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Aquila y Priscila (Prisca), Santos |
Lo poco que sabemos sobre Aquila y Priscila procede de
la Sagrada Escritura. Ambos eran discípulos de San Pablo. Como
su maestro, viajaron mucho y cambiaron con frecuencia de lugar
de residencia.
La primera vez que nos hablan de ellos
los Hechos de los Apóstoles (18:1-3), acababan de partir de
Italia, pues el emperador Claudio había publicado un decreto por
el que prohibía a los judíos habitar en Roma.
Aquila
era un judío originario del Ponto. Al salir de Italia,
se estableció en Corinto con su esposa, Priscila. San Pablo
fue a visitarlos al llegar de Atenas. Al ver que
Aquila era, como él, fabricante de tiendas (pues todos los
rabinos judíos tenían un oficio), decidió vivir con ellos durante
su estancia en Corinto.
No sabemos si San Pablo los
convirtió entonces a la fe o si ya eran cristianos
desde antes. Aquila y Priscila acompañaron a San Pablo a
Efeso; ahí se quedaron, en tanto que el Apóstol proseguía
su viaje. Durante la ausencia del Apóstol, instruyeron a Apolo,
un judío de Alejandría "muy versado en las Escrituras", que
había oído hablar del Señor a unos discípulos del Bautista.
Durante su tercer viaje a Efeso, San Pablo se alojó
en casa de Aquila y Priscila, donde estableció una iglesia.
El Apóstol escribe: "Saluda a Priscila y Aquila y a
la iglesia de su casa." Y añade unas palabras de
gratitud por todo lo que habían hecho: "Mis colaboradores en
Jesucristo, que expusieron la vida por salvarme. Gracias les sean
dadas, no sólo de mi parte, sino de parte de
todas las iglesias de los gentiles."
Estas palabras se hallan
en la epístola de San Pablo a los romanos, lo
cual prueba que Aquila y Priscila habían vuelto a Roma
y tenían también ahí una iglesia en su casa. Pero
pronto volvieron a Efeso, pues San Pablo les envía saludos
en su carta a Timoteo.
El Martirologio Romano afirma que
murieron en Asia Menor, pero, según la tradición, fueron martirizados
en Roma. Una leyenda muy posterior relaciona a Santa Priscila
con el "Titulos Priscae", es decir, con la iglesia de
Santa Prisca en el Aventino.
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