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jueves, 28 de junio de 2012

Genaro María Sarnelli, Beato


Redentorista, Junio 30
 
Genaro María Sarnelli, Beato
Genaro María Sarnelli, Beato
Genaro Maria Sarnelli, hijo del Barón de Ciorani, nace en Nápoles el 12 de septiembre de 1702.

A los 14 años, tras la beatificación de Francisco Regis, decide hacerse jesuita. Su padre lo disuade creyéndolo demasiado joven. Genaro emprende entonces los estudios de derecho que acaba con el título de doctor en ambos derechos en 1722.

Habiéndose distinguido en el ejercicio de su profesión se enrola, no obstante, en la Congregación de los Caballeros Profesionales del Derecho y de la Medicina, dirigida por los Píos Operarios de san Nicolás de Tolentino. Entre las reglas de esta Asociación existe la obligación de asistir a los enfermos del hospital de los Incurables. Es aquí donde Genaro se siente llamado por Dios al sacerdocio.

En septiembre de 1728 ingresa al seminario y es destinado por el Cardenal Pignatelli a la parroquia de santa Ana di Palazzo. Para poder estudiar tranquilamente se hospeda en el colegio de la Santa Familia, más conocido como el Colegio de los Chinos, fundado por Matteo Ripa. EL 8 abril del año siguiente deja el colegio de los Chinos para comenzar el 5 de junio del mismo año su noviciado en la Congregación de las Misiones Apostólicas.

El 28 de mayo de 1731 concluye el noviciado y el 8 julio del año siguiente se ordena sacerdote. Durante todos estos años, además de las visitas al hospital, se dedica a ayudar a los niños que son obligados a trabajar, enseñándoles el catecismo. Visita a los ancianos del geriátrico de san Genaro y a los marinos enfermos que yacen postrados en el hospital del puerto.

Es éste también el tiempo en el que entabla amistad con san Alfonso de Ligorio y conoce su apostolado. Juntos se dedican a enseñar el catecismo a los laicos y organizan las capillas del atardecer.

Tras su ordenación, el Cardenal Pignatelli le encomienda que dirija la enseñanza religiosa en la parroquia de los Santos Francisco y Mateo, en el barrio español. Cuando se da cuenta de la corrupción que impera entre las jóvenes, decide emplear todas sus energías en la lucha contra la prostitución. En este mismo tiempo (1733), san Alfonso debe defenderse de las injustas críticas que padece a causa de la fundación de la Congregación misionera del Santísimo Redentor en Scala (SA) el 9 de noviembre de 1732. En junio del mismo año, al llegar a Scala para ayudar al amigo durante una misión en Ravello, Sarnelli decide hacerse redentorista al tiempo que continúa siendo miembro de las Misiones Apostólicas.

Desde el día de su entrada en la Congregación, en abril de 1736, se empeñará sin descanso en las misiones parroquiales y en escribir a favor de las "jóvenes en peligro". Escribe también sobre la vida espiritual. Su cansancio es tal que llega a estar al borde de la muerte. Con el consentimiento de san Alfonso vuelve a Nápoles para tratarse. Allí emprende nuevamente su apostolado entre las prostitutas.

Además de dedicarse al apostolado redentorista y al de las Misiones Apostólicas, promueve la meditación comunitaria entre los laicos publicando "El mundo santificado". Con otro libro suyo promueve una campaña contra la blasfemia. En 1741, al tiempo que planifica las grandes misiones predicadas en los suburbios de Nápoles, participa también en ellas y prepara la visita canónica del Cardinal Spinelli. A pesar de su permanente estado enfermizo sigue predicando hasta finales de abril de 1741 cuando, ya muy enfermo, vuelve a Nápoles donde muere el 30 de junio a la edad de 42 años.

 
 
 
 
Sus restos descansan en Ciorani, primera iglesia redentorista.

Genaro Sarnelli nos ha dejado en herencia unas 30 obras dedicadas a la meditación, a la teología mística, a la dirección espiritual, al derecho, a la pedagogía, a la moral y a diversas temáticas pastorales. Su actividad social en favor de la mujer le ha merecido el ser considerado entre los autores que con mayor autoridad han afrontado esta temática en la Europa de la primera mitad del siglo dieciocho.

El 12 de mayo de 1996, el Papa Juan Pablo II lo beatíficó en la Plaza de San Pedro.
 
 Lecturas y oraciones
 
Oración colecta
Oh Dios, que elegiste al beato Jenaro María, presbítero, para manifestar, por medio de su predicación y de sus obras, tu amor por los que sufren; concédenos, animados por tu caridad, continuar su ejemplo en el empeño generoso por asumir de corazón las necesidades de los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo...
Primera Lectura: (Isaías 52, 7-10)
Lectura del Profeta Isaías:
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la buena noticia, que pregona la victoria, que dice a Sión: “Tu Dios es rey!.
Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión.
Estallan en canto coral, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén: el Señor despliega su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: (Salmo 14,2-5)
R/. El justo habitará en tu monte santo, Señor.
      El que procede honradamente y practica la justicia,
      El que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua.  R/. El justo...
            El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino;
            el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor.   R/.
      El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente.
      El que así obra, nunca fallará.  R/. El justo...
Evangelio: (Mateo 25,31-40)
Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Cuando venga en su gloria el Hijo del Hombre y todos los ángeles con Él, se sentará en el trono y serán reunidas ante Él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: Vengan, benditos de mi Padre, y hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, en la cárcel y vinieron a verme. Los justos contestarán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y el rey les dirá: Les aseguro que cada vez que lo hicieron con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicieron.
Palabra del Señor.
Oración Universal
Al Padre bueno, que ha revelado los misterios de su amor a los sencillos, presentémosle confiadamente nuestras súplicas.
R/. Muéstranos, Padre, tu misericordia y danos tu salvación.
·         Envía a tu Iglesia misioneros llenos de celo apostólico y caridad incansable.
·         Bendice todos los esfuerzos que se hacen en el mundo, entre creyentes y no creyentes, por la dignificación de la mujer.
·         Concede a todos los trabajadores santificarse mediante su esfuerzo diario y el amor compartido en su vida familiar.
·         Derrama el espíritu apostólico en muchos laicos, para que penetren del espíritu evangélico la sociedad actual donde la Iglesia te sirve.
Oración sobre las ofrendas
Recibe nuestros dones, Padre, en este memorial del amor infinito de tu Hijo; y por la intercesión de tus santos, confírmanos en la entrega generosa a ti y a los hermanos. Por Cristo nuestro Señor.
(Prefacio de los santos II)
Oración después de la comunión
Oh Padre, que nos has invitado a tu mesa, concédenos la gracia de imitar el ejemplo del beato Jenaro María, quien se consagró a ti con todo el corazón y se prodigó incansablemente por el bien de su pueblo. Por Cristo nuestro Señor...
 
 Oración para pedir la fe
 
 
 Oh Jesús Redentor, autor y consumador de nuestra fe, te suplicamos desde lo profundo de nuestro corazón contrito y humillado no permita que se extinga la hermosa luz de nuestra fe. Acuérdate de tus antiguas misericordias; mira compasivo la viña que tú mismo plantaste con tu diestra, que ha sido regada con la sangre de miles y miles de mártires, con las lágrimas de generosos penitentes y las fatigas de celosos apóstoles y fecunda oración de tantos cristianos fieles.
Nos aflijan las enfermedades, nos consuman los disgustos, nos afecten los infortunios, pero que no nos falte la fe; porque ricos con este don precioso, soportaremos con gusto todo dolor y nada podrá alterar nuestra felicidad. Por el contrario, sin la gracia de la fe, nuestra desventura no tendría límites.
Oh Jesús, autor y consumador de nuestra fe, consérvanos dentro de la nave de Pedro, fieles a su sucesor, para que se construya la unidad de la Iglesia, se promueva su santidad y se dilate en bien de todos los pueblos. Concédenos la paz y la unidad. Confórtanos y consérvanos en tu santo servicio, para que por Ti y en Ti vivamos siempre. Amén.

(Esta oración está basada en Hebreos 12, 1-2. Probablemente el autor no sea san Clemente; pero sabemos que la rezaba y la recomendaba. La hemos tomado de: Espiritualidad Redentorista, vol. 4, p. 293).




Beato Genaro Mª Sarnelli
[ 30 de junio ]
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Santos en el Nápoles del Settecento
En la tradición redentorista, el Beato Sarnelli siempre ha sido considerado como el hermano gemelo del fundador, san Alfonso. Ambos dieron sus primeros pasos al mismo tiempo y en el mismo lugar, la gran Nápoles del siglo XVIII: estudios de leyes, doctorado en ambos derechos por la universidad napolitana, ejercicio de la abogacía, abandono de los tribunales para entrar en la vida sacerdotal, dedicación a los pobres y abandonados de la capital. Casi de forma natural fueron ambos misioneros populares y redentoristas. Su procesos paralelos se explican cuando se descubre que ambos nacieron y crecieron en un terreno parecido en cuanto a condición social, cultural y religiosa. Tampoco es casual que ambos tengan juntos sueños misioneros en el Colegio de los Chinos de su ciudad o que juntos aparezcan en las calles de los barrios bajos, reunidos con jóvenes y trabajadores, en las "Capelle serotine", un proyecto original de formación de laicos para el apostolado entre los laicos.
Podríamos continuar señalando el paralelo que existe entre estos dos santos redentoristas indicando la importancia de sus publicaciones para difundir las ideas y la praxis cristiana al gran público del siglo XVIII. Estas iniciativas se deben al ambiente iluminista en el que estaban inmersos, y en el que demostraron su empeño por erradicar la ignorancia humana y religiosa. La producción literaria de los dos santos nació de su experiencia pastoral, de la que salieron los temas de sus obras: la catequesis, la educación de los jóvenes, la educación en la oración, etc.

Un redentorista atípico
Pero será el mismo san Alfonso quien establece la diferencia entreambos personajes. Él es el primer biógrafo de su joven amigo, lo que demuestra la admiración que Alfonso tenía por Sarnelli. No reduce la vida de su amigo Gennaro a una reflexión devota sobre su personalidad, sino que el reflexivo Alfonso de Liguori pone de manifiesto, con cariño de amigo, las cualidades de espontáneo e impaciente de Sarnelli. Frente al pragmatismo de Liguori, Sarnelli aparece como soñador e idealista. Mientras san Alfonso vivía una vida disciplinada en el entorno de su congregación, respetaba al mismo tiempo la incapacidad de Sarnelli para recluirse en la vida reglada y rítmica de un convento.
Nuestro Beato era un volcán de iniciativas e ideas, y su actividad febril le llevará a la muerte, pero le convierte en verdadero testigo de la urgencia del evangelio. Su libertad e independencia lo definen como "un redentorista atípico". Pero, aunque desconcierta al principio, la lectura de su vida nos transmite una santidad única, que se puede definir como moderna, por la impoirtancia de la responsabilidad personal en el empeño de responder a la llamada de Dios desarrollando hasta el máximo la compasión humana y evangélica. Gennaro María Sarnelli, por este espíritu que lo animó, tiene el raro privilegio de poder dialogar ahora con los hombres de nuestro tiempo.

Entre Nápoles y Ciorani
Gennaro Maria Sarnelli nace en Nápoles el 12 de septiembre de 1702. Es hijo de Angelo Sarnelli y Caterina Scoppa. Su padre es un famoso abogado napolitano, que consigue hacerse noble al adquirir el título de Barón de Ciorani, fruto de sus hábiles negocios. Ciorani es una pequeña población del sur de Italia, donde Gennaro pasará largas temporadas en su vida, por diferentes razones. A los 14 años, bajo el impacto de la beatificación de Francisco de Regis, comunica a sus padres el deseo de hacerse jesuita. El padre lo disuade creyéndolo demasiado joven. Gennaro emprende entonces los estudios de derecho, siguiendo los pasos de su padre, y culmina su carrera con el título de doctor en ambos derechos en 1722. A partir de entonces ejerce la abogacía en los tribunales napolitanos.
Por san Alfonso sabemos que Sarnelli combinaba perfectamente sus trabajos como abogado con una vida cristiana comprometida. Todos los días acudía a la eucaristía y hacía meditación. Siguiendo una tradición común entre los abogados de Nápoles, se inscribe en la Congregación de los Caballeros Profesionales del Derecho y de la Medicina, dirigida por los Píos Operarios de la iglesia de san Nicolás. Esta Asociación disponía en sus reglas que todos sus miembros asistieran a los enfermos del Hospital de los Incurables. Allí comparte esta labor con Alfonso de Liguori y Cesare Sportelli, que serán también parte del primer grupo redentorista. Es en este hospital donde Gennaro se siente llamado por Dios al sacerdocio.

El abogado se hace sacerdote
En septiembre de 1728 se ingresa en el seminario y es destinado por el Cardenal Pignatelli, arzobispo de Nápoles, a laparroquia de Santa Ana di Palazzo. Para poder estudiar tranquilamente, abandona la casa familiar. Se hospeda en el colegio de la Santa Familia, más conocido como el Colegio de los Chinos, fundado por Matteo Ripa, con el fin de reunirmisioneros para las indias orientales. El 8 abril del año siguiente deja el colegio de los Chinos y el 5 de junio del mismo año ingresa en la Congregación de las Misiones Apostólicas, una sociedad de sacerdotes diocesanos entregados a la predicación en los lugares más deprimidos de la diócesis de Nápoles.
El 8 julio de 1732 es ordenado sacerdote. Durante todos estos años, además de las visitas al hospital, se dedica a ayudar a los niños que son obligados a trabajar, enseñándoles el catecismo. Visita a los ancianos del geriátrico de san Genaro y a los marinos enfermos que yacen postrados en el hospital del puerto. Es éste también el tiempo en el que entabla amistad con san Alfonso de Liguori y conoce su apostolado. Juntos se dedican a promover reuniones entre los laicos de la periferia de la ciudad. Así es como nacen las "Capillas del atardecer", encuentros de laicos para la oración y la formación. Sin duda, esta actividad se adelantaba a su tiempo en la promoción del laicado.
Después de su ordenación, el Cardinal Pignatelli encomienda a Sarnelli la enseñanza religiosa en la parroquia de los Santos Francisco y Mateo, en el barrio español de Nápoles. Cuando se da cuenta de la corrupción y marginación en la que viven muchas jóvenes, decide emplear todas sus energías en la lucha contra la prostitución, muy extendida en la zona del puerto de la gran ciudad en la que vive.

Uno de los primeros redentoristas
En este mismo tiempo, san Alfonso debe defenderse de las injustas críticas que padece a causa de la fundación de la Congregación misionera del Santísimo Redentor en Scala (Salerno) el 9 de noviembre de 1732. La mayor parte de suscompañeros le abandonan, y toda Nápoles cree que está persiguiendo un sueño imposible.
En junio de 1733, Sarnelli se traslada a Scala para ayudar a su amigo en la misión de Ravello, la primera misión de los recién fundados misioneros. En esta experiencia Sarnelli decide hacerse redentorista, y continua participando en las misiones sucesivas. Su hermano Andrea Maria Sarnelli, también sacerdote, deseaba que los redentoristas establecieran una casa en el fuedo familiar, en Ciorani. Allí se trasladan los primeros redentoristas y esta población tiene el privilegio hoy de poseer la Casa Madre de todos los redentoristas, al desaparecer las anteriores fundaciones.
Desde el día de su entrada en la Congregación hasta abril de 1736, Gennaro María se empeñará sin descanso en las misiones parroquiales. Mientras tanto, ese mismo año salía a la luz su obra Ragioni cattoliche sobre el problema de las "jóvenes en peligro", las mujeres marginadas de su sociedad. Escribe también sobre la vida espiritual y la doctrina cristiana. Su cansancio es tal que llega a estar al borde de la muerte. Con el consentimiento de san Alfonso vuelve a Nápoles para mejorar su delicada salud. Allí emprende nuevamente su apostolado entre las prostitutas.

Apóstol de Nápoles
Entre su regreso a Nápoles y su muerte hay ocho años de apostolado en Nápoles. Además de dedicarse a las misiones redentoristas y las tareas pastorales de las Misiones Apostólicas, promueve la meditación comunitaria entre los laicos publicando "El mundo santificado". Con otro libro suyo invita a dar mayor importancia a la educación de la juventud y a la catequesis. En 1741, al tiempo que planifica las grandes misiones predicadas en los suburbios y caserios de Nápoles, participa también en ellas y prepara la visita canónica del Cardenal Spinelli a Nápoles y sus aledaños. A pesar de su permanente estado enfermizo, sigue predicando en los caseríos hasta finales de abril de 1741 cuando, ya muy enfermo, vuelve a Nápoles donde muere el 30 de junio a la edad de 42 años.
Sus restos descansan en Ciorani, primera iglesia redentorista y fundación proporcionada por su propia familia. Actualmente, junto al sepulcro del Beato Sarnelli, viven los Novicios Redentoristas de Europa Sur.El 12 de mayo de 1996, el Papa Juan Pablo II lo beatíficó en la Plaza de San Pedro.
Genaro Sarnelli nos ha dejado en herencia unas 30 obras dedicadas a la meditación, a la teología mística, a la dirección espiritual, al derecho, a la pedagogía, a la moral y a diversas temáticas pastorales. Su actividad social en favor de la mujer oprimida y marginada le ha merecido el ser considerado entre los autores que con mayor autoridad han afrontado esta temática en la Europa de la primera mitad del siglo dieciocho.


Su sepulcro fue cubierto con una losa de mármol blanco. Y sobre la lápida se ve esculpida la imagen del difunto en hábito sacerdotal con la siguiente inscripción en latín:

«Jenaro María Sarnelli,
sacerdote napolitano y hombre apostólico.
Renunció a las riquezas y a los honores.
Se abrazó con la humildad de la Cruz.
Luchó contra la marginación de la mujer.
De palabra y por escrito
se consagró por entero a renovar la vida del clero,
de los niños y de todas las clases de personas.
Agotado por estos trabajos,
murió el 30 de junio de 1744
a los 42 años de edad».



Beato Jenaro Maria Sarnelli
  Fiesta: 30 de Junio 
BEATO JENARO MARIA SARNELLI
1.702 - 1.744  
Es lógica la pregunta, ¿por qué proponer ahora al Beato Jenaro María Sarnelli como punto referencial?. Es lógico que nos fijemos en las figuras que vivieron en la «época de los orígenes» del grupo al que pertenecemos nosotros. En su día, de ellos arrancaron formas nuevas de santidad, oración, espiritualidad, vida evangélica y piedad cristiana, que han llegado hasta nuestros días.
La figura de Jenaro María Sarnelli la podemos ver y contemplar en la imagen trazada por tres plumas distintas y en tres momentos también diferentes. Cada uno de estos momentos nos da un perfil del beato.
El primer perfil nos lo ha trazado la pluma de un historiador de la Congregación, contemporáneo de Jenaro María Sarnelli: el P. Antonio Mª Tannoia (1727-1808) y nos lo pinta con estos rasgos: «abogado de Nápoles, teólogo insigne y hombre de cultura, lleno de celo por la gloria de Dios y por la salvación de las almas, amigo sincero de Alfonso María de Liguori y de un mismo sentir que él, entusiasmado por los ideales redentoristas, entró en la Congregación del Santísimo Redentor y llegó a ser una de las piedras angulares del naciente Instituto».
El segundo perfil nos llega tal como lo ha trazado su compañero y gran amigo Alfonso María de Liguori. Fue el mismo San Alfonso quien hizo el discurso fúnebre en la muerte de su amigo Jenaro Mª Sarnelli. Alfonso tenía la santa y noble costumbre de escribir la biografía de algunos de sus cohermanos y compañeros. No podía hacer menos para su amigo y compañero Jenaro María Sarnelli. Compuso más tarde, a principios de julio de 1744 el Compendio de la Vida del Siervo de Dios.  Es la primera biografía del P. Jenaro María Sarnelli y nos lo resume el mismo San Alfonso Mª De Liguori: «con su biografía pone de relieve la imagen de la vida edificante que se vivía en el Instituto: cómo se agregó al Instituto, cómo vivió con edificación en Scala, cómo murió misionando, asistido por un cohermano redentorista, cómo practicó de modo heroico las virtudes cristianas». Pero a San Alfonso María de Liguori más que los datos biográficos, le interesa el modelo de santidad que encarna, porque la gente lo llamaba el «misionero Santo».
Y llegamos al tercer perfil que lo encontramos trazado en la inscripción que ha quedado petrificada sobre el mármol blanco de su sepulcro en Ciorani.   
FAMILIA E INFANCIA
El P. Jenaro Sarnelli nació en Nápoles el 12 de septiembre de 1702. Era el cuarto de los ocho hijos (seis varones y dos mujeres) que tuvo el matrimonio de don Agustín Sarnelli (Barón de Ciorani, Salermo) y doña Catalina Schioppa. Fue bautizado dos días después en la parroquia de Sta. Ana de Palazzo en Rosario di Palazzo  (Nápoles) y le fueron impuestos los siguientes nombres: Gennaro María Francesco Giusepe Rocco.
Vivió la mayor parte del tiempo en el feudo paterno. De esta época de su vida sabemos muy poco. Algo nos dicen afirmaciones sueltas de sus contemporáneos referidas a Sarnelli, como, por ejemplo: «había hecho estudios muy sólidos», «era gran teólogo y gran legista: hombre versado en todo tipo de literatura»,  «estudió ciencias, oratoria, filosofía y dibujo  en el colegio jesuita de San Francisco Javier, situado enfrente mismo de su palacio familiar». 
 
LOS PRIMEROS TANTEOS EN SUS ASPIRACIONES DE HACERSE SACERDOTE  
Primer intento: hacerse jesuita. Intentó decididamente entrar en la Compañía de Jesús, pero se lo impidió su padre por tener aún una edad no adecuada para poner en práctica con la debida estabilidad una resolución de tanta importancia.
 
PROYECTOS DE SU PADRE
En esa época la opinión del padre influía mucho. Por consejo y deseos de su padre estudia la carrera de Leyes, en la que logra tener éxito. Parece seguro que se doctoró en 1722, a la edad de veinte años, ejerciendo como abogado cinco o seis años.
 
SE INSCRIBE EN UNA CONGREGACIÓN DE CABALLEROS 
Un primer momento en la búsqueda del camino y de las aspiraciones religiosas fue la pertenencia y los trabajos como miembro de una congregación religiosa de seglares. Era ya para esta época abogado y se inscribe en la Congregación dei Cavalieri Togati e Dottori que tenían los Píos Operarios.
Por este tiempo asume el compromiso de visitar el Hospital de los Incurables. Posiblemente de aquí le viene el primer trato que entabló con Alfonso María de Liguori y con otros jóvenes sacerdotes, amigos del Santo.

EN EL COLEGIO DE LOS CHINOS
Desconocía Sarnelli lo que le podía ocurrir en los momentos que dedicaba a visitar los enfermos incurables. Jenaro Maria Sarnelli experimenta que la llamada cada vez se le va haciendo más clara a medida que se entrega a su tarea en el Colegio de los Chinos.
Alfonso Mª de Liguori hace lo mismo hasta el año 1732. En el Colegio de los Chinos conviven los dos por algún tiempo. Les va a unir para siempre una gran amistad. Pero Alfonso deja el Colegio y se retira a Scala para fundar la Congregación del Santísimo Redentor. Sarnelli continúa algún tiempo más y allí su actividad se diversifica entre los estudios, la dedicación a la vida espiritual y la formación de los alumnos.
Por diferencias de criterio con el fundador del Colegio de los Chinos, el Jesuita P. Ripa, Sarnelli deja el mismo.
 
…Y SE VUELVE A SU CASA
Jenaro María Sarnelli ingresa en 1730  como novicio en la Congregación de las Misiones Apostólicas, de la que pasa a ser miembro al terminar el año de noviciado.
El 8 de junio de 1732 es ordenado sacerdote. Continúa trabajando como diácono, dedicándose siempre a la catequesis de los niños. En la parroquia de Santa Ana di Palazzo se le presenta el problema de las prostitutas. Esto fue lo que creó en Sarnelli su preocupación pastoral, social y política.

CONTACTO CON LA CONGREGACIÓN MISIONERA DE SU AMIGO ALFONSO
Otro gran momento en su incansable búsqueda hacia el sacerdocio fue la colaboración misionera que prestó a la nueva congregación fundada por San Alfonso.
El 9 de noviembre 1732 había sido fundada en Scala la Congregación del Santísimo Redentor. Su incorporación al Instituto siguió los siguientes pasos: comienza Jenaro María Sarnelli a colaborar con los redentoristas en la misión y entabla una relación personal muy especial con la Comunidad redentorista de Scala. El 15 de enero 1734 ingresó en el Instituto fundado por su amigo Alfonso. Terminó agotado y muy mal de salud. 
 Sobrevino un gran terremoto que provocó el empeoramiento de su salud, y Alfonso era del parecer de que se volviera a Nápoles para seguir el tratamiento médico. Se restablece su salud y de nuevo lo vemos en Scala para seguir con su actividad misionera.  

DE NUEVO EN NÁPOLES
Después de la Pascua de 1736, Sarnelli decide volver definitivamente a Nápoles y así se convierte en el «Apóstol de Nápoles».
Publica la mayor parte de sus escritos, emprende una gran campaña para la recuperación social de las víctimas de la prostitución, lucha contra el abuso de las blasfemias, divulga su tratado de la oración mental entre los seglares, predica misiones urbanas, colabora con los redentoristas en las misiones populares...
Su celo lo entendía con un poco de ironía el dominico Gregorio Rocco: «¡Oh, el Padre Gennaro quiere hasta quitar el pecado del mundo!». Desarrolla un gran apóstolado urbano, sobre todo el alejamiento de las prostitutas del centro de la ciudad de Nápoles. Esta obra exigía su presencia continua. Y en Nápoles finalmente va a terminar su vida   

ÚLTIMOS DÍAS Y MUERTE  
La debilidad de Sarnelli iba en aumento día a día. Como se iba empeorando su estado de salud, fue trasladado a la casa de su hermano Domingo. Desde mediados de junio tuvo que guardar cama. Toda una noche oscura en su espíritu, pero tres días antes de su muerte, respira paz y bonanza. El redentorista enviado por Alfonso para cuidarlo le oyó decir las siguientes palabras: «La criatura vuelve ya al Creador, el hijo al Padre. Si te place, deseo ir a verte cara a cara; pero no quiero ni morir ni vivir, quiero sólo lo que tú quieres. Tú sabes que cuanto he hecho, cuanto he pensado, todo ha sido para tu gloria». Él mismo dijo al redentorista que le acompañaba: «Hermano, prepare los vestidos más viejos para amortajarme, a fin de que no se pierdan los mejores conmigo».
Su agonía fue tranquila y no duró más de media hora. Con un crucifijo entre las manos expiró plácidamente el 30 de junio de 1744 a los cuarenta y dos años.
En la mañana siguiente fue llevado el cadáver a la iglesia vecina de Ntra. Sra. del Auxilio. Un gran gentío le acompañaba. «Ha muerto el Santo». Todo el mundo se quería llevar una reliquia. Luego fue enterrado al pie de las gradas del altar de San Nicolás. Más tarde fueron trasladados sus restos mortales a la iglesia redentorista de San Antonio en Nápoles, donde estuvieron hasta 1994 en que quedaron depositados en la iglesia de los Redentoristas en Ciorani con motivo del 250 aniversario de su muerte.
Su sepulcro fue cubierto con una losa de mármol blanco. Y sobre la lápida se ve esculpida la imagen del difunto en hábito sacerdotal con la siguiente inscripción en latín:
«Jenaro María Sarnelli,
sacerdote napolitano y hombre apostólico.
Renunció a las riquezas y a los honores.
Se abrazó con la humildad de la Cruz.
Luchó contra la marginación de la mujer.
De palabra y por escrito
se consagró por entero a renovar la vida del clero,
de los niños y de todas las clases de personas.
Agotado por estos trabajos,
murió el 30 de junio de 1744
a los 42 años de edad».

SARNELLI BEATO
Y como coronamiento de toda una vida corta, pero muy llena de obras, podemos hablar en Sarnelli de un final glorioso: el 12 de mayo de 1996 tiene lugar en Roma la beatificación del Venerable Siervo de Dios. Desde esta fecha, una figura más en el Iconostasio Redentorista. Y van ocho...

APOSTOLADO DE SARNELLI 
Jenaro Sarnelli fue conocido por sus contemporáneos del siglo XVIII como el «Apóstol de Nápoles».
Su dedicación fue plena a este quehacer misionero. Y en esta tarea pastoral es donde Jenaro María Sarnelli vive una realización plena de su sacerdocio. Era una opción muy clara en su vida. Aquí ha encontrado su campo de misión.
El apóstolado de Sarnelli encarna los mismos ideales que guían también a Alfonso María de Liguori, antes y después de haber fundado la Congregación Redentorista. Su dedicación apostólica la podíamos encerrar en estas cinco áreas apostólicas:
— la formación del clero y las Academias Sacerdotales.
— la formación de los seglares.
vida devota, con su itinerario de oración mental, comunión, visitas al Santísimo.
— la educación de los niños.
— la lucha contra la blasfemia y contra la explotación de la mujer.
— en toda esta dinámica de Sarnelli siempre hay la misma inquietud como factor de esta vida misionera: la presencia de los pobres y marginados.

EL PADRE SARNELLI Y LOS POBRES
La inquietud misionera que movió la vida del apóstol Pablo «Ay de mí si no evangelizo...» ( 1Cor.9, 16) fue también lo que dinamizó la vida apostólica de Sarnelli. La misma finalidad que había tenido Alfonso María de Liguori al fundar su Congregación Misionera de los Redentoristas teniendo como destinatarios a los más pobres y abandonados de su tiempo.
Veía como una necesidad especial y prioritaria el apóstolado con la infancia. Se entregó en cuerpo y alma a los hijos de las familias más necesitadas, a la mujer víctima de la prostitución y al mundo de los enfermos.

EVANGELIZACIÓN MISIONERA Y FORMACIÓN DEL PUEBLO
La actividad misionera de los Redentoristas se centró de una manera muy clara en las Misiones Populares, de pueblo en pueblo y de aldea en aldea, como apóstolado itinerante. Pero también la casa redentorista se convirtió en «misión perpetua y continua».
Pensando en los que vivían en los alrededores de las casas Redentoristas fue una constante el facilitar a todos la práctica de la vida auténticamente cristiana. Se valían de los mismos medios de perseverancia que se trataban de introducir en las comunidades cristianas que habían sido evangelizadas por los Redentoristas. En concreto se trataba de dos medios: el ejercicio de la «Vida Devota» y las Asociaciones Religiosas para Seglares.
Normalmente, la «Vida Devota» suponía una meditación diaria sobre temas relacionados con los tiempos litúrgicos, las verdades eternas, la Pasión de Jesucristo y los Dolores de María. Se seguía un esquema que era lo que mantenía el ritmo de la asamblea: letanías a María Santísima, momento de meditación, actos de la vida cristiana, bendición con el Santísimo y cánticos piadosos.

EL APOSTOLADO SOCIAL DE SARNELLI
De los rasgos más llamativos en la vida y en la actividad del P. Sarnelli destaca el apóstolado social. Llegó a este apóstolado tan singular por varias razones. De manera esquemática podemos concretar cuáles fueron sus motivaciones:
— El fenómeno de la prostitución tan acentuado, las consecuencias que esto supone y las consecuencias que se siguen. Y no en menor grado la actitud que toman ante este fenómeno la sociedad, los poderes públicos y la misma Iglesia.
— Como dato personal, la experiencia negativa que había vivido en este mundo de la prostitución en la ciudad de Nápoles y, muy particularmente, en los barrios de la parroquia a la que había quedado asignado como catequista cuando ya era diácono. Una experiencia que se marca fuertemente en cualquiera que haya pasado algún tiempo en casas, pensiones o pisos del casco viejo y pobre de una gran ciudad. En uno de estos barrios le tocó trabajar al P. Sarnelli. Se mueve en medio de la promiscuidad más inhumana de esos barrios pobres, sucios y superpoblados. En su pluma aflora la descripción de estos ambientes en los que se ha movido en los comienzos de su vida pastoral.
— Sarnelli expone en sus «obras morales» las causas que han llevado a esta situación. Algunas de las muchas que propone Sarnelli: la promiscuidad en que se vive en estos barrios, la permisividad social y política, la pobreza, la falta de instituciones y de medios para hacer frente a los problemas, los malos ejemplos por la presencia descarada de las prostitutas en toda la ciudad, la provocación que esto supone, la explotación del fenómeno, la corrupción social y el no observar las leyes establecidas.
— Nos recuerda la dimensión pastoral y los remedios que habría que poner para superar positivamente este problema, sobre todo en el mundo de la infancia, de la juventud, de la mujer, de la familia y del orden social y religioso-cristiano.

SARNELLI ESCRITOR Y MAESTRO DE ESPÍRITU
Las obras escritas son para Sarnelli una forma de predicación constante. El mismo lo vive y nos lo ha dejado bien escrito y de una manera concreta: «Quiero seguir predicando hasta el día del juicio».
Este mismo celo por la salvación de las almas lo indujo a imponerse a las inmensas fatigas que tuvo que sufrir en la publicación de sus libros, en los cuales, al ver el espíritu con que los escribió y más concretamente las materias que decidió tratar, se puede ver el gran deseo que tenía de santificar el mundo entero si le hubiera sido posible.
Este testimonio es el que nos da la pauta para entender el espíritu y la tarea que se proponía con cada una de sus obras escritas. Todos los libros que escribió tenían una intención muy clara: el deseo de ayudar a las almas, aún después de su muerte. El apostolado de la pluma entre los Redentoristas comenzó con Sarnelli, recibió con Alfonso Mª de Liguori la impronta de «una actividad propia» relacionada con la misión eclesial del Instituto y ha sido continuado por todos los redentoristas que se han sentido movidos a seguir escribiendo, viéndolo como su actividad pastoral al servicio del grupo y de los destinatarios.
Escribe libros relacionados con la meditación en común, con la vida devota, con la formación cristiana y con las misiones en los caseríos. Pero no podemos olvidar varias obras dedicadas a la educación infantil y de la juventud, a la formación del clero y a los problemas morales y religiosos. Este estilo de escribir y estas obras San Alfonso las vió siempre como «algo propio de la Congregación». La actividad literaria del P. Sarnelli comprende veintidós obras y un volumen de correspondencia.
La obra literaria de Sarnelli, teniendo en cuenta los contenidos y los núcleos de interés, la podemos unificar en varios epígrafes que exponemos muy brevemente a continuación:
— «para la santificación del mundo», donde trata de la meditación y de la oración, obra instructiva e iluminativa. Con ella trata de facilitar la vida devota, útil a seglares, religiosos y eclesiásticos.
— «para la renovación y perfeccionamiento de la vida cristiana». Tiene una intencionalidad formativa sobre las principales y más importantes obligaciones de todo cristiano para vivir según las normas de su propia profesión y para tener la estima y veneración de los Santos Misterios de la Religión.
— «para los pastores de almas». Una obra sobre todo dirigida al clero de la archidiócesis de Nápoles y para la instrucción y santificación de estos pueblos, pero no excluye el que pueda ser recibida y puesta en práctica por todos los pastores de almas.
— «para la orientación y el acompañamiento en el camino de la vida espiritual». Es un núcleo formado por una serie de obras de Teología y práctica espiritual. Podemos encontrar en estas obras métodos y propuestas concretas sobre la vida devota.
— «para la acción pastoral y sociopolítica contra la inmoralidad pública». Este núcleo está formado por las obras morales de Sarnelli con dos temas de fondo: razones católicas y políticas en defensa de las ciudades llevadas a la ruina por la insolencia de la prostitución y contra el vicio de la blasfemia, razones para erradicar este vicio, formas eficaces para eliminarlo, reflexiones contra el vicio de la blasfemia...
— «para la práctica de la piedad cristiana». Este núcleo queda reducido a tres grandes temas: piedad Trinitaria (devociones para honrar a la Santísima Trindad y a María);  piedad cristológica (consideraciones sobre la Encarnación del Verbo Divino como preparación para la Navidad); piedad mariana (obra utilísima para suscitar en el corazón de los fieles la verdadera devoción a María Santísima y para prepararse a las Novenas de sus fiestas y solemnidades).

 CONCLUSIÓN
Al terminar estas notas con las que podemos formar un pequeño perfil de Sarnelli, podemos también sintetizar brevemente lo que Sarnelli representa en la Iglesia y nos ha dejado como legado a los Redentoristas de hoy:
— el Evangelio tiene que ser predicado de nuevo (San Clemente, seguidor del P. Sarnelli)
— como Sarnelli, formamos parte de un grupo apostólico que se siente llamado a evangelizar a los más abandonados (de la Súplica de Alfonso al Papa Benedicto XIV en 1748).
— como él,  también hoy estamos llamados a evangelizar a los más pobres (Lc.4, 18). Pero, para eso, tenemos que experimentar personal y comunitariamente, el apremio apostólico de San Pablo: «Ay de mí si no predicara el Evangelio». (1Cor.9, 16).
— Sarnelli se incorpora al grupo de Alfonso con todos los valores de su personalidad, formación, iniciativas pastorales y creatividad, pero también con sus limitaciones, principalmente su salud maltrecha. Y aún en medio de estas limitaciones, Sarnelli es considerado como una de las piedras angulares del naciente Instituto.
- A partir del 12 de mayo de 1966 su voz ha comenzado a resonar de una manera nueva en la Iglesia de Dios. Después de haber descubierto su figura, lo podemos contemplar como misionero apostólico, amigo de Alfonso de Liguori y  maestro del espíritu. 




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