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martes, 17 de julio de 2012

¿De qué agradezco a Dios?


Intentemos agradecer a Dios no sólo las cosas que nos suceden en la superficie de nuestra existencia.
 
¿De qué agradezco a Dios?
El Santo Padre comenta en su catequesis el inicio de la carta a los Efesios (Ef 1,3-14). San Pablo inicia su escrito con una oración de bendición a Dios, para agradecerle sus beneficios.

¿Te has planteado los motivos que tú tienes para agradecer a Dios?

Seguramente sí y tienes muchos: tu familia, la salud, la realización exitosa de algún proyecto, el haber encontrado el amor de tu vida, algún golpe de suerte que hayas tenido últimamente, etc.

Esos son motivos, efectivamente, para dar gracias a Dios, pero el Santo Padre nos invita a no detenernos ahí, girar la tuerca un poco más e ir a un nivel más profundo, a agradecerle cosas que están a la base de nuestra existencia. ¿Qué le agradece San Pablo a Dios?

  • Por habernos amado incluso antes de que existiéramos
  • Por habernos participado su vida divina
  • Por habernos destinado a ser felices eternamente con él en el cielo
  • Por haber entregado su vida por nosotros en la cruz
  • Por habernos enviado el Espíritu Santo


    Ciertamente parecen cosas abstractas. Nos parece más concreto agradecerle a Dios el que nos haya ido bien en un examen o que nos hayan aumentado el sueldo, por ejemplo. Sí, eso también conviene hacerlo, pero intentemos agradecer a Dios no sólo las cosas que nos suceden en la superficie de nuestra existencia, sino también aquellos regalos que Él nos ha hecho y que los encontramos en el núcleo mismo de nuestro ser.
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