Justiniano le dedicó un santuario. En Santa María la Antigua hay dos frescos que representan a Santa Ana y datan del siglo VIII. En 1382, Urbano VI publicó el primer decreto pontificio referente a Santa Ana; por él concedía la celebración de la fiesta de la santa a los obispos de Inglaterra exclusivamente. La fiesta fue extendida a toda la Iglesia de occidente en 1584.


El protoevangelio de Santiago cuenta que los vecinos de Joaquín se burlaban de él porque no tenía hijos. Entonces, el santo se retiró cuarenta días al desierto a orar y ayunar, en tanto que Ana (cuyo nombre significa Gracia) “se quejaba en dos quejas y se lamentaba en dos lamentaciones”. Un ángel se le apareció y le dijo: “Ana, el Señor ha escuchado tu oración: concebirás y darás a luz. Del fruto de tu vientre se hablará en todo el mundo”. A su debido tiempo nació María, quien sería la Madre de Dios. Esta narración se parece mucho a la de la concepción y el nacimiento de Samuel, cuya madre se llamaba también Ana ( I Reyes, I ). Los primeros Padres de la Iglesia oriental veían en ello un paralelismo. En realidad, se puede hablar de paralelismo entre la narración de la concepción de Samuel y la de Juan Bautista, pero en el caso presente la semejanza es tal, que se trata claramente de una imitación.
La mejor prueba de la antiguedad al culto a Santa Ana en Constantinopla es que, a mediados del siglo VI, el emperador Justiniano le dedicó un santuario. En Santa María la Antigua hay dos frescos que representan a Santa Ana y datan del siglo VIII. En 1382, Urbano VI publicó el primer decreto pontificio referente a Santa Ana; por él concedía la celebración de la fiesta de la santa a los obispos de Inglaterra exclusivamente. La fiesta fue extendida a toda la Iglesia de occidente en 1584.
 
Liturgia de las Horas: 1ra. Semana del Salterio
Color: Verde
Lecturas de la liturgia
  • Primera Lectura: II Reyes 4,42-44
    “Comerán y sobrará”En aquellos días, uno de Baal-Salisá vino a traer al profeta Eliseo el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja. Eliseo dijo: “Dáselos a la gente, que coman.” El criado replicó: “¿Qué hago yo con esto para cien personas?” Eliseo insistió: “Dáselos a la gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará.” Entonces el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor.

  • Salmo Responsorial: 144
    “Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.” Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
    que te bendigan tus fieles;
    que proclamen la gloria de tu reinado,
    que hablen de tus hazañas. R. Los ojos de todos te están aguardando,
    tú les das la comida a su tiempo;
    abres tú la mano,
    y sacias de favores a todo viviente. R.

    El Señor es justo en todos sus caminos,
    es bondadoso en todas sus acciones;
    cerca está el Señor de los que lo invocan,
    de los que lo invocan sinceramente. R.

  • Segunda Lectura: Efesios 4,1-6
    “Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo”Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.

  • Evangelio: Juan 6,1-15
    “Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron”En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: “¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?” Lo decía para tentarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe contestó: “Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.” Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?” Jesús dijo: “Decid a la gente que se siente en el suelo.” Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: “Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.” Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: “Éste sí que es el Profeta que tenía que venir la mundo.” Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.


Santos Joaquín y Ana
Joaquín significa: "Dios dispondrá". Ana quiere decir: "la bienhechora".
San Joaquín y Santa Ana tuvieron el honor de ser los padres de la Santísima Virgen María y los abuelitos de Nuestro Señor Jesucristo. Honor único en el mundo.
Antiguas tradiciones dicen que su hija María se las concedió Dios después de que ellos oraron con mucha fe por años y años.
Un santo de los primeros siglos afirma que Joaquín y Ana dividían los productos de sus campos en tres partes iguales: una para el templo, otra para los pobres y la tercera para los gastos de su hogar.
Escritos muy venerables cuentan que los papas presentaron desde muy pequeña a su hijita en el templo y que la llevaban muy frecuentemente allí para que la instruyeran en la santa religión. Parece que le hicieron aprender muchas frases de la Sagrada Escritura, porque Nuestra Señora en el Cántico que compuso cuando visitó a Isabel, cita varias frases del Libro Sagrado.
Que la familia mil veces bendecida de Joaquín, Ana y la Virgen María, llene de bendiciones y paz a nuestras famlias.-
Joaquín y Ana son dos nombres llenos de grandeza a los ojos de Dios, grandeza que se esconde en la sencillez y la humildad. Dos nombres con un sentido maravilloso y providencial.
Joaquín significa preparación del Señor, trabajo y constancia. La providencia divina mueve los hilos de la historia. Durante largos siglos el Señor preparó, por medio de los profetas y patriarcas, la venida del Deseado de las naciones. Israel deseaba con ansia renovada esta llegada.
La tardanza no ahogaba los anhelos de Joaquín y Ana. Ellos se acercaban al ocaso de la vida sin descendencia. Pero seguían rezando y porfiando al Señor con oración inflamada. Su esperanza se mantuvo incólume.
Ana "la Madre de la Mejor", como la llama Lope de Vega en el título de una comedia, quiere decir amor y plegaria. No era la primera que llevaba este nombre. Una contemporánea suya, la profetisa Ana, también esperaba al Mesías. Y lo encontró cuando Jesús fue presentado en el templo.
En el libro I de Samuel aparece otra Ana, la madre de Samuel, con una historia parecida a la de la madre de la Virgen María. Estaba rezando ante el Señor. Movía los labios, pero no se oía su voz.
Los sacerdotes creen que está borracha. "No he bebido vino, les dice, es que estaba derramando mi alma ante el Señor". Su alma estaba llena de tristeza. Sufre el oprobio de la esterilidad, porque Dios no la ha considerado digna de darle un hijo que pudiera ser el Mesías de Israel. Dios la hizo madre de Samuel.
Por eso reza y llora también la esposa de Joaquín. Presiente que va a llegar el Redentor, ora intensamente para acelerar su venida. Pero está triste, porque se ve envejecer en la esterilidad.
Las oraciones de Ana fueron escuchadas. Un ángel -según algunos el mismo de la Anunciación- se aparece a Ana en la Puerta Dorada del templo y le profetiza el nacimiento de una Niña que se llamará María y será la predilecta del Señor. "Oh bellísima Niña, dice San Juan Damasceno, benditas las entrañas y el vientre de los que saliste".
En el seno estéril de Ana germinó la plenitud de la gracia. En sus entrañas se realizó el sublime misterio de la Concepción Inmaculada de María "prodigio de prodigios y abismo de milagros", dice el Damascebo. "Santa tierra estéril, que al cabo produjo, toda la abundancia, que sustenta el mundo", según se expresa Miguel de Cervantes en "La Gitanilla".
Todos los antiguos anhelos se habían condensado en Joaquín y Ana, en ellos se iban a cumplir las promesas. Fueron los padres dichosos de la niña María, que Dios luego la haría su Madre y nuestra Madre.
De Joaquín y Ana podemos decir que si Dios los escogió para una obra tan admirable, grandes tuvieron que ser aquellos dos corazones. Si habían de educar a la que Dios escogía como Madre de su Hijo, cuánta dulzura, bondad y hermosura habría en aquellas almas. Pues habían sido destinados por Dios para ser los padres de una Niña sin par, no sólo sin mácula, sino llena de gracia "la llena de gracia", la bendita entre las mujeres, la Hermosa, la Agraciada, María "lugar alto en donde habita Dios".
El culto a San Joaquín es más reciente. Pero el culto a Santa Ana es muy antiguo. En Jerusalén está la iglesia de Santa Ana, cerca del templo. Allí vivían, según la tradición, Joaquín y Ana. Y, según la opinión de muchos Padres, ahí nació la Aurora de nuestra salvación, la Virgen María.








La oración de Sta. Ana

 
Santa AnaMadre de la Santísima Virgen María
Fiesta (con
San Joaquín): 26 de Julio

Ana (Hebreo, Hannah, significa gracia) 
Una antigua tradición, que arranca del siglo II, atribuye los nombres San Joaquín y Santa Ana a los padres de la Santísima Virgen María. El culto a santa Ana se introdujo ya en la Iglesia oriental en el siglo VI, y pasó a la occidental en el siglo X; el culto a san Joaquín es más reciente. Ver: Por sus frutos los conoceréis de San Juan Damasceno.
Todo lo que se conoce de ellos, incluso sus nombres, procede de literatura apócrifa: el Evangelio de la Natividad de María, el Evangelio apócrifo de Mateo y el Protoevangelium de Santiago. El mas antiguo de estos se remonta alrededor del 150 ad.  En el Oriente el Protoevangelium gozaba de gran autoridad, algunas porciones se leían en las fiestas de la Virgen María. En el Occidente, sin embargo, fue rechazado por los Padres de la Iglesia. En el siglo XIII, partes del Protoevangelium de Santiago fue incorporado por Jacobus de Vorágine en su "Leyenda Dorada".  Desde entonces la historia de Santa Ana se propagó por el Occidente hasta convertirse en una de las santas mas populares de la Iglesia latina.
Los escritos llamados "apócrifos" no fueron aceptados por la Iglesia como parte del canon de las Sagradas Escrituras porque contienen muchos datos que no son confiables.  Pero si contienen  algunos datos de documentos históricos. Lo difícil es distinguir en ellos el grano bueno de la paja. 
El Protoevangelium nos ofrece la siguiente historia: En Nazaret vivían Joaquín y Ana, una pareja rica y piadosa pero que no tenía hijos. Cuando en una fiesta Joaquín se presentó para ofrecer sacrificio en el Templo, fue rechazado por un tal Ruben, bajo el pretexto de que hombres sin descendencia no eran dignos de ser admitidos.  Joaquín, cargado de pena, no volvió a su casa sino que se fue a las montañas a presentarse ante Dios en soledad. También Ana, habiendo conocido la razón de la prolongada ausencia de su esposo, clamó al Señor pidiéndole que retirase de ella la maldición de la esterilidad y prometiéndole dedicar su descendencia a Su servicio.
Sus oraciones fueron escuchadas; un ángel visitó a Ana y le dijo: "Ana, el Señor ha mirado tus lágrimas; concebirás y darás a luz y el fruto de tu vientre será bendecido por todo el mundo". El ángel hizo la misma promesa a Joaquín, quién volvió a donde su esposa.  Ana dio a luz una hija a quien llamó Miriam (María).  Esta historia se parece a la de la concepción de Samuel en las Sagradas Escrituras, cuya madre se llamaba también Ana (1 Re 1).
Según una tradición antigua, los padres de la Stma. Virgen, siendo Galileos, se mudaron a Jerusalén.  Allí, según la misma tradición, nació y se crió la Virgen Santísima. Allí también murieron estos venerables santos. Una iglesia, conocida en diferentes épocas como Santa María, Santa María ubi nata est, Santa María en Probatica, Santa Probatica y Santa Ana, fue construida en el siglo IV, posiblemente por Santa Elena (madre del emperador Constantino), sobre el lugar de la casa de San Joaquín y Ana.  Sus tumbas fueron honradas hasta el final del siglo IX, cuando los invasores musulmanes la convirtieron en una escuela.  La cripta, que originalmente contenía las santas tumbas, fue descubierta el 18 de marzo de 1889.
Muchas leyendas han sido escritas sobre las vidas de San Joaquín y Santa Ana, causando gran confusión entre los fieles. Según una de ellas, Santa Ana concibió a la Virgen Santísima sin concurso de varón, permaneciendo así virgen. Este error fue condenado por la Santa Sede en 1677 (Benedicto XIV, De Festis, II, 9). 
Veneración a Santa Ana
En la Iglesia del Oriente ya se veneraba a Santa Ana en el siglo IV.  La mejor prueba de ello es que el emperador Justino I (+565) le dedicó una iglesia.  La devoción a Santa Ana se encuentra en los mas antiguos documentos litúrgicos de la Iglesia griega.  En el Occidente no se venera a Santa Ana, excepto quizás en el sur de Francia, hasta el siglo XIII.  Su imagen, pintada en el siglo VIII en estilo Bizantino, fue mas tarde encontrada en la iglesia de Santa María Antiqua en Roma. Su fiesta, bajo la influencia de la "Leyenda Dorada", aparece en el siglo XIII donde se celebraba el 26 Julio.
En 1382, Urbano VI publicó el primer decreto pontificio referente a Santa Ana, concediendo la celebración de la fiesta de la santa a los obispos de Inglaterra exclusivamente, tal como se lo habían pedido algunos ingleses. Muy probablemente la ocasión de dicho decreto fue el matrimonio del rey Ricardo II con Ana de Bohemia, que tuvo lugar en ese año. La fiesta fue extendida a toda la Iglesia de Occidente en 1584.
Las Reliquias de Santa Ana
Se dice que las reliquias atribuidas a Santa Ana fueron traídas de la Tierra Santa a Constantinopla en el 710. Allí estaban en la iglesia de Santa Sofía en 1333. La tradición de la Iglesia de Apt, en el sur de Francia dice que el cuerpo de Santa Ana fue llevado a Apt por San Lázaro, el amigo de Jesucristo, fue escondido por San Auspicio (+398) y vuelto a encontrar durante el reino de Carlomagno. La cabeza de Santa Ana se mantuvo en Mainz hasta el 1510, cuando fue robada y llevada a Düren, Alemania. Lamentablemente, no hay sólidos fundamentos para asegurar la autenticidad de estas reliquias.
Veneración de Santa Ana hoy
Su imagen milagrosa es venerada en Notre Dame D'Auray, en la diócesis de Vannes. También en Canada, donde es la principal patrona de la provincia de Quebec, el santuario de Santa Ana de Beaupré es bien conocido. Santa Ana es patrona de las mujeres en parto. También es patrona de los mineros, Cristo siendo el oro y María la plata.


Joaquín (padre de María)

Joaquín
Giotto - Scrovegni - -04- - Joachim's Sacrificial Offering.jpg
El sacrificio de Joaquín, pintura de Giotto, primera década del siglo XIV. Capilla de los Scrovegni (Padua).
Festividad 26 de julio, San Joaquín y Santa Ana, padres de la santísima Virgen
San Joaquín, según la tradición católica y ortodoxa, fue el padre de la Virgen María y marido de Santa Ana.
De san Joaquín se sabe que era natural de Nazaret y que sus padres fueron Matat y Estha.[cita requerida] La geneología que presenta san Lucas en su evangelio es la de él, ya que los nombres Heli y Joaquín son equivalentes.[cita requerida]
Los evangelios canónicos del Nuevo Testamento no dan cuenta del nombre de los padres de María. La historia de los mismos aparece en el Protoevangelio de Santiago, un texto apócrifo; allí, Joaquín es descrito como un hombre rico y piadoso que donaba bienes regularmente a los pobres del templo de Jerusalén. Como su esposa era estéril, las autoridades religiosas ordenan sacrificios a Joaquín, al considerar que la esterilidad es un signo de descontento de Dios.
Joaquín entonces decide retirarse al desierto, donde practica penitencia durante cuarenta días. Después de ese tiempo, unos ángeles se aparecen ante Joaquín y Ana -quien se encontraba en Jerusalén- y les prometen el nacimiento de un hijo. Entonces Joaquín regresa con su esposa.
La historia de Joaquín y Ana se encuentra también en la Leyenda dorada, hagiografía muy popular en la Edad Media, y ha sido muy representada en el arte cristiano, incluso cuando el Concilio de Trento limitó la representación de los evangelios apócrifos. La devoción a san Joaquín es moderna, mientras que la de santa Ana es más antigua, al menos data del siglo VI.
San Joaquín es el santo patrón de numerosos pueblos en Latinoamérica, España y las Filipinas. Su festividad, junto a la de su esposa Santa Ana, se celebra el 26 de julio, tras la reforma del calendario litúrgico. No debe celebrarse el 16 de agosto ya.
Estatua representativa de San Joaquín, ubicada en la comuna que lleva su nombre en Santiago de Chile.

Patronazgo

De los abuelos (por ser el abuelo de Jesucristo) y los mineros (analogía a Cristo como oro y María como plata, que proceden de Joaquín).

Enlaces externos


JOAQUÍN Y ANA, SANTOS ABUELOS


Por fin, la Iglesia unió sus festividades, 26 de julio, se celebran los días de Joaquín y de Ana, los padres de María, los abuelos de Jesús. De algún modo hay que recompensar que sus nombres y vidas no aparezcan en los Evangelios canónicos, únicamente figuran en un texto apócrifo, el Protoevangelio de Santiago. Sin embargo, la historia de ambos esposos resulta enternecedora, porque por parecer de descendencia, a Joaquín le rechazan las ofrendas en el templo y él, amargado al sentirse viejo para procrear, se retira al desierto con el fin de ayunar, ser penitente y pedir a Dios fertilidad. Y la esposa, Ana, que también se considera anciana, llora y reza solicitando que su vientre sea fecundo.
Era un tiempo en que sucedían milagros y los ángeles -tan bellos- se aparecían para dar buenas nuevas, mientras se escuchaba música celestial; pues bien, uno de estos querubes les comunicó a ambos que serían padres. Joaquín y Ana se encontraron de nuevo, se fundieron en un abrazo, seguido de otro y otro; y con tanto amor que concibieron a la niña María.
L a narración pictórica es muy alegre y poética en Oriente, sobre todo en la Escuela de Novgorod (siglo XV); iconos que pueden contemplarse en el Museo de Recklinghausen. En uno de ellos, el abrazo apasionado de Joaquín y Ana sucede sobre una tarima que recuerda la alfombra mágica de las leyendas. El texto en el que se apoya la escena, de Vladimir Solovev, explica: 'la tarima flotante significa la dimensión ultraterrena; y su color verde representa el mar de cristal del que se habla en el Apocalipsis.'
Un siglo después, en el XVI ya se muestran más expresivos, de tal modo que en el Museo Andrei Rubles, de Moscú, se descubre un hermoso icono, en el que se aprecia detrás del matrimonio, un lecho nupcial blanco, con almohada de color púrpura.
¡Ay! los pintores católicos de nuestra Iglesia occidental, nunca se atrevieron con un sugerente lecho. Podía hacer pensar.

Video:

 


Título: Joaquin y Ana, Santos protectores del matrimonio


Hoy la Iglesia Católica celebra la memoria de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Virgen María. Según antiguas tradiciones, que se remontan más o menos al siglo segundo y al siglo sexto, Joaquín y Ana son los padres de la Virgen, y por eso son también los abuelitos de Jesús. Estamos hoy celebrando entonces a esta pareja, a este matrimonio, del cual apenas sabemos el nombre.
Uno puede preguntarse cómo asegura la Iglesia que ellos fueron santos. Me parece que en ese matrimonio se cumple muy especialmente aquella Palabra de Jesús: "Por sus frutos los conoceréis" San Mateo 7,20. Y lo único que sabemos de San Joaquín y de Santa Ana, prácticamente lo único cierto que sabemos, es que son los padres de la Virgen María.
Y así como Jesús es llamado fruto del vientre de María, por ejemplo en el Ave María decimos: "Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús", así también tenemos que decir, que María misma es fruto del amor y del matrimonio, es fruto del hogar de Joaquín y de Ana.
Por consiguiente, estamos diciendo que San Joaquín y Santa Ana son santos, ya que sólo de este modo es explicable que haya sucedido en ese matrimonio, en ese hogar, la inmensa bendición que significa María; porque Ella es la bendita entre todas las mujeres.
Les confieso que hace mucho tiempo, yo sentí bastante lejanos a estos dos Santos, a este matrimonio, y no se me ocurría, ni qué pensar, ni qué decir sobre ellos, si no sabemos siquiera dónde nacieron. Seguramente vivieron en Nazaret, porque allá estaba María cuando la Anunciación.
Debieron ser personas sumamente humildes, sumamente pobres, absolutamente anónimas como esas parejas, me imagino yo, que a veces se encuentra uno cuando en su predicación, en misiones, se va a un determinado pueblo, y se encuentra con que hay matrimonios que llevan una vida como escondida, pero de gran virtud y de grandísimo amor a Dios.
Aparte de eso, yo me decía, ¿qué más se puede comentar? Hoy creo que sí hay mucho por comentar de San Joaquín y de Santa Ana.
Les voy a contar que tuve yo un par de amigos; primero conocí a uno, y después conocí a la otra. Ellos se hicieron novios, se casaron. ¡Maravilloso! ¡Bellísimo!
Bueno, yo tuve la oportunidad de conocerlos antes del noviazgo, en el noviazgo, y cuando se casaron. Un tiempo después del matrimonio, ya no nos pudimos ver tanto, y luego viajaron fuera del país.
Un día me comentaron siendo novios: "Nosotros queremos vivir cristianamente, queremos vivir según Jesucristo. Hemos encontrado el amor de Dios en nuestra vida, nos queremos como pareja, pero además queremos fundar un hogar verdaderamente cristiano". Y me preguntaban: "¿Qué consejo puede darnos usted, padre?" Pero la verdad, ellos me dicen Fray. "¿Qué consejo puede darnos, Fray? Queremos hacer realmente un hogar según Dios".
Y yo les decía a ellos, llamémoslo una inspiración del Espíritu: "Si ustedes quieren ser verdaderamente nobles ante Cristo Jesús, y quieren ser esposos ante Dios, adopten ustedes como Patronos a San Joaquín y a Santa Ana".
Bueno, esta gente lo tomó en serio, y efectivamente, eligieron como Patronos de su matrimonio a Joaquín y a Ana. Cuando fui a visitarlos después del matrimonio, me encontré que tenían en la sala un cuadro que habían mandado hacer con San Joaquín y Santa Ana como protectores de su matrimonio.
Nosotros sabemos bien, que nuestra salvación viene por Jesucristo: Él es el Redentor, Él es el Salvador. Pero también sabemos, porque así lo enseña nuestra fe, que Cristo fue engendrado de las entrañas de María Santísima, sin concurso de varón.
Ahí no hubo más que la obra misteriosa pero realísima, profunda, maravillosa del Espíritu en el vientre de María. Y precisamente la Iglesia encuentra en San José, modelo de esposo, pero también Patrono, protector, guía y modelo de castidad.
María Santísima, en cambio, sabemos que nació de una unión sexual. Ella nació del matrimonio y de la unión sexual entre Joaquín y Ana. Y así, a mí me parece que en estos esposos hay un modelo, y hay una intercesión especial para santificar la vida sexual del matrimonio, para santificar la intimidad del matrimonio.
Como esta pareja de amigos míos, realmente me tenía mucha confianza, y yo a ellos, me atreví a decirles lo siguiente: "Vivan ustedes de tal manera su matrimonio, vivan su intimidad de pareja con tantísimo amor, como si fueran a engendrar a la Santísima Virgen María".
Porque, ¿qué celebra la Iglesia el ocho de diciembre? La Inmaculada Concepción de la Virgen. Esto significa que desde el primer momento de su concepción, María fue, por un privilegio especial de Dios, por los méritos de Cristo, y para salvación del mundo, preservada del pecado original.
Bien, pero María sólo podía ser educada en un hogar donde fuera protegida, donde fuera florecida, donde pudiera dar fruto esa gracia singularísima de la Inmaculada Concepción. Es evidente que la Inmaculada Concepción de María sucedió en el vientre de Ana, y es evidente que sucedió por la unión íntima de Joaquín y Ana.
Esto, ¿qué significa? Que creo, debemos predicar a Joaquín y Ana, como protectores, como modelos, como ejemplos de la santidad de la sexualidad en el matrimonio.
De la unión íntima entre ellos, Dios quiso santificar a María desde el primer instante de su Concepción. Al comprender yo que la Inmaculada Concepción de la Virgen sucedió en el vientre de Ana, me dí cuenta que Joaquín y Ana son Santos de lo más actual y de lo más necesario hoy.
Esta pareja de amigos, hasta el momento en que pude verlos, porque ya después viajaron fuera del país, es para mí un testimonio de lo que significa una vida en la que el amor se expresa, la intimidad se da, pero la santidad se busca con todas las fuerzas del alma.
Ayúdenme, pues, queridos amigos, a hacerle propaganda a Joaquín y Ana; ayúdenme a crecer en la devoción y en el amor a San Joaquín y a Santa Ana como protectores, como amigos, como modelos del noviazgo, del matrimonio, y especialmente de la intimidad.
Dios, que hizo todo el cuerpo humano, Dios, que imprimió su imagen, no solamente en el hombre, ni sólo en la mujer, sino en el hombre y en la mujer, Dios sabe bien que nuestra santidad tiene que darse en todas las áreas de la vida.
Y aquellos que tengan o piensen tener pareja, miren hacia Joaquín y Ana como amigos, como modelos, como protectores. Ese mensaje quería compartir con ustedes.
Que ellos nos acompañen en esta celebración, y que nos enseñen a recibir la bendición de Dios, Nuestro Salvador.
Amén.


Titulo: San Joaquin y Santa Ana: patrones de la afectividad y la sexualidad humana


En nuestro tiempo miramos la santidad, la bondad y la maldad de una persona, ante todo como el resultado de sus decisiones; pero si volvemos nuestros ojos a los tiempos bíblicos, descubrimos una influencia mucho mayor de la familia, digo esto por la fiesta que estamos celebrando el día de hoy.
Por ejemplo, cuando la reina Ester, en el libro que lleva su nombre, hace oración, ella hace alusión a su casa y a su familia; la fe que tiene la ha recibido de su familia, la confianza en la Palabra de Dios la adquirió en su familia.
Y si vamos al caso de la Santa Virgen María, pues ya sabemos que María estaba desposada con José a muy temprana edad, según la costumbre de la época. Estos matrimonios no eran fruto de un proceso de noviazgo, como los que se dan en nuestros días, sino que eran acuerdos de familias.
Estas reflexiones nos ayudan a descubrir en la familia de María el ámbito de santidad, de instrucción, de luz, y el camino fundamental de las decisiones en que se iba abriendo camino el plan de Dios y la llegada de ese misterio sublime de la Encarnación.
Personalmente, estoy convencido de que las palabras de María cuando responde al Ángel: “¿Cómo será la concepción si no conozco varón?” San Lucas 1,34 esas palabras sólo tienen sentido si María tenía un propósito virginal.
Semejante propósito, viviendo al mismo tiempo un matrimonio que había sido acordado por sus padres, es difícil de entender sin algún diálogo previo, sin algún conocimiento que la familia tuviera de Ella y de la decisión que Ella tomaba, de la vocación a la que Dios la llamaba.
Esto quiere decir que, tanto el matrimonio de María, como su propósito virginal, la escogencia de José y al mismo tiempo el deseo de ser toda de Dios, todo esto fueron temas de conversación, del algún modo, fueron conocimientos de Joaquín y de Ana, fueron objeto de oración y de meditación.
No podemos dejar volar mucho nuestra imaginación y terminar haciendo una especie de apócrifos del siglo XX, del siglo XXI, pero no es imaginación lo que hemos dicho, sino es la realidad de la familia hebrea en el siglo I.
Con este tipo de reflexiones descubrimos a María no como un meteorito perfecto caído del cielo, sino como el fruto madurado de una pareja creyente, de una familia llena de amor de Dios, llena de comprensión y abierta increíblemente a la acción del Espíritu Santo.
¿Qué queda para nosotros de esta fiesta? Queda mucho, por lo menos tres cosas. Primero, saber que aunque la santidad es la respuesta personal, y no puede ser de otro modo, a la acción del Espíritu Santo, la santidad también tiene un ámbito, el ámbito de la pareja, el ámbito de la familia, el ámbito del hogar.
Y en otro sentido, aquellas agrupaciones humanas, que son espacio vital par el cristiano, le dan también esa importancia.
Pensemos, por ejemplo, en una comunidad. Es verdad que Dios puede hacer santos cuando quiera y como quiera, pero es verdad que comunidades sanas, abiertas a la Palabra, abiertas al poder del Espíritu y al mismo tiempo fieles, prudentes, mesuradas, comunidades así, serán el ambiente más adecuado para que florezca la santidad.
La idea no es que nosotros le pongamos todos los obstáculos posibles a Dios y que Él saque a los santos en contra nuestra, más bien hay que procurar que nuestras comunidades, nuestras palabras, nuestra manera de pensar, sea terreno propicio a donde Dios pueda mirar complacido y a donde pueda regar, con abundancia, flores de santidad. Esto como un primer comentario, como una primera aplicación para nosotros.
En segundo lugar, también nos ayuda a descubrir en María un episodio más, episodio glorioso, pero un episodio más de una historia que viene detrás de Ella y que sigue después de Ella.
Aislar demasiado a María de su ámbito familiar, de su ámbito social, de su ámbito conyugal, va haciendo de Ella una figura extraña, quizá admirable, pero lejana, inaccesible; pensar en que María conversó alguna vez, digamos por lo menos, con Santa Ana, sobre su deseo de consagrarse a Dios, nos ayuda a mirar a María de otra manera.
Efectivamente, si María tenía un propósito de este género y si fue acordado por sus padres el matrimonio de Ella, pues Ella tenía que saber que un propósito virginal era un propósito de alguna manera estéril, según la fecundidad de la carne, a menos que Dios dispusiera otra cosa, y fue lo que dispuso.
Y tenía que saber que esa esterilidad era mirada como una maldición, pero, en fin, lo que quiero decir es que mirar a María niña, hermana de su pueblo, creciendo en edad y sabiduría, sintiendo temor y al mismo tiempo, aprendiendo a cuidar de sí misma y de su corazón, todo esto hace mucho bien para descubrir en Ella una obra maravillosa de la gracia, pero una gracia que acontece en nuestra tierra, en nuestra historia y con nuestro barro. Esto es muy saludable para el amor a la Santísima Virgen y para descubrir mejor la obra del Espíritu que nos santifica.
Finalmente, estas meditaciones sobre la santidad de Joaquín y de Ana, nos ayudan también a sanar un poco, o mucho, nuestros conceptos sobre el afecto humano y sobre la sexualidad humana.
En algunas ocasiones, predicando sobre la Inmaculada Concepción de la Virgen, he considerado prudente subrayar que la concepción de la Virgen sucede en el ámbito del afecto de un hombre y de una mujer y en una relación sexual de ellos.
La obra más limpia de Dios, acontece en el ámbito del sexo de un hombre y de una mujer; por eso incluso me he atrevido a postular, claro que nadie me ha hecho caso en esto y en otro poco de cosas, pero no importa, me he atrevido a postular a Joaquín y Ana como Patronos de la sexualidad humana.
La sexualidad es una realidad tan importante, que sin ella, no estaría ninguno de nosotros aquí; somos frutos de sexo, y nuestros hermanos, primos, parientes, amigos tienen una vida sexual. Esa actividad humana no puede ser entregada simplemente al ritmo de la publicidad, de la propaganda, o de la moda.
Decían los medios de comunicación que se conversa en el Vaticano sobre quién podría ser el Patrono del Internet, se está pensando en San Isidoro de Sevilla como el Patrono de Internet.
Pues si el Internet tiene Patrono, hay una actividad humana que tiene muchos siglos de antigüedad sobre el Internet. La sexualidad humana debería tener sus Patronos, y para mí, los mejores Patronos de la sexualidad humana, son Joaquín y Ana.
María fue obra de sexo; sexo humano vivido en la humildad, en la fidelidad, en el cariño; sexo humano santificado por la gracia, en donde Dios realiza su obra más hermosa.
Por eso esta fiesta de Joaquín y Ana nos lleva también a recibir de otra manera nuestro ser sexuado, a dar gracias por la sexualidad, y a pensar de otro modo sobre esta realidad tan profunda que está en nuestros corazones, en nuestros cuerpos y en el de nuestros contemporáneos.
Efectivamente, María Santísima, con la pureza y belleza, con la alegría y la inocencia y la santidad de su cuerpo y de su alma, nos devuelve algo de ese gozo que está en el Génesis, cuando Dios vio todo lo que había hecho, y había hecho sexuados al hombre y a la mujer, “vio todo lo que había hecho, y todo era bueno” Gènesis 1,27-31.
Agradezcamos a Dios la santidad de esta humilde familia de Nazaret, una familia fiel en medio de un pueblo que no era tan fiel, que había perdido la ruta muchas veces.
Agradezcamos la santidad de Joaquín y Ana, bendigámoslos como Patronos de la sexualidad y como antecesores nuestros en el camino de la fe que ellos tuvieron que vivir, si se quiere, con más penumbras que nosotros.
Y recibiendo estas enseñanzas, sigamos nuestra celebración, porque el Dios que a ellos los condujo y los santificó, vive y está ahí para nosotros, para bendición nuestra, para conversión nuestra y para santificación nuestra.


Título: La bendicion que recibieron San Joaquin y Santa Ana



Joaquín y Ana traen a la historia el regalo grande de santidad, de belleza y de pureza, que es la Santísima Virgen María.
La vida de ellos, y esta hija que Dios les regaló, me hace recordar uno de los prefacios del ritual del matrimonio en la Iglesia. Allá decimos que le damos gracias a Dios, porque la bendición que Dios le otorgó al matrimonio, no fue destruida por el pecado ni fue lastimada por el castigo del pecado.
Es decir, que hay muchas cosas que nosotros no conocemos del Paraíso. No sabemos qué significa la inmortalidad, no sabemos qué significa la impasibilidad, o algunos otros bienes que podían tener aquellos al comienzo.
Pero hay algo del Paraíso, hay un eco del Paraíso en la fecundidad matrimonial, en el milagro repetido de la vida. Cada uno de nosotros tiene, en el hecho de existir, en el estallido de gozo que trae engendrar vida, un pedacito del Paraíso.
De manera que la serpiente logró mucho, pero no logró todo. Quería destruir la vida; y sí, la vida de la gracia quedó destruida, pero la bendición de Dios que hace fecunda la raza humana, no quedó destruida. Y eso significa, que cada existencia humana tiene en sí, un eco de la alegría que sintió Dios cuando dijo: "Todo está bien" Génesis 1,31.
Santo Tomás de Aquino, con su característica profundidad, nos invita a reflexionar en esto. La primera alegría, que desde el punto de vista bíblico, es una alegría del Paraíso, y desde el punto de vista metafísico, es una alegría del ser, es una alegría que todos cargamos dentro. Quien se deje guiar por un pensamiento recto, quien medite en esto, descubrirá en sí, el gozo de existir.
Ser es una victoria sobre la nada, ser es un freno a la pretensión del demonio, ser es una participación del gozo que Dios tiene, cuando vio todo lo que había hecho, y "todo estaba bien" Génesis 1,31.
Llevamos esa alegría. Hay Santos que han percibido especialmente ese gozo, el gozo de existir, que es un hilo que nos conecta con el proyecto primero de Dios. A la que yo más recordaría, en este momento, es Santa Clara de Asís, cuando ella rompe a cantar, y le dice a Dios: "Gracias por crearme".
Es algo tan hermoso volverse a Dios, descubrirlo Padre amoroso, poderoso, santo, y al mismo tiempo, descubrir que el primer acto de la compasión divina es hacernos. "¡Gracias por crearme!"
Nosotros encontramos en Joaquín y Ana ese gozo, el gozo de participar en la obra creadora que sólo Dios tiene. A través de ellos, se hizo posible esa explosión de alegría, ese comienzo maravilloso de la vida de la Virgen María.
Pero Santo Tomás nos explica lo siguiente: la vida se transmite por medio de la sexualidad, y aunque la transmisión de la vida ha quedado garantizada, la forma como se transmite la vida es imperfecta, en la medida en que esa explosión de gozo, no sucede como en la pureza de una donación total, sino que está manchada.
Está manchada de cierto egoísmo, está manchada de cierta idolatría, está cercenada de Dios, está cortada de Dios. Dice Santo Tomás, que sin el pecado original, el placer sexual sería muchísimo más intenso, y sería un placer que estaría acompañado plenamente de la razón.
Pero, en cambio, las pasiones que suelen acompañar al sexo, son una señal de cómo ese milagro vital, ese milagro de Paraíso, nos rebasa. La misma incapacidad de raciocinio que acompaña a la pasión, muestra que ese milagro del Paraíso nos rebasa.
Joaquín y Ana recibieron una bendición, que no sabemos si la han tenido otros; pero hasta donde conocemos, o ha definido la Iglesia, nadie más. Y es que la sexualidad de ellos fue bendecida con un acto de donación, con un acto de regalo, con un acto de generosidad.
Porque ahí es donde está el punto, ¿cómo se transmite el pecado? El pecado original no es un defecto en el ADN; el pecado original no es un problema biológico, no es un problema bioquímico.
El problema del pecado es el contexto existencial en el que somos engendrados. Los actos con los que nuestros padres nos engendraron, son actos marcados por ese límite, por esa incapacidad de recibir o de abordar su propia sexualidad en actitud de completa donación. Dicho con otras palabras, la afirmación de la Inmaculada Concepción de la Virgen, es la afirmación de la santidad de la sexualidad de Joaquín y Ana.
Por eso, siempre que llega esta Fiesta, vuelvo a proponer, nadie me hace caso, pero yo vuelvo a proponer, que Joaquín y Ana sean elevados a la categoría de Patronos de la sexualidad humana.
La sexualidad humana necesita tener sus Patronos. Es una actividad, que en sus propios límites y en su propio contexto, es lícita, es bella y es querida por Dios.
Y necesita sus Patronos; no sólo el Internet, no sólo la ciencia, no sólo el Periodismo, la Medicina, el Derecho. La sexualidad necesita sus Patronos.
Y de acuerdo con el análisis que vamos haciendo, lo que encontramos es que la sexualidad de Joaquín y Ana, por un acto especial de amor de Dios hacia ellos, y a través de ellos, fue un acto como del Paraíso. ¡Qué lindo! Fue un acto como del Paraíso, que les permitió ofrecer la vida, sin adueñarse de la vida, que les permitió dar sin reclamar.
Y por eso, desde el primer momento, la existencia de la Virgen queda constituida en un contexto de absoluto regalo, de completa donación, o por decirlo de otra manera, sin pecado original. La Inmaculada Concepción de la Virgen reclama, que reconozcamos la bendición que recibió la sexualidad de San Joaquín y de Santa Ana.
Este es un día, entonces, muy bello, ¿para qué? Repasemos las tres cosas que hemos enunciado:
Un día muy bello, para pedirle a Dios que nos ayude a redescubrir el arroyo cantarino de la existencia, y poder sentir como Clara, y desde luego, como María, como todos estos Santos, el gozo de ser; porque ese es un eco del Paraíso.
Número dos. Este es un día maravilloso para caer en cuenta de la herida que ha causado el pecado en la sexualidad humana, y por consiguiente, un día para reconocer, cómo esa actividad, sólo a través de la fidelidad, de la pobreza y de las demás virtudes que acompañaron a estos Santos de hoy, puede ser redimida.
Y en tercer lugar, es un día para proclamar, que Dios ha querido y quiere bendecir esa actividad, esa sexualidad en la especie humana, y que los Patronos, creo que no encontraremos mejores, son Joaquín y Ana.
Que ellos, con su ejemplo de humildad, con su apertura total a Dios, con su esperanza puesta sólo en el Señor, con su completa gratuidad, con su práctica devota de la Ley, nos enseñen las virtudes de una vida abierta a Dios, una vida bendecida, especialmente, en tiempos, en que el mundo parece no comprender nada de este lenguaje, que es místico, que es bello, y que es necesario.
Venga, entonces, en ayuda del pueblo de Dios, el ejemplo de Joaquín y Ana, para que este testimonio constituya hogares distintos.
Tengo el gozo de contarles, que una pareja de novios, que luego celebró su matrimonio, tomó esa actitud. Me pareció tan lindo que ellos, cuando tuvieron su primera casita, su primer apartamento, lo primero que hicieron fue traer un cuadro de San Joaquín y de Santa Ana, para poner en manos de Dios toda su intimidad, y para pedirle al Señor que les enseñara a ser uno, y a ser ministros de la vida.
Creo que es un ejemplo que se puede multiplicar, y un ejemplo cuyo mayor fruto y más hermoso, es la Santísima Virgen María.


Título: ¿Por que San Joaquin y Santa Ana deberian ser los Patronos de la sexualidad humana?



Una idea ha rondado mi pensamiento hace ya varios años, y la recuerdo cada vez que llega esta fiesta del veintiséis de julio. Hoy celebramos con toda la Iglesia la santidad de los papás de la Virgen María.
De acuerdo con la tradición, se llamaban Joaquín y Ana. San Joaquín y Santa Ana están hoy ante nuestros ojos, pero casi no sabemos nada de ellos, a ellos sólo los conocemos por el fruto precioso de su amor y de la familia que formaron, es decir, de ellos lo único que conocemos con certeza es que son papás de la Madre del Hijo de Dios.
Por supuesto, a partir de lo que confesamos con fe católica como propio de la santidad de María, a partir de eso sí que sabemos algo de Joaquín y Ana; sabemos por ejemplo, que siendo María esa joya preciosa de santidad, esa respuesta plena al amor de Dios, al amor gratuito de Dios, pues, suponemos en ese hogar, suponemos en esa unión, y suponemos con razón, que tenía que haber un lenguaje, tenía que haber un espíritu, tenía que haber una conjunción de afectos humanos y divinos para que esa flor pudiera crecer con tanta rectitud y con tan preciosa belleza. Hasta ahí podemos saber, humanamente hablando, sobre Joaquín y Ana.
Pero, y aquí es donde viene la idea que quería comentar, sabemos que María concibió a Nuestro Señor Jesucristo de una manera completamente milagrosa, que se describe con aquellas palabras del capítulo primero de San Lucas: "El Espíritu del Señor vendrá sobre ti, el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra" San Lucas 1,34.
De modo que no hay semilla de varón en los comienzos de la vida de Cristo, en la concepción de Cristo. De hecho, tampoco es que el Espíritu Santo reemplace al varón, sino que más bien que de las entrañas de María sucede como una nueva creación, y eso es lo que celebramos en la concepción de Jesucristo.
Pero al recordar a los papás de María tenemos que recordar también que Ella misma fue engendrada de otra forma, o mejor dicho, Ella fue engendrada de la misma forma que nosotros, todos los demás seres humanos, hemos sido engendrados, es decir, a través de la unión íntima entre el varón y la mujer. Y por eso yo he propuesto en otros momentos, y es lo que quiero volver a proponer, que ha estos santos Joaquín y Ana, los declaremos y proclamemos Patronos de la sexualidad humana.
En efecto, la sexualidad es parte integral de la vida humana, es una realidad también que nos afecta a todos en la medida en que cada una de nuestras células, cada una de las células de nuestro cuerpo lleva el sello de nuestra condición o de varón o de mujer. Además, en nuestro tiempo, y ya desde hace muchos años, se abusa en el lenguaje y en la imagen de todo lo que tiene que ver con la sexualidad, y se quiere presentar todo lo sexual como una invitación al pecado.
Pues es la sexualidad de Joaquín y de Ana la que ha hecho posible la flor preciosa de virginidad, de hermosura, de santidad que es María, y por eso dejo esa idea: Joaquín y Ana: Patronos de la sexualidad humana.


1. Una propuesta seria

1.1 En este día de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen María, quiero hacer una propuesta. Quiero proponer que la Iglesia reconozca a estos dos santos, Joaquín y Ana, como Patronos de la Sexualidad Humana.
1.2 Las razones de esta propuesta son varias. Ante todo, porque la sexualidad humana pertenece al plan original del Creador y en ella hay una participación de la hermosura misma de Dios, así como de la alegría, la fecundidad y la gratuidad propias de su acto creador.

2. Algunos argumentos

2.1 El bien intrínseco del sexo humano no debe quedar oscurecido ante nuestros ojos por la multitud de pecados, imperfecciones y defectos que suelen rodear el ejercicio de la sexualidad, ni por la evidente dificultad que entraña guardar la pureza según el propio estado de vida. Por el contrario, estas mismas limitaciones nos muestran cuánto auxilio necesita nuestra fe en este aspecto, y cuánto bien puede hacer a nuestro corazón el testimonio de quienes han vivido santamente su sexualidad.
2.2 Y es que además hay una falsa idea, bastante extendida: que la única santidad de la sexualidad es no ejercerla. En la teoría la Iglesia sostiene exactamente lo contrario, porque enseña la santidad del matrimonio y defiende la dignidad de los actos propios de la unión lícita entre hombre y mujer. Pero en la práctica faltan ejemplos claros que sepan mostrar cómo se une el servicio a Dios y el ejercicio mismo de la genitalidad de hombre y mujer. Es aquí donde el humilde, discreto y fecundo testimonio de Joaquín y Ana puede hacer inmenso bien al pueblo cristiano, según es mi opinión.

3. María, Fruto Eximio de una Sexualidad Sana y Santa

3.1 María, la Inmaculada, la llena de gracia, la flor de pureza, la obra más hermosa del universo, fue engendrada por la unión sexual de sus padres, a quienes una antiquísima tradición da los nombres de Joaquín y Ana.
3.2 María misma, entonces, es la señal bellísima que Dios ha otorgado para que reconozcamos cuál es el sentido, la hermosura y la preciosa fecundidad del sexo que marca nuestro ser desde el primero hasta el último instante de nuestra vida. En ella descubrimos que el sexo no tiene por qué ser ocasión o puerta para el pecado, sino que está llamado a ser instrumento de vida, de alegría, de unión y de santidad.
3.3 Por todo ello sugiero que la Iglesia proclame a San Joaquín y Santa Ana como Patronos de la Sexualidad Humana.


Ana (madre de María)

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Ana (madre de María)
Leonardo da Vinci 021.jpg
Santa Ana y María, detalle de una pintura de Leonardo da Vinci.
Santa
Nacimiento Belén
Festividad 26 de julio
Patronazgo Las Palmas de Gran Canaria, Mainar, Triana (Sevilla) (España), entre muchos otros
Icono de Santa Ana y San Joaquín con la pequeña María.
La tradición cristiana dice que Santa Ana o Ana, casada con Joaquín, fue la madre de María y por tanto la abuela de Jesús de Nazaret.
Ana es patrona de la Bretaña y muchas ciudades en diversos países, así como patrona de las mujeres trabajadoras y los mineros, pues se considera a Jesús el oro y María la plata; también es patrona de las mujeres embarazadas a la hora del parto. Su fiesta es el 26 de julio.

Ana en los evangelios apócrifos

El nombre es conocido en hebreo como Hannah. Todo lo que se conoce sobre su vida, incluso su nombre, está basado en los Evangelios apócrifos, los cuales no fueron admitidos por la Iglesia dentro de sus libros canónicos. Santa Ana era natural de Belén. Sus padres eran Mathan y Emerenciana. Descendía del rey David y de Leví (casta sacerdotal).
Según el Protoevangelio de Santiago, Joaquín y Ana eran una pareja acomodada, pero estéril. Joaquín fue rechazado al llevar su ofrenda al templo por no tener descendencia. Apenado, Joaquín no volvió a su casa, sino que se dirigió a una montaña, donde rogó a Dios que le diera un hijo ayunando durante 40 días y 40 noches; Ana, mientras tanto, lloraba su dolor. Entonces un ángel se les apareció simultáneamente, anunciando que sus ruegos habían sido escuchados y que concebirían un hijo.
Ana prometió dedicar al niño al servicio de Dios y cumplidos los nueve meses dio a luz a una niña a la que llamó Miriam (María). Al cumplir los tres años, Joaquín y Ana llevaron a María al templo para consagrarla a Dios como habían prometido. María vivió en el templo hasta que cumplió los 12 años, edad en la que fue entregada a José como esposa.

Lugares de los cuales es patrona

Cientos de ciudades y pueblos la tienen como patrona.
País Provincia, departamento, etc Población Fechas fiestas patronales
Alemania Renania del Norte-Westfalia m,,.,m.,m,.mm,.m
Düren del 26 de julio al 3 de agosto
Austria Innsbruck

Canadá Quebec

Colombia Departamento del Atlántico Baranoa 26 julio
El Salvador Departamento de Santa Ana Santa Ana del 17 al 26 de julio
España Alicante Castell de Castells 26 de julio
España Almeria Puerto de Roquetas de Mar del 23 al 26 de julio
España Asturias Grado 25 y 26 de Julio
España Huelva Gibraleón 26 y 27 de Julio
España Asturias Naves 26 de julio
España Asturias Querúas 26 y 27 de Julio
España Badajoz Villanueva de la Serena del 20 al 26 de julio junto con Santiago
España Burgos Fuentecén 25 y 26 de Julio
España Cáceres Albalá
España Castellón Zucaina 1 de Mayo y 26 de julio
España Cuenca Carrascosa del Campo del 21 al 27 de julio
España Cuenca El Pedernoso del 24 al 27 de julio
España Cuenca Vindel 26 de julio
España Granada Atarfe 26 de julio
España Granada Molvízar del 23 al 29 de julio
España Jaén Torredelcampo del 23 al 26 de julio (aprox.)
España León Ocero, Burbia y Cabañas Raras del 24 al 26 de julio
España Navarra Tudela del 24 al 30 de julio
España La Rioja Cervera del Río Alhama del 24 al 30 de julio
España Las Palmas Las Palmas de Gran Canaria 23 al 26 de julio
España Sevilla Dos Hermanas 26 de julio
España Sevilla Triana 26 de julio
España Sevilla Estepa (municipio) 26 de julio
España Tenerife Candelaria 26 de julio
España Valencia Albal del 26 al 28 de julio
España Valencia Senyera 25 y 26 de julio
España Valencia Bellús 26 de julio
España Zaragoza Utebo del 21 al 29 de julio
España Zaragoza Mainar 26 de julio
Estados Unidos Connecticut Norwich
Estados Unidos Míchigan Detroit
Estados Unidos Nuevo México Seama
Estados Unidos Nuevo México Taos
Francia Bretaña

Guatemala Chimaltenango

Italia Florencia

Italia Nápoles

México Estado de Guerrero Mochitlán del 25 de julio al 2 de agosto
México Distrito Federal Santa Ana Tlacotenco del 25 de julio al 4 de agosto
México Estado de México Santa Ana Tlachiahualpa del 26 de julio
México Puebla Xalmimilulco 26 de julio
México Sonora Santa Ana 26 de julio y la semana antes
México Tlaxcala Chiautempan del 15 de julio al 3 de agosto
México Veracruz Boca del Río del 22 al 27 de julio
México San Luis Potosí Río Verde del 16 al 25 de julio
Nicaragua Granada (Nicaragua) Nandaime del 15 al 30 de Julio aprox.
Perú Junín Tarma 26 de julio y en Semana Santa
Perú Departamento de Áncash Huaraz-Coyllur 1 al 5 de agosto
Puerto Rico
Adjuntas
Venezuela Falcón Santa Ana de Paraguaná 25 y 26 de julio
    OMG

Otros datos

En un pueblo de Albacete, (España), llamado Férez, se venera a santa Ana en una imagen triple, tallada en una pieza (santa Ana, en sus brazos la Virgen María, y en los brazos de ésta el Niño Jesús).
Esta iconografía familiar de la santa con su hija y nieto en una misma imagen fue muy usual durante la Edad Media y la Edad Moderna, siendo repetidas las veces que aparece en esculturas o pinturas; esta tipología se conoce también como Triple santa Ana, o Sagrada Parentela. Leonardo da Vinci o Rafael Sanzio cultivaron este tipo de representaciones, entre otros muchos artistas. en Bolivia- Tarija se hace todo los años una fiesta una ceremonia y una feria con cosas chiquitas

Iconografía

Representación copta de santa Ana, siglo VIII.
En la iconografía occidental, Ana puede reconocerse por la larga túnica roja y un manto verde que le cubre la cabeza, a menudo sosteniendo un libro. También pueden encontrarse a Ana acompañada por una pequeña María quien sostiene, a veces, al Niño Jesús en brazos.1 Tales representaciones trinitarias reflejan de manera especular a representaciones similares de la Trinidad y a veces se producían en parejas.2
El tema iconográfico de Joaquín y Ana en la Puerta de Oro aúna ambos puntos de vista, y fue un componente regular de ciclos artísticos de la Vida de la Virgen. La pareja se encuentra en la «Puerta de Oro» de Jerusalén y se abrazan. Son conscientes del embarazo de Ana, del que ya les había informado un arcángel por separado. El nacimiento de la Virgen, la Presentación de María y el Matrimonio de la Virgen eran componentes usuales de ciclos de la Vida de la Virgen en la que se muestra normalmente a Ana.
No se suele mostrar a Ana en el Nacimiento de Cristo, pero frecuentemente se la representa con el Niño Jesús en varios temas. Se cree que se la representa a veces en escenas de la Presentación de Jesús en el Templo y la Circuncisión de Cristo pero en el primer caso esto probablemente sea una identificación errónea por confusión con Ana la Profetisa. Ana no es representada con el Cristo adulto, así que se considera que murió durante la juventud de Jesús. Ana también es mostrada como la matriarca de la Sagrada Familia, la familia amplia de Jesús, un tema popular en la Alemania de la Baja Edad Media.

Referencias

  1. Giorgi, Rosa (2004) (en español). Santos. Barcelona: Electa. pp. 26-32. ISBN 84-8156-337-4.
  2. Catholic Herald article,ejemplo de emparejamiento en un fresco, Artículo sobre imágenes de embarazo

Enlaces externos








ORACIÓN I

Bienaventurados sois, oh Santos Joaquín y Ana, por habernos dado aquella niña benditísima, que alcanzó la más alta dignidad que puede tener criatura, pues vino a ser Madre del mismo Dios hecho hombre, y a tener en sus entrañas al que tiene colgado de tres dedos el universo; y vosotros después de ella sois gloriosísimos, pues sois padre de la Madre de Dios porque engendrasteis por gracia y por don sobrenatural a la que nos dio a Jesucristo fuente de gracia y Salvador del mundo. ¡Oh cuan ricamente adornó con todas las virtudes vuestras almas el Señor, para haceros tan señalada merced! Pues por estas mismas gracias que recibisteis, y por aquella soberana Princesa que disteis al mundo, os suplicamos que nos seáis abogados piadosos para con vuestra hija y con su Hijo Jesucristo, y nos alcancéis al amparo de la Madre y la bendición del Hijo, y perseverancia en la virtud y buena muerte, para gozar con ellos y de vos en los siglos de los siglos. Amén.

[La infancia de la Virgen María de Dante Gabriel Rossetti]

La infancia de la Virgen María
Dante Gabriel Rossetti. 1849
Tate Gallery. Londres

__________

 

ORACIÓN II

Gloriosísimos padres de María Santísima, amados abogados míos: me alegro con vosotros de aquel consuelo que tuvisteis cuando, después de muchos ruegos y oraciones, os avisó el Ángel que habíais de tener una hija tan santa. Miradme aquí postrado a vuestros pies, os suplico me recibáis por vuestro humildísimo siervo para que como tal os reverencie y ame. Es verdad que no merezco esta gracia, pero confío lo haréis por el amor de María Santísima, vuestra benditísima hija, y por los méritos de Jesús. Acordaos de mi ahora, y sobre todo en la hora de mi agonía; asistidme entonces, junto con Jesús, María y José. Amén.

__________

 

ORACIÓN III

Gloriosísimos padres de María Santísima, felicísimos abuelos de Jesús, modelos perfectísimos de casados, y dulces abogados míos, yo me alegro con vosotros de aquel gozo y consuelo que tuvisteis cuando, después de una larga esterilidad y de fervorosas oraciones, os avisó el Ángel que tendrías tan santa Hija. ¡Oh, quién supiera imitar vuestras heroicas virtudes! ¡Quién fuera, como vosotros, frecuente en la oración, compasivo con los pobres, amante de la soledad, sufrido en los trabajos y callado en los improperios! A lo menos por las gracias con que os previno el cielo para tan eminente dignidad, alcanzadme que, haciendo siempre la voluntad divina, y venciendo mis pasiones logre la dicha de gozar de vuestra amable compañía en la gloria. Os lo pido por el amor de vuestra benditísima Hija, y por los méritos de vuestro santísimo Nieto Jesús. Amén.


1. Aunque de los padres de la Virgen María, San Joaquín y Santa Ana, apenas se sabe nada con certeza, la tradición demuestra no obstante que su culto fue temprano en Oriente, desde donde mas tarde se extendió a todo Occidente. Con la reforma del calendario después del Concilio Vaticano II, la festividad de San Joaquín se celebra junto con la de su esposa, es decir el 26 de julio. Esta es la razón por la que se ha preferido añadir a las páginas de devoción a Santa Ana estas otras en las que se incluye a su santo esposo.
 
 
 
         

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