He visto en el purgatorio a protestantes que vivieron piadosamente en su ignorancia religiosa. (Visiones Beata Catalina Emmerich.
VIAJES AL PURGATORIO Y AL INFIERNO..
Ana Catalina Emmerick tuvo desde muy niña una especial devoción a las almas del purgatorio. Triste cosa es que las ánimas benditas sean ahora tan rara vez socorridas —afirma ella—. Es tan grande su desdicha que no pueden hacer nada por su propio bien.
Pero cuando alguno ruega por ellas o padece o da alguna limosna en sufragio de ellas, en ese mismo momento cede esta obra en bien suyo y ellas se ponen tan contentas y se reputan tan dichosas como aquel a quien dan de beber agua fresca, cuando está a punto de desfallecer.
Su ángel la llevó varias veces a visitar el purgatorio, y por eso puede declarar ella: Estaba yo con mi ángel en el purgatorio y veÃa la gran aflicción de aquellas pobres almas que no podÃan valerse a sà mismas, y cuán poco las socorren los hombres de nuestro tiempo.
No se puede expresar lo necesitadas que están. Las comprendà cuando me hallé separada de mi guÃa por una montaña. Experimenté tan vivo anhelo y tal afán de volver a su lado, que casi perdà el sentido. Le veÃa a través de la montaña, pero no podÃa ir hacÃa él. Entonces me dijo el ángel: ―Ese mismo deseo que tú sientes, lo sienten estas almas de que se las socorra..!
El ángel me exhortaba a ofrecer todas mis privaciones y mortificaciones por las ánimas benditas. Yo enviaba muchas veces a mi ángel custodio al ángel
de aquellos a quienes veÃa padecer, para que él los moviera a ofrecer sus dolores por las ánimas benditas. Lo que hacemos por ellas, oraciones u otras buenas obras, al punto se les convierte en consuelo y alivio. ¡Se alegran tanto, son tan dichosas con esto y tan agradecidas! Cuando yo ofrezco por ellas mis trabajos, ellas ruegan por mÃ.
“ME ESPANTA VER LA ABUNDANCIA DE GRACIAS QUE LA IGLESIA PONE A DISPOSICIÓN DE LOS HOMBRES, Y CÓMO ESTOS RENUNCIAN Y SE APROVECHAN TAN POCO DE ELLAS Y MIENTRAS LAS DESPERDICIAN HORRIBLEMENTE , LAS POBRES ALMAS DEL PURGATORIO SE CONSUMEN Y DESFALLECEN POR NO PODER VALERSE DE ELLAS “.
He visto en el purgatorio a protestantes que vivieron piadosamente en su ignorancia religiosa. Se sienten abandonados, porque nadie ruega por ellos.
Una noche fui conducida al purgatorio. Me parecÃa un abismo profundo enormemente espacioso. ¡Da enorme lástima ver lo triste que están las pobres almas en aquel lugar!
Las mayor parte de los hombres están allà expiando la indiferencia con que juzgaron sus pecados habituales.
Y no olvidemos que en el purgatorio están los ángeles custodios, acompañando a las almas hasta el momento definitivo de su liberación. En el momento del juicio particular después de morir, en el mismo lugar de su muerte —nos dice Ana Catalina —, allà veo a Jesús, a MarÃa, al santo patrono de cada uno y a su ángel custodio..
He recorrido muchas veces el purgatorio, acompañada de los santos. Siempre tengo que caminar por caminos tristes, pero acepto este trabajo en expiación de los pecados de las ánimas benditas y voy orando por ellas. Recuerdo los padecimientos de los santos y los ofrezco juntamente con los de Jesús por las almas benditas.
¡Oh, cuántas gracias he recibido de las benditas almas! ¡Ojalá quisieran todos participar conmigo de esta alegrÃa! ¡Qué abundancia de gracias hay sobre la tierra! Pero cuánto se las olvida, mientras que ellas suspiran ardientemente porque nos acordemos de ellas. AllÃ, en lugares varios, padeciendo diferentes tormentos, están llenas de angustia y de anhelo de ser socorridas. Y por grande que sea su aflicción y necesidad, alaban a Nuestro Señor. Todo lo que hacemos por ellas les causa una infinita alegrÃa..
…Y eran muchas almas liberadas con la ayuda de Ana Catalina que regresaban a darle las gracias, porque son muy agradecidas.
VIAJE AL INFIERNO
Cuando el ángel abrió la puerta, me vi en medio de una confusión de voces de espanto, de maldiciones, injurias, aullidos y lamentos… Cuando me acuerdo de lo que vi, tiemblo de pies a cabeza. Todo lo vi en su conjunto; allà habÃa una sima tenebrosa, habÃa fuego, tormentos, noche. Los lÃmites del horizonte eran siempre noche. Al acercarme, vi un paÃs de infinitos tormentos.
Evidentemente todo esto lo vio en visión, pero todo lo que podamos imaginar del infierno se queda pequeño con respecto a la realidad de quienes libremente rechazaron a Dios. Él respetó su libertad y no quiso obligarles a amarlo. Ellos le odiaron y escogieron vivir eternamente en compañÃa de los demonios en un mundo de odio, violencia, impureza y maldad…
El Señor dió a Sor Catalina muchas luces sobre el futuro combate y triunfo de la Iglesia:
"Vi la Iglesia de San Pedro y una cantidad enorme de gente que trabajaba para derribarla, pero a la vez vi otros que la reparaban. Los demoledores se llevaban grandes pedazos; eran sobre todo sectarios y apóstatas en gran número. Vi con horror que entre ellos habÃa también sacerdotes católicos; vi al Papa en oración, rodeado de falsos amigos, que a menudo hacÃan lo contrario de lo que él ordenaba. Vi a varios eclesiásticos. Algunos rezaban descuidadamente el breviario. ParecÃa faltarles confianza, entusiasmo, ideas claras. Era algo que daba lástima. Cincuenta o sesenta años antes del año 2000 será desencadenado Satanás por algún tiempo. En violentos combates, con escuadrones de espÃritus celestiales, San Miguel defenderá a la Iglesia contra los asaltos del mundo. En el momento más terrible de la batalla, San Miguel en persona herirá a los enemigos, siguiendo al instante una derrota general. La espada de fuego aparecerá entonces por encima de la cabeza de los triunfantes. Cuando hubo terminado el combate, sobre la Iglesia apreció una Mujer alta y resplandeciente, MarÃa, que extendÃa sobre ella su manto radiante de oro. En la Iglesia se observaron actos de reconciliación acompañados de muestras de humildad; las sectas reconocÃan a la Iglesia en su admirable victoria y en las luces de la revelación que por sà mismas habÃan visto refulgir sobre ella. Sentà un resplandor y una vida superior en toda la naturaleza y en todos los hombres una santa alegrÃa como cuando estba próximo el nacimiento del Señor..."
En esta sección iremos colcando todas las profecÃas y advertencias para dejarlas a disposición de nuestros lectores.
Algunas han sido aprobadas por la Iglesia y otras están en estudio o incluso no han sido consideradas por diversos factores.
Si bien nosotros en lo personal no estamos de acuerdo con algunos presupuestos que se manejan en cierto tipo de profecÃas, hemos querido reunirlas aquà igualmente para que el lector, por sà mismo, decida sobre esta materia, teniendo desplegado el mayor abanico posible de casos.
Aún asÃ, para dejar claro nuestro punto de vista y ayudar a quien desee tener mas elementos decisores que le faciliten la discriminación de este material, quisimos crear la sección 'Análisis de los mensajes', en la que nos extendemos con mayor detalle sobre aquellos aspectos que no creemos convincentes o del todo correctos.
Sin embargo, exagerarÃamos si dijésemos que esos mensajes más objetables son "completamente desechables". Por el contrario, creemos que para quien tenga las bases necesarias, pueden resultar un material muy interesante respecto a las coincidencias con otras profecÃas, o incluso se pueden seleccionar unos cuantos aspectos que complementan sin conflicto aquellas visiones en las que sà confiamos.
Dejamos en manos del lector, porque es serio, inteligente y capaz de hacerlo, la sana discriminación dentro de estos escritos y lo invitamos, entonces, a consultar las secciones de análisis o nuestro correo electrónico de ser necesaria cualquier aclaración o aporte.
Ana Catalina Emmerick tuvo desde muy niña una especial devoción a las almas del purgatorio. Triste cosa es que las ánimas benditas sean ahora tan rara vez socorridas —afirma ella—. Es tan grande su desdicha que no pueden hacer nada por su propio bien.
Pero cuando alguno ruega por ellas o padece o da alguna limosna en sufragio de ellas, en ese mismo momento cede esta obra en bien suyo y ellas se ponen tan contentas y se reputan tan dichosas como aquel a quien dan de beber agua fresca, cuando está a punto de desfallecer.
Su ángel la llevó varias veces a visitar el purgatorio, y por eso puede declarar ella: Estaba yo con mi ángel en el purgatorio y veÃa la gran aflicción de aquellas pobres almas que no podÃan valerse a sà mismas, y cuán poco las socorren los hombres de nuestro tiempo.
No se puede expresar lo necesitadas que están. Las comprendà cuando me hallé separada de mi guÃa por una montaña. Experimenté tan vivo anhelo y tal afán de volver a su lado, que casi perdà el sentido. Le veÃa a través de la montaña, pero no podÃa ir hacÃa él. Entonces me dijo el ángel: ―Ese mismo deseo que tú sientes, lo sienten estas almas de que se las socorra..!
El ángel me exhortaba a ofrecer todas mis privaciones y mortificaciones por las ánimas benditas. Yo enviaba muchas veces a mi ángel custodio al ángel
de aquellos a quienes veÃa padecer, para que él los moviera a ofrecer sus dolores por las ánimas benditas. Lo que hacemos por ellas, oraciones u otras buenas obras, al punto se les convierte en consuelo y alivio. ¡Se alegran tanto, son tan dichosas con esto y tan agradecidas! Cuando yo ofrezco por ellas mis trabajos, ellas ruegan por mÃ.
“ME ESPANTA VER LA ABUNDANCIA DE GRACIAS QUE LA IGLESIA PONE A DISPOSICIÓN DE LOS HOMBRES, Y CÓMO ESTOS RENUNCIAN Y SE APROVECHAN TAN POCO DE ELLAS Y MIENTRAS LAS DESPERDICIAN HORRIBLEMENTE , LAS POBRES ALMAS DEL PURGATORIO SE CONSUMEN Y DESFALLECEN POR NO PODER VALERSE DE ELLAS “.
He visto en el purgatorio a protestantes que vivieron piadosamente en su ignorancia religiosa. Se sienten abandonados, porque nadie ruega por ellos.
Una noche fui conducida al purgatorio. Me parecÃa un abismo profundo enormemente espacioso. ¡Da enorme lástima ver lo triste que están las pobres almas en aquel lugar!
Las mayor parte de los hombres están allà expiando la indiferencia con que juzgaron sus pecados habituales.
Y no olvidemos que en el purgatorio están los ángeles custodios, acompañando a las almas hasta el momento definitivo de su liberación. En el momento del juicio particular después de morir, en el mismo lugar de su muerte —nos dice Ana Catalina —, allà veo a Jesús, a MarÃa, al santo patrono de cada uno y a su ángel custodio..
He recorrido muchas veces el purgatorio, acompañada de los santos. Siempre tengo que caminar por caminos tristes, pero acepto este trabajo en expiación de los pecados de las ánimas benditas y voy orando por ellas. Recuerdo los padecimientos de los santos y los ofrezco juntamente con los de Jesús por las almas benditas.
¡Oh, cuántas gracias he recibido de las benditas almas! ¡Ojalá quisieran todos participar conmigo de esta alegrÃa! ¡Qué abundancia de gracias hay sobre la tierra! Pero cuánto se las olvida, mientras que ellas suspiran ardientemente porque nos acordemos de ellas. AllÃ, en lugares varios, padeciendo diferentes tormentos, están llenas de angustia y de anhelo de ser socorridas. Y por grande que sea su aflicción y necesidad, alaban a Nuestro Señor. Todo lo que hacemos por ellas les causa una infinita alegrÃa..
…Y eran muchas almas liberadas con la ayuda de Ana Catalina que regresaban a darle las gracias, porque son muy agradecidas.
VIAJE AL INFIERNO
Cuando el ángel abrió la puerta, me vi en medio de una confusión de voces de espanto, de maldiciones, injurias, aullidos y lamentos… Cuando me acuerdo de lo que vi, tiemblo de pies a cabeza. Todo lo vi en su conjunto; allà habÃa una sima tenebrosa, habÃa fuego, tormentos, noche. Los lÃmites del horizonte eran siempre noche. Al acercarme, vi un paÃs de infinitos tormentos.
Evidentemente todo esto lo vio en visión, pero todo lo que podamos imaginar del infierno se queda pequeño con respecto a la realidad de quienes libremente rechazaron a Dios. Él respetó su libertad y no quiso obligarles a amarlo. Ellos le odiaron y escogieron vivir eternamente en compañÃa de los demonios en un mundo de odio, violencia, impureza y maldad…
Ana Catalina Emmerick, BeataAnne Catherine
Beatificada el 3 de Octubre, 2004MÃstica alemana 1774-1824
Religiosa agustinaAlma vÃctima, ofreció enormes sufrimientos viviendo la Pasión de Nuestro Señor. Dios le concedió muchos dones mÃsticos, entre ellos, visiones, estigmatización, locución, éxtasis, etc.
En los últimos años de su vida se sustentaba solamente de la Santa EucaristÃa.Fue exclaustrada a la fuerza por la invasión napoleónica. Inválida y estigmatizada, vivió la pasión de Jesucristo.
Escribió sobre la vida de Jesús. Algunos segmentos: -Nacimiento de Jesús-La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, (libro que inspiró a Mel Gibson a filmar «La Pasión»); -“La Vida de La SantÃsima Virgen MarÃa” y “La Vida de Nuestro Señor”.
-La Resurección
Sus revelaciones mÃsticas eran tan detalladas que ayudaron a descubrir la casa de la Virgen en Efeso.Sobre las acusaciones en su contra
Bautizada el dÃa de su nacimiento, el 8 de septiembre de 1774, en una granja del pueblo de Flamsche cerca de Coesfeld, diócesis de Münster, Westfalia, noroeste de Alemania.
Desde los cuatro años de edad tuvo frecuentes visiones de la historia de la Salvación. Tras muchas dificultades causadas por la pobreza y oposición de su familia, ingresó a los 28 años de edad en el monasterio de Agnetenberg, en Dülmen.
Suprimido el monasterio por las autoridades civiles, se trasladó a una casa particular. Desde 1813 en adelante, la enfermedad la obligó a la inmovilidad.
«Llevó consigo los estigmas de la Pasión del Señor y recibió carismas extraordinarios que empleó para consuelo de numerosos visitantes. Desde el lecho desarrolló un gran y fructÃfero apostolado», constató el prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, el cardenal José Saraiva Martins, al leer el decreto de reconocimiento del milagro ante Juan Pablo II.
Desde ese mismo año no tuvo más alimento que la Comunión, y pasó por tres exhaustivas investigaciones de la diócesis, la policÃa bonapartista y las autoridades.Los últimos años de su vida experimentó mÃsticamente la pasión de Jesucristo y trataba de describir en su dialecto bajo alemán las visiones cotidianas de lo sobrenatural que ella misma encontraba indecibles.Un notable escritor alemán, Clemens Brentano, al tener noticia de ello, se convirtió y permaneció al pié de la cama de la enferma copiando los relatos de la vidente desde 1818 a 1824. Dos veces al dÃa el escritor acudÃa a visitar a Ana Catalina para copiar en sus diarios los apuntes, y regresaba otra más para leérselos a la monja inválida y comprobar asà la fidelidad de lo trascrito.MuerteEl lunes 9 de febrero de 1824 murió en Dulmen consumada por las enfermedades y las penitencias.Al fallecer la religiosa, el escritor ordenó el material depositado en sus diarios. Preparó un Ãndice de las visiones y la edición de «La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo». El libro fue un acontecimiento mundial.El escritor alemán comenzó entonces a ordenar las visiones de la «Vida de MarÃa». Brentano murió dejando la tarea inacabada. En lo sucesivo, distintos especialistas editaron los «Diarios» y compilaron, cada uno a su modo, las visiones sobre la Iglesia, el Antiguo Testamento, la Vida pública de Jesús y la Iglesia naciente.
«No hallé en su fisonomÃa ni en su persona el menor rastro de tensión ni exaltación», afirmó Brentano tras conocer a la religiosa. «Todo lo que dice es breve, simple, coherente, y a la vez lleno de profundidad, amor y vida».El famoso director y actor de cine, Mel Gibson, queriendo hacer una pelÃcula sobre la pasión del Señor, rezaba en su despacho cuando el libro de la Pasión de Catalina Emmerick se desprendió del librero y cayó sobre sus piernas. Esta experiencia asombrosa llevó al Sr. Gibson a inspirarse en este libro para hacer la pelÃcula «The Passion» («La Pasión»).Mientras se comenzaba a escuchar sobre esta extraordinaria pelÃcula, el Vaticano anunció que Ana Catalina será pronto beatificada. ALABADO SEA JESUCRISTO.Declarada Venerable a finales del siglo XIX, su proceso de beatificación se reanudó en 1972. En el 2001se declaró la heroicidad de sus virtudes. Beatificada el 3 de Octubre, 2004, por Juan Pablo II
Ante las acusaciones en su contraLina Murr Nehmé (escritora ortodoxa), sobre la beata Ana Catalina:
Creo que su mensaje esencial es ecuménico y que quienes la acusan de ser sectaria no la conocen. Para ella, los hombres y las mujeres no son buenos o malos en función de su religión o ideas, sino por motivo de sus actos. Por ejemplo, describe a Pilatos y a los grandes sacerdotes judÃos con la misma severidad, pero utiliza un tono muy diferente cuando habla de la mujer de Pilatos, o de los judÃos, o de los romanos compadecidos que mostraban gestos de misericordia hacia esta persona que, para ellos, no era ni Dios, ni el MesÃas, sino un simple condenado.
Es verdad que en «La Amarga Pasión» escribe acusaciones sobre todo contra los judÃos, pero es porque narra una tragedia que tuvo lugar en tierra judÃa. Cuando narra tragedias que han tenido lugar en tierras paganas, acusa a los paganos. De hecho, es lógico: la muchedumbre, con algunas excepciones, en general es perseguidora, y la escena de la Pasión lo demuestra con fuerza.
Visión del Nacimiento de Jesús
según una visión dada a la Beata Catalina Emmerich ALEMANIA, 1820
"He visto que la luz que envolvÃa a la Virgen se hacÃa cada vez más deslumbrante, de modo que la luz de las lámparas encendidas por José no eran ya visibles. MarÃa, con su amplio vestido desceñido, estaba arrodillada con la cara vuelta hacia Oriente. Llegada la medianoche la vi arrebatada en éxtasis, suspendida en el pecho. El resplandor en torno a ella crecÃa por momentos. Toda la naturaleza parecÃa sentir una emoción de júbilo, hasta los seres inanimados. La roca de que estaban formados el suelo y el atrio parecÃa palpitar bajo la luz intensa que los envolvÃa.
Luego ya no vi más la bóveda. Una estela luminosa, que aumentaba sin cesar en claridad, iba desde MarÃa hasta lo más alto de los cielos. Allá arriba habÃa un movimiento maravilloso de glorias celestiales, que se acercaban a la Tierra, y aparecieron con claridad seis coros de ángeles celestiales. La Virgen SantÃsima, levantada de la tierra en medio del éxtasis, oraba y bajaba las miradas sobre su Dios, de quien se habÃa convertido en Madre. El Verbo eterno, débil Niño, estaba acostado en el suelo delante de MarÃa".
"Vi a Nuestro Señor bajo la forma de un pequeño Niño todo luminoso, cuyo brillo eclipsaba el resplandor circundante, acostado sobre una alfombrita ante las rodillas de MarÃa. Me parecÃa muy pequeñito y que iba creciendo ante mis ojos; pero todo esto era la irradiación de una luz tan potente y deslumbradora que no puedo explicar cómo pude mirarla. La Virgen permaneció algún tiempo en éxtasis; luego cubrió al Niño con un paño, sin tocarlo y sin tomarlo aún en sus brazos. Poco tiempo después vi al Niño que se movÃa y le oà llorar. En ese momento fue cuando MarÃa pareció volver en sà misma y, tomando al Niño, lo envolvió en el paño con que lo habÃa cubierto y lo tuvo en sus brazos, estrechándole contra su pecho. Se sentó, ocultándose toda ella con el Niño bajo su amplio velo, y creo que le dio el pecho. Vi entonces que los ángeles, en forma humana, se hincaban delante del Niño recién nacido para adorarlo. "
"Cuando habÃa transcurrido una hora desde el nacimiento del Niño Jesús, MarÃa llamó a José, que estaba aún orando con el rostro pegado a la tierra. Se acercó, lleno de júbilo, de humildad y de fervor. Sólo cuando MarÃa le pidió que apretase contra su corazón el Don Sagrado del AltÃsimo, se levantó José, recibió al Niño entre sus brazos, y derramando lágrimas de pura alegrÃa, dio gracias a Dios por el Don recibido del Cielo. "
"MarÃa fajó al Niño: tenÃa sólo cuatro pañales. Más tarde vi a MarÃa y a José sentados en el suelo, uno junto al otro: no hablaban, parecÃan absortos en muda contemplación. Ante MarÃa, fajado como un niño común, estaba recostado Jesús recién nacido, bello y brillante como un relámpago. "iAh, decÃa yo, este lugar encierra la salvación del mundo entero y nadie lo sospecha !"
"He visto en muchos lugares, hasta en los más lejanos, una insólita alegrÃa, un extraordinario movimiento en esta noche. He visto los corazones de muchos hombres de buena voluntad reanimados por un ansia, plena de alegrÃa, y en cambio, los corazones de los perversos llenos de temores. Hasta en los animales he visto manifestarse alegrÃa en sus movimientos y brincos. Las flores levantaban sus corolas, las plantas y los árboles tomaban nuevo vigor y verdor y esparcÃan sus fragancias y perfumes. He visto brotar fuentes de agua de la tierra. En el momento mismo del nacimiento de Jesús brotó una fuente abundante en la gruta de la colina del Norte. "
"A legua y media más o menos de la gruta de Belén, en el valle de los pastores, habÃa una colina. En las faldas de la colina estaban las chozas de tres pastores. Al nacimiento de Jesucristo vi a estos tres pastores muy impresionados ante el aspecto de aquella noche tan maravillosa; por eso se quedaron alrededor de sus cabañas mirando a todos lados. "
"Entonces vieron maravillados la luz extraordinaria sobre la gruta del pesebre. Mientras los tres pastores estaban mirando hacia aquel lado del cielo, he visto descender sobre ellos una nube luminosa, dentro de la cual noté un movimiento a medida que se acercaba. Primero vi que se dibujaban formas vagas, luego rostros, y finalmente oà cantos muy armoniosos, muy alegres, cada vez más claros. Como al principio se asustaron los pastores, apareció un ángel entre ellos, que les dijo: "No temáis, pues vengo a anunciaros una gran alegrÃa para todo el pueblo de Israel. Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo, el Señor. Por señal os doy ésta: encontraréis al Niño envuelto en pañales, echado en un pesebre". Mientras el ángel decÃa estas palabras, el resplandor se hacÃa cada vez más intenso a su alrededor. Vi a cinco o siete grandes figuras de ángeles muy bellos y luminosos. Oà que alababan a Dios cantando:
"Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad". Más tarde tuvieron la misma aparición los pastores que estaban junto a la torre. Unos ángeles también aparecieron a otro grupo de pastores cerca de una fuente, al Este de la torre, a unas tres leguas de Belén. Los he visto consultándose unos a otros acerca de lo que llevarÃan al recién nacido y preparando los regalos con toda premura. Llegaron a la gruta del pesebre al rayar el alba."
Los Últimos Tiempos
Visión de Ana Catalina Emmerich
1774-1824
Visión de Ana Catalina Emmerich
1774-1824
Esta célebre estigmatizada alemana recibió las llagas de la Pasión del Señor, y le tocó sufrir mucho, aceptando los grandes sufrimientos por impetrar de Dios el alivio de los dolores de otros y para dar satisfacción como vÃctima a Dios por las culpas y pecados de los demás.
El Señor dió a Sor Catalina muchas luces sobre el futuro combate y triunfo de la Iglesia:
"Vi la Iglesia de San Pedro y una cantidad enorme de gente que trabajaba para derribarla, pero a la vez vi otros que la reparaban. Los demoledores se llevaban grandes pedazos; eran sobre todo sectarios y apóstatas en gran número. Vi con horror que entre ellos habÃa también sacerdotes católicos; vi al Papa en oración, rodeado de falsos amigos, que a menudo hacÃan lo contrario de lo que él ordenaba. Vi a varios eclesiásticos. Algunos rezaban descuidadamente el breviario. ParecÃa faltarles confianza, entusiasmo, ideas claras. Era algo que daba lástima. Cincuenta o sesenta años antes del año 2000 será desencadenado Satanás por algún tiempo. En violentos combates, con escuadrones de espÃritus celestiales, San Miguel defenderá a la Iglesia contra los asaltos del mundo. En el momento más terrible de la batalla, San Miguel en persona herirá a los enemigos, siguiendo al instante una derrota general. La espada de fuego aparecerá entonces por encima de la cabeza de los triunfantes. Cuando hubo terminado el combate, sobre la Iglesia apreció una Mujer alta y resplandeciente, MarÃa, que extendÃa sobre ella su manto radiante de oro. En la Iglesia se observaron actos de reconciliación acompañados de muestras de humildad; las sectas reconocÃan a la Iglesia en su admirable victoria y en las luces de la revelación que por sà mismas habÃan visto refulgir sobre ella. Sentà un resplandor y una vida superior en toda la naturaleza y en todos los hombres una santa alegrÃa como cuando estba próximo el nacimiento del Señor..."
En esta sección iremos colcando todas las profecÃas y advertencias para dejarlas a disposición de nuestros lectores.
Algunas han sido aprobadas por la Iglesia y otras están en estudio o incluso no han sido consideradas por diversos factores.
Si bien nosotros en lo personal no estamos de acuerdo con algunos presupuestos que se manejan en cierto tipo de profecÃas, hemos querido reunirlas aquà igualmente para que el lector, por sà mismo, decida sobre esta materia, teniendo desplegado el mayor abanico posible de casos.
Aún asÃ, para dejar claro nuestro punto de vista y ayudar a quien desee tener mas elementos decisores que le faciliten la discriminación de este material, quisimos crear la sección 'Análisis de los mensajes', en la que nos extendemos con mayor detalle sobre aquellos aspectos que no creemos convincentes o del todo correctos.
Sin embargo, exagerarÃamos si dijésemos que esos mensajes más objetables son "completamente desechables". Por el contrario, creemos que para quien tenga las bases necesarias, pueden resultar un material muy interesante respecto a las coincidencias con otras profecÃas, o incluso se pueden seleccionar unos cuantos aspectos que complementan sin conflicto aquellas visiones en las que sà confiamos.
Dejamos en manos del lector, porque es serio, inteligente y capaz de hacerlo, la sana discriminación dentro de estos escritos y lo invitamos, entonces, a consultar las secciones de análisis o nuestro correo electrónico de ser necesaria cualquier aclaración o aporte.
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