*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
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sábado, 21 de abril de 2012
Con Maria, durante la Pascua
Feliz Pascua para ti, recibe de tu Madre un abrazo grande, apretado, intenso y todo mi amor, hijo de mi alma.
- MarÃa SantÃsima, acabamos de celebrar la Pascua de Resurrección y seguimos en el tiempo de Pascua... el sol brillaba de una manera especial en ese dÃa, ... al menos asà lo sintió mi alma.
- Pues me alegras el alma. Esto me recuerda mi primera fiesta de Pascuas de Resurrección...
- Cuéntame, Señora...
- Verás, era el tercer dÃa después de la muerte de mi Hijo, MarÃa Magdalena y las demás mujeres me pasaron a buscar para ir al sepulcro antes del amanecer... llevaban perfumes y estaban muy tristes... yo, en el fondo de mi alma, sentÃa una profunda paz, recordaba las palabras de mi Hijo... no sabÃa exactamente que sucederÃa, pero tenia la certeza de que Algo iba a cambiar la historia.
- ¿No les comentaste nada a ellas?
- No, existen caminos que cada uno debe recorrer por sà mismo... ellas lo entenderÃan cuando Jesús dispusiera que asà debÃa ser. Al llegar al sepulcro el corazón les dio un salto, pues la piedra de la entrada estaba corrida. Entraron ellas al recinto y me dijeron que estaba vacÃo, yo quedé fuera... no necesitaba mas explicaciones, podÃa sentir la presencia de mi Hijo, mas, no le veÃa. Me alejé unos pasos... cuando volvà al lugar donde estaba MarÃa Magdalena allà le vi, con ella... pero no quise acercarme... Jesús la consolaba, le pedÃa que avisara a sus Apóstoles...... ella... tenÃa el rostro radiante, hizo lo que Él le pedÃa, vino junto a mÃ, nos miramos, ella me tomo las manos y, junto a las demás, nos fuimos rápidamente a la casa donde estaban los hombres... yo, a veces, giraba mi rostro, esperando verle, mas ya habÃa partido...
- Señora ¿Por qué no a ti? Quiero decir, porque no te visitó especialmente a ti, que eras su madre...
- Porque, amiga, mi Jesús conocÃa mi corazón, sabÃa que yo le esperaba, en cambio, los apóstoles y las demás mujeres estaban desesperados, la Iglesia primitiva estaba sumida en la mas profunda tristeza, su Esposa, la Iglesia, le necesitaba imperiosamente, por ello, hija, es que el buen Esposo corrió a consolarla, el Esposo serÃa ahora, mas que nunca Camino Verdad y Vida. Pero no te preocupes, nos encontramos Jesús y yo...
- ¿Cuándo?
- Cuando Él se presentó en la casa mientras las puertas estaban cerradas... unos segundos antes de que entrara percibà un intenso perfume, exquisito, desconocido, un perfume de eternidad... mi corazón latÃa fuerte.... Estaba cocinando, escuché entonces la voz conocida, la voz amada : “La paz esté con ustedes”... habÃa llegado, el Hijo, el MesÃas, el Cristo... me acerqué... escuché todas y cada una de sus palabras... los hombres estaban tan admirados que no cabÃan en sÃ... yo tenÃa muchas ganas de abrazarle.... Antes de salir se volvió hacia mÃ... me miró con todo el amor a que me tenÃa acostumbrada... fue una mirada intensa, profunda, que valió mas que mil palabras... sus ojos parecÃan repetir: "Mujer, aquà tienes a tus hijos" le vi partir, habÃa ángeles con Él, por un momento me pareció ver el rostro de Aquel que me lo habÃa anunciado...
- ¿Y luego?
- Luego, luego era el comienzo de la Misión de la Iglesia, el primer instante: "Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Noticia a toda la Creación", la casa era un estallido de alegrÃa, los hombres se abrazaban, unos lloraban, otros cantaban, algunos, terminaban pidiendo silencio por temor a los soldados, luego, Pedro, pidió calma y les dijo: "Hermanos, nuestras Pascuas serán, de aquà en mas, Pascuas de Resurrección, el paso de la muerte a la vida... de nosotros, de cada uno de nosotros, depende que este dÃa no sea olvidado, que el significado de este dÃa sea, para todos los pueblos, signo de esperanza, motivo de fe, fuerza en las pruebas..... de nosotros depende ... Jesús nos acompañará, hasta el fin de los tiempos, pero es nuestra responsabilidad, sostenernos unos a otros en el dolor, consolarnos en las tribulaciones, alentarnos en las pruebas que nos esperan, en resumen, ser Uno... que cuando el mundo nos vea, nos reconozca por el Amor, que puedan decir, por nuestra actitud "son seguidores de Cristo... Son Cristianos".
- "Cristianos" La primera vez que se pronunciaba ¿verdad, Señora?
- Asà es, amiga, el corazón y el alma de todos se estremeció al oÃr la dimensión de esta palabra... Cristianos... Cristianos... quedaba ahora el esperar a la venida del EspÃritu Santo...como Jesús mismo lo habÃa prometido... pero esta era otra clase de espera... Comimos todos con inmensa alegrÃa... y alguno de ellos dijo “Felices Pascuas, Amigos” y todos se saludaron... sÃ, Felices Pascuas amiga mÃa, Felices Pascuas para todos, también Felices Pascuas para ti, que has leÃdo estas lÃneas, recibe de esta madre un abrazo grande, apretado, intenso y todo mi amor, hijo de mi alma. Todo mi amor en cada instante de tu vida, no dudes, hijo querido, en buscarme en tu tristeza, en tu alegrÃa, en tu dolor, porque, en toda circunstancia, soy tu madre...
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