Lectura Dominical Domingo 27 Mayo 2012
Lecturas de la liturgia
Misa de la vigilia
Génesis 11, 1-9
Génesis 11, 1-9
Se llama Babel, porque allà confundió el Señor la lengua de toda la tierraO bien: Éxodo 19,3-8a.16-20b
Lectura del libro del Génesis 11, 1-9
Toda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras.
Al emigrar (el hombre) de oriente, encontraron una llanura en el paÃs de Senaar y se establecieron allÃ.
Y se dijeron unos a otros: "Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos."
Emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de cemento.
Y dijeron: "Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra."
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres; y se dijo: "Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo."
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad.
Por eso se llama Babel, porque allà confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allà los dispersó por la superficie de la tierra.
El Señor bajó al monte Sinaà a la vista del pueblo En aquellos dÃas, Moisés subió hacia Dios. El Señor lo llamó desde el monte, diciendo: "Asà dirás a la casa de Jacob, y esto anunciarás a los israelitas: "Ya habéis visto lo que he hecho con los egipcios, y cómo a vosotros os he llevado sobre alas de águila y os he traÃdo a mÃ. Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mÃa es toda la tierra; seréis para mà un reino de sacerdotes y una nación santa." Éstas son las palabras que has de decir a los israelitas." Moisés convocó a los ancianos del pueblo y les expuso todo lo que el Señor le habÃa mandado. Todo el pueblo, a una, respondió: "Haremos todo cuanto ha dicho el Señor."Salmo responsorial: 103
Al tercer dÃa, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios y se detuvieron al pie del monte. Todo el Sinaà humeaba, porque el Señor habÃa descendido sobre él en forma de fuego. SubÃa humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacÃa cada vez más fuerte; Moisés hablaba, y Dios le respondÃa con el trueno. El Señor bajó al monte SinaÃ, a la cumbre del monte, y llamó a Moisés a la cima de la montaña
EnvÃa tu EspÃritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra Bendice, alma mÃa, al Señor: ¡Dios mÃo, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R.Romanos 8,22-27
Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabidurÃa; la tierra está llena de tus criaturas. R.
Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo; se la echas, y la atrapan; abres tu mano, y se sacian de bienes - R.
Les retiras el aliento, y expiran y vuelven a ser polvo; envÃas tu aliento, y los creas, y repueblas la faz de la tierra. R.
El EspÃritu intercede con gemidos inefables Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos:Juan 7, 37-39
Hermanos: Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del EspÃritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia. Pero además el EspÃritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el EspÃritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del EspÃritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.
Manarán torrentes de agua viva El último dÃa, el más solemne de las fiestas, Jesús, en pie, gritaba: "El que tenga sed, que venga a mÃ; el que cree en mÃ, que beba.Misa del dÃa
Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva."
DecÃa esto refiriéndose al EspÃritu que habÃan de recibir los que creyeran en él.
TodavÃa no se habÃa dado el EspÃritu, porque Jesús no habÃa sido glorificado.
Hechos de los apóstoles 2,1-11
Gálatas 5,16-25
Se llenaron todos de EspÃritu Santo y empezaron a hablar Al llegar el dÃa de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartÃan, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de EspÃritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el EspÃritu le sugerÃa.Salmo responsorial: 103
Se encontraban entonces en Jerusalén judÃos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oÃr el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oÃa hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos preguntaban: "¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oÃmos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judÃos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oÃmos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua."
EnvÃa tu EspÃritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra. Bendice, alma mÃa, al Señor: / ¡Dios mÃo, qué grande eres! / Cuántas son tus obras, Señor; / la tierra está llena de tus criaturas. R.1Corintios 12,3b-7.12-13
Les retiras el aliento, y expiran / y vuelven a ser polvo; / envÃas tu aliento, y los creas, / y repueblas la faz de la tierra. R.
Gloria a Dios para siempre, / goce el Señor con sus obras. / Que le sea agradable mi poema, / y yo me alegraré con el Señor. R.
Hemos sido bautizados en un mismo EspÃritu, para formar un solo cuerpo Hermanos: Nadie puede decir "Jesús es Señor", si no es bajo la acción del EspÃritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo EspÃritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el EspÃritu para el bien común.Juan 20,19-23
Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, asà es también Cristo. Todos nosotros, judÃos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo EspÃritu, para formar un solo cuerpo. Y todo hemos bebido de un solo EspÃritu.
Como el Padre me ha enviado, asà también os envÃo yo. Recibid el EspÃritu Santo Al anochecer de aquel dÃa, el dÃa primero de la semana, estaban los discÃpulos en su casa, con las puertas cerradas por miedo a los judÃos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros." Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discÃpulos se llenaron de alegrÃa al ver al Señor. Jesús repitió: "Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, asà también os envió yo." Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibid el EspÃritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos."En el presente ciclo B pueden utilizarse tambien las siguientes lecturas:
Gálatas 5,16-25
El fruto del EspÃritu Hermanos: Andad según el EspÃritu y no realicéis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espÃritu y el espÃritu contra la carne. Hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais. En cambio, si os guÃa el EspÃritu, no estáis bajo el dominio de la ley.Juan 15,26-27;16,12-15
Las obras de la carne están patentes: fornicación, impureza, libertinaje, idolatrÃa, hechicerÃa, enemistades, contiendas, envidias, rencores, rivalidades, partidismo, sectarismo, discordias, borracheras, orgÃas y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne, que los que asà obran no heredarán el reino de Dios.
En cambio, el fruto del EspÃritu es: amor, alegrÃa, paz, compresión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sÃ. Contra esto no va la ley. Y los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y sus deseos. Si vivimos por el EspÃritu, marcharemos tras el EspÃritu.
El EspÃritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discÃpulos: "Cuando venga el Defensor, que os enviaré desde el Padre, el EspÃritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mÃ; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo. Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el EspÃritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mà lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mÃo. Por eso os he dicho que tomará de lo mÃo y os lo anunciará."
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