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Pedro Nolasco, Santo |
Presbítero y Fundador de la Orden de la Bienaventurada María de
la Merced
Martirologio Romano: En Barcelona, en España, san Pedro Nolasco,
presbítero, quien con san Ramón de Penyafort y el rey
Jaime I de Aragón fundó, según se cree, la orden
de la Bienaventurada María de la Merced, para la redención
de los cautivos. Se entregó ardientemente con trabajo y esfuerzo
a procurar la paz y a liberar del yugo de
la esclavitud a los cristianos, en tiempo de los infieles
(1258).
Nace en Barcelona, España, 1189.
A los 15 años sufre la
muerte de su padre y se dispone a repartir santamente
sus muchos bienes a lo que su madre asiente.
Años
mas tarde, estando en edad de casarse, peregrina a Monserrat.
Allí, a los pies de la Virgen, pudo comprender mejor
el vacío de las vanidades mundanas y el tesoro que
es la vida eterna. Prometió entonces a la Virgen mantenerse
puro y dedicarse a su servicio.
Eran tiempos en que
los musulmanes saqueaban las costas y llevaban a los cristianos
como esclavos al Africa. La horrenda condición de estas víctimas
era indescriptible. Muchos por eso perdían la fe pensando que
Dios les había abandonado. Pedro Nolasco era comerciante. Decidió dedicar
su fortuna a la liberación de el mayor número posible
de esclavos. Recordaba la frase del evangelio: "No almacenen su
fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y
la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenen
su fortuna en el cielo, donde no hay ladrones que
roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe"
Mt 6,20.
En 1203 el laico San Pedro Nolasco iniciaba en
Valencia la redención de cautivos, redimiendo con su propio patrimonio
a 300 cautivos. Forma un grupo dispuesto a poner en
común sus bienes y organiza expediciones para negociar redenciones. Su
condición de comerciantes les facilita la obra. Comerciaban para rescatar
esclavos. Cuando se les acabó el dinero forman grupos -cofradías-
para recaudar la "limosna para los cautivos". Pero llega un
momento en que la ayuda se agota. Pedro Nolasco se
plantea entrar en alguna orden religiosa o retirarse al desierto.
Entra en una etapa de reflexión y oración profunda.
Intervención
de la Virgen para la fundación La noche del 1 al
2 de agosto del año 1218, la Virgen se le
apareció a Pedro Nolasco. Según una tradición dudosa, también se
apareció la Virgen a San Raimundo de Peñafort, y al
rey Jaime I de Aragón, y les comunicó a los
tres por separado su deseo de fundar una orden para
redimir cautivos.
El hecho es que la Virgen María movió
profundamente el corazón de Pedro Nolasco para fundar la orden
de la Merced y formalizar el trabajo que el y
sus compañeros hacían ya por 15 años. El 10 de
agosto de 1218 en el altar mayor de la Catedral
de Barcelona, en presencia del rey Jaime I de Aragón
y del obispo Berenguer de Palou, se crea la nueva
institución. Pedro y sus compañeros vistieron el hábito y recibieron
el escudo con las cuatro barras rojas sobre un fondo
amarillo de la corona de Aragón y la cruz blanca
sobre fondo rojo, titular de la catedral de Barcelona. Pedro
Nolasco reconoció siempre a María Santísima como la auténtica fundadora
de la orden mercedaria. Su patrona es La Virgen de
la Merced. "Merced" significa "misericordia".(Mas sobre La Virgen de la
Merced y San Nolasco).
La nueva orden fue laica en los
primeros tiempos. Su primera ubicación fue el hospital de Santa
Eulalia, junto al palacio real. Allí recogían a indigentes y
a cautivos que regresaban de tierras de moros y no
tenían donde ir. Seguían la labor que ya antes hacían
de crear conciencia sobre los cautivos y recaudar dinero para
liberarlos. Eran acompañados con frecuencia de ex-cautivos, ya que, cuando
uno era rescatado, tenía obligación de participar durante algún tiempo
en este servicio. Normalmente iban cada año en expediciones redentoras.
San Pedro continuó sus viajes personalmente en busca de esclavos
cristianos. En Argelia, Africa, lo hicieron prisionero pero logró conseguir
su libertad. Aprovechando sus dones de comerciante, organizó con éxito
por muchas ciudades colectas para los esclavos.
Los frailes hacían,
además de los tres votos de la vida religiosa, pobreza,
castidad y obediencia, un cuarto: dedicar su vida a liberar
esclavos. Al entrar en la orden los miembros se comprometían
a quedarse en lugar de algún cautivo que estuviese en
peligro de perder la fe, en caso que el dinero
no alcanzara a pagar su redención. Entre los que se
quedaron como esclavos está San Pedro Ermengol, un noble que
entró en la orden tras una juventud disoluta. Este cuarto
voto distinguió a la nueva comunidad de mercedarios.
El Papa Gregorio
Nono aprobó la comunidad y San Pedro Nolasco fue nombrado
Superior General.
El rey Jaime decía que si había logrado
conquistar la ciudad de Valencia, ello se debía a las
oraciones de Pedro Nolasco. Cada vez que obtenía algún triunfo
lo atribuía a las oraciones de este santo.
Antes de morir,
a los 77 años (el 25 de diciembre de 1258),
pronunció el Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste
tu poder a los pueblos y con tu brazo has
rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados".
Su intercesión logró
muchos milagros y el Papa Urbano VIII lo declaró santo
en 1628.
La misión redentora la continúa hoy la familia
mercedaria a través de sus institutos religiosos y asociaciones de
laicos. Es también la misión de todo buen cristiano.
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