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martes, 17 de julio de 2012

Elías, Santo


Profeta, Julio 20
 
Elías, Santo
Elías, Santo

Profeta

Cuando sucedió, allá en el monte llamado Tabor, la Transfiguración de Jesucristo ante los tres discípulos predilectos Pedro, Juan y Santiago, dejándoles ver por un momento su Gloria, allá apareció Elías entre los invitados junto a otro peregrino de la montaña que se llamaba Moisés; los discípulos los veían conversando familiarmente con Cristo; entre los tres comentaban cosas sobre los acontecimientos de la próxima Pasión.

Ya sabían cosas de él; las habían escuchado con frecuencia en la sinagoga de los sábados; incluso los más viejos del lugar afirmaban que en los últimos tiempos se hablaba de Elías más que en otras épocas; no hacía mucho, la gente llegó a confundir a aquel Bautista que realizaba su carismática predicación en el río Jordán con Elías; los mismos príncipes de los sacerdotes habían mandado a unos comisionados para que investigaran si Juan era el Mesías tan esperado y, al obtener una respuesta negativa, intuyeron que se trataba de alguna otra persona importante y hasta le preguntaron si era una especie de reencarnación de Elías o una aparición suya, puesto que se hablaba de que el gran profeta tendría que venir en los tiempos últimos.

¿Qué quién fue este personaje?

Los judíos de todos los lugares conocían bien sus portentosas obras que fueron parte de su misión. Había nacido en torno al año 900 antes de Cristo, cuando ya se había consumado la división cismática político-religiosa del Pueblo de Dios que quedó seccionado en el Reino del Norte -con capital en Samaría- y el Reino del Sur -con capital en Jerusalén-, después de la asamblea que tuvieron en el 931, en Siquén. En el reino del norte se llama desde entonces Israel y el del sur Judá. Cuando Elías ejerce su profetismo por encargo de Dios, reina en Israel Ajab; pero se ha casado con la cruel Jezabel, hija de Ittobaal el rey de Tiro y Sidón, que ha traído a Samaría a sus profetas y dioses fenicios, levantado un templo a los baales y ha perseguido hasta el aniquilamiento a los profetas del verdadero y único Dios, Yahwé.

Elías o Eliyahú, que quiere decir "Dios es mi confianza", es fuerte y claro con el rey Ajab. Le dirá que por haberse apartado de Yahwé y por haber torcido sus ojos a los dioses falsos ya lleva su reino sufriendo años la sequía que ha mandado Elías; hace años que los campos se han olvidado de las cosechas, los veneros están agostados y los animales se mueren; los hombres tienen labios resecos y Samaría entera sufre el azote de Dios.

Profeta fuerte y claro con el pueblo prevaricador. "¿Hasta cuándo cojearéis entre dos muletas?" les dice, recriminándoles por mantenerse dubitativos y negligentes entre Yahwé y los baales. Tiene que convencerles con un prodigio: Reunidos los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y él solo en lid sobrenatural para dilucidar ante el pueblo dónde está la verdad; dos novillos descuartizados dispuestos sobre el monte para el sacrificio; los profetas de los baales danzarán, cantarán, gritarán, implorarán, se harán incisiones sangrientas y entrarán en trance sin éxito; Elías invocará con sencillez al Dios de Israel y de Judá y vendrá de inmediato un fuego del cielo que hará en un instante cenizas a las víctimas y a las piedras por más que antes hubieran sido empapadas en agua.

Con los intereses de Yahwéh es fuerte y claro por encima de todo. Los cuatrocientos cincuenta profetas de los falsos dioses son pasados a cuchillo junto al torrente Cisón. Ni uno sólo escapó.

Convertido ya el pueblo al buen Dios no hace falta que continúe el castigo. Viene el agua como llega la persecución de la vengativa Jezabel que obliga a huir a Elías al desierto donde, cansado y agotado el profeta, pide ya la llegada de su fin bajo la retama. Como el desierto tiene reminiscencias de lugar encontradizo con Dios, le viene el encargo de reponer fuerzas porque el camino a recorrer es aún largo para Elías. Hace falta ungir a Yehú para rey de Israel y preparar a Eliseo como sucesor en el profetismo.

Aún tuvieron tiempo para ver al hombre de Dios pasar andando el río Jordán golpeado con su manto.

¡Cuánto debió ser el poder que Dios dio a Elías cuando Eliseo se conformaba sólo con dos tercios de él para desempeñar su propia misión! Y lo tendrá al ver el rapto de su maestro al cielo en aquel carro de fuego.
 

SAN ELIAS,

PROPHETA Y PADRE
ESPIRITUAL DEL CARMELO

San Elias, profeta y padre
Así se titula un gmeso volumen que publiqué en 1986, ilustrado con 133 preciosas láminas, que una voz autorizada calificó como "Enciclopedia eliana".
Ya antes había publicado varios trabajos sobre este tema.

Retrato bíblico

Es imposible intentar encerrar en cuatro páginas la personalidad y obra de este gran Profeta.

    Leyendo las pocas páginas que nos hablan de él: 1 Reyes, cap. 17-19,21, y 2 Re 1-2, podemos intentar descubrir sus rasgos principales. He aquí algunos: El hombre ante Dios: Aparece con frecuencia la expresión "el Señor a quien sirvo" o "ante el que estoy"; Elías no comparte con nadie su culto y quiere que el pueblo haga lo mismo.
    Llevado por el Espíritu: Ved la respuesta tan sabrosa de Abdías en 1 Reyes 18,12. De ahí es de donde procede la fuerza del alma de Elías y de su libertad interior.
    Su fe sin divisiones: Cuando el sacrificio del Carmelo (1 Re 18), intenta forzar al pueblo a elegir entre el Dios vivo, personal, que interviene en la historia, y las fuerzas naturales divinizadas, los baales. Como nosotros, Elías cree sin ver; porque Dios se lo pide, anuncia la llegada de la lluvia..., pero sin verla venir (1 Re 18,41 s).
    Su intimidad son Dios: Su visión de Dios (1 Re 19), como la de Moisés (Ex 33,18s), es el modelo de la vida mística: es todo lo más que se le concede ver al hombre. Pero Elías sigue siendo un hombre como nosotros, desalentado, miedoso (19,ls). El versículo 19,12 debe traducirse: "Se oyó el ruido de un silencio": Dios no está en las fuerzas de la naturaleza divinizadas, sino que es el Dios oculto. En su oración -lo mismo que Moisés-Elías no cae en efusiones místicas, sino que habla a Dios de su misión.
    De ensorde los pobres: Ante el rey y los poderosos, defiende al pobre (1 Re 21).
    Su universalismo:Como cree en Dios sin divisiones y se deja conducir por el Espíritu, es libre para tratar con los paganos (1 Re 17); pero también a la mujer pagana le pide una fe incondicional (17, 13).
    Las llorecillas de Elías (2 Re 1): Este relato popular, lo mismo que presentarán luego a Eliseo, contribuirá, por desgracia, a hacer de Elías un personaje justiciero que pide el fuego del cielo contra los pecadores.
    La ascensi6nde Elías (2 Re 2). Como no se conocía su tumba, se llegó a pensar seguramente que había sido llevado junto a Dios. Lucas se inspirará en este texto para su relato de la ascensión de Jesús (Hech 1,6-11); Eliseo, que ve a Elías en su ascensión, recibirá su espíritu para continuar su misión, lo mismo que los discípulos recibirán el Espíritu de Jesús por haberlo visto elevarse.

Retrato hecho por los hombres

Nos limitamos al que nos pintan dos célebres carmelitas:
l) El ilustre historiador Juan Bta. Lezana (+1659) escribió este magnifico epitafio:
"Elogio para fiar a la puerta del paraíso terrenal:

    Aquí vive,oh mortal aquel celeste celador de la honra divina. Elías es de doble espíritu, perfecto en la pureza, rico en virtudes, pobrisimo en bienes terrenos, gran amigo de Dios, enemigo del diablo, amable con los buenos, terrible para los impíos, nacido antes de Cristo, conversó con Cristo, reservado después de Cristo contra el Anticristo; Patriarca eximio. Profeta celebérrimo. Sacerdote grande, Monje, Padre de los Monjes, siempre casto, Fénix singular. De Cristo futuro apóstol. Mártir, Precursor, Capitán, valiente defensor, heraldo de la verdad, ardientemente reilgioso, maduro sin quebranto, anciano sin vejez, mortal sin morir, nutrido sin alimento, de una longevidad sin achaques y - icosa admirable!- de una vida santísima que no se ha de extinguir hasta la consumación de los siglos.
    Quien flageló a los tiranos, dio muerte a los sacrílegos, cerró con su palabra las nubes y tornólas a abrir, ungió Reyes e instituyó Profetas defensores; por los ángeles fue anunciado su nacimiento, allmentado en Carit, saludado en Horeb, donde, en medio de fragorosa tempestad y conmoción de los montes, cubriéndose con su palio el rostro, vio en cuanto era capaz, a Dios, el cual se le manifestó en el suave céfiro..."
2) El venerable mariólogo Arnoldo Bostio (+1499) lo llamó:
"Varón Evangélico antes del Evangello, Apostólico antes del tiempo de los Apóstoles, despreciador del mundo y de todas las cosas perecederas, apasionado seguidor de lo eterno, primer Virgen, Monje y Eremita, resplandor de costumbres, regla de virtudes, heraldo de la Virgen sagrada. Que con la instftución de la virginal castidad antecedió por mucho tiempo al Cordero sin mancha a donde quiera que hubiera de ir..."

Elías y el Carmelo

Un grupo de cozados llegados a Palestina a mediados del siglo XII, viendo la maravillosa topografía del Monte Carmelo, tan apto para la contemplación, decidieron queda rse allí y se entregaron sin reservas a imitar la vida del Profeta de Fuego, tal como la describían los libros de los Reyes, a base de la tradición monástica. El lugar les ayudaba a "fabricar la miel dulcísima de la contemplación".
Supuesto el vinculo entre Elías y el Carmelo, entre Elias y la vida religiosa, fijado por los Padres Griegos y Latinos, no es de extraflar que aquellos a quienes ya Santiago de Vitry había designado como "imitadores del santo varón y solitario Elías profeta", en el Monte Carmelo..., cerca de la fuente apellidada de Elías, en la Rubríca Prima de las Constituciones afirman su descendencia de los Padres tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, quienes desde el tiempo de Elías y de Eliseo habían habitado en el Monte Carmelo "para la contemplación de las cosas celestiales".
A pesar de ello, los carmelitas nunca se llamaron elianos, pues tomarán el nombre, como tantas otras Ordenes, no del Fundador, sino del lugar donde nacen.
Elias será para aquellos cozados que se reúnen en el Monte Carmelo la regla viva, que se propondrán imitar. Para ellos éste será el padre que les infundirá su espíritu: Carmelitarum Dux et Pater.
Para estos primeros carmelitas, la cosa fue fácil: deseaban imitar a aquel hombre extraordinario, tal como lo presentabá la Sagrada Escritura y porque los Padres lo habían visto como el prototipo del monacato.
Así de sencillo es el origen del Patríarcado ellano sobre el Carmelo.
Hoy, la así llamada "Cuestión eliana"sobre la sucesión heriditaria o entronque de los carmelitas de hoy con el Profeta Elías, que vive 900 años antes de Cristo, es una cuestión zanjada y, por lo tanto, así admitida: Elías es el Padre Espiritual o el Inspirador del Carmelo. Así lo ha escrito el P. R. García Villoslada, S.J.:
"Pero debemos anadirque no sin fundamento llaman su Padre a Elías, porque los fundadores y después todos los carmeiltas miraron siempre a aquel Profeta como a modelo y ejemplar, e inspirados en él, modelaron sus reglas y constituciones. Moralmente, pues, ha influido el Profeta Elías en la Orden Carmelitana casi tanto como San Agustín en los diversos Institutos que llevan su nombre, y se glorían de tenerle por Padre".

Elías, Padre espiritual del Carmelo

"Elías, aunque no sea él quien les haya dado una Regla escrita, con todo ha sido el ejemplo y el modelo de la santa vida de los carmelitas". Así escribió el célebre humanista benedictino, el Abad Juan Tritemio (+1516).
A esta afirmación de un extraño a la Orden baste añadir un hecho: Entre las estatuas de los fundadores de las Ordenes Religiosas que aparecen en la Basílica de San Pedro en Roma, está también la magnífica e impresionante del profeta Elias, con la siguiente inscripción, escrita por el mismo Papa Benedicto XIIIel 26.6.1725: "Universus Ordo Carmelitarum Fundatori suo Santo Eliae Prophetae erexit 1725. (La Orden entera de los Carmelitas, a su Santo Fundador, Elías, Profeta, la erigió el año 1725").
El entonces Procurador General de la Orden, Eliseo Monsignani, lleno de alegría, cursó a los Provinciales esta comunicación: "Ha llegado el tiempo en que, aun cuando los carmelitas callen, las piedras y los mármoles hablarán y dirán que el profeta Elías es el Padre y Fundador de los carmelitas".
¿De dónde arranca esta paternidad eliana?
El historiador de la primera mitad del siglo XIII,Jaime de Vitry, dice: "A ejemplo e imitación del santo y solitario varón Elías profeta, muchos anacoretas se retiraron en el Monte Carmelo..."
En virtud de esta tradición y de esta historia del patriarcado eliano los carmelitas deben procurar ajustar su vida a la de él. Fue éste el testamento que según la tradición dejó San Brocardo, Superior General del Carmelo, a los moradores de aquella Santa Montaña antes de expirar: "Ajustad vuestra vida a la vida ejemplar de la Bienaventurada Virgen Maria y de nuestro fundador, el Santo Profeta Elías".
El ha de ser para nosotros el espejo en el que a diario debemos miramos, como lo hacia San Antonio. Es lo que afirma el Bto. Juan Soreth (+1471) en su Exposición de la Regla: "Nosotros somos los Hijos de los Profetas, no según la carne, sino por la imitación de sus obras. El Redendor decía a los judíos que se gloriaban de proceder de Abrahán: "Haced las obras de Abrahán". Así hoy se debe decir a los carmelitas: "Haced las obras de Elías".
Así nos presenta a Elías el libro más importante de la espiritualidad Carmelitana después de la Regla, la Institución, como ejemplo a imitar.
He aquí un hecho básico e indiscutible: La conciencia moral eliana del Carmelo, su procedencia eliana en cuanto a la concepción contemplativa y apostólica de la vida religiosa.
Esto afirmaba el célebre Tomás Waldense, cuando deseaba que fuera para los carmelitas N. P. 5. Elías "unafuente de vida espiritual, un ideal que incita a la imitación y estimula al celo por el Dios de los ejércitos, de modo que, la vida espiritual del Carmelo halle en él, Elías, su especificación y su inspiración".

Su espiritualidad y su mensaje

En cuanto precede ya va implícita y explícita su espiritualidad y su mensaje para el hombre de hoy, que no puede ser más actualísimo.
Todo él se resume en su doble espíritu, que siempre enarboló el Carmelo como fundamento de su espiritualidad:
Este era su lema en doble vertiente:
a) Vida contemplativa, intimidad divina: "Vive el Señor, en cuya presencia yo vivo, yo estoy" (1 Re 17,1).
b) Vida apostólica, celo por la gloria de Dios y la justicia: "Me abraso de celo por el Señor, Dios de los ejércitos" (1 Re 19,10).
Elías Profeta es el CANTOR incansable del Dios vivo.
Si a este doble espíritu se le añade el amor tierno y filial a MARIA- a la que según la tradición él viera prefigurada en la célebre Nubecilla (1 Re 19, 44)- ya está completo el CARISMA DEL CARMELO.
Nos recordaba el papa Juan Pablo IIel 24.9.1983:
"Vuestro carisma hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y se centra en torno a la grandiosa figura del Profeta Elías, el Profeta del Nuevo testamento.
El fue un hombre de Dios, Maestro testigo de oración. Como hijo del pueblo, es un ejemplo a seguir por vosotros de cómo tenéis que preocuparos de las necesidades del prójimo. Ello quiere decir que vosotros debéis ser hombres de Dios,testigos de la transcendencia divina, apóstoles de la Divina economía."
Resumiendo:

    que prediquemos y vivamos al Dios único y verdadero.
    que demos muerte a los muchos ídolos que nos rodean.
    que vivamos siempre en la presencia del Señor.
    "que contemplemos a Maria y tratemos de imitarla.

Su oración

Dios todopoderoso y eterno, que concediste a tu Profeta Elías, nuestro Padre, vivir en tu presencia y arder por el celo de tu gloria, concédenos buscar siempre tu rostro y ser en el mundo testigos de tu amor. Amén.
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Elías

Elías
Elias041.jpg
Profeta Elías, obra de José de Ribera.
Profeta
Nacimiento Tisbe , Gilad
Venerado en Judaísmo
Islam
Cristianismo
Festividad 20 de julio
Elías, por Daniele da Volterra.
Elías אֵלִיָּהו ēliyahū "Dios es Yahveh" o "Mi Dios es Yahve" (El=Dios, Yahu=Yahveh), uno de los tantos nombres compuestos que contienen el Tetragramaton que representa el nombre divino. Fue un profeta relevante que vivió en el siglo IX a. C. De él hablan los capítulos 17 a 21 de 1 Reyes y los capítulos 1 y 2 de 2 Reyes. Según 1Reyes 17:1 y 2Reyes 1:8 era oriundo de Tishbé (de ahí el prefijo, el tisbita como se le conoce en la Biblia, versión de Cipriano de Valera) en la región de Galaad, al oriente del río Jordán.

Contexto histórico

El ministerio profético de Elías, comienza en la época del reinado Acab, hijo de Omrí, quien gobernó en Israel entre el 874 a. C. y el 853 a. C. Los autores de los Libros de Reyes, citan como fuente de sus relatos otro libro ahora desconocido, "el libro de las crónicas de los Reyes de Israel (1Reyes 22:39). Posiblemente de tal fuente o de otra directamente referida al profeta, se extrae la narración sobre el enfrentamiento entre Elías y el rey Acab, quien hizo el mal a los ojos de Yahvé, más que todos los que le habían precedido y tomó por mujer a una cananea, Jezabel hija de Itobaal, rey de Sidón y se fue tras Baal y Asera, le sirvió y se prosternó ante él. No solo el corazón de Acab se desvió de los preceptos de Yavhé, si no que todo el pueblo, lo que provocó la muerte de la mayoría de los profetas de Israel por asesinato y como consecuencia de la iniquidad, Yavhé hizo aparecer una gran sequía en Samaria y por ende una hambruna en la región.

La primera misión

Elías aparece sorpresivamente en el relato anunciando a Acab la sequía, luego se esconde en un arroyo cercano al Jordán y es alimentado por cuervos; después, por mandato de Yahvé va a Sarepta, un poblado cercano, a la casa de una viuda, donde el profeta multiplica la comida y resucita a su hijo. Se trata del primer caso documentado de resurrección de un muerto. Elías se enfrenta a Jezabel, que había mandado matar a los profetas de Yahvé.
Elías desafía a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal a que acepten el sacrificio de un buey en un altar preparado para ser incinerado; Elías hace preparar el mismo altar y además hace mojar la madera tres veces hasta que se llena un foso alrededor de éste. Yahvé acepta el altar de Elías, para confusión de los profetas de Baal, y en el monte Carmelo los derrota y los degüella con la ayuda del pueblo, luego de lo cual termina la sequía.

Características de Elías

Elías era humano sujeto a pasiones similares a las nuestras (Santiago 5:17): tras su victoria, huye por temor a la venganza de Jezabel y se adentra en el desierto, deseándose la muerte. Sin embargo, despues que el Ángel de Yahvé le da de comer y beber se sintió reconfortado y anduvo hasta el monte Horeb, donde se esconde en una cueva.
En medio de una depresión del profeta, ora a Yahvé y manifiesta su exceso de celo en su misión, Dios se le manifiesta y le apoya presentándose como una voz apacible y suave tras vientos, temblores y un fuego y le da nuevas misiones, señalando a Eliseo como su sucesor.

La segunda misión

La maldad de Acab y Jezabel enfrentada por Elías no se limitaba al culto de Baal, sino que se proyectaba en el despojo de sus súbditos. El episodio de la viña de Nabot (1Reyes 21) es representativo de la repetida historia del despojo de las tierras de los campesinos por los gobernantes y grandes propietarios. Otros profetas se referirían a estas situaciones: Isaías 5:8; Miqueas 2:2. Elías expresa la sentencia divina contra Jezabel y contra la descendencia de Acab. Derrotado y muerto éste en combate con las tropas del rey de Aram, a pesar de los buenos augurios de los falsos profetas, le sucedió su hijo Ocozías, que anduvo por el camino de su padre y de su madre e hizo pecar a Israel y murió pronto.
Según 2Reyes 2:1-13 tras la muerte de Ocozías, (852 a. C.) Dios traspasa el oficio de profeta a Eliseo ,Elías es arrebatado en un carro de fuego con caballos de fuego a la vista de Eliseo. Eliseo toma el manto de Elías y es de este modo reconocido por Yahvé como su profeta.

Elías en la tradición judía y cristiana

Muchos creyeron que Juan el Bautista fue el Elías que vino a preparar su camino (Mateo 11:7-15 Malaquias 3:23). De hecho para reforzar esta misión, el propio Juan vestía como Elías: 2Reyes 1:8, 2Reyes 2:1-13. Los Evangelios sinópticos, en el pasaje de la Transfiguración, muestran a Elías y Moisés hablando con Jesús (Marcos 9:4). El apócrifo Apocalipsis de Elías lo muestra al lado de Henoc combatiendo contra el hijo de la iniquidad que los mata, luego de lo cual ellos resucitan, en forma similar a lo que ocurre con los dos testigos de Apocalipsis 11 en su enfrentamiento con la bestia.
El título o nombre Elías en las escrituras también se emplea de diversas maneras, por ejemplo: Elías el Profeta (el cual se describe más arriba) Precursor: En este caso Elías es un título que se da a aquel que es un precursor, como por ejemplo Juan el Bautista, quien fue enviado a preparar el camino para Jesus. Restaurador: También se aplica a personas por motivos de las misiones particulares que habrían de cumplir, como por ejemplo a Juan el Revelador.
Elías, en la tradición judía es esperado aún en los hogares en las festividades de Pascua y se le reserva un asiento en la mesa.

Referencias

  • 1 Reyes 17 al 19.
  • Mateo 17:3
  • 2 Reyes 2:11

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